27 de febrero de 2008

EL IRREAL MADRID, ¿CAMINO DE LA CATALEPSIA? - NADAR SIN GUARDAR LA ROPA

EL IRREAL MADRID, ¿CAMINO DE LA CATALEPSIA? Como tenemos una clase periodístico-deportivesca que no se “pué aguantá”, desde que el club de Calderón sacaba al Barça la nimiedad de 9 puntos, ya daban por finiquitada la Liga. Algo incomprensible en gente que vive de la emoción artificial de don balón y de las muchas perras que sueltan los aficionados gracias a ella. Ahora han vuelto a recuperar la fe, cuando la distancia es sólo de dos puntos. El negocio vuelve a renacer de las cenizas prematuras, el muerto blaugrana goza de excelente salud y ahora quien parece tener una anemia próxima a la catalepsia es el club de don Bernardo, más conocido en los ambientes como Schuster. Nada es verdad ni mentira, salvo todo lo contrario, pese a lo cual hay quien ya ve en su bolita de cristal que los merengues se van a dar un costalazo descomunal de aquí hasta que acabe el invento. Y ya hay un culpable, claro. Un tal Walter di Salvo, el preparador físico del Madrid. Ni Schuster puede interferir en sus métodos de trabajo. Lo tiene excluido por contrato. Di Salvo está incluso por encima de los médicos del club. Le han dado libertad total para comprar todo tipo de artilugios, para contratar los especialistas que desea, percibe casi un millón de euros y la enfermería del Bernabéu la tiene a tope de jugadores por culpa de las lesiones, justo lo contrario de lo que vaticinaba el amigo. Algunos jugadores, como Pepe o Heinze, acumulan más de cien días de baja. Y lo peor: en la campaña 03-04, la del mayor hundimiento en la historia del club, cuando perdió la Liga pese a llevar al Barcelona 21 puntos de ventaja, ¿saben quién era el jefe de la preparación física? Un tal Walter di Salvo. Así que todas las alarmas han saltado en Casa Calderón y algunos pesimistas redomados ya empiezan a ver en peligro la Liga. Claro que uno no sabe qué es peor, si que el entrenador no pinte nada en la preparación física o que sus jugadores sean unos bobos redomados. Recibir un gol del Getafe como el del domingo pasado –mientras ellos festejaban uno que no subió al marcador- debería ser penalizado con doscientas avemarías, seiscientos padrenuestros y 300.000 euros por barba, destinados a mitigar el cambio climático. ¿Tampoco se ocupa Schuster de esas cosas tan elementales? Así hasta el Puñetas es capaz de entrenar al Madrid, que con estas cosas, sigue siendo Irreal en mi imaginario. (La parte informativa de este comentario ha sido patrocinada por el Diario El Mundo, en su edición nacional del 26 de febrero).

NADAR SIN GUARDAR LA ROPA. En Australia una avispada modista se ha inventado el burkini, un traje de baño con más ropa que un pijama, destinado a las mujeres musulmanas que desean bañarse en público sin provocar la lascivia de los machos y hembras circundantes y, de paso, sin dar celos a sus varones, familia y clérigos de cabecera. El invento es bien caro pero merece la pena. Las dos primeras que lo han utilizado (en la liberal Holanda) han conseguido pasar completamente inadvertidas. Hasta Marte han llegado los ecos de la noticia y las fotografías, pese a lo cual nadie sabe si las susodichas son guapas o feas, jóvenes o maduritas, trabajadoras o empresarias. Como es natural al Puñetas le importa una higa como vaya vestido el personal en una piscina o en la playa, siempre que lo haga con modales correctos y vaya limpio de pies a cabeza, que para quitarse la pátina ya se han inventado las bañeras y las duchas. Sin embargo, no ve uno muy práctico semejante trajecito a la hora de hacerse unos largos en una piscina: el nadador que va detrás podría quedarse atrapado entre tanta ropa y la situación trocaría en inquietante. Hace años, en un pueblo de Italia, la comunidad musulmana más mojigata, pretendió que se hiciera una piscina sólo para que sus mujeres pudieran bañarse lejos de los ojos de los machos del pueblo. Aquello fracasó, pero parece que lo del burkini va a tener más éxito. Hasta es posible que otras mujeres (especialmente las feministas más radicales) vean interesante la nueva moda. Lo que parecen desconocer sus promulgadores y quienes se la ponen es que a los machos venidos a menos nos excitan más las mujeres vestidas, máxime si están rodeadas de otras con las carnes al viento. Somos tan depravados que avistamos el mayor placer en lo insinuado, lo imaginado, lo prohibido. De esto no se han enterado modistillas, clérigos y beatas, a lo que se ve. Otra cosa es que bañarse en una piscina con las desnudeces sólo en los pies, las manos y media cara nos retrotraiga a los tiempos de María Castaña en esta Europa tan desvencijada y artrítica, pero bien venidos sean si como ha dicho el director del Centro Holandés para el Desarrollo Multicultural, un tal Sadik Harchaoui, "el uso del burkini contribuye a la participación e integración" de las mujeres musulmanas. La pregunta puñetera es ¿qué entenderá éste tío por integración? Por mí, oiga, como si se quieren integrar nadando en pelota picada…

