Mostrando entradas con la etiqueta Historietas. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Historietas. Mostrar todas las entradas

19 de diciembre de 2010

CRÓNICA DE UN PARTIDO DE FÚTBOL DESDE LA PERSPECTIVA DE GÉNERO

Aquí, en el Arco, tan modernos y apegados a las sanas y santas virtudes, hemos optado por seguir las nuevas directrices de la feligresía que bebe en las aguas tibias y saludables de la perspectiva de género, sea desde el punto de vista ecologista, polítiquero, educativo o, como en este caso, deportivesco. ¡Basta ya de invisibilizar a la mujer mediante la vulgar estratagema de usar palabras masculinas que, como todo el mundo sabe, representan sólo al hombre!

El machismo decimonónico se va a acabar y desde el Arco estamos dispuestos a poner una pica en Flandes y en Calatayud para colaborar en tal fin aunque, pese a nuestros ímprobos esfuerzos de macho renegado, no tengamos de recompensa más que el desprecio de nuestros colegas de sexo y  el ninguneo de las comadres del género. Aquí presentamos, en primicia mundial, la primera crónica de un partido futbolero (desgraciadamente, un deporte de hombres al que pocas mujeres critican, incluidas las feministas) usando la perspectiva lingüística de género y génera.

DEDICATORIA: Esta bella crónica futbolera se la dedicamos con todo amor a doña Bibiano Aída, exministra de Igual-dá. Feo gesto el de don Zapatero degradándola a Secretaria de la Cosa, con la consiguiente pérdida de plusvalía y valor residual de sus fervientes admiradores, entre los que nos encontramos.

SUGERENCIA: Aconsejo leer primero la crónica. Está escrita en color azul. Luego, si tienen bemoles, releerla incluyendo las explicaciones justificativas señaladas entre paréntesis en color rojo


Ayer disputaron la partida número quince de la competición liguera (hemos eludido escribir “decimoquinto” por soez y masculinoide, así como la palabra “campeonato”, que tiene viejas reminiscencias de Chindasvinto, o sea, de lejanas épocas requetemachistas del copón hermoso) las principales escuadras futboleras (me niego a escribir “los equipos”, porque se da a entender que sólo los forman machotes) de las ciudades de Madrid y Barcelona (comprendan que no podemos escribir, sin que se nos salten las lágrimas, nombres tan aceradamente hombriles como “el Real Madrid y el Barcelona”). La organización madridista y barcelonina se enfrentaron a cara de perra en una confrontación que provocó la emoción delirante de las multitudes que pudieron seguir la cumbre futbolística clásica por tierra, mar y atmósfera (espero que entiendan que “aire” es una palabreja que no nos cae nada simpática, por razones obvias. Aprovecho para comunicarles que cambiaré todos los nombrajos masculinos y machurrinos que habitualmente se escriben en estos pormenores de la pelotita. Quedan avisados y avisadas).

Las personas que juegan al fútbol (antes se decía “los futbolistas”, término deleznable desde nuestra perspectiva de género) estuvieron como es habitual en ellas: deslumbrantes, grandiosas, fantásticas, inmejorables y chiripitiflaúticas. La partida fue una monada de jugadas primorosas llenas de ternura y pacífica convivencia rival, como es loable en una confraternización futbolera de la más alta alcurnia. (Obsérvese que vamos aprendiendo sobre la marcha y ya nos salen de manera espontánea y natural palabrejas no sexistas, lo cual redunda en la fluidez de la crónica). Transcurridas diez vueltas de la aguja relojera (lo de “diez minutos” debería pasar al desván de la historia, por deleznablemente viril) esa bellísima persona que juega al fútbol y que responde al nombre de Messi, hizo una de sus clásicas jugadas desternillantes y abracadabrantes plantándose ante la nariz de Casillas. Entonces disparó con su pierna buena, buenísima diríamos las gentes que admiramos su buena estrella y sesera, y la pelota fue mansamente a las redes de la portería. Una penetración en toda regla aunque no suficiente para el orgasmo culé (sentimos no tener a mano una palabra menos androcentrista pero es que el macho ibérico y mundial es así, siempre pensando en lo mismo…) pues en menos que canta una gallina esa magnífica persona que juega al fútbol y que atiende al feísimo nombre de Cristiano fabricó una bicicleta marca de la casa y acabó con las ínfulas de victoria de la chiquillería de Guardiola, esa persona que entrena a la muchachada barcelonina.

