29 de marzo de 2009

DEPORTE Y REPRESIÓN

Ahora que se aproxima la Semana Santa (la Pasión según San Mateo y sus otros camaradas) es el momento de ponerse a reflexionar. Pero como aquí estamos en plan deportivesco, se nos ha ocurrido hoy probar la paciencia de nuestros escasos pero fieles lectores. ¿Qué tal un añejo ladrillo teórico-marxistoide? –les pregunto, con una sonrisilla ladina de conejo. ¡Pero si eso suena muy antiguo! –me contestará algún lector ya entrado en años.

Pues sí, hoy voy a seleccionar algunos párrafos de un artículo titulado “Deporte y represión”, aparecido en la revista marxista “El viejo topo” hace 32 añitos de nada. O sea, que regresamos a la guerra fría, a la vieja URSS y a esos sesudos análisis que por entonces solían publicarse en las revistas serias. Hoy sólo hay revistas superficiales donde lo más profundo que publican es el escote de Madonna. El caso es que yo guardé ese artículo porque me pareció interesante entonces y aunque hoy está bastante apolillado el pobrecico, algunas reflexiones aún pueden tener vigencia y capacidad para despertar algunos sarpullidos en las mentes puras y virginales que pululan por este mundo tan inocentón e ingenuo del deporte de  este siglo XXI. Hoy, pues, vamos de reliquia histórica que a más de un joven lector sonará a chino o maorí. Aseguro que la cosa tiene enjundia y daría para dos semanas pero seré piadoso y sólo le dedicaré el día de hoy. Seguro que gente mucho más docta que yo le saca bastante jugo y hasta es posible que –leyéndolo o recordándolo- se le caiga una lagrimita por los tiempos pasados que –quien sabe- lo mismo cualquier día regresan. (Como la Tierra da vueltas, al final acabamos repitiéndonos más que la morcilla…).   

Vale, pues, de preámbulos –para que luego no digan que no les avisé- y demos paso a algunas perlas del citado artículo, escrito por Pierre Laguillaume, y seleccionadas por el ínclito Puñetas.

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“El deporte se inscribe en el marco de las relaciones de producción que determinan, en lo fundamental, su estructura interna, su naturaleza profunda. En la actualidad, el deporte está determinado por la sociedad capitalista y por las relaciones de clase. El deporte, como todo hecho social, tiene una naturaleza clasista, está fuertemente jerarquizado y cada vez más centralizado. Por eso no existe ningún sector deportivo autónomo. Las federaciones internacionales, el COI y organismos del mismo tipo lo administran, dirigen y controlan. Esta administración es la que determina una práctica mundial del deporte. Toda la estructura organizativa del deporte está basada sobre esta realidad superior. El deporte, como la ciencia y el arte, ignora las fronteras y sus normas y estructura son universales. La unidad que las naciones no pudieron lograr a lo largo de los siglos en el plano político, ha sido realizada por el deporte en su ámbito particular…en menos de 50 años. La unidad mundial del deporte es, sobre todo, política. (…)

Prácticamente todos los países están vinculados a la confrontación deportiva internacional. Cada Estado organiza y controla su deporte nacional a través de sus competiciones, sus campeones, sus records, su comité olímpico y sus federaciones. En la actualidad el deporte se ha convertido en un deporte de Estado. El objetivo de la estatización del deporte sirve evidentemente para coordinar y controlar a las masas, y sobre todo a la juventud, así como para impulsar la vida en un sentido de esfuerzo nacional único. El deporte se ha convertido hoy, totalmente, en un engranaje del capitalismo monopolista de Estado, cuyos sirvientes incondicionales son los CAMPEONES. El campeón no es más que el portavoz del gran capital en el mercado deportivo, el agente propagandístico de la burguesía. El campeón, al servicio de su nación, espera una gratificación del gobierno. El deportista, así, ya no se pertenece: pertenece al sistema, pertenece al Estado. (…)

La ideología deportiva es inseparable de la ideología burguesa. Los grandes ideólogos del deporte (Arnold, Coubertin…) han sido grandes ideólogos burgueses. El campeón es la realización viva del hombre tal como lo desea el capitalismo. El deportista es aquel que, por encima de todas las cosas, ha sabido integrarse en una jerarquía: relaciones jerárquicas entre dirigentes y dirigidos, entre los valores deportivos, entre los competidores. Este principio, basado en la selección, obliga a los débiles a permanecer en la sombra, olvidados, borrados, en el mismo nivel en que se encuentra un obrero que no tuvo la ventaja de heredar de un padre propietario capitalista.  No por casualidad, todas las estructuras altamente jerarquizadas (Iglesia, fuerzas armadas, burocracia) promueven el deporte con tanto desvelo. Trabajo y Patria son las voces de mando en el deporte. Los países del Este  burocratizados han readaptado este slogan burgués: “Listo para la producción y la defensa del país”. La movilización deportiva es una pre movilización patriótica. (…)

El espectáculo deportivo se ha convertido en un ritual obsesivo de masas. Este ceremonial representa la trampa que va a permitir las grandes maniobras multitudinarias. Se trata de un ejercicio ritual de movilización masiva, que cumple una función evidente: controlar a las masas. Al reunirlas periódicamente alrededor de motivos nacionales y chauvinistas, el Estado ejerce una presión ideológica sistemática.  Esta movilización ideológica y física de la población a través del deporte entraña una despolitización masiva de la atmósfera política. Toda la prensa, todos los medios masivos comentan los mínimos gestos de los campeones, los menores incidentes y resultados de los encuentros y dejan de lado la actualidad fundamental. Ello representa la domesticación de la conciencia crítica y más aun cuando se produce una identificación masiva con los objetivos nacionalistas del deporte. Bajo este aspecto el deporte constituye un poderoso medio de condicionamiento político y perfectamente se le puede aplicar el calificativo de opio del pueblo, en el doble sentido del término: por una parte, oscurecimiento de las facultades críticas (evasión, fuga, éxtasis); por la otra, compensación, sustitución de las desdichas reales. A través de la identificación nacional, el deporte configura un poderoso medio de homogeneización y cohesión social y, como tal, es presentado por sus ideólogos. (…)

El deporte, como hecho de masas cotidiano, constituye un espectáculo masivo también cotidiano. La industria ha encontrado en él una importante fuente de ganancia. Los deportistas-mercancía son tratados y manipulados con todos los métodos del marketing aplicados al mercado deportivo.  En efecto, el motor del espectáculo deportivo es el atractivo que ejercen los hombres-espectáculo sobre el público. El valor mercantil (y no su valor de uso, que es nulo) significa, por lo tanto, el dinamismo del espectáculo deportivo. Al atraer a las grandes masas, el espectáculo deportivo representa una especie de consumo cultural que corresponde estrictamente a las necesidades de la producción cultural masiva del sistema. A su vez, el deporte se ha erigido como el ámbito de la mitología laica. Los encuentros deportivos, por el carácter casi sacro y semi místico, han adquirido los rasgos de las fiestas religiosas tradicionales. Ciertas pruebas, particularmente  penosas y esforzadas, se han revestido del carácter simbólico del vía crucis. (…) El deporte como forma de dominación, de represión (competencia, rendimiento) sólo podrá desaparecer en una sociedad comunista”.