24 de febrero de 2008

EL ARTÍCULO QUE NUNCA SE PUBLICÓ


¡SÓLO ES FÚTBOL, IDIOTAS!

A mediados de abril de 2004, España ardía por los cuatro costados: el Real Madrid galáctico de Ronaldo y Zidane estaba en una profunda crisis. Se me ocurrió escribir un articulillo sobre el particular pero no logré colocarlo en ningún medio internetero, aunque fuese en forma de largo comentario. Sólo el título debía provocar urticaria a los meapilas de turno. Fue uno de los detonantes para, ocho meses más tarde, decidirme a hacer esta bitácora. Hoy, permítamelo lector, rescato aquel libelo. He escrito cosas mucho más duras y críticas en estos años, pero aquel fue una muestra de que hay ciertas cosas que no se pueden publicar alegremente en según qué sitios: ¡el fútbol es una cosa muy seria! Hoy día me parece hasta ingenuo. El tiempo no pasa en balde, aunque en cualquier momento se puede repetir la historia.



“Un drama tiene dividido al mundo mundial en estos momentos. No es la guerra de Irak, que nos la ponen hasta en la sopa y nos la trae floja. Es la crisis del Real Madrid.


Los cimientos de la civilización se tambalean. “¡Los galácticos no curran!”, grita indignado a los jugadores un tipo barrigón que en su vida ha dado un palo al agua y que en vez de estar ganándose los garbanzos –pues es día laborable- como todo hijo de vecino, está de picos pardos mirando el entrenamiento de sus ayer adoradísimas estrellas y hoy despellejadas como vulgares pollos de corral.

“¡Han perdido el copón ante un equipillo como el Zaragoza!”, vocifera un don nadie que se cree alguien porque –no tiene ningún mérito- se ha hecho del Real Madrid para así presumir de algo. Como si los maños fuesen unos comparsas polichinelas en la fiesta de don balón.

“¡Menuda vergüenza perder con el Mónaco y Osasuna, habría que caparlos, que lo único que hacen es follar a todas horas!”, grita envidiosillo un mamoncete de esos que cuando las cosas van bien destila más baba que diez mil caracoles, pero que cuando empeoran se le transfigura el ánimo y no deja títere con cabeza.

“¡Sólo es fútbol, idiotas!”, proclamo modestamente levantando la voz entre tanto griterío zumbón. Fútbol: un antiguo espectáculo devenido en pan circensis y que mantiene al personal ocupado las 24 horas del día, los siete días de la semana, la mayor parte del año. Nunca tan poca cosa dio tanto que hablar. Y en el circo hasta las mejores estrellas se pueden dar un leñazo de campeonato. Porque, idiotas, ¿acaso no sabéis que los demás artistas, los de enfrente, también participan en el invento, también tienen dos piernas y dos brazos, también quieren ganar y –sobre todo- disfrutan como enanos cuando se enfrentan a aquellos a quienes más envidian porque jamás lograrán llegar a alcanzarles ni en fama ni en pasta gansa ni en polvos?

Cuando uno contempla como a medio país se le caen los palos del sombrajo porque un equipo de fútbol pierde varios partidos (por muy Real Madrid que sea, que de Real tendrá mucho pero de Madrid ni mijita) y se empiezan a perder los papeles tratando a los ídolos poco menos que de delincuentes, entonces uno ha de acordarse por fuerza de cuanto irracional pulula por estos mundos de la Champion, cuanto desgraciao se cree con derecho al insulto y la calumnia porque aquellos a quienes voluntariamente paga un dineral por verles escupir y pegar patadas en calzoncillos en una verde pradera rectangular, de vez en cuando también fallan. O mejor dicho, aciertan los de enfrente.

