30 de enero de 2011

PANFLETILLO CON DOPAJE AL FONDO

Según algunos, cuando huele a dopaje, los deportistas  no tienen presunción de inocencia. Por el mero hecho de serlo son culpables  y cualquiera les puede tomar el pelo y la pelambrera con los prejuicios y las leyes creadas al efecto. 

Así lo reconocen de facto la mayor parte de las instituciones y señoritos que luchan denodadamente por controlarles: gobiernos, federaciones internacionales y nacionales, agencias antidopaje,  jueces y policías que se aburren por falta de trabajo, periodistas que juzgan al prójimo a través de una nota de agencia en vez de irse a buscar la información y la realidad ellos solitos…

Aún sin poner la mano en el fuego de nadie, el Puñetas está cada vez más convencido de que Alberto Contador y Marta Domínguez pudieran tener razón. Ya no hablo de presunción de inocencia de los susodichos, que ni está ni se le espera. Me refiero a que hay datos y observaciones que llevan a pensar que en sus casos –como en otras ocasiones,  menos mediáticas porque los afectados eran gente de segunda y tercera- prima la imaginación y fantasía leguleya sobre la realidad más prosaica. Es posible que el clembuterol (50 microgramos, una memez) encontrado en la sangre de Contador pueda inducir a pensar que  se ha dopado, pero así no debería funcionar una justicia medianamente seria. Hay que demostrar que con la cantidad encontrada el de Pinto ha podido subir y bajar montañas y montañitas más deprisa que el resto.

Y hay que razonar cómo es posible que en años de ciclismo profesional  nunca le hayan encontrado nada de nada (ni siquiera en los días anteriores y posteriores al positivo de marras) y ahora, por una memez, quieran hacerle la pascua.
Sí, la ley es la ley, afirman los bien pensantes de turno cuando a los malpensantes se nos ocurre una sencilla pregunta: ¿qué tipos tan pintureros  pudieron hacer una ley que contempla el “dopaje involuntario”?  El día en que quienes elaboran leyes, reglamentos y notas de prensa dejen de ser unos incompetentes (es decir, no responsables) de lo que legislan -a menudo  normativas abusivas, estúpidas, fantasiosas o inútiles-, quizás entonces muchos dejen de hacer el leguleyo con tanta alegría propia y desdicha ajena.

Debe llegar el día en que paguen quienes elaboran ese tipo de leyes tan burdas. Si es posible la contaminación alimentaria, ¿puede elaborarse una norma que no la contemple fehacientemente? Si el ciclista es siempre responsable de lo que aparezca en su cuerpo, sin más historias, disquisiciones ni razones, entonces harían bien los ciclistas profesionales en exigir que les dé de comer la UCI y sus ahijadas nacionales. ¿Cómo se puede sostener la acusación de que Contador involuntariamente se dopó, tenerlo un año a la sombra y no caérsele a nadie la cara de vergüenza y de cemento?

En el caso de Marta Domínguez tiene uno la impresión de que quienes han estado detrás de la palentina espiándola, obteniendo detalles y pruebas para acusarla han sido Mortadelo y Filemon. Mucha imaginación en los investigadores es lo que ve cualquiera que haya leído críticamente algunas de las cosas publicadas. Media botella de ron, pendientes de platino, oro, bolsa negra de la basura y otras “pruebas” la mar de imaginativas para escribir  una novela de espías pero nada concluyentes en el mundo real porque falta –parece ser- la demostrativa del delito. ¿Tan difícil era dejarse de tantas escuchas y fotos a escondidas y requisar la botella, el oro o la bolsa? ¿Hay alguien que se crea –alguien en su sensato juicio, claro- que la corredora traficaba y administraba sustancias dopantes tomando como ejemplo a un amigo suyo, atleta no profesional, cuarentón y sin un rosco comido en toda su carrera?