Chin, pon…

25 de marzo de 2009

LA EXITOSA HISTORIA DE JACINTO CHAMPÚ


(Aviso a navegantes: Cualquier parecido con la realidad más irreal es pura coincidencia, o sea, que sí…)

Jacinto Champú Gominola vino al mundo un día lluvioso y frío de febrero. Nada más verlo su padre, don Rigoberto Champú Desodorante, experto en Cosmética y Perfumería,  pronunció estas vaticinadoras palabras:

-Jodé, qué cabezón tiene el chavea… ¡Y qué redondo…! Pa mí que éste le va a dar al baloncesto…
-Rigo… -dijo con apocada voz la parturienta, o sea, su esposa-, no te has fijado bien. ¿No ves  unos pentagonitos de pelo en su gordita cabecita? Nuestro hijo tirará más por el fútbol…

Doña Benigna Gominola Chupachups, predestinada por sus apellidos familiares a trabajar en una tienda de chucherías durante toda su vida, era más perspicaz que su maridito. “Además –concluyó la susodicha-, las patadas que me daba cuando lo tenía en la barriga eran más propias de un futbolista que de un canastero…”.

En el colegio, Jacinto Champú pronto destacó en cómo manejaba el balón con destreza y puntería. Varios cristales de las aulas en que estuvo fueron reventados a conciencia pues el mozo odiaba las clases. Sólo lograba realizarse como ser humanoide jugando a la pelota en el recreo. Durante esos treinta minutos se transformaba en un  ser apasionado dispuesto a todo con tal de ganar el encuentro.

-Este chaval será leñador cuando sea mayor –se oyó una vez decir a un profe que andaba por allí.
-¿Cómo lo sabes? –le preguntó otro.
-Por la leña que reparte cuando juega al fútbol.

Pero a Jacinto Champú le visitó la mala suerte, ya mozalbete larguirucho y desgarbado por aquello de la adolescencia. Un pésimo día le tocó a él recibir una entrada criminal de otro apasionado del “no pasarán”. Rotura de los ligamentos cruzados de ambas piernas, evaporación de la rótula izquierda, meniscos triturados por cinco sitios, esguince de ambos cuádriceps y unas cuantas cosillas más, pero éstas sin importancia. No quedó para una silla de ruedas pero nunca más pudo volver a disputar un encuentro.

Sus padres quisieron entonces encaminarlo por la vía del negocio familiar, pero Jacinto dijo que nones, que lo suyo era el fútbol y que se ganaría la vida con él, mas como su cerebro estaba peor que sus piernas, entendió juiciosamente que no podría ser entrenador  o utillero. Aunque todavía era demasiado joven para desempeñar puestos de responsabilidad, pensó que si se camelaba a la directiva del club de sus amores, podría llevar una vidorra plena en aquel mundo que tanto le narcotizaba. Primero fundó una peña deportiva bastante golfa dispuesta a sembrar el pánico en los estadios, cobijada bajo banderas ultras, gritos horripilantes y petardazos. Pronto encontró numerosos camaradas de tropelías, que le aceptaron y adoraron como si fuera un becerro de oro (bueno, algo tenía de becerro, para qué les voy a engañar). Un poco más tarde consiguió el elogio de la directiva, incluyendo un chiringuito dentro del propio estadio para  guardar en él toda la artillería con que defendía a capa y espada al equipo de sus entretelas y frenesíes.

Jacinto había alcanzado bien pronto sus objetivos estratégicos: era utilísimo a los intereses del  club y de sus dirigentes, aunque alguna vez –llevado por su fanatismo tan ardoroso y arrojadizo- se le fue la mano y metió la pata y el pedrusco, con lo que las autoridades deportivas no tuvieron más remedio que verse obligadas a cerrar el campo durante algunos partidos. A él, en cambio, se le habían abierto todas sus expectativas: su peña siempre era invitada a seguir al equipo para que animase a los jugadores y aficionados propios y desanimase con sus gamberradas a los ajenos. Incluso le pusieron un sueldo mensual, pagado con dinero opaco o traslúcido, no sé. Empezó a ser una institución en el equipo. Su pasión era muy útil y eficaz, como así se acreditaba partido tras partido. Consiguió que el campo se convirtiese en un bastión casi inexpugnable donde todos los rivales caían como moscas impresionados por los cánticos, los insultos, las amenazas y alguna pedrada que otra. Los aficionados contrarios le temían tanto que  rehusaban acudir a aquel campo tan conflictivo donde reinaban tipos tan cafres. Cuentan las crónicas que Jacinto Champú empezó a ser valorado más que los mismísimos jugadores y que en algunas ocasiones en que lo requirió, el propio club puso a su disposición una avioneta con piloto automático para que cumpliera con sus obligaciones extradeportivas.

Nuestro héroe, desheredado por sus padres al comprobar que aquel hijo de cabeza tan redonda y hueca les había salido rana y faltón, sólo tenía una preocupación cuando comprobó que su negocio iba a toda vela.

-Tengo que encontrar entre la tropa una tía que se me parezca, aunque deberá ser más guapa y estar más jamona. Quiero tener un hijo para enseñarle mis amplios conocimientos sobre el tema. Por mucho que yo me empeñe jamás conseguiré que nuestro equipazo gane la Champion algún año de estos pues nos falta experiencia y pasta, pero si consideramos el asunto a más largo plazo, mi hijito podrá conseguirlo siempre que aprenda todo lo que yo sé, que es mucho y bueno… Hay que empezar buscando un jeque y un capo de mucho prestigio y luego ya ficharemos a los mejores jugadores del mundo… Yo sólo no puedo desempeñar tan histórica misión. 