Joder cómo está el patio. Si esto pasa con estos tíos tan guapetones, simpáticos y millonarios como los tipos que visten la camisola madridista, no quiero ni pensar las navajas y las granadas que se estarán preparando por Vigo, Mallorca, Murcia o Barcelona el día cercano que alguno de sus equipos de mentirijillas desciendan de categoría. Porque algunos tienen que descender, y sólo uno puede ganar la copa coponera. ¡Digo yo! Y no siempre van a ser los mismos. Hay que ser muy idiotas para no entenderlo. Que al campo ha de irse a disfrutar, a pasárselo bien, a contar unos chistes y tener unas risas. Que lo de la pelotita es una comedia y no un drama y que a nadie se le obliga a tener un equipo preferido ni a pasar por taquilla. Y el que no esté de acuerdo que se haga socio del Zarzaparrilla Club de Fútbol, que milita en novena regional y que cuando finaliza sus partidos sus jugadores lo celebran tomándose unos chatos de vino con los rivales de turno, sea cual sea el resultado. Y el aficionado que quiere, se apunta al cortejo. Además, que ya está bien de tanto tío barrigudo y comodón que sólo hace deporte sentado en la fila 8 detrás de la portería, o en el sillón-gol de su casa viendo el plus”.

20 de febrero de 2008

¿NO VA MÁS? - CHURREROS

¿NO VA MÁS? El Instituto de Investigación Biomédica y Epidemiológica del Deporte en Francia ha publicado un amplio estudio en el que afirma que dentro de 20 años no habrá más marcas deportivas porque "se habrá alcanzado el límite de las capacidades fisiológicas de la raza humana". O sea, que estamos tocando fondo. Por ejemplo, considera biológicamente imposible que un velocista corra algún día los 100 metros en 9 segundos sin ayuda. Mientras que hace casi cien años los atletas funcionaban al 75 % de sus capacidades fisiológicas, hoy día lo hacen al 99 %. El dopaje puede alterar este modelo (quizás lo viene haciendo desde hace años), pero no hay vuelta de hoja: estamos cerca del fin. Incluso el estudio sugiere un cambio de unidades para seguir manteniendo un poco la ilusión de los récords: medir en milésimas de segundos, en gramos… No es mala idea que el próximo record del mundo de lanzamiento de peso supere en un milímetro al anterior. Claro que llevar al límite de su capacidad al cuerpo humano (con lo que representa de riesgo y de lesiones el deporte de élite) para hacerlo en tan ridícula medida puede sonar a chifladura total pero, o el kiosko sigue abierto (aunque sea vendiendo ilusiones infinitesimales) o lo cerramos por defunción. Piensa el Puñetas, sin embargo, que todavía hay una posible mejora con el doping no detectable y con la llegada de virguerías tecnológicas aplicadas a las pistas y a los materiales fungibles. Ya saben: camisetas que disminuyan el rozamiento con el aire, zapatillas que eleven la velocidad cinética del corredor, piscinas con agua tratada para que oponga menor resistencia al nadador, pistas de atletismo de piso más deslizante… Tecnología punta al servicio de una milésima de segundo o de un gramo de más. Claro que otra alternativa nada desdeñable sería la del atleta cibernético: esa intervención médico-quirúrgica de los atletas con posibilidades para dotarles de recursos propios añadidos. Igual que Filomena o Ataúlfo pasan por el quirófano para mejorarse las tetas, la nariz o las adiposidades, porqué no pensar que puedan hacerlo muy pronto para elevar su resistencia aeróbica, ver más allá de lo normal, aumentar sus poderes extrasensoriales o vaya usted a saber qué nuevo invento. El circo del espectáculo deportivo quizás todavía no ha dicho su última palabra.