¿Puede ser un elemento de culpabilidad añadido el que se compraron sustancias prohibidas en el deporte en una farmacia y sin receta médica? ¿Pero desde cuándo comprar un producto que se vende al público puede ser indicio de dopaje, aunque lo adquiera un deportista? ¿Se han encontrado restos de dicho producto en la sangre de doña Domínguez o de su amigo el cuarentón-liebre? Pues si no se han encontrado o se ha sido incapaz de encontrarlos, ¿cómo se tiene la temeridad de imputar un delito de dopaje? Ah, que la ley recoge este supuesto tan fantástico y arbitrario... Pues miren ustedes, si es así, esa ley es un despropósito y a sus autores –sólo por este apartado- habría que tirarles de las orejas y del rabo. ¡Valientes cantamañanas! Por lo visto también se comete un delito de dopaje si se entra en la clínica de un fisioterapeuta amigo, incluso aunque él no esté.  Mortadelo y Filemón no pillaron a la Domínguez con las manos en la masa ni en la EPO, pero en la basura había unas muestras usadas que se supone… pueden ser… bla, bla, bla… Sí, la imaginación es libre pero no cuando se juega con las cosas de comer de la gente, se llame Marta, Pocholo o Mohamed.

Se ve que pasar tropecientos controles de dopaje (algunos a la hora en que canta el gallo) y dar todos negativos no tiene el más mínimo valor en el historial de un deportista. Tantos pinchazos y análisis no ayudan ni un ápice  en la presunción de inocencia. Se ve, en fin, que con el cuento del dopaje (otro poner puertas al campo, como a la internet, señora Sinde) vale todo y cualquier practicante de deportes sosos y aburridísimos como el ciclismo y el atletismo es potencialmente un delincuente en cuanto pisa una farmacia, una clínica amiga, habla de oro o platino o… se come un bistec. En cambio, mire usted, para que un político, un banquero, un directivo de una multinacional o el jefazo de una telecaca pasen por las mismas horcas caudinas de la difamación, el espionaje, el acoso y derribo y –quien sabe- el suicidio, no hay leyes ni investigaciones que puedan lograrlo salvo en contados y rebuscadísimos casos. Ellos, los que manejan el poder, la economía y la ideología siempre tienen el culo bien a salvo. Es injusto.  Desde aquí exijo que los controles antidopaje se extiendan también a ellos.  Con lo letales que son para el resto de la ciudadanía, bien merecen unos pinchazos y análisis antes de elaborar leyes, de manejar los dineros del personal ajeno, de idear un programa que embrutezca aún más a los espectadores. 

En cuanto a hacer deporte, sobre todo atletismo y ciclismo, que les vayan dando. Que monte en bicicleta y suba el Angliru el mandamás de la UCI y que corra el maratón el señorito Odriozola.   

LLEGADA A TÉRMINO: Este pequeño panfleto, que no defiende a nadie más que al hipotético sentido común, ha sido elaborado tras tomarse el escribiente una chuleta de ternera, beberse un vaso de ron, revisar la tabla periódica (ya tan olvidada), venir de la farmacia de comprar un producto que está en la lista de los prohibidos en el deporte, de tomárselo y tras ello hacer quince minutos de bicicleta estática para más tarde, tras una reparadora ducha, escuchar la buena nueva de que se jubilará más tarde y con peor paga, ver un minuto de Gran Hermano, vomitar parte de la chuleta y leer en el periódico un montón de robos, atracos, asesinatos y otros actos cotidianos de pequeña importancia comparados con el delito de Contador y Domínguez, muy alarmante social y mediáticamente. En esta situación y con estos antecedentes, todavía no comprendo cómo he podido escribir este panfletillo con tantísimo candor y bonhomía. ¡Siempre seré un ingenuo!  Perdón, llaman a la puerta. ¿Será que me quieren hacer el control antidoping? Pues les va a abrir su puñetero padre...