Como loco –aquí uso la palabreja anterior en su plena acepción, o sea, la psiquiátrica- anduvo un par de  temporadas buscando a una chavalota que tuviese una genética digna de su alto rango futbolero. Por fin consiguió enamorarse de una tal Tomasita Pedorreta, tan cabeza hueca como él, hincha acérrima del equipo y de armas tomar cuando se ponía la bufanda y el pasamontañas en los partidos de casa. Aquella mujer era un Jacinto con tetas. Como era de esperar no pararon hasta tener un churumbel, mofletudo, sonrosado y de cabeza balompédica. Jacinto Champú es ahora un hombre feliz  y más que lo va a ser en cuanto su chavea crezca un poco y empiece a ayudarle en su titánica misión de llevar a su equipo a la cúspide del fútbol europeo y mundial. Jacintillo, que así se llama el nuevo monstruito, ya apunta maneras (ver fotillo en plena faena), tal como su padre le ha ido enseñando en los pocos años que lleva de vidilla. Acuérdense de este nombre: Jacintillo Champú Pedorreta. Hará historia…  
    

22 de marzo de 2009

SUPERLIGA EUROPEA: RECOLOCANDO AL PERSONAL

 
La semana pasada se empezó a hablar nuevamente de la Superliga Europea. Parece que para 2012 puede ir en serio. En este enlace se explica más o menos de qué va el asunto pero lo resumiremos en cuatro letras: se trata de que los grandes clubes europeos puedan seguir tirando la casa por la ventana sin que sus economías queden maltrechas. De sobra es conocido que todos ellos (Milan, Bayer, Manchester, Madrid, Barcelona, Ajax, Liverpool, Juventus, etc) se juegan media vida si no consiguen en sus Ligas uno de los primeros puestos que les garantizan estar en competiciones europeas en el año siguiente. De no conseguirlo, el dineral que pierden amenaza con hundirlos en la miseria. Normalmente no suelen tener muchos problemas como lo demuestra el que todos los años suelen ser siempre los mismos quienes juegan la Champion, salvo algún invitado de piedra u otro al que le tocó la lotería.  Sin embargo, lo que les encantaría es tener asegurada la bicoca sin necesidad de ganársela todos los años en la liga de casa donde –además- se aburren como una ostra…

Por eso, desde hace varios años, los equipos grandes de Europa (los ricachones), vienen intentando organizar ellos solitos una Liga Europea. Naturalmente, ni la UEFA ni las Federaciones Nacionales van a consentir que se salgan con la suya pues entonces de qué van a vivir todos los parásitos que pululan en estos organismos. Además, estos “microorganismos” realizan una alta misión de “Estado”: defender a los equipos chiquititos y pobretones. Nadie se lo cree pero hay mentiras todavía más gordas que nos cuelan al populacho, así que por ahora se están saliendo con la suya. Mas como los ricachones empiezan a estar endeudados hasta las cejas, necesitan aumentar la cuota de mercado y, encima, jugar todo el año contra equipuchos del montón como que no les motiva mucho ni incrementa en demasía la caja, han decidido -al parecer- aliarse con los parásitos y organizar una descafeinada Superliga Europea, punto de partida de lo que al final intentarán lograr: que sólo jueguen entre sí los peces gordos y los pequeñuelos que se las apañen en la charca como puedan. 

¿Cómo lo ve, amable lector? Pues yo lo veo estupendamente. Basta ya de viajar a Soria, Valladolid, Getafe, La Coruña, Bilbao o Málaga para jugar unos partidillos contra los equipuchos de allí, a los que hay que ganar obligatoriamente al ser muy superiores, por lo que si se vence no tiene mérito alguno y si se pierde, luego en casa espera la soga del ahorcado. Jugadorazos que cobran millonetis de billetes no pueden tener motivación ni moral alguna cuando se enfrentan a  jugadorcitos de puebluchos perdidos en el mapa y que no llegan a cobrar –todos juntos, ojo- ni la mitad de lo que cobra la estrella principal del equipón grandón. Además, dónde se ha visto que los pobres duerman una noche en el Ritz o que vistan harapos de Valentino o Dior. Cada cual debe estar donde le corresponde. Lo mejor sería que los equipos ricachones jugasen entre ellos (y para eso hay que abrirse al espacio europeo), que los de clase media lo hagan entre sí en las competiciones nacionales y que los muertos de hambre se dediquen a la cosa autonómica, que ya es bastante.

Si son los equipos ricachones los que tienen los mejores jugadores del mundo, los mejores campos, los entrenadores más preparados, las aficiones más guapas y educadas, la prensa más adicta y cegata, no sé a cuento de qué no rompemos ya la baraja y hacemos que el furbo sea como la vida misma: cada cual con cada cual. Si ningún inmigrante o pobre  quiere vivir en alguno de los grandes barrios residenciales de las ciudades más importantes y señeras de Europa, ni se les ocurre acudir a los restaurantes Michelín a comer una riquísima tortilla de patatas, siguiendo la misma lógica económica y social, no sé porqué van a tener que convivir durante 180 minutos (en partido de ida y vuelta) los grandes dioses balompédicos del Real Madrid y el Barcelona con los falsos idolillos de cualquier equipote de provincias o de barrio. ¡Qué ganas de mezclar las churras con las merinas…!

Voto porque se haga pronta realidad esa Superliga Europea de los Grandes Equipazos del Gran Fútbolín para que se peleen sólo entre ellos y que nosotros lo veamos y, sobre todo, lo paguemos.  La morralla sobrante, sí, el 99,99 % de los equipuchos, que se repartan las migajas entre ellos y se arreen la badana en las ligas nacionales y autonómicas o regionales. Y el que no quiera, que se dedique al fútbol-playa en el verano y luego que pase el cepillo entre los bañistas. Lo único malo de este “poner las cosas en su sitio” es que los Madrid-Barcelona y viceversa que entontecen el país varias veces al año nos iban a parecer ya partidillos de pitiminí viendo a esos  pedazos equipos de allende nuestras fronteras. Mientras que llega el nuevo Edén, yo ya estoy pensando hacerme del Ajax…  

19 de marzo de 2009

EL ARDILLA ENTREVISTA AL PUÑETAS (SEGUNDO TIEMPO)