CHURREROS. “Luis Aragonés, a quien Pablo Aranda definió en un golpe de talento como ese señor que los domingos tenemos delante en la cola de los churros, le está poniendo vida al opio del pueblo. Aragonés no corta el género con polvo de talco o tiza, que es lo que hacen los peloteros cuando se ponen delante de un micrófono y nos intentan explicar dentro de sus luces que el mundo es redondo. No, Aragonés está mejorando ese opio con añadidos que parecen traídos propiamente de las altiplanicies colombianas, donde fecunda la cocaína pura, el estímulo de los viejos dioses. Siempre ha tenido el Sabio de Hortaleza predilección por ese adobo inconformista, protestón y medio corsario, y en los últimos tiempos la veta la ha encontrado en Raúl. Con ese cuento y esa pasión colectiva a cuestas pasó esta semana por Málaga, y aquí acabó de destaparse pidiéndole a la Federación -como los viejos pistoleros que peleaban solos contra un sheriff corrompido y toda su ralea de ayudantes, banqueros y pichaflojas- que fuese a por él, que lo echase a la calle de una vez, que eso era lo aconsejable. Mientras, Raulito ejerce de chico comprensivo y habla de integración y del bien de España, como si fuese un político en campaña, haciéndose el empalagoso y cansándonos mucho, porque uno está muy cansado de esa actitud y de esos cortadores de hierba por lo bajo, sin ruido y sin vergüenza”. (Fragmento del artículo publicado por Antonio Soler en el Diario SUR un día 10 de febrero del año que peligrosamente vivimos. Gracias, maestro…)

17 de febrero de 2008

CUANDO LA MEDICINA ES CIEGA


Vivimos cada vez más en un mundo lleno de paradojas. La benéfica soja, plantada en la selva brasileña, la desertiza. La medicina es capaz de operarte de medio cuerpo en unas horas, pero incapaz de sanar una vulgar gripe en un par de días. Llegas antes a cualquier capital europea, vía aérea, que al pueblo que dista 200 kilómetros de tortuosa y descacharrante carretera. Los chavales saben manejar como rosquillas las teclas del ordenador o el móvil, pero los dedos se les hacen huéspedes cuando se trata de empuñar un simple lápiz o bolígrafo. Somos una perpetua y casi cruel paradoja.

Demos hoy un buen repaso a la medicina más tonta y ciega del momento. Esa que te pide que no te automediques pero que te receta lo primero que le viene a la memoria o al bolsillo, sin saber si la droga es incompatible con alguna peculiaridad de tu cuerpo serrano. La misma que, cuando llegas a urgencias con un esguince de tobillo leve o moderado, te venda media pierna, salvo los dedos del pie, te manda un anti-inflamatorio que te hará polvo el estómago y te condena a estar quince días con una garrota o unas muletas, sin poder apoyar el pie ni hacer vida normal.



-Pero, oiga, que yo he visto a Raúl hacerse un esguince más fuerte en un partido contra el Zaragoza y tres días más tarde el tío corría como un gamo en otro partido. ¿Por qué no me aplica, doctor, la misma medicina que a mi jugador preferido?



Ya señalaba en otro artículo del Arco que, como en tantas otras cosas, los curritos y la morrallita, señor, vamos por un lado y por el otro la gente que tiene pasta y gasta celebridad. En efecto, a Raúl o al marqués de Carabás, le arreglan el esguince tobillero en un periquete –sigamos con el ejemplo que he vivido hace unos días en primera persona-, mientras que a ti, pobre desgraciado, te mandan para casa y para el sofá, con el único aliciente de que así podrás tener la baja laboral durante quince días (aunque a más de uno la cosa le ha costado el despido, por meter la pata donde no le llaman, dejando desamparada a mamá empresa).


-Mí no comprender, señor paciente. Así se curan todos los esguinces de tobillo desde que el mundo es mundo y dios creó la medicina moderna. Mucha venda, mucho reposo y tararí que te vi. Y si luego no queda bien la pata, usted sabrá qué demonios ha hecho con ella durante el periodo de reposo...



