28 de octubre de 2005

RECUERDOS FUTBOLEROS

Hoy iba a titular el comentario algo así como “el patio futbolero está que echa chispas”, o sea, que mi olfato de felino me dice que aquí va a arder Troya si seguimos por los derroteros político-deportivo-arbitrales de las últimas jornadas de Liga. Pero en el último momento he decidido dar un corte de mangas a este maldito presente y echar el vuelo hacia atrás, hace más de 50 años, al hilo de un librito que acabo de leerme. El autor es Francisco Cortés “Pacurrón”, un periodista malagueño de 73 años, que cuenta de manera amena y divertida algunas de las vicisitudes y anécdotas que le han pasado en sus años de periodista, profesión que empezó a ejercer a los 16 años. He aquí una pequeña muestra en relación con el fútbol. * “En la liga del 41-42 el jugador del Málaga Juanito Arza fue traspasado al Sevilla por 100.000 pesetas, cantidad exorbitante para la época, lo que dio origen a que al joven jugador navarro se le llamara “el niño de oro”.” * “Por aquellos tiempos el periodista formaba parte de la expedición, como uno más de ella, o sea, que viajábamos en el mismo autobús, compartiendo mesa y mantel con directivos y jugadores y hasta la habitación del hotel con uno de éstos. Los medios informativos eran escasos y entre futbolistas y cronistas deportivos existía una auténtica amistad”. * ”Recuerdo el primer autobús del Málaga, al que llamábamos Flecha Azul y con el que se hacían miles de kilómetros porque el viajar en avión se desconocía. Para jugar en Bilbao, por ejemplo, se salía un viernes al mediodía y para que todos pudieran estirar las piernas, el entrenador le decía al chófer que esperara a cinco kilómetros, recorrido que se hacía a pie por los viajeros”. * ”En un partido de ascenso a Tercera división, mi compañero de habitación, jugador del Málaga, se comió en la cena una docena de huevos fritos y, claro, no sólo me dio la noche con un tremendo cólico, sino que no pudo jugar al día siguiente. En ese partido todos los que estaban en el banquillo, periodista incluido, fuimos expulsados del mismo y debimos verlo desde la caseta”. * “En un partido de promoción en Játiva pedía el Málaga por 1 a 0 y el entrenador Lelé, como siempre que se ponía nervioso, tartamudeaba. Se dirigió a Coco, que jugaba de delantero centro, y le preguntó qué le pasaba, que no daba ni una. Coco le contestó –No lo sé, mister, y lo siento porque yo a usted lo quiero como a un padre. Y Lelé le preguntó: -¿Y no te importaría lo que en un caso así te haría tu padre? –Naturalmente que no, respondió Coco. Y le arreó una bofetada que le hizo bajar de las nubes. En la primera jugada de la segunda parte Coco logró el gol del empate”. * “En el Ferrol-Málaga de 1949 de la última jornada de liga, nuestro equipo tenía que ganar para ascender a Primera División. Y ganó por 5 a 1…previo pago de su importe. El presidente no dudó ni un momento en comprar el partido por medio millón de pesetas de aquellos tiempos. La cosa era bastante frecuente. Lo gracioso del caso fue cuando hablaron con el entrenador, Luis Urquiri, para la renovación y éste pidió una ficha cuantiosa: -He ascendido al equipo a Primera División –dijo. A lo que el presidente le contestó: -¿Usted? Al equipo lo he ascendido yo”. * "Entre todos los deportes, mi fuerte era el fútbol y hasta tuve una experiencia arbitral. Actué en numerosas ocasiones de juez de línea en el campo de El Palo y los espectadores me proveían de pipas que comía mientras corría la banda. Mi debut y despedida al tiempo como árbitro principal fue en un Huelin-Ferroviaria, ambos equipos del mismo barrio y que mantenían una dura rivalidad. Así que cuando en el segundo tiempo un jugador vino a quejarse porque le estaban dando muchas patadas, le contesté: -Pues no te achiques y dale tu más”. Ah, aquellos años en que la vida (incluido el fútbol) era más dura que ahora pero donde las cosas se tomaban con otra filosofía y con mucho más sentido del humor. Hoy, amable lector, me apetecía recordar estas pequeñas chirigotas de la mano de Pacurrón, viendo el mal rollo en que está cayendo el futbolín hispano, donde cualquier día se arma la de San Quintín. A ver si nos equivocamos bien equivocados…