-Seguimo conel interrogatorio ar Puñetas… Ademá de sé campeón endes nucá gambas, ¿enqué tuviera gustao destacá má?
-En ser como Mingote, Forges, Idígoras-Pachi… Las viñetas del Arco vienen de esa frustración de no saber dibujar ni una rueda pinchada.
-¿Kualé tu deportista preferío?
-De ahora, ninguno en especial. De los de antes, Miguel Indurain. Reúne todo lo que exijo a un deportista de élite: discreción, modestia, autocontrol, sacrificio y ser buena persona... hasta con sus rivales. Sumo a estas cualidades el que logró superar con su poderoso físico lo que parecía imposible. Hasta su llegada era impensable que un ciclista de casi 1,90 metros pudiera batir a los escaladores en la alta montaña.
-¿Yqué tré sucesos extradeportivo tan impresionao má?
-Pues así, a bote pronto, el asesinato de 11 deportistas israelíes a cargo del grupo terrorista “Septiembre Negro” en las Olimpiadas de Munich de 1972; la tragedia en Heyssel, Bruselas, en 1985, cuando los hinchas británicos atacaron a los italianos  y se produjo el derribo de un muro de hormigón que mató a cerca de 40 personas y provocó centenares de heridos en lo que iba a ser una gran final de fútbol entre la Juventus y el Liverpool; y el apuñalamiento en plena pista de la tenista Mónica Seles, número uno del mundo, cuando disputaba un partido del torneo de Hamburgo. Tras su larga recuperación, nunca pudo volver a ser lo que había sido.
-Ytú, como as ezcritoenel Arco, ¿no tienes equipo?
-Sí, digo no, mi equipo es “Ninguno”.  Veo un encuentro de fútbol, baloncesto o el deporte colectivo que sea como pueda ver un cirujano a un enfermo en el quirófano. Sólo procuro disfrutar con las virguerías que allí se hagan, cosa nada fácil por lo infrecuente, y para de contar. Pese a todo, me lo paso bien, así que lo de implicarse política o emocionalmente con un nombre o un club determinado, me atrae menos que Madonna recién levantada de la cama.
-¿Note gustaría escribí enargún sitioimpor tante, como el Playboy?
-Sí, escribir me produce cierto placer, pero es un hobby temporal como otro cualquiera. Supongo que cuando me canse me dedicaré a resolver sudokus o a cocinar en la Termomix.
-¿Porqué tiés tanbue nas migas conla Aguja?
-Es otro como yo, pero que sabe de deporte todo lo que yo no sé. Somos dos bichejos raros en esto de las bitácoras deportivas, aunque hay por ahí algunas –desde luego mejores y mucho más leídas que las nuestras- que apuntan alto. Claro que para tíos con retranca y mala leche, nosotros. Y así nos luce el pelo, que nos leen cuatro gatos. Tampoco tenemos más pretensiones. Hago mío aquel famoso eslogan de la revista humorística de “La Codorniz”: la revista más audaz para el lector más inteligente. Cada cual tiene sus ideas, sus intereses y sus ganas de publicitarse como le dé la gana. Luego, que cada palo aguante su merecida vela.
-¿TieneRaúl que volvé a laselessión española?
-Tío, déjate de preguntas chorras, que hasta ahora vas muy bien. Deja eso para los señores de las telecacas y demás basura mediática.
-Peroal guien delas teles o arradios abrá quete hagati lín…
-Pues mira, ya que lo dices, disfruto con María Escario, la que informa del deporte en algún telediario de la Uno. (La Uno en poca vergüenza y en mucho despilfarro, quiero decir). No sólo porque es mujer sino porque es discreta, tiene una sonrisa muy agradecida y una voz que me pone. Es la única con la que no me cabreo…
-¿Y quéme dise der Jaime Lizzaqué, el mandamá deldeporte españó?
-Mira Ardilla. Una de las cualidades de éxito de un buen político es que sepa reírse en la cara del personal y que, encima le voten o le aplaudan. Y una de las cualidades exigibles a un buen ciudadano es poner en cuarentena a quienes lo tratan como un imbécil. Don Lizza juega muy bien a lo que juega y yo no quiero desmerecer en lo mío. Así que cada cual hace perfectamente su papel…
-Finámente, ¿quiéngana rá la liga?
-Alguno de los de siempre, o el Barcelona o el Madrid, aunque los de Guardiola llevan todas las papeletas para ganar en la rifa amañanada de este año. Y digo “amañada” porque si duplican, triplican o más los presupuestos del resto de los equipos, ya me dirás si no van a ganar en una competición de largo recorrido como es la Liga. Lo que me encanta de estos dos primos es el odio que se profesan (salvo las consabidas excepciones) y que los convierte en hermanos de sangre. Su rivalidad política y deportiva es el debate más estéril, inane y absurdo que puede ocupar nuestra vida nacional o lo que sea, pero ahí los tienes, formando pareja como el Gordo y el Flaco, Sansón y Dalila o Ramón y Cajal, que en paz descansen todos. Me aburren sus disputas pero reconozco que, de cara al Arco, me han dado y darán grandes tardes de gloria.
-Po muschas grasiaspor dejarte  interrogá y ezperoquel personá talla conosío unpoco má grasias amí. Y ahora, meva a invitá auna servesa, o no, agarrao…
-Sí, pero al 5 % TAE más IVA, que tú te crees que esto es Jauja, chaval…
-Jodío Puñetas…

17 de marzo de 2009

EL ARDILLA ENTREVISTA AL PUÑETAS (PRIMER TIEMPO)


Bengointen tando convensé ar Puñetas pa aserle una entre vista. Arfin loéconseguío y endos peazos, akíla teneis. Espero quesus guste. Y si aargún direktó deperio dico legusta mi estilode entrevistá, llasa be ondeme tié.

-Avé, Puñeta, tú, ¿quienco ño ere?
-Pues un tipo bastante raro que, en algunos ratos libres,  se dedica a escribir sobre deporte, tomándoselo mitad en serio, mitad a cachondeo. En su vida terrícola trabaja en el racional mundo de la enseñanza y en su vida extraterrestre se dedica a la irracional francachela del deporte.
-¿Crés entonses que tóel mundo que ase deporte estázum bao?
-No, lo que creo es que el deporte-espectáculo y de élite es pésimo para la salud física y mental,  de ahí lo de irracional, aunque el que tiene suerte se forra de pasta gansa y de fama, o sea, de poder, que son dos de las cosas que más menean el culo del mundo.
-Pero haséde porte es sano; ¿no? Yono e echoen mi vía másque el deporte dempiná el codo, pero disen que esgüeno palasalú…  
-No soy un entendido en la materia y por eso escribo sobre el deporte. Más o menos como hacen los alegres chicos del AS o el Marca, sólo que yo lo hago con mejor humor y menos trolas. Sin  embargo, los médicos (esos seres que escriben peor que tú y que exigen a los demás prácticas saludables que ellos no realizan para sí) afirman que es fundamental para la salud de nuestro organismo mover el esqueleto, ya sea barriendo, doblando repetidamente el espinazo o corriendo detrás de un autobús. Convertir el movimiento necesario de huesos y carne en un frenesí y un derroche repetitivo e insano me parece una exageración y un error, pero díselo tú a los que viven, de una manera u otra, de este bello cuento.
-Tonses a tite gusta el ejersisio físico má queldeporte…
-Claro. Otra cosa es que, los que no valemos para la alta y desquiciante competición, nos conformemos con verla en un estadio o en una tele, más o menos como si aquello fuese un espectáculo único e irrepetible. No hay nada más monótono y repetitivo que el deporte, salvo la vida misma. Ya sabes, dormir, levantarse, comer, trabajar, sonarse los mocos…
-Pero túte lo passas muy vienconlo del deporte ese, nome mien tas…
-Claro, porque este mundillo ha pasado a tener gran importancia social y mediática, al extremo de que ya es un espejo en que poder examinar, objetivar y destripar nuestras propios anhelos y neuras como bichejos humanos medio socializados. Los que tenemos el gran defecto de ser muy críticos (bah, cuatro gatos, no creas….) hemos encontrado en el deporte un entorno cerrado y minúsculo donde poder sublimar nuestros bajos instintos críticos. Así, de paso, creemos que hacemos algo bueno por la humanidad, aunque sea en nuestros ratos libres. Quizás esto sea puro cinismo, pero es preferible un cínico que sabe de qué va el invento a un ingenuo creído de que el deporte sólo es una pelota o unos tíos y tías en pantalón corto haciendo felices a la gente al tiempo que se ganan el pan y el queso sudando la camiseta.
-¿Y cuántotiem popi ensas seguí dándola vara enel Arco?
-El que me permita la salud, el cachondeillo y mi inventiva, que uno no es de piedra. Así llevo desde 2004 y lo que te rondaré, resalao…
-Ay poco humó en eztodel deporte…
-Muy poco, y humor basado en la ironía, la sátira y la crítica, menos todavía. El personal se toma demasiado a pecho lo que no es sino una simple diversión. Todavía los deportistas se juegan meses de duro entrenamiento, sueldos, suculentas ganancias y otras fruslerías, pero los espectadores, especialmente en los deportes colectivos, deberían acudir a los estadios con actitudes menos agrias y más con ganas de pasárselo bien. La primera pregunta cachonda que deberían hacerse es: ¿qué diantres hacemos cien mil almas en este estadio viendo como unos tipos intentan meter una pelota entre tres palos, pagamos un potosí por verlos y encima nos cabreamos como monos contra el 50 % de los que están ahí abajo para darnos espectáculo?
-Er furbo é unade tus debilidade…
-Porque es el deporte rey de mi entorno y del planeta. Si no lo fuese me importaría un pimiento pero reúne en sí todas las bondades y necedades del mundejo y sociedad que hemos construido hasta la fecha.
-¿Y poqué ledas tanta caña ala prensa, las teles y asín?
-Porque me descojonan. Oír a unos tíos hechos y derechos cantar gooool ante unos micrófonos me reconcilia con Tarzán de los monos. Comprobar que informan en los telediarios (que ahora deberían llamarse telechorradas) más de fútbol que de política o economía, me hace recordar los lavados de cerebro de la antigua Formación del Espíritu Nacional de mi infancia. Reducir toda una programación a un encuentro deportivo tras otro es jibarizar la cruda realidad que nos rodea queriendo convertir un simple pasatiempo en el centro de nuestras vidillas o vidorras. Una actitud torticera y opiácea que me eriza los pelos del bigote.
-Po asta aquí mispregun tas del primé tiempo. Avé sien la según daparte te dejasde tanta filo Sofía, macho, yme contestas rápido y convuen humó a argunas curiosidades quete voi a interrogá…
-Sí, ya es hora de que me hagas preguntas inteligentes para que yo pueda responderlas de forma ídem…            