En estas que el paciente traga, porque es un ignorante o se le convence fácilmente, pero horas más tarde se informa debidamente, acude al doctor apropiado –sí, ese que trabaja con deportistas y que, por tanto, sabe de qué pie cojea cada uno-, y previo pago de al menos 50 eurillos consigue que en un par de segundos el astrágalo del pie retorne a su sitio –porque muchos esguinces provocan un desplazamiento de tan famoso huesecillo-, logrando salir de la consulta en unos minutos sin muletas y con saltos de alegría dignos de un pertiguista. ¡Milagro, milagro! –gritan los que esperan ser recibidos a continuación por ese médico que sólo ha practicado una sencilla manipulación, al alcance de cualquier matasanos, si le diera la gana de aprender. De modo que lo que iba para quince días de paro forzoso y otros quince de ejercitamiento físico en plan “mírame y no me toques”, gracias a las hábiles manos de un doctor que sabe del tema, puedes a los diez minutos estar bailando un tango y en una semana dando patadas a una pelota. Y si quieres seguir gastándote productivamente el dinero y aligerar la recuperación, te vas a un buen fisioterapeuta y con sus masajes y toqueteos, lo mismo en tres días andas y trotas como antes del infausto esguince. Igualito que el Raúl de marras…



Y digo yo, que ya que no saben o no quieren en las urgencias o en consulta de traumatología sanarte adecuadamente, al menos podrían decirte que te vayas a ver un buen profesional que entienda de estas cosas, que haberlos, los hay y más de lo que creemos. Pues no, ellos siguen a lo suyo, ciegos, haciéndotelas pasar canutas cuando en muchas ocasiones el remedio es rápido y sencillo. Paradojas del invento, los que tendrían que sanarte en plan bueno, bonito y barato, te dejan hecho unos zorros y si te he visto no me acuerdo, o vuelva usted mañana que le aplicaremos otro vendaje más resultón. No hay peor ciego que el que no quiere ver.

13 de febrero de 2008

LA AVARICIA ROMPERÁ EL SACO FUTBOLERO - SE ALQUILA EL NOU CAMP POR CUATRO PERRAS GORDAS

LA AVARICIA ROMPERÁ EL SACO FUTBOLERO. Nadie con dos dedos de frente puede argumentar que el mundo económico del fútbol está instalado en la racionalidad. Los clubes llevan tirando la casa por la ventana desde hace la tira de años. Sus gastos son descomunales y sus ingresos pueden empezar a irse a la porra a la más mínima ventolera. Si desciendes a Segunda División, la jodiste, hermano: la crisis económica es casi segura. Si eres un equipo de los grandes y no logras asomar la nariz en alguna competición europea, el presupuesto se irá a pique y vendrá el tío Paco con las rebajas de enero, febrero y de todo el año. Los gastos en sueldos, fichas y perendengues son desmesurados. Un economista serio no duraría una auditoría en un club futbolero: se lo llevarían infartado para el hospital más cercano tras un par de horas de investigación. Presumo que el dinero negro no corre, vuela, y que la vista gorda de la Administración cada vez es más miope. No sólo no huele los chanchullos sino que encima da dinero a fondo perdido a muchos clubes por aquello de que “representan a la ciudad”. ¡Tendrán cara! Los millonarios contratos televisivos palian un poco el derroche económico, así como las recalificaciones urbanísticas de los viejos estadios, vulgo pelotazos. Mientras tanto, cientos de partidos por temporada, para hacer caja y sacar los cuartos a los feligreses. Acabarán por romper el saco con tanto avaricia, tanta trampa y tanto precio por las nubes. Para ofrecer un espectáculo paupérrimo la mayor parte de las veces, rácano, resultadista. El personal, tarde o temprano, iniciará la desbandada de los estadios. Sólo es cuestión de paciencia y de hartura. Ni alquilar el campo (como quiere hacer el Barcelona) les salvará de la debacle. Moriremos todos de hastío, agnósticos o ateos perdidos frente a la fe futbolera. Un resfriado y muchas constructoras de pisos se están reconvirtiendo en fábricas de chabolas. Por avariciosas y robaperas. Por tomar el pelo y el bolsillo al personal en una cuestión de primera necesidad. Qué no pasará a esos devoradores de recursos y derrochones de pasta gansa que son los clubes de fútbol más sagrados. Ni la ayuda desvergonzada y excesiva de las telecacas podrá salvarles. Salvo que los clubes, los dirigentes locales, nacionales e internacionales empiecen a meter la tijera al negocio. Igual que tantas cosas, incluido el cambio climático, la crisis llegará en un par de horas. Y entonces, ¿qué vamos a hacer con media vida entregada a una fe especuladora y más falsa que Judas? O se ponen las pilas o se van a freír espárragos. ¿Qué será de nosotros, huérfanos y desamparados? Bueno...¡siempre nos quedará el parchís o la oca!