25 de octubre de 2005

LAPORTA, ESE HOMBRE

Hay gente que, como las monedas, viene al mundo de cara: buena familia, buen careto, buenos estudios, un coeficiente intelectual potable, unos buenos padrinos, una profesión interesante y un pastón en los bolsillos. Ya sólo les falta ser presidentes de algún club de fútbol. El bueno de Juanito Laporta lo ha conseguido. Guapo, con dinero, inteligente y –para más recochineo- presidente del Barça, club de fútbol de campanillas y “algo más que un club”, según reza el Almanaque Zaragozano. Además de todo esto, el bueno del Joan es un espléndido showman que lo mismo se queda casi en pelotas en un control del aeropuerto, que se inventa unas trolas tremendas para fardar ante la prensa y los socios, que monta unos numeritos la mar de folklóricos en los prolegómenos o descansos de los partidos del Nou Camp. El último de ellos ha sido el presentado este sábado con motivo de la visita del Osasuna, donde la Coordinadora de Asociaciones para la Lengua Catalana mostró en el césped una pancarta en favor de la promoción de la lengua catalana y un mapa donde aparecía la Comunidad Valenciana dentro de los "países catalanes". Y claro, a los valencianos dicho numerito les ha sentado como una patada futbolera en ciertas partes pudendas. Y es que, para completar su perfección poliédrica, nuestro querido president también gusta de hacer política pachanguera, eso sí, siempre en representación y con el visto bueno de los más de cien mil socios y de los millones de simpatizantes que el equipo catalán tiene repartidos por medio mundo. Don Joan pertenece a ese gremio de personalidades que les das la mano y se la quedan, junto al brazo y el hombro, si hace falta. A eso los cursis lo llaman “carisma” y “liderazgo”. Así que muchos otros presidentes y clubes, como bastante gente de a pie, empieza a estar hasta el gorro del discurso político laportiano. Consecuencia: están poniendo a caer de un burro a este hombre que se cree “algo más que un presidente”. Cualquier partido de éstos le pagan con la misma moneda cuando el Barça juegue fuera de casa, sacándole al terreno de juego una pancarta con el “No al Estatut” o “Sí al trasvase del Ebro” o vaya usted a saber qué tema político-polémico. Don Joan será muy lanzado para ciertas cosas, pero está jugando con fuego y el mundo está rodeado de pirómanos tanto o más peligrosos que él. Aquí puede arder Troya. Por estas razones, en un club algo más serio que el Barça (por ejemplo, el Getafe) al presi ya le habrían dado la voleta y echado al pilón a ver si se aclara, no confunde las churras con las merinas, separa el trigo de la paja, distingue entre lo que es un presidente futbolero y un representante político y no se hace la picha un lío con temas que a Pujol, Xavi, Valdés, Ronaldinho, Deco, Etoo y demás personal cualificado les importa un carajo y parte de un rábano. Eso sí, meterse en política todo lo que se pueda, pero al paredón o a galeras con todos aquellos que, aún siendo cuñados del jefe, tengan ciertas simpatías con el franquismo. Porque esa es otra. En España, en Cataluña o en el Barça se puede ser de ETA, nacionalista, republicano, monárquico, de derechas o de izquierdas, ciego o sordo, liberal o estatalista, aberzale o tonto del haba, yonqui o constructor de pisos, pero franquista no: es un crimen de lesa majestad. Vamos a ver: ser franquista, como su cuñado, cuando el capullo de Franco estiró la pata en la cama hace ya la friolera de 30 años, es una excentricidad como otra cualquiera. Un hecho arqueológico, una memez, una falta de inteligencia. Pero, bueno, hay cuatro gatos que tienen ese capricho y mientras no maten a nadie, no insulten, no roben o infrinjan el código penal, se supone que tienen derecho a vivir, a trabajar y –si tienen un cuñadísimo como presi del Barcelona- a ser su mayordomo, lavaplatos o jefe de seguridad. Y ese ha sido el papelón que ha tenido Alejandro Echevarría, familiar cercano a don Joan. Hasta que semejante atrocidad ha salido a la palestra y no veas el numerito que se ha montado. Y Laportita, todo acojonado (es que, a pesar de su imagen, también es mortal), negando como San Pedro que su cuñado fuese un enamorado del tipo que nos puteó durante 40 años. En vez de echarse para adelante y defender con el máximo morro lo que es normal: -Sí, ñoras y ñores, yo también soy humano y tengo mis debilidades. En Cataluña defendemos mucho a la familia (Pujol colocó a sus hijos y esposa y hasta Maragall tiene a su hermano a la derecha del tripartito) y yo no iba a ser menos. Cierto que Alejandro nos ha salido una oveja más negra que el carbón pero ni muerde ni hay derecho a que lo enviemos al psiquiátrico. Yo mismo era un independentista radical y miren por qué aguas procelosas me muevo ahora. Démosle una oportunidad de redención. No ha cometido aún ningún delito. Y el día que lo cometa lo colgaremos del marcador, cabeza abajo. Lo prometo por la mare de deu y la escolanía de Montserrat. Algo más o menos hubiera esperado del lumbreras del Laporta, no esa huida hacia adelante rodeándose de pancartitas, himnos y politiquerías ajenas al mundillo futbolero y esa patada en el culo al cuñao porque el pobrecico lo pierde por Franquito, en un alarde de coeficiente político-mental cercano al cero patatero. Al final, como no espabile y siga haciendo travesuras, nuestro gran líder se va a quedar sin cuñao, sin pancartas y sin el Barça. No se puede ser perfecto, macho.