23 de enero de 2011

BIENVENIDOS JEQUES Y REYES DE ORIENTE

Como las teleles y los periódicos deportivescos habitan en Madrid y Barcelona, hasta ahora se habían enterado muy poco de la existencia de un jeque (o Rey Mago) por aquí abajo, por Málaga. Un ricachón de Qatar llamado Absullah Bin Nasser Al Thani, que traducido debe ser algo más o menos como Pedro Antonio García Rodríguez. ¡Digo yo! El hombre, un tipo tan normal como usted y yo, je, je, que bebe agua mineral y fuma rubio, compró al  Málaga por unos milloncejos (el equipo estaba en quiebra), allá por el verano, y desde entonces no ha hecho nada más que cosas buenas por él y por la afición. Desde poner el campo de la Rosaleda de dulce a dotar de una seriedad organizativa a la entidad, algo impensable por estas latitudes.  Gracias a ello el campo se llena todos los días de partido y la afición ha vuelto a recobrar el “orgullo” por su equipo. Los alegres indocumentados de Madrid y Barcelona que se dedican a la cosa informativa del peloteo en el césped todavía no se han enterado del gran cambio que se ha realizado por estos pagos pero es que ellos están muy entretenidos en sus cosas, que sólo pasan por los grandes caciques del futbolín nacional: esos Barça y Madrid que no “se puén aguantá”, que escribiría nuestro amigo el Ardilla.

Las últimas noticias hablan de que el Racing de Santander  va a pasar a las manos de otro millonario, esta vez de nacionalidad india. Un tipo joven para el cual hacer dinero es tan fácil como beber agua. Así que los alegres chicos de la cosa deportiva andan ya preocupados porque lo mismo la moda se extiende y al final tienen que hablar de otros clubes, aunque sólo sea porque se gastan un potosí en fichajes.

Ya va siendo hora que los equipos del montón, esos que llevan años subiendo y bajando de categoría, esos cuyo triste destino es recoger las migajas que se les caen de la boca a los grandes de la Liga, se puedan vestir de smoking algunos domingos para intentar romper el status quo que tan acomodaticiamente defiende la gente bien instalada del futboleo nacional. Como es evidente, no se ganó Zamora (es decir, Madrid y Barcelona) en una hora pero si la moda continúa y empiezan a llegar a los equipos modestos de Primera los petrodólares y otras monedas de alto copete, es posible que el duopolio imperante en el futbolín patriotero empiece a temblar. Ya con eso nos conformamos quienes miramos el espectáculo con cara de aburrimiento y ganas de que el patio se revolucione. ¡Ay, aquellos años tan lejanos en que la Real Sociedad ganaba la Liga (1981-82) o el Atletic de Bilbao (1983-84)!

Mientras los patrones del Real Madrid y el Barça se han repartido hasta ahora 51 títulos ligueros, los señoritos del Atletico de Madrid y Valencia 15 y el capataz del Atletic de Bilbao 8, los proletarios sólo han conseguido 5 titulines (dos la Real y uno el Deportivo de la Coruña, el Betis y el Sevilla, allá por los tiempos de las Cruzadas). El resto de los equipos han sido y son meros indigentes, parias, desgraciaos que lo único que han podido hacer en todos estos años ligueros ha sido sorberse los mocos y las lágrimas. Así que urgía, urge y urgirá un golpe de timón. Y como este juego de la pelotita sólo funciona con pasta gansa, hete aquí que algunos equipos han empezado ya a globalizarse y a ponerse en manos de gente a la que le sobra el parné. Equipos que no tienen nada que perder y sí mucho que ganar. El precursor ha sido el Málaga pero detrás viene el Santander y quien sabe quiénes serán los próximos. ¡A ver si así la competición –en unos cuantos años- se iguala y los patrones y los señoritos pasan las de Caín para ganar a los antiguos mendigos y proletarios! ¡A las barricadas, que diría aquel!

El futbolín español adeuda 5.000 millones. Ha jugado con fuegos artificiales y está hecho unos zorros. Igual que el país. Así que necesita que lo rescaten y, dado que en Spain la gente que tiene pasta la tiene en Suiza y el cerebro en el culo, qué mejor que vengan los ricachos del mundo mundial a dejarse aquí una propinilla de su fortuna para hacer negocios de paso y elevar su autoestima y fama. Ojalá algunos viniesen para sanear las cuentas del Estado, que buena falta hace. Total, eso de las patrias y las querencias nacionales es una memez y una patochada en tiempos como los que estamos. La única patria es el dinero y a ti te encontré en la calle. Cuando alguien habla de país, patria y querida nación me pongo a temblar y echo siete llaves a la cartera y al trasero.

