21 de marzo de 2006

VIVA ER BETI MANQUE PIERDA



Hubo un tiempo en que el Betis bueno era el club más simpático del mundo. Aquella época en que todavía había cierto romanticismo en el tingladillo futbolero, en que los jugadores se dedicaban a jugar, los directivos a no salir en los medios y los aficionados a aplaudir a su equipo y no tanto a denigrar al contrario. Tiempos en que los aficionados del “Betis güeno” presumían de sus colores con el bello dicho con el que titulo hoy esta parida algo nostalgicona.



Viva el Betis manque pierda. Pues el otro día un equipo rumano lo apeó de la UEFA y la mayoría del personal del Estadio Ruiz de Lopera ya no se acordaba de tan bella y otrora sentida frase. Incluso una pandilla de tripudos ociosos se permitieron unas horas después el lujazo de insultar impunemente a la plantilla verdiblanca. Algunos hasta quieren echar a la calle a Lopera, el presi benefactor, que es como echar a la rue a Jesús del Gran Poder, si se me permite la licencia religioso-futbolera. De desagradecidos está el mundo lleno, de maleducados y de indocumentados. Porque nadie le pone una pistola a estos “aficionados” para conducirlos al estadio a ver al Betis. Ellos van solitos porque les da la gana y bien cara que pagan la broma. Si el equipo triunfa (como le ocurrió no hace muchos meses, cuando ganó la Copa del Rey), se pega uno los saltitos de alegría de rigor para desentumecer los músculos y a seguir trabajando todos los días para poder seguir teniendo dinero para ver al Betis bueno. Pero si las cosas vienen mal dadas, porque en este sinsentido del fútbol, salvo los cuatro equipos ricachones de turno, todos llevan bolitas en el sorteo para cualquier año irse a freír espárragos a la segunda división, entonces ahueca uno el ala y se plantea gastarse los cuartos de manera más provechosa o decide seguir encontrando sentido a la vida en el ritual semanal del partido liguero de turno más alguna que otra breva que caiga en forma de Champion Li, UEFA o Copa, si es que el sol alumbra de cara. Y ya está. Ahí se acaba el tema y la discusión. Y el que no lo entienda así, que se meta la mano en la cartera y saque un bono de propiedad del club o un par de acciones o unos cuantos pagarés. Y si no lo hay (que no lo suele haber, porque la propiedad de los clubes está repartida en poquísimas manos, salvo excepciones), entonces sólo queda pensar en positivo:



-El año que viene, en vez de ser cola de león seremos cabeza de ratón. Ganaremos más partidos. Intentaremos ascender, que es más divertido que intentar no descender… O pensándolo mejor, voy a meter en una hucha el dinero que me ahorro por no fumar ya, y el que me ahorraré por no ver a mi equipo en el destierro de la segunda división. Y en agosto, no veas las vacaciones que me voy a pegar en el Caribe con la parienta y lo que haga falta.


Pues no señor, allá que algunos descerebrados se ponen a hacer pintadas de fuera, fuera y otros más lanzados se van al campo a poner de vuelta y media y de perros y vagos a los jugadores, que seguro que pierden los partidos porque son masoquistas, no te jode… Así que menos numeritos y más ser positivos. O sea, “viva er Betis manque pierda”. Aquello era una afición (de la que algo queda) y no muchos cantamañanas de ahora. Y si alguien se pica, que se arrasque, que yo seguiré prefiriendo un seguidor bético flemático e ilusionado que uno cabreado y cenizo.

1 comentarios:

la aguja 25/3/06, 20:16  

Parece que es propio de civilizaciones troglodíticas seguir a santones y sanadores, como pueden ser hoy en día jugadores y directivos.

Así pues, hay mucho indocumentado por ahí que prefiere alegrar su mísera vida alabando a "jesuses del gran poder" y otros mariachis.

El fútbol es el opio del pueblo..., corrección, el fútbol es el opio de los mediocres que necesitan vociferar y opinar para sentirse útiles y actores en la vida gris que les ha tocado vivir.

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