21 de octubre de 2005

LAS RECOGEBOLAS

El torneo de tenis Master Series que se está celebrando en Madrid viene siendo muy comentado no tanto porque en él jueguen unos tipos con una raqueta sino porque las bolas con las que juegan éstos son recogidas por unas chicas muy monas y simpáticas llamadas “recogepelotas” aunque yo prefiero llamarlas por el nombre más cateturrio de “recogebolas”. Ya el año pasado se aplicó el mismo ritual. Como entonces era la primera vez, el follón que se armó fue de campeonato, entrando en la coctelera ingredientes tan sabrosones como los niños, el feminismo, la liberté, la publicidad, la famosa dentadura de Manolo Santana y otras cosillas que ya no me acuerdo. Este año ya pasó la novedad y el impacto está siendo menor. Francamente, no veo que sea un escándalo el que unas moninas que saben menos de tenis que un político de política, se dediquen a recoger las bolas que pierden los jugadores en el frenesí del partido. Cierto que en época de temporada baja (todo el año, menos en este torneo) son unos chavalotes quienes hacen tan ingrata tarea, y además gratis o a cambio de varios sobres de cromos. Tampoco es que de tanto mirar a los jugadores salgan, por mimetismo, grandes campeones como ha dicho algún cabezahueca. La mía también lo está y sólo recuerda a Santana como ejemplo de trasvase “recogepelotas-campeón de Wimbledon”. ¿En dónde está, entonces, el escándalo? ¿En que unas gachises de muy buen ver y mejor tocar salen a desfogarse cogiendo bolas amarillas de caucho? (Pilar Domínguez, 23 años, Mis Sevilla 2005: “Recoger pelotas me desfoga, es muy relajante”. Diario AS). ¿Los insultos de algunas madres de los críos hacia las intrusas? (Sandra, estudiante de Bellas Artes: "Las madres de los niños recogepelotas nos insultan, pero no es fácil llegar aquí. Nos hacen una prueba de tenis, de inglés y dos semanas de entrenamiento muy duro". Diario El Mundo). ¿El motivo del follón es que las chicas les quitan el empleo a los chavales? Tampoco, porque ellos siguen haciendo de recogedores excepto en los partidos de más interés. ¿Entonces es cosa de que las mozuelas están –ojo, con su consentimiento- siendo utilizadas en la pista para mostrar palmito? Puede ser, pero la verdad es que poco se les ve. ¡Si hasta algunas parecen madres ursulinas de lo horriblemente que las han vestido! ¿Será porque son guapas las muy puñeteras y eso a las feministas (la mayoría de las cuales son más feas que Picio) les pone de los nervios? ¿Qué será, será, que cantaba José Feliciano en mis años mozos? Ganas de marear la perdiz. Más de 200 chicas se han presentado este año para hacer el panoli en el Master Series de Madrid. Pero lo dan por bien empleado si entre medias les sale algún contratejo en el mundo de la moda, la tele, las revistas o el azafateo. Y encima, al final del torneo, les ponen en la manita unos 1200 euros, lo que no está nada mal para el birrioso trabajo que hacen. Si a mí me los pagasen (aunque me vistieran de lagarterana), el menda se iba pa los madriles en menos que canta un gallo. Pues sí, para qué vamos a engañarnos, se contrata a las chicas para que luzcan su cuerpo serrano, hagan bonito, la gente las remire y compre lo que anuncian en la gorra y en la pechera. Sí, de acuerdo, estamos hasta el gorro de la mujer florero, cuya imagen florece en deportes como el ciclismo, con el ritual de los dos besos al ganador o el automovilismo, llevando la sombrilla al piloto para que no pase calor. Pero, francamente, yo soy Roberto Heras y prefiero que me dé dos besitos maternales una señorita de pan y moja que un señor con bigote. A lo mejor, si fuese Zerolo, gay hasta las cachas, mis gustos cambiaban. No recuerdo si en las carreras ciclistas de mujeres, son bellos maromos los que besuquean a las ganadoras. Si no es así, eso sí que es criticable. Comprendo que a algunos/as les horroriza esa foto en que los hombres ganan copichuelas y carreras y ellas se adornan a su lado, pero que yo sepa la mayoría del personal que se dedica al mundo del espectáculo (y el deporte lo es) está más preocupada de aparecer fotogénica que de mostrar su frecuentemente raquítico nivel intelectual. Y nadie les pone peros que valgan. Así pues, dejemos a las recogeperas o recogebolas que hagan su dificilísimo trabajillo estacional, que se ganen unos eurillos y que nos alegren las pajarillas a los humanos y humanas. Lo que hecho en falta, mire usted por donde, es que no contraten a chicos buenorros para que así todo el mundo quede contento. Aunque a lo mejor son los tenistas quienes se niegan a semejante competencia visual. Que en este negocio nadie hace el tonto, salvo quizás esa chavalería a la que por cuatro céntimos o una colección de estampitas tienen ocupados en los torneos y entrenamientos de menos pedigrí que el Master Series. P.D. 1. Por cierto, que el año venidero también lo habrá de tenis femenino. Será la ocasión de ver si se contrata a chicos recogepelotos –no hay errata, es que me tomo al pie de la letra lo del vocabulario políticamente correcto-. Ahí será donde veremos de qué pluma cojean los organizadores del torneo y el mismísimo Manolín Santanón. P.D. 2. El año pasado, cuando se armó la bronca mayor por este pasatiempo de las recogebolas, los alegres chicos de Colsada (quiero decir, de Llamarazes, el gran jefe de Izquierda Unida), dijeron que “las recogepelotas perjudicarán la candidatura de Madrid 2012". No hay nada más nefasto para los políticos de cualquier color que el paso del tiempo y recurrir a la hemeroteca: se quedan en pelotas. Y eso sí que es una obscenidad.