Cuando les han preguntado a algunos jefezuelos del firmamento futboleril qué les parece el probable desembarco de los Reyes Magos de Oriente en los clubes modestos, algunos han salido con sensiblerías tales como “se pierde identidad” (Enrique Cerezo) o “emocionalmente no me gusta” (Cortés Elvira, ex presi del CSD). ¡Menos identidades y más sentido común, mozuelos! El futbolín es puro parné. Y si no que se lo pregunten al Madrid y al Barça... Ah, y a los alegres chicos de la prensa deportivesca y telecacas afines.

16 de enero de 2011

EL BALONCETE DE ORO

Dos meses dando la vara con la concesión del dichoso “Balón de Oro” tenían que hacer su efecto. Así que el lunes 10 de enero allí que estaba clavado el Puñetas delante del televisor para ver en qué quedaba tanta comedura de coco y tanta tonelada de papel y video sobre si el famoso baloncete se lo llevaba Xavi o Iniesta o Messi. Millones de repeticiones de goles marcados por estos jugadores, tropecientas mil biografías de los susodichos, oras pro nobis televisuales a San Barça C.F. y así hasta el hartazgo. ¿Cómo no íbamos a estar ese día millones de inocentes ignorantes delante de la caja tonta para ver el desenlace final de una película de intriga publicitada por los medios (“publicitada” viene de “publicidad”, claro) durante días y días?

Vergüenza ajena. Eso sentí cuando acabó aquel aburrido momio de la Fifa. Pero no por el resultado de las votaciones, que me importaron un higo, sino porque tras dos meses de estar dando la tabarra por tierra, mar y aire; tras sesenta días de comer el tarro a los futboleros y no futboleros de medio mundo; tras llevarse a Zurich a los más famosos protagonistas del mundo de la pelotita mundial… en un par de minutos se despachaba el hecho histórico, devenido ahora en un mero coitus interruptus balompédico tras días y semanas de tenaz y sistemático precalentamiento. ¿Tanto montaje y tanta gaita para dos minutos decadentes donde un Guardiola en plan casi funerario leía una cartulina con el nombre de Messi, donde éste se levantaba sin saludar siquiera a sus amiguetes de terna –ay, el ego freudiano de los futbolistas-  y acudía al estrado para –echándose sobre él como si estuviese en la barra de un bar- soltar cuatro palabrejas insulsas y archisabidas, dignas de un alumno de Primaria,  y luego aquí paz y allí –en la Fifa- gloria? ¿Para esta memez mediática, para ese momento “cumbre”, estuvieron lamiéndonos y comiéndonos el cerebrín durante miles de horas?

Humo. La conclusión es que durante semanas nos estuvieron vendiendo humo y al final la puesta en escena ha sido infumable. (Como ocurre, por otra parte, en este tipo de festejos, en cuya lista destacan los premios Óscar del Jolivú ese y raleas de parecida especie).  Un premio que venía organizando un diario deportivo francés, que premiaba a quien le salía de las gónadas con los criterios deportivescos que su empresa periodística tenía a bien de acuerdo a sus intereses empresariales, y que este año había sido “comprado” por la FIFA, esa organización del futbolín mundial donde el primer interés es la pasta gansa, el segundo el dinero y en tercer lugar el parné. Money, money, money… Al final (tras lograr que todo el mundo picase en el anzuelo) la gala resultó una vulgarota filfa destinada casi en exclusiva al lucimiento de la propia Fifa y de su máximo jefezuelo, un tal Blatter, mientras que los deportistas y personal invitado se limitaban a formar parte del insípido decorado, aplaudiendo cuando así se lo requerían.

Nunca tanto bombo dio para menos platillo. Sobraba reunir a tanta gente y concitar tantas expectativas para elegir a quienes eligieron y darles coba durante un minuto publicitario. Estas cosas se hacen empleando la mayor economía de medios –estamos en tiempos de crisis, ¿no?-, enviando un correo electrónico a los elegidos (sin ternas previas para evitar vencedores y vencidos), remitiendo luego por Seur o MRW el ridículo trofeíllo y pagando a los medios la inserción de la noticia propagandística en sus telediarios, carruseles deportivos o páginas de deportes. Nos habríamos ahorrado toda la tinta corrida, todas las comeduras de coco televisuales, los tropecientos vuelos del personal allí reunido y hasta los smokings de algunos (a quienes vemos ridículos cuando su traje de faena habitual son los calzones cortos y el sudor corriéndoles por el careto), por no hablar de las sanas o insanas envidias entre gentes del mismo equipo o país por ver quién se llevaba el baloncípedo a casa para colocarlo en una vitrina haciendo juego y rima con las cortinas.