SE ALQUILA EL NOU CAMP POR CUATRO PERRAS GORDAS. El departamento de mercadotecnia del F.C. Barcelona, que tiene que ganarse el sueldo sacándoselo a los demás, ha tenido la feliz ocurrencia de alquilar el campo a la finalización de la Liga. Más o menos, durante dos meses, a partir de los cuales el césped se renovará totalmente a ver si así a las vacas sagradas del vestuario culé les apetece nuevamente tragarse la hierba y lo que haga falta con tal de conseguir un nuevo título. (Se ve que se hartaron hace dos temporadas y han perdido el apetito). Y como se creen los mercadotécnicos esos que al personal le sobra el dinero y que antes que gastárselo en putas o en cerveza lo harán con más gusto dándoselo a ellos y al club que los ha contratado, han tenido la genial idea de alquilar el campo a 40.000 euros por partido. Tiro de calculadora y me sale la bonita y modesta cantidad de 7 milloncejos de las antiguas pesetas, incluyendo ya el uso del autocar del club, el jugar de noche o el DVD del partido. Ah, y las propinas… Y si añadimos otras delicatessen declaradas y no declaradas, la broma puede irse a los 10 millones, IVA incluido y árbitro remunerado. Hasta las alineaciones se cantarían por megafonía, habría fotos de recuerdo, un diploma acreditativo y una camiseta oficial personalizada. Supongo que el orgasmo de los paganos/as también estará contabilizado en el precio, porque semejantes virguerías sólo pueden llevar al mayor de los éxtasis: correrse de placer en el mismísimo Nou Camp. (Pronto saldrán también ofertas para hacerlo en el Bernabéu y otros conocidos centros de felicidad). El Puñetas va a empezar a ahorrar desde ya mismo para ponerse en cola y, junto a otros feligreses amigos y simpatizantes, acercarnos al ara del Barcelona para oficiar allá por el veranillo el ritual que siempre hemos estado esperando: besar por unas horas el suelo que pisan nuestros dioses. Yo, incluso, tras pagar 40.000 euros, estoy dispuesto a comérmelo: tiene que saber a puro néctar. Hum…Ahhhh…Ohhhh…

10 de febrero de 2008

SOY UN PATÁN SIN SENTIMIENTOS

Desde que “ahorrar es revolucionario” (slogan del diario progresista “Público”, en su campaña de cultura gratis los fines de semana: una peli, un cuento y un librito de pintura), el Puñetas se ha apuntao a gastarse un euro cada uno de esos tres días para, al mismo tiempo que se llena las manos de tinta leyendo las cosas que interesan a don Ignacio Escolar, Manuel Rico y otros ilustres periodistas de izquierdas, poder ser un revolucionario de sofá ahorrándose un dinerillo en la cosa de la cultureta, que viene muy bien para gastar en otras necesidades más perentorias como el pan, la leche y el aceite.



Como era de prever, el diario más a la izquierda de este país dedica muchas páginas al mundo del famoseo, el cine y el deporte. También el mundillo del espectáculo se ha vuelto revolucionario últimamente. Pero entre col y col te encuentras un buen pepino. Así que hoy, que no tengo un gran tema que echarme a las teclas, voy a fusilar literalmente un articulillo que “Público” puso en su página 59 del domingo 27 de enero de 2008 para solaz y entretenimiento de sus queridos y cultos lectores. El mismo se titula “Lo sé, soy un patán sin sentimientos” (escrito por José Ramón Pérez) y dejo a la apreciación del lector cómo interpretarlo. A mí me ha encantado su fina ironía, digna del Puñetas de las mejores tardes, pues no sé si el autor habla en serio o en broma. Publicándose en el diario generalista nacional que más páginas dedica al deporte, y ahora entregado con fervor a la cultura regalada en los duros tiempos del canon de la SGAE, sigo en la duda de si su autor está entre los intelectuales que tienen repelús por el deporte o entre aquellos que lo consideran el octavo arte (el séptimo es el cine, ¿no?). Ya digo, me encanta el articulillo que ahora mismito copio de pe a pa:



“Soy un patán sin sentimientos. Mis amigos intelectuales tienen razón: no entiendo de pintura, no me gusta la ópera, el ballet me deja frío. Tímidamente yo intento transmitirles lo que siento al ver a Vince Carter elevado sobre sus compañeros mortales, volando tan alto como Ícaro pero aterrizando con mucha más pericia y, ya puestos, con dos puntos más para su equipo.