18 de octubre de 2005

MANOLO EL DEL B - O - M - B - O

No hay partido que juegue la selección española en que no veamos dentro del campo, aporreando su B - O - M - B - O, al bueno de Manolo. No sé quién será este señor tan orondo y fanático de la selección. Supongo que tendrá un trabajo liberal y que ganará dinero a espuertas porque el hombre va con la selección aunque ésta tenga partido en el quinto pino. Alguna vez he oído que la mismísima Federación Española de Fútbol lo tiene contratado para estos eventos, lo que significaría que nuestro héroe es simplemente un funcionario más de esta España babilónica. Quiero pensar que Manolo el del B - O - M - B - O se lo curra de manera independiente y que, nieve, truene o haga sol, siempre estará dándole que te pego al pellejo para animar a los chicos de la selección. De lo único que estoy seguro respecto al personaje es que tantos años dándole al POM-POM deben haberlo vuelto más sordo que una tapia. O a lo mejor el tío es muy precavido y se pone unos tapones de cera a la entrada de los pinganillos. Curioso personaje al que habría que concederle el premio Príncipe de Asturias, o la Gran Cruz de Isabel la Católica, o el Premio Planeta o simplemente el reconocimiento público, con visita a la Moncloa y la Zarzuela, y entrega de un pequeño tambor de oro como premio a sus muchísimos años de fidelidad y enardecimiento patrio-futbolero. Otra cosa es que tanto amor y tanto POM-POM no hayan servido para nada porque la chavalería que salta al campo vistiendo de rojillo tiene en las venas sangre azul mezclada con horchata. Así que Manolo el del B - O - M - B - O colecciona historias más dramáticas que epopéyicas u homéricas. Yo que él, tendría una depresión de caballo troyano. Hace un año y poco pico, allá por Bosnia, al bueno de Manolo intentaron robarle el B - O - M - B - O de sus amores y sus entretelas. Y eso sí que no. Los abúlicos, perezosos y somnolientos chicos de nuestra selección hipotéticamente “nacional” (véase el cacao que tenemos montao con la Ibarrechada, la Maragallada y la Zapatada) acabarían diluyéndose en el campo como azúcar en el agua de no sentir los berridos siempre atinados de Manolo. El único que suda la camiseta española, aunque sea haciendo POM-POM en las gradas, debe ser una especie protegida e intocable. Así que las más altas instancias de la seguridad española y bosnia se movilizaron rápidamente y el intento de robo quedó frustrado. Desde entonces pensé que el Ministerio del Interior le pondría dos guardaespaldas (uno para Manolo, y otro para el B - O - M - B - O), pero me parece que todavía están pensándoselo. Una pena. Porque vale que no nos hagamos respetar en el campo de juego por falta de coraje, de ideas y de sacrificio de nuestros representantes e idolatrados futbolistas. Pero a Manolo el del B - O - M - B - O, se le debe respetar como si fuera un dios y no deberían escatimarse medios y apoyo en dicha tarea. Ya que no podemos presumir de selección nacional, al menos que podamos decir que los españoles tenemos el hincha más hincha de todos los hinchas mundiales. Y encima, simpaticón, altruista y más bueno que el pan. Si Luis Aragonés no logra enderezar a la camada de perezosos que van a trotar a la selección española, (que no lo logra), sería cosa de plantearse el nombrar seleccionador nacional a Manolo el del B - O - M - B - O. Con la condición de que al futbolista