15 de marzo de 2009

DOPADO DE PODER


Hace unas semanas leía en XLSemanal una entrevista a Richard Pound, fundador de la Agencia Mundial Antidopaje y jerifalte  del Comité Olímpico Internacional. Oigan: mejor que un libro de terror de Stephen King. El titular era escalofriante: “El doping en los deportes de élite funciona como el crimen organizado”. Uno no sabe si a este tipo todavía le dura el cabreo por no haber conseguido la presidencia del Tribunal de Arbitraje Deportivo, donde quería seguir con su cruzada contra el dopaje, cueste lo que cueste, pero lo cierto es que algunas de las cosas que decía en la interviú pareciera que naciesen más del rencor y el ansia de poder que de un análisis sensato y certero.

La reciente foto del nadador Phelps presuntamente fumando marihuana le parece al jerifalte “una estupidez”. Y añade: “No creo que fumar eso le vaya a dar a Phelps ninguna ventaja nadando. Es una sustancia prohibida específicamente y no está autorizado a tomarla. Él debería saberlo, así que se ha expuesto solo a la sanción”. ¿Alguien se imagina a un deportista de élite colocándose de marihuana para rendir mejor en una piscina, una pista o una carretera? Pues este caballerete ya bastante pocho, sí.

A continuación le preguntan sobre el regreso del ciclista Lance Armstrong. El amigacho va y dice: “No sé porqué vuelve ni en qué condiciones. Después de ganar seis o siete Tours y tras estar tres años fuera de la competición, no creo que le mueva el ciclismo en sí mismo…”. ¡Bravo, Ricardito! El respeto que te merece el americano (del que no sabes ni cuantas rondas francesas ganó) es nulo. Quizás regrese para que te tragues tu rencor hacia alguien al que no tuviste empacho en poner en la picota por dopaje –filtrando información a la prensa desde tu alto carguete-, aunque nunca lo demostraste. O quizás regresa porque le da la real gana o para demostrar que, a sus años, sigue estando tan fresco como una rosa pese a que gente como usted le han acusado de envenenarse chupando del frasco. 

El señorito Pound lleva viviendo media vida gracias a los deportistas de élite pero se ve que, por eso mismo, los respeta bastante poco. Su cruzada contra el dopaje ajeno le lleva a ver a menudo molinos de viento pero no le importa: su poder y autoridad se acrecientan conforme más gente cae en las redes que él tan sabiamente maneja. “No se puede luchar con análisis de orina contra la mafia”. La mafia del dopaje. ¿Y cómo se puede luchar contra la mafia del antidopaje sea al precio que sea? Por ejemplo, ¿denunciando a don Richard por sus continuos e injuriosos comentarios? Así, al menos, lo ha hecho la UCI.

Como es lógico, lo del nuevo recordman de los 100 metros lisos, un tal Usain Bolt, al camarada le parece digno de toda sospecha: “Digamos que fueron unas marcas sorprendentes. Y uno debe ser suspicaz cuando las mejoras son tan espectaculares”.  Y, ¿por qué no te las callas hasta que  se demuestre que el jamaicano no come sólo bananas y caña de azúcar? Al fin y al cabo eres un dirigente deportivo de alto standing y entre las cualidades mínimas para el desempeño de ese cargo deberían estar la prudencia, el respeto y la presunción de inocencia de los administrados. Pero, no hay problema, porque en su discurso todo encaja. ¿Por qué se dopan muchos? “El dinero no lo es todo. Ganar, ser el mejor, es un estímulo aún mayor. No hay levantadores de peso ricos, pero también consumen”. Está claro, a muchos los que les pone es colgarse del cuello una medalla ridícula mientras escuchan con ojos llorosos el himno nacional y los sacan en las telecacas. “¡Hola, mami, soy campeón olímpico!”.

Pero es con el ciclismo con el que don Pound tiene una relación más enconada. “Equipos enteros descalificados, corredor tras corredor pillado… es evidente que el ciclismo no está interesado en acabar con el dopaje”. Tan evidente como que “el doping es parte de la cultura del deporte”. Pero, tranquilos, que hay solución. Él mismo, si lo dejaran presidir la UCI durante seis meses, solucionaría el problema del dopaje en el ciclismo. Lo dice en la escalofriante entrevista que estoy comentando, sin ningún rubor ni pudor. Tal es su convencimiento de que en el deporte se dopa hasta el gato que “si se autorizasen algunas sustancias, ciertos deportistas consumirían cada vez más dosis, hasta envenenarse”.  Se ve que hay deportistas tan subnormales que prefieren suicidarse lentamente a quedarse sin medallón olímpico o sin record. Por ello propugna (y a fe que lo está consiguiendo) la colaboración policial –pese a lo cual no es partidario de que los dopados vayan a la cárcel- mediante seguimientos, pinchazos telefónicos, etc; el apoyo de los gobiernos y la elaboración de duras leyes que permitan un férreo control de los deportistas para evitar que se dopen por un tubo. Y todo esto (eso no lo dice él, lo digo yo), aunque tengamos que mearnos en los derechos humanos más elementales como la presunción de inocencia, el derecho a la intimidad, la libertad de movimientos, etc.