Mis amigos ponen los ojos en blanco y me pasan un ensayo sobre Leonardo. No, no Di Caprio. Otro que también fue famoso. “Persevera”, me dicen. Y yo me avergüenzo por mis chuscas pasiones. Pero, pecador de mí, los oigo hablar sobre la delicadeza que exuda El Lago de los Cisnes y no puedo evitar rememorar la imagen de Kaká atravesando el campo con el balón cosido a la bota, escoltado por el felón Gattuso, y esquivando a sus enemigos con invisibles giros y quiebros que siguen la cadencia de una música que sólo él parece escuchar. Porque, desde luego, Gattuso no la escucha.



Me guardo estas imágenes para mí mientras me flagelo interiormente. Pero después se ponen a hablar de los coros de Tanhäusser, y en un descuido se me escapa un tarareo al recordar el You’ll never walk alone entonado por 40.000 almas en Anfield. Mis amigos se desesperan. “Tanto deporte te ha embrutecido”, me dicen, “y por eso no puedes sentir la epifanía que provoca el arte en el espíritu”. Estoy hundido.



Ni siquiera sé lo que es una epifanía, pienso. Pero mi mente ya está otra vez revolcándose en el barro: sin saber por qué, me hace revivir el último gol de mi equipo, y de repente siento que yo también podría volar como el gran Carter. Sí, lo sé: soy un patán sin sentimientos. “

6 de febrero de 2008

FIERAS A UN LADO Y OTRO DEL CIRCO - AVISO A LOS FOROFOS DEL FÚTBOL

FIERAS A UN LADO Y OTRO DEL CIRCO. Buen pollo se está montando en el circo de la Fórmula I por culpa de los gilipo y descerebrados que el otro día extendieron pancartas insultantes y racistas contra Hamilton, amén de largar por esa boquita que dios les ha dado para cagar sin necesidad de tener que ir al retrete. Cada vez abundan más estos gorrinos de dos patas que, por no representar no se representan ni a sí mismos, pero cuya estupidez congénita puede servir de pretexto para que a otros de la misma ralea, pero situados en la orilla o frontera de enfrente, también se les suba el pavo y arremetan en plan canalla e injusto contra los que nada tienen que ver con los indocumentados que empezaron el lío. Así que ya tenemos a los sensacionalistas medios británicos escribiendo que aquí por España hay mucho racista suelto y tal y cual. A lo que desde abajo de los Pirineos se suele responder que proyectan en otros sus propios demonios familiares, o dicho en refrán castellano, que cree el ladrón que todos son de su misma condición. La realidad es que, tanto a un lado como del otro, los comedores de alfalfa abundan en una proporción mínima si los comparamos con la gente de bien, pero no sé como nos la apañamos que al final siempre los imbéciles minoritarios acaban tomando el rábano por las hojas y jodiendo la marrana. Así que desde aquí, en plan fino, mandamos a freír espárragos y buñuelos a los cafres de uno y otro país que se han subido tan artificialmente a esta burbuja, fastidiando nuestra hermandad de países civilizados sin ninguna necesidad. Lo único en que deberíamos llevarnos fatal los buenos españoles e ingleses es en la gastronomía. En eso somos casi irreconciliables y a mucha honra, pero por culpa de dos millonarios y sus cuatro latas…


AVISO A LOS FOROFOS DEL FÚTBOL.
Queridos amigos: como el Puñetas desea la mejor salud del mundo a todo el mundo (valga la redundancia y la verdad sincera), quisiera deciros a través de estas cuatro letras que médicos alemanes muy sabios han investigado cosas tan interesantes para vosotros, ustedes, como que "la pasión por el fútbol multiplica la incidencia de accidentes cardiacos" (publicado en el suplemento de salud del diario El Mundo). Lo han explicado con nombres rarísimos (que si función endotelial y monocítica…), pero que a la pata la llana significa que la podéis espichar simplemente por culpa de un penalti, un gol en el último minuto o una tarjeta roja enseñada por el arbitrucho a vuestro jugadorazo preferido. Ya avisados, ¿creéis que merece la pena irse al otro barrio por semejantes sandeces? Sí, ya sé que de algo hay que morirse, pero siempre será mejor de un hartazgo de jamón, de berberechos o de orgasmos que de goles. No sé si algunos apreciáis la diferencia, aunque sobre gustos ya dijo el clásico que no hay nada escrito. (El clásico de marras era analfabeto por parte de libro…No sé si lo barruntábais). En todo caso, sugiero que antes de empezar la temporada, los más exaltados y ansiosos, os hagáis un pequeño chequeo (paga la Seguridad Social) para prevenir males mayores. O en todo caso, ya que os gusta tanto el deporte, je, je, que os preparéis físicamente a lo largo de la temporada –por supuesto en los días en que no televisan ningún partido- para que así vuestro sistema cardiovascular esté tan entrenado y saludable como el de vuestros idolillos peloteros. Sé que este aviso sólo va dirigido a una mínima parte de los aficionados al futbolín, pero me daría con un canto en los dientes si con mi discursillo y recomendaciones consiguiera salvar la vida de un solo forofo. De nada, majetes.