que no corra o haga el ganso le aplique durante tres horas seguidas la melodía que tan bien ejecuta el amigo: el POM-POM. A ver si así, de una maldita vez, despierta a esa pandilla de niñatos que hacen como que juegan al fútbol con la camiseta española. ---------------------- PD: Atención, curioso lector. No sé porqué razón, pero tengo que escribir la palabra B - O - M - B - O de esta manera pues si es en minúscula y sin guiones, sólo sale publicada la última "o". Pinchazo de la CIA, censura de Blogger, rebajas de Microsot o adivina tú qué leches hay escondidas por las entrañas de mi ordenador.

14 de octubre de 2005

LOCOS DE ATAR


Que medio mundo está loco como una cabra (frase hecha bastante falsa, por cierto, porque yo –y seguro que usted, ocasional lector- jamás hemos visto una cabra mochales) es una verdad tan verdadera como que el otro medio está como un cencerro (otra frasecita de lo más absurda). Que la fiebre por querer ver entrenar a un equipo de fútbol pueda producir una tragedia o que fallar un penalti pueda acarrear al jugador un peligro de muerte muestran a las claras que el mundo es un inmenso psiquiátrico. (Los hechos: más de un centenar de personas heridas y una niña muerta, en una avalancha producida por el gentío que no pudo entrar a ver un entrenamiento de la selección brasileña. Pierre Wome, defensor camerunés, falló un penalti el otro día en su partido con Egipto. Estrelló el balón en el palo y tras el empate, Camerún se quedó fuera del mundial de fútbol de Alemania. Su casa y su coche fueron destrozados y la peluquería de su mujer fue asaltada). Periódicamente se repiten hechos como éstos, y pasarían más a menudo de no ser los estadios un fortín policial que pagamos todos con dinero público, en un negocio del que se benefician unos tipos la mar de privados. El caso más sangrante fue el asesinato del jugador colombiano Escobar por haberse metido un gol en propia puerta en el mundial de EEUU en 1994. Y es que el deporte no se salva de los excesos, demagogias, pamplinadas y locuras de los humanoides y de sus sociedades cada vez más alienadas y violentas. Estamos ya en la situación en que un simple error humano o un acierto de los jugadores rivales, pueda tener una consecuencias extradeportivas; o que una gilipollez como ver a unos famosos jugadores internacionales haciendo gansadas en un entrenamiento de pacotilla derive en un conflicto violento. Señor, señor, a donde vamos a llegar. Y los medios de comunicación, colaborando, explotando, ayudando a que la locura se mantenga y aumente. Un ejemplillo sangrante: el rugby es uno de los deportes más nobles que hay a pesar del fuerte contacto que forzosamente tiene que haber entre los jugadores. Pero mira por donde, hace unos días, un jugador agredió a otro en el suelo dándole un puñetazo que captaron en primer plano las cámaras de la telele. Ahora tenemos a todas las telecacas del mundo (y las españolas, las primeras) mostrando tan bellas imágenes para ejemplo a imitar. Esas mismas televisiones que JAMÁS dan una noticia de rugby ni muestran fotogramas algunos sobre tan bello y amigable deporte. Si es que dan ganas de coger la recortada, irse pa Antena Puaf o tele Pingo y armar la de San Quintín… Ya digo, estamos más locos que Bush y Zapatero juntos, que ya es decir. (Y si alguien no está de acuerdo, que cambie los nombres que tanto da, que me da lo mismo). Brrrrrrrrr!!!