“El ser humano tiene la tendencia a abusar de la libertad hasta caer en la autodestrucción”. Semejante ramalazo define perfectamente al personaje. Restrinjamos la libertad, pues, y salvemos al hombre, sea deportista o bombero, antes de que se pegue un tiro o se envenene tomando porquerías. Para eso está él, mandamás de la cosa directiva y controladora gracias a la cual se siente por encima de los demás y puede ningunear o ciscarse en gente como Armstrond o Phelps, unos mindundis de la alta competición, capaces de hacer los mayores sacrificios con tal de ganar. Incluyendo, según este fiscal sin carné, el chupar del frasco y el chutarse en vena. Me parece a mí que aquí el que va dopado hasta las orejas es el camarada Pound. Dopado de Poder, la mayor y más peligrosa droga que el hombre se ha inventado para vencer siempre a otros hombres. Y acabar con su libertad, y su dignidad, y ... 

11 de marzo de 2009

REAL MADRID: DE VICTORIA EN VICTORIA HASTA LA DERROTA FINAL


Ayer martes, el Puñetas, cual buitre carroñero, se sentaba ante la telecaca de turno dispuesto a ver cómo el barco del Madrid se hundía en las profundidades de la Champions. “Presiento que les van a meter tres a cero” –le dije momentos antes del encuentro al Ardilla, que vino a casa con unas latas de cerveza en la mano. “No sas exagerao. Yeva dié victorias seguías enla Liga” –me dijo. “Eso es un espejismo. En el país de los tuertos, qué quieres, pero en el momento en que se enfrenta a uno de los grandes de Europa, la palma. Tres a cero, Ardilla. Mañana todos los medios van a poner a parir a este equipo, fiel reflejo de una dirección deportiva y de la otra que hace aguas desde antes incluso de que se fuera aquel Florentín, ahora tan añorado. Informarán tan dramáticamente de la derrota del Irreal que va ser como si en este país se acabara el mundo. Ríete tú de la maldita crisis económica”. “Que no, tito, que vana ganá por 1 a 0 y luego en los penaltis el Casiyas se merienda al Reina”. Al Ardilla le pierde su optimismo infundado.

No es que uno presuma de vidente. De hecho jamás ha ganado un puñetero premio de algo, sea lotería o quinielas, pero bastaba ver con cierto alejamiento los “triunfales” partidos ligueros del Madrid, para darse cuenta que una cosa es el Español o el Betis y otra el Liverpool. O el Manchester, o el Juventus… Y no me equivoqué. Ahora todos los medios ponen a parir a los jugadores, al presidente, al director deportivo y al lucero del alba. Y todos están en la historia de siempre: deben rodar cabezas, echar media plantilla fuera y empezar de nuevo. O sea, lo que el Madrid viene haciendo en los últimos años… y así le va. Nuevo entrenador, muchos nuevos jugadores y la casa sin barrer. Igualico que el Liverpool, en el que año tras año vienen manteniendo a Benitez y el mismo armazón de jugadores. Así se vio luego en la telecaca, una lucha desigual entre un equipo que juega bien hasta con los ojos cerrados y otro que, ni abriéndolos, sabe por donde circula cada cual.

En cualquier caso, hacer una tragedia de una derrota futbolera es una exageración y una desvergüenza. Más se perdió en Trafalgar, Annual y en la Guerra de Cuba, ya puestos. Para drama la actual crisis económica, de la que están saliendo de rositas los gobernantes y mandones económicos de medio mundo, mientras que la eliminación del Madrid poco menos que da pie a algunos para que se linche a los jugadores y se cuelgue de una soga a la actual directiva. Así se demuestra cómo tienen considerado al fútbol desde hace tiempo: como opio del pueblo.

A juicio del Puñetas, lo único vergonzoso de esta historia es que algunos “aficionados” del Madrid se hayan desplazado a Inglaterra (y no creo que pagando todos de su bolsillo) para hacer el imbécil en las calles de Liverpool, provocar incidentes en algunas tiendas, enfrentarse a otros descerebrados aborígenes y tener que ser llamados al orden por la policía. Me da grima que estos ultrafachas y energúmenos puedan presumir de “españoles” haciendo majaderías en casa ajena. Sus insultos en Anfield a Fernando Torres, coreando a grito pelado que era un hijo de tal, reflejan que lo suyo, además de una falta de educación y señorío, es de odio bananero y de psiquiátrico. Vamos, que tienen enfermo el poco cerebrín que les adorna. Mejor harían los jugadores, cuerpo técnico, directiva y medios de comunicación afines al Irreal Madrid en dejarse de tantos lamentos e histerias por una derrota (que tampoco es para tanto) y poner a esos tipejos -tan “madridistas y españoles”- de patitas en la calle para que nunca más aparezcan por un campo de fútbol apoyando a “su” equipo, salvo que muestren un certificado de rehabilitación neuronal. Valiente pandilla de cafres. Y por cierto, puestos a ser más “patriotas” que ellos, cómo no alegrarse de que triunfara el equipo que más españoles sacó al terreno de juego. Aunque ese equipo se llame Liverpool…  

8 de marzo de 2009

COPA DAVIS: ESPAÑA - ISRAEL

Han leído bien. Cabe dentro de lo posible que en unos meses, allá por el fin del veranillo, Rafa Nadal y sus camaradas tengan que vérselas en las semifinales de la Davis contra los jugadores israelíes. Casi con toda probabilidad, en España, en otra nueva pista de usar y tirar, que el dinero nos sobra a punta pala hasta en las crisis económicas más horrendas. Para ello  antes deberán cumplirse dos requisitos ineludibles: que España elimine a Alemania, cosa bastante probable jugándose la eliminatoria en casa, y que Israel elimine a Rusia, no imposible teniendo en cuenta que se jugará en Israel.

¿Y a qué viene este futurible aún  tan lejano? Pues a que en los cuartos de final se ha disputado un Suecia-Israel (con victoria de los visitantes por 3 a 2) que ha tenido que jugarse sin público, por motivos de seguridad, ante los previsibles riesgos que iban a comportar las protestas de la importante comunidad musulmana por la actuación del gobierno israelí en la franja de Gaza hace no mucho. En efecto, los incidentes se han producido y gracias al dispositivo policial no se ha llegado a mayores. ¿Podría repetirse el escenario en un hipotético España-Israel del futuro próximo? ¿Es deseable mezclar el deporte con la vil política? ¿Representan los jugadores de Israel, y los de Suecia, a sus gobiernos respectivos como para querer boicotear un partido de raqueteros? Ah, preguntillas de alto calado a las que cada cual dará la respuesta que sus neuronas o sentimientos quiera. Por de pronto aquí sembramos la inquietud por si dentro de unos meses pudiera presentarse en nuestro país la papeleta de esta semana en Suecia.