Además, nos habríamos evitado el absurdo de premiar individualmente a deportistas cuya razón de ser y trabajo se desarrolla dentro de un colectivo, de un equipo. Sólo la estúpida manía de pensar siempre en “buenos y malos”, en “mejores y peores”, en “jefes y sulbaternos” lleva a creer que, por ejemplo, Messi es el mejor jugador del mundo. Como si él jugase solo en el campo. Ya se ve lo estupendo que es el hispano-argentino cuando juega con su selección, donde suele rendir muy por debajo de cómo lo hace en el Barça. Pero, en fin, vivimos de ficciones permanentes, así que hacer recaer los méritos y los triunfos en un solo personaje viste mucho a los ignorantes y cantamañanas de siempre.

Sólo faltó en el festejo que la FIFA se concediera a sí misma otro Balón de Oro, pero el cinismo de sus miembros todavía no ha llegado a su máximo nivel. Quizás en las próximas ediciones… Por otro lado, que sólo 400 tipos participasen en las votaciones demuestra que el baloncete de oro y el resto de los premios sólo responden a lo que piensa una minoría seleccionada a mano por la Fifa. Pero qué más da. Lo importante se ha conseguido en este primer año de baloncete de oro fifosón: que millones de personas en el mundo estuviéramos haciendo el panoli ante el televisor contemplando cómo los fifosuelos se montaban un acto publicitario bastante cutre pero efectivo mediáticamente. Hasta el Puñetas cayó en la trampa y se zampó atónito aquella estupidez. Y es que no somos “nadie”…

9 de enero de 2011

UN PLATITO DE ENLACES

Acabadas las vacaciones navideñas regresa el Puñetas al tajo blogueril con muchas ideas para desarrollar en los próximos meses pero muy poquitas ganas de aporrear las teclas. Así que, para ir entrando en calor, hemos pensado iniciar el año y la rentrée con algo poco habitual por estos lares: un platito variado de enlaces. A ver si algo de lo que he puesto en él les gusta…

** Una anécdota del maestro de ajedrez Bobby Fischer: “Efectos secundarios de tocar los huevos a un genio”.

** A algunos lectores les parecerá que el texto no tiene, en principio, nada que ver con el mundejo deportivesco pero en un  próximo articulillo del Arco demostraremos lo contrario: “Diez estrategias de manipulación a través de los medios”.

** Un trío de chistezuelos para mejorar el tránsito intestinal del anterior enlace intelectual:
• Un tío entra al bar, donde el personal está viendo un partido de fútbol:
- ¿Cómo vamos?
- Perdemos 1 a 0.
- ¡Árbitroooo, CAPULLOOOO!

• En el colegio de árbitros:
- Hola, buenas; mire, yo quiero ser árbitro.
- ¡Manolo! Ven a tomarle los datos a este imbécil.
- ¡¡Oiga, imbécil lo será usted!!
-¡Manolo! No vengas, que no sirve.

• Un padre y un hijo están en la puerta del estadio (un Madrid-Barcelona no se ve todos los días) y el padre se da cuenta de que se le han olvidado los abonos:
- Ve corriendo a casa y coge los abonos.
El hijo se va corriendo y a los 15 minutos vuelve:
- Papá, no te lo vas a creer pero mamá estaba con otro hombre.
- Tú sí que no te lo vas a creer: ¡no juegan ni Ronaldo ni Messi!

** Pronto nuestro colaborador Pepe Pi nos ofrecerá un cuento de los suyos pero mientras tanto –y con la venia de su autor- aquí ofrezco el enlace a un cuento de una serie deportiva que me tiene enganchado: “Radio Pelota”.

** Aunque tarde, más vale tarde que nunca. Una selección de las “mejores” fotos del deporte 2010.

** Marchando una de citas o frases de deportistas famosos: “Frases célebres del deporte en letras de oro”.

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¡Gracias por vuestra plantilla! (El Puñetas, agradecido).