11 de octubre de 2005

UNA PICA EN IGUALEJA

La temporada pasada mi querido colega de “Aguja de Bitácora” comentaba indignado (y con más razón que San Cucufato) el caso de una niña asturiana que jugando al fútbol en un equipo infantil –y al parecer no lo hacía nada mal-, la dejaron en tierra cuando llegó el momento glorioso de disputar un partido oficial importante porque la legislación no contemplaba la posibilidad de que un cromosoma XX disfrazado de futbolista, cohabitase con otros llamados XY en un campeonato de cierto fuste.

Pero como en los actuales reinos de taifas hispánicos, no todo van a ser quejas y lamentos, resulta que por el cortijo donde reina don Manuel Chaves y Requetechaves, la mezcla de civilizaciones cromosómicas está muy bien vista. De modo que, tras alegrarnos un montonazo, podemos decir que por estas tierras del sur, conforme se mira a la Costa del Sol, donde la promiscuidad de razas, idiomas, identidades y otras gaitas está muy bien vista, ya hay una chica de 16 años que juega en un equipo de fútbol de Segunda Regional. O sea, que se lo curra en una competición oficial, sale en las fotos del Club Deportivo Igualeja y hasta es capaz de jugar casi todo el partido sin que su feminidad disminuya, la masculinidad de los 21 jugadores restantes se vea atrofiada y los espectadores tengan que salir corriendo en desbandada ante semejante pica en Flandes.

El sábado día 8 de octubre “Chispas” (que así es como la llaman cariñosamente) debutó con el equipo de su pueblo contra el de Villanueva de Algaidas. La mozuela jugó de lateral derecho durante 60 minutos. Antes del encuentro (que finalizó con victoria del Algaidas por 1 a 3) los munícipes locales le regalaron un bonito ramo de flores para celebrar el hecho histórico. Sus padres, mientras tanto, estaban como un flan pues estaban viviendo el sueño de Virginia Jiménez, que así se llama la chica si Villar no manda lo contrario. “Me da miedo que le den un golpe –explicaba su madre- pero qué le vamos a hacer, este es su sueño”.

Su entrenador la define como “trabajadora, laboriosa y competitiva”. Hasta hace poco Virgina jugaba en lo que en el pueblo llaman “el equipo de las niñas”. Ahora ha pasado a hacerlo en un equipo federado y lleno de hombres, pero el cambio no le asusta ni a su míster ni a ella. La chica aseguraba antes de empezar el encuentro que “hay que ser valiente en la vida; si no, no se llega a ningún lado”. Y tiene más razón que San Cucufato (otra vez mi santo laico de cabecera). El problema es que hay pocos valientes en la vida y que en esto del fútbol no sólo debe serlo la jugadora si no sus padres, su familia, el entrenador, sus compañeros, sus vecinos y –ascendiendo en el escalafón- los dirigentes locales, regionales, nacionales…. En fin, que cuanto más peldaños subimos más posibilidades hay de darnos el batacazo padre y de pinchar en hueso. Afortunadamente, por este terruño andalucí, todavía podemos bendecir a algunos de esos que se mueven por los despachos, agradeciéndoles el detalle y el buen gusto de permitir que las chicas jueguen al fútbol con los chicos, sin que a unos y otras se les caigan los anillos.