Las recientes visitas del Maccabi de baloncesto a Málaga y Barcelona no dejaron grandes incidentes, pese a estar más reciente la guerra en Gaza, pero jaleo hubo y del bueno. Aquí algo comentamos al respecto, pero lo de Suecia ha servido de punto y aparte: un objetivo que estamos seguros muchos van a defender en otros encuentros contra equipos “israelíes”. (Las comillas están bien puestas pues aquí somos de la opinión que ningún equipo deportivo representa a un país, mal que pese a una gran mayoría de crédulos. Sólo nos representan quienes votamos directamente, faltaría más, y a veces, hasta ni eso).

Cuando las autoridades suecas decidieron cerrar la eliminatoria al público, los jugadores de ambos equipos protestaron. Los suecos (con el mítico Mats Vilander a la cabeza, ahora capitán) porque ello iba a representar un perjuicio para ellos dado que el aliento del público suele ser bastante milagroso. (Al final se ha visto que tenían razón). Los alegres chicos nacidos en Israel argumentando que si no había público, lo suyo era llevarse el encuentro a otro país. (Tontos que son los niños…). El caso es que los máximos perjudicados han sido, finalmente, los jugadores suecos y la propia democracia porque los primeros han perdido una eliminatoria que en circunstancias normales hubieran ganado y la segunda ha sido incapaz de afirmarse ante las protestas de la minoría radical musulmana que exige en otros países lo que no exige en los propios y que lo mismo quieren lapidar a un señor por escribir un libro que a otro por hacer una viñeta, desconociendo lo que es democracia, libertad de expresión, separación de poderes y código penal. Que te vengan a decir lo que tienes que hacer, pensar y comer en tu propia casa ya es el colmo pero se ve que los acomodados y viejos europeos –salvo excepciones- andan con el rabo entre las piernas desde hace tiempo, y quizás lo tengan merecido. Una cosa es que el gobierno israelí haya matado impunemente a palestinos inocentes a troche y moche, que la comunidad internacional deba hacérselo pagar muy duramente (cosa a la que tampoco se atreve) y otra que una minoría, por muy respetable que se proclame y sea, te monte un cirio diciéndote lo que tienes que hacer y si no, leña al mono. Hoy será el tenis y mañana adivina tú.

Al final de este bello cuento sólo ha perdido el equipo de tenis de Suecia, por incapaz, aunque también le haya echado una mano al cuello su propio gobierno optando por la no presencia de los espectadores. Claro que la cosa podía haber sido peor accediendo a que el encuentro no se disputase, como pretendían los manifestantes. De acuerdo al reglamento, la eliminatoria se daría por ganada a Israel, luego vendría la repetición de la jugada en la siguiente eliminatoria y así –al final- tendríamos a Andy Ram y los suyos ganando la ensaladera sin dar un raquetazo al agua. Entonces, me imagino, el cabreo de los radicales subiría otro grado más, pero es que sus alternativas no son precisamente de lo más inteligentes pues oponer la fuerza a la fuerza (que es lo único que se hace en el conflicto israelí-palestino) sólo conduce a que el más débil se lleve todos los palos y golpes pues en estos casos el pez gordo siempre se come y destroza al pequeñuelo. En eso estamos, desgraciadamente y, o algunos cambian el chip o no van a ver un Estado palestino ni en pintura. Claro está, siempre que lo que eufemísticamente se llama “la comunidad internacional” no tome el toro por los cuernos y ponga a cada cual en el sitio que le corresponde, cosa harto difícil si nos atenemos a la práctica histórica habitual que es la de mirar para otro lado, estar cerquita  siempre del poderoso o ponerse serios sólo cuando la situación amenaza con arramblar hasta con el Polo Norte. Que es a lo que vamos, por cierto…

Total, que hoy no hemos hablado apenas de deporte (ni tampoco de política, ojo) porque lo que ha habido en el Suecia-Israel de la Davis ha sido sólo una bajada de pantalones –quizás inevitable- del gobierno sueco y una muestra más del desnortamiento que algunos tienen sobre cómo solucionar el penoso conflicto, que nunca será con numeritos de violencia y manifestaciones. Parece ser que nadie tiene ni idea de cómo resolver el problema pero sí es evidente que se llevan muchos años usando la vía del palo y tentetieso por parte de casi todo el mundo y estamos como estamos: en la más estricta y profunda de las miserias. Así que, por si las moscas, recen mirando a la Meca o hacia la catedral de Burgos para que los tenistas rusos se merienden a los israelitas. A los agnósticos y ateos, entre los que se encuentra el Puñetas, sólo nos queda seguir predicando en el desierto con el orteguiano “no es eso, no es eso…”.

PD: Esta vez ni viñeta, ni foto, ni video, ni ná de ná. El martes próximo llegarán tiempos mejores para el deporte…    

5 de marzo de 2009

EL TENISTA FILÓSOFO


Este fin de semana, con permiso del viento y la lluvia, se van a batir el cobre en Benidorm los raqueteros de Spain y Serbia, con Rafaelillo Nadal y Novack Djokovic al frente de ambos equipos de Copa Davis. Es el momento de que los aficionados al tenis se lean un libro.

-¿Ya está usted desvariando, señor Puñetas? ¡Pues empieza hoy pronto!

No es que el viento, que también sopla por el sur, le haya vuelto a uno aún más majareta. Es que resulta que el número 2 de Serbia, un tal Janko Tipsarevic, destaca por su afición a los libros y para una vez que hay un deportista “intelectual”, habrá que darle un homenaje, imitándolo, ¿no?

Si quieren pasar un rato divertido lean el siguiente enlace. Luego me cuentan qué tal se les ha quedado la picha, porque yo la tengo hecha un lío. “Leer mucho puede ser peligroso, y ser demasiado inteligente llevar a la infelicidad”. Sí, sabemos que todos los tontos son felices, pero también que son el personal al que más fácilmente engañan y timan, así que uno comprende que los gobiernos de   turno procuren fabricar unos sistemas educativos malísimos pues así matan dos pájaros de un tiro, pero la infelicidad siempre es más gratificante. ¡No hay como pensar mal y acertar siempre!

"Me di cuenta de que estaba leyendo demasiado, comenzando a dudar de mí, de la vida, la profesión y el tenis. Paré un poco”. Parece que leer a los filósofos empezó a provocar en Tipsarevic un estado catatónico que le hacía estar delante de un libro a todas horas. Si no paraba de pasar páginas y páginas, acabaría tan zumbado como don Quijote, sólo que en versión de carne y hueso. El chico decidió entonces que era más inteligente dar raquetazos. Y mejor negocio.