3 de febrero de 2008

GRAN HERMANO TAMBIÉN HACE DEPORTE


En plenas fiestas navideñas (y no era precisamente el día de los Inocentes), me desayunaba el pan con aceite de rigor con el siguiente titular periodístico del diario EL MUNDO: “¿Gran Hermano en el atletismo? Los campeones olímpicos Kluft y Holm proponen implantarse GPS en la piel para combatir el dopaje. Entienden que han fracasado los sistemas vigentes de localización de los atletas”.

-Así se sabría donde estamos para pasar un control sorpresa –dijo la plusmarquista europea de Heptatlón.



El mismo periódico buscaba pareceres al respecto procedentes de algún aborígen doméstico, así que recurrió a “la mejor atleta española de 2007”, Mayte Martínez para los amigos. La guapa vallisoletana aprovechó la ocasión para demostrar que a moderna y tecnológica no le gana nadie.



-Me pondría el GPS, los que estamos limpios no tenemos nada que ocultar.


Con lo bonito que es perderse por ahí, lejos de las miradas habitualmente cercanas e inquisidoras. Alejarse fuera del barrio y no saber por donde andas… Algunos vamos a tener que empezar a reclamar el derecho humano a no ser controlados, ni fiscalizados ni perseguidos ni localizados… gratuitamente. El Puñetas, bicho raro, casi nunca lleva móvil o lo lleva durmiendo y el GPS ni lo huele. (Una maldad, pero es que no puedo resistirla, leñe: algunos/as van a acabar por usar el GPS hasta para encontrar el WC de su casa. Te acostumbras a una maquinita que te dice siempre por donde tienes que ir para no perderte y acabas follando con ella al lado, por si las moscas. Vienen tiempos aún más estupidizantes y tontuelos que los que tenemos...).



-Bale lla, Puñetas. Déjate de grasietas y be ar grano purulento…



Pues sí, Ardilla. El asunto es que hay gente suspirando porque le aten una cadena al cuello o al pie. Unas veces por simple masoquismo (la naturaleza no es tan sabia como nos la pintan) y otras por pura conveniencia. Así que lo mismo que Rafa Nadal habla de “locura total” cuando critica la forma de controlar a los deportistas en su vida cotidiana para evitar el doping, hay otros que no sólo les parece bien que unos vampiros les controlen la yugular todos los días del año, estés donde éstes, con quien estés y a la hora que sea, si no que hasta piensan darles todas las facilidades del mundo.


A los deportistas encantados de ventilar su intimidad a todas horas a tipos extraños, así como de tirar por el retrete sus derechos más democráticos –por ejemplo, que los patronos te dejen en paz cuando no estás trabajando- les recomiendo que se implanten el GPS en el mismísimo cerebro, donde será más efectivo que en la piel. Si de lo que se trata es de ganar medallas limpiamente frente a la escoria que rivaliza contigo previa ingesta de tropecientas sustancias dopantes, a lo mejor hasta les asiste la razón y el interés crematístico-deportivo. Pero si antepones la corona de laurel y el éxito a tu dignidad como bichejo humano y como ciudadano, pues entonces… adelante con los faroles. Hay ocasiones en que ni alumbrándonos con una tonelada de kilowatios somos capaces de localizar la escoba perdida. Algunos, por no encontrar, se miran y remiran y no se encuentran.

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¡Gracias por vuestra plantilla! (El Puñetas, agradecido).