Y si la cosa tiene éxito y la “Chispas” provoca bastantes cortocircuitos en forma de goles, pases y duras entradas, lo mismo se animan más padres, familias, entrenadores y restante personal y vemos cada vez más una coeducación deportiva dentro y fuera de los terrenos de juego. A lo mejor también entonces les entra la fiebre a los que cortan el bacalao en otros reinos de taifas y copian el numerito. ¡No siempre hay que copiar lo malo, hombre! Ya puestos a soñar como la lechera del cuento, quién sabe si con más mujeres en los equipos de hombres, el fútbol empezaba a ser un deporte un poco más serio, menos aburrido y bruto.

Que así sea, amén. Échanos una mano, San Cucufato…

7 de octubre de 2005

EL CACHONDEO DEL CASO "DUDA"



El 5 de septiembre ridiculizaba “el lío de los fichajes y los contratos”. En el mundo del deporte (y muy especialmente en el fútbol), aunque estoy seguro que en otros ámbitos laborales también se da bastante este cachondeo, los contratos que se firman entre ambas partes son papel mojado. Papel que, normalmente, suele mojarlo el que tiene más poder o menos escrúpulos. Ya entonces hacía referencia a Duda, un jugador portugués del Málaga C.F. que estaba siendo puteado por la directiva porque no le había dado la gana renovar o, en su defecto, irse con la Real Sociedad, que pagaba un lindo traspado al club malacitano.

Desde entonces el asunto sigue coleando y lo que te rondaré. Y como me indigna que (encima en la ciudad en que vivo) haya tanto tipejo prepotente y mastuerzo que se mea en la legalidad y en la dignidad de las personas, es por lo que cojo el toro por los cuernos y voy a dar una cornada de veinte puntos a esos directivos del Málaga que están pasándose impunemente por el forro al Estado de Derecho y sin que nadie les tosa.

El lusitano tiene un contrato con el Málaga hasta junio del 2006, pero en este verano la directiva quiso que renovara. Duda no tenía ninguna duda: No. Otros dicen que se subió a la parra, vamos, que pedía un dineral por seguir. Así que los listos de turno (especialmente el director general y el director deportivo) decidieron que había que venderlo y sacar una plusvalía. En eso son unos maestros: jugador bueno que llega al Málaga y triunfa un poquito, lo venden y santas pascuas. Así anda el equipo todos los años, con el agua al cuello. Pero Duda no tenía de nuevo ninguna duda: No. La Real Sociedad pagaba muy bien al Málaga y al jugador, pero este parece que es de ideas fijas, algo peligroso para estos tiempos de correveidiles y fantasmones.

Entonces, decidieron apartarlo del equipo pues "no acepta la oferta de renovación, no le parece bien el traspaso a la Real y pretende jugar y marcharse al final de la temporada con la carta de libertad". Un delito de lesa majestad. Y vaya si lo apartaron. Pero en esta bella historia de directivos choricillos hace poco hubo que echar mano del jugador porque el equipo estaba yéndose a pique. Y mira por donde, Duda jugó en Mallorca, se ganó por uno a cuatro y el luso hasta metió goles. Y la afición, y los socios paganos, más contentos que un ocho. Pero de nuevo aparecen los tíos de la corbata y el despacho y dicen que nanay de la nana, que o renueva o se va a un club que pague bien o no juega. Y el jugador que dice que acabará su contrato y que, con la libertad en la mano, se irá a otro equipo. Aparte de cabezón, el tío es que está hasta los garbancillos de aguantar a semejante cuadrilla directiva y no quisiera prolongar su infierno más allá de junio del 2006.

Así que de nuevo está en galeras. Entrenándose pero boicoteado para jugar. Y todo porque quiere cumplir su contrato hasta el final y después irse a hacer gárgaras a otra parte. Mientras tanto algunos de sus compañeros se las ven venir porque pronto les tocará renovar a ellos y viendo la situación de las barbas de su camarada, ya están poniendo a remojar las suyas. Hasta el capitán del equipo, Fernando Sanz, afirma hoy en un periódico deportivo: “Jugar sin Duda es como boxear con una mano”. Pero la directiva sigue con lo suyo: el suicidio y Duda, a galeras. Ya debería ser el momento de que el jugador o algún allegado pusiera el caso en manos de la justicia, pero en los años que lleva viviendo en España se ha debido dar ya cuenta del cachondeo que impera en los despachos de fútbol y en las salas de tribunales, así que parece que también Duda lo tiene claro: No.