El caso es que, con tanta lectura, el hombre lo ha pasado muy mal: “Leía el mismo libro tres, cuatro veces. Intenté leer a Kant, que es muy difícil, y no entendí nada. Y entonces lo leí de nuevo. Y seguí sin entender nada. Y lo leí una vez más, y otra, y otra... Y seguí sin entender...". Sí, sabemos que el amigacho Kant es duro de roer pero hay miles de catedráticos de Filosofía en el mundo (e incluso alguna empleada de hogar) que han acabado por entenderlo, así que me parece a mí que don Janko será un señor muy leído pero no es ninguna lumbrera. “La gente piensa que soy inteligente…”. Hay gente que es muy amable y hay gente que no sabe lo que dice.

Para un deportista de élite que encontramos con cierta cultureta autodidacta va ahora y nos dice que no sabe qué es mejor, si ser un tontodelhaba feliz o un inteligente desdichado. ¡Qué tío más mosqueante y liante! “Leo Messi, quizás el mejor futbolista del planeta, admite haber leído un sólo libro en su vida - 'Yo soy el Diego', sobre la vida de Diego Maradona- y ni siquiera llegó a terminarlo”. Esto no lo dice Tipsarevic si no el periodista que escribe sobre el asunto. No sé quien ha leído menos, si Messi o el periodista. Y ahora les dejo porque estoy que vivo sin vivir en mí leyendo día y noche a Frascuelo el Enteradillo en su excelente libro “Cómo leer mucho y no acabar siendo un desgraciao”. Se lo voy a tener que enviar a Tipsarevic, para que saque mejores conclusiones sobre la lectura.

3 de marzo de 2009

OTRO NUEVO BOCAZAS

Cabalga por el despacho presidencial del Irreal Madrid un nuevo señorito (ninguno es un muerto de hambre) , de nombre Vicente Boluda, llegado al carguete por accidente aunque ya se está viendo el gustirrinín que la poltrona del Bernabéu provoca en sus meninges. El hombre lleva unos días  en que no para de hacer vaticinios y buenaventuras en plan bocazas, sin más argumentación que su fe madridista, su candor futbolero y sus ganas de enredar, que para eso todos los presidentes se las dan de geniales. (Del Nido, el bocazas oficial del Sevilla: “Vamos a Bilbao a comernos al león desde la melena hasta la cola”. Mejor te comieras tú la lengua, resalao…). 

Pero volvamos al bocazas mayor del reino, que hasta en esto hay clases. El amigo Boluda, seguramente acostumbrado a hacer de su capa un sayo en todos sus negocios y el que le ponga algún “pero”, a la calle, está escribiendo un libro de “boludeces” que amenaza superar en páginas al del Quijote y en sólo unos cuantos meses. “Salvo buques y en el Madrid haré lo mismo”.(¡Qué tendrá que ver la velocidad con el tocino!).  “Se van a abrir y les vamos a chorrear”. (Este hombre será muy rico en cuestión de parné pero en asuntos gramaticales no vale una perra gorda. Se refería al partido de ida contra el Liverpool, que pronosticaba ganar por 3 a 0). “Vamos a ganar la Liga y la Champions también vamos a ganarla”.( Sí, y la Copa, aunque ya estéis eliminados…).

En fin, uno no sabe si este amigo de la videncia ya era así cuando lo hicieron presidente o es cosa del sillón, que los convierte a casi todos en dicharacheros, bocazas y fanfarrones. Encima, no escarmienta porque tras fracasar en el vaticinio y perder su Irreal contra el equipo de Benítez ahora se atreve a pronosticar que ganará en Anfield. (Este hombre no es que sueñe con los ojos despiertos, es que dice cada gilipollez… y luego, si te he visto no me acuerdo). Lo último es que “el Barca nos saca sólo un punto”. Alguien pensará que el camarada sabe mucho de buques y cero patatero de gramática y de matemáticas pero no, es otra nueva tontolinada del amigo: da por hecho la victoria de su equipo en el partido próximo contra el Barça.

Que dios le conserve la vista, las orejas y hasta las meninges, pero esa boquita de piñón que tan profusamente viene abriendo en los últimos días debería cerrarla cada vez que se le ocurra decir una sandez. Primero por cuestión de imagen: si así funciona el jefe, en mala posición deja a los que tiene por debajo. Y segundo porque hay que respetar a los rivales, al sentido común y, lo más importante, respetarse a uno mismo, aunque esto último hay muchos presidentes furboleros que lo consideran absurdo e inútil. ¡Pedazo bocazas nos ha salido el nuevo señorito!  

1 de marzo de 2009

UNA DE TEBEOS (SEGUNDO TIEMPO)

Decíamos hace unos días que la visión nada idílica del futbolín no es cosa moderna si no que ya tiene sus añitos. Recurríamos a nuestra memoria y a nuestros tebeos de la infancia. Las dos siguientes viñetas, en plan tan satírico como el que aquí ponemos en funcionamiento habitualmente, retratan el ambiente futbolero con el fino humor que caracteriza al maestro F. Ibañez (autor, entre otros célebres personajes, de Mortadelo y Filemón) y otros insignes colegas.

 
Pero si el Puñetas tenía un personaje preferido en la cosa deportiva, ese era sin duda “Pepe el Hincha”, del magnífico dibujante Peñarroya. Don Pepe era un forofo empedernido del equipo de sus amores, el “Pedrusco F.C.”, a pesar de que habitualmente perdía todos los partidos, o sea, que le daba pocas satisfacciones. De la página web donde he tomado la historieta completa, destaco el siguiente comentario de su documentado autor: “Peñarroya era un gran aficionado al futbol, y con estas historietas mostraba sus ocurrencias sobre el deporte rey, y las alegrías y frustraciones que suscita en los verdaderos hinchas que se desviven por sus equipos. Sus aventuras están recomendadas para todos aquellos forofos futboleros, que cuando pierde su equipo se agarran cabreos monumentales. Lean estas historietas si tienen la oportunidad, contemplen lo que le pasa al pobre Pepe, y a su equipo, y verán como lo suyo no es nada”.


Aquí finalizo esta retrospectiva a mis años mozos y a aquellos tebeos que nos alegraban las pajarillas al tiempo que mostraban la cruda realidad. De aquel humor infantil y juvenil ya no queda nada más que el recuerdo. A la chavalería de ahora prefieren tenerla entretenida con las múltiples cajas tontas que se han  inventado en los últimos tiempos: telecacas, móviles, videoconsolas y otros cacharros tecnológicos destinados a idiotizar si no vienen contrarrestados por antivirus tan eficaces como la lectura, el espíritu crítico y una buena educación. Cosas que, por cierto, en aquellos años no todos podían tener, mientras que hoy en día están al alcance de casi todo el mundo, aunque para el caso que se les hace...

Web recomendada por el Arco: El Maravilloso mundo de los tebeos

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