Este chaval es que es una mina. Lo que hace falta es que no explote porque lo más seguro es que la directiva del club malagueño (poco santo de devoción de la afición) sería la que tendría que irse a freír gárgaras y bien lejos de la ciudad. Más tampoco hay que preocuparse mucho por estos tipos: en cuanto vayan mal las cosas y los resultados no acompañen, darán el visto bueno para que el luso juegue y les saque las castañas del fuego. Y entonces Duda, como trabajador disciplinado y obediente, no tendrá más remedio que comerse el “NO” y calzarse las botas para intentar salvar a estos mastuerzos. Y es que la sartén por el mango sólo la tendrá si logra aguantar sano y salvo hasta junio del 2006. ¡Inténtalo, chaval!

4 de octubre de 2005

EL FÚTBOL, UN DEPORTE CONSERVADOR

Debería decir “antiguo”, pero no quiero provocar al mundillo futbolero, donde hay mucho hincha descerebrado y no es cosa de jugarse el pellejo por un adjetivo u otro. El fútbol es un deporte que ha evolucionado bastante poco desde sus inicios. Si no fuese porque anda enrollado con la política, algunas veces la mafia y, siempre, con el sentimentalismo patrioteril y pueblerino, su éxito sería muy inferior al que tiene. Como espectáculo puramente deportivo no es gran cosa pues se repite más que la morcilla, amodorra cuando la pelotita cabalga por el centro del campo (el 80 % de las ocasiones) y sus reglas están pensadas más para favorecer al jugador patán que destruye que al artista que se lo inventa. Por no hablar de la estafa que supone el que los 90 minutos de juego se conviertan al final en escasamente 50 minutos reales, descontadas las pérdidas de tiempo, fueras de banda, teatros dolientes de los jugadores y otras jugarretas. A eso voy: a las reglas de juego. Es aquí donde el deporte-rey cojea estrepitosamente. De vez en cuando a los responsables del cotarro (la FIFA, la UEFA y otras mafias) les da por introducir alguna mínima novedad, pero esto es casi un milagro. La viveza que tienen otros deportes de equipo como el baloncesto, el balonmano, el rugby o el mismo fútbol sala, con unos cambios de las reglas para agilizarlos y darles más emoción, no la tiene el fútbol de hierba ni hartos de cerveza los cien mil espectadores del Bernabéu. Un deporte profesional en el que la buena o mala suerte también juega, dice poco a favor de ese mismo deporte. Basta una lesión inoportuna del líder, un penaltillo, un error arbitral garrafal… para decantar el resultado de uno u otro lado. Y eso no es serio, ni justo. Como tampoco lo es que la polémica esté siempre presente en los partidos, cosa que no ocurre en ningún otro deporte. Con lo fácil que sería que el árbitro tuviera el apoyo de las imágenes para resolver las jugadas polémicas. Pero ni por esas. Se da, pues, la circunstancia absurda de que mientras las imágenes de la gran pantalla existente en el estadio reflejan claramente que ha sido penalti, el árbitro se empeña en que no (o viceversa). Sencillamente cómico. Y ridículo. No comprendo tampoco como no se introducen las expulsiones temporales, que ayudarían a disminuir las entradas violentas y favorecerían el espectáculo. O como no se simplifica una situación tan difícil de juzgar como es el fuera de juego. Hace algo más de un año, los dirigentes de la FIFA imponían una multa a Camerún por vestir una equitación de Puma de una sola pieza y le quitaron seis puntos de la liguilla de clasificación para el mundial 2006. En cambio, casi por las mismas témporas, el presidente fifero sugería al fútbol femenino que debería adoptar un estilo de ropa más sexy para lograr más promoción. Ahora se ha descolgado con que “se utilizarán de manera limitada los adelantos tecnológicos en el fútbol para evitar que se pierda la pasión y la polémica en especial sobre las decisiones de los colegiados”. Al África tropical enviaba yo a la cuadrilla de cavernícolas de la FIFA. A servir de pasto a los leones. Aunque me temo que hasta los felinos huirían de carnes tan putrefactas y mafiosillas. Y mientras tanto, en el mundo del tenis, se quieren cambiar algunas normas para hacer más atractivos los partidos de dobles. Pese a que los doblistas no están de acuerdo, sorprende el inmovilismo de los dirigentes futboleros frente a la menor rigidez de sus homónimos de otros deportes. Mientras que unos son estatuas de sal, a otros se les escapa por entre las manos.

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