La partida transcurría entre gritadas en las gradas y caricias en la hierba (“césped”, por ser de género masculino, debería desterrarse del vocabulario no sexista) cuando la persona encargada de dirigir aquella fiesta futbolera (¡a ver cuando demonias arbitran mujeres en la Liga, coña!) pitó la pena máxima (“un penalty”, qué horror) a favor de la triada  arbitral (dónde va a parar la belleza semántica de nuestra propuesta de “triada” frente a la memez varonil de “trío”). La escandalera que se montó en la campiña (córcholis, pareciera que “el campo” sólo es patrimonio de los machotes) fue de las que hará época. La gente empezó a protestar, los homínidos con truculentas palabrotas de cabreo y enfado,  las homínidas con sensibles muestras de rabia y furia. Entonces, y sólo se llevaba media hora de partida, la policía nacional tuvo que entrar en las instalaciones futboleras e implantar la situación de alarma (sólo a los androides se les ocurre decir “el estado de alarma”). En esas circunstancias la población allí presente comprendió que toda aquella parafernalia se hacía por su bien mientras que la triada arbitral fue llevada a la comisaría donde ahora, bajo la atenta mirada de varias generalas de las Fuerzas Armadas, aguarda la sentencia de las juezas de la Junta de Competición (antes vulgar y sexistamente considera como “Comité de Competición”). Y es que no se puede permitir que a la población le tome la pelambrera (otrora, “el pelo”) una minoría, por muy preparada e importante que sea.

La partida prosiguió tal y como si no hubiera pasado nada pues la arbitrada de la misma pasó a manos de la Junta Arbitralota, quien tenía ya preparada la reposición de la triada insurrecta gracias a las buenas manos y bocina (“pito” es un palabro detestable, se mire por donde se mire y se toque por donde se toque…)  de Paquita la justiciera. Sólo ella se bastó para reducir a cenizas la escandalera de la grada y la campada. Sólo ella fue capaz de reconducir aquella confrontación de machos grasientos y violentos en una francachela la mar de exitosa, populachera y guay del paraguay. Hasta el punto en que toda la gente acabó dándose besadas y manoseadas hasta que llegó la final de la orgía (perdón, la final de la partida) con el resultado de empate a nada, una resultada justa y proporcionada a las ganas desplegadas por ambas escuadras y sus aficiones respectivas.

Paquita fue despedida con una salva de “viva tu madre” y “vivas tú” que le provocó una gran irritación pues una mujeraza como ella no puede permitir que le señalen a la madre así como así, con tonos claramente machistas-fascistoides, de modo y moda que declaró militarizada a toda la gradería hasta nuevo aviso. Allí están las cien mil gargantas y las dos docenas del personal que juega: esperando que a la más alta autoridad militar le dé por tomar una decisión contraria en cuanto le salga de las gónadas. Y en esas estamos con esta partida clásica de la futbolería española que, por un exceso de machismo por culpa de la gran masa, adocenada siglos y siglos por unas elites androcentristas, acabaron por convertir una gran fiesta de paz y bonhomía en una vulgar y soez mamarrachada final. Hasta que los machos no sean también madres debería estar prohibida esa palabra tan claramente discriminatoria para con las mujeres de bien.   

14 de noviembre de 2010

HISTORIA MENUDA


Entre los varios libros a los que el Puñetas le está hincando la dentadura en estos momentos hay uno la mar de divertido y eso que trata sobre asuntos históricos, o sea, sobre la tragedia del devenir humano. Se titula “Menudas historias de la historia” y lo firma Nieves Concostrina. En él se cuentan mil chascarrillos y curiosidades sobre infinidad de sucesos históricos de todos los pelajes y ello con un estilo ingenioso y ameno muy de agradecer.

De entre esas menudas historias he escogido una relacionada  con el Barcelona C.F. Ahora que  son las elecciones catalanas y que los partidos nacionalistas catalanes nos volverán a contar lo diferente que es Cataluña del resto de España, no está mal conocer de manos de doña Nieves el fundamento del club barcelonino al que –tan alegre como infundadamente- llaman “més que un club”. Otro mito que hoy derribamos en el Arco copiando una página del mencionado libro. Que lo pasen bien…
El Fútbol Club Barcelona lo fundó un suizo, lo presidió un inglés y nació en un gimnasio. Y todo ello ocurrió el 29 de noviembre del año 1899. Al principio el club no tenia banquillo, porque lo componían 12 jugadores mondos y lirondos, o sea, que no valía lesionarse porque no había repuesto. Pero éstas son sólo las anécdotas de hace más de un siglo. Hoy lo que cuenta es que el Barça es uno de los equipos más grandes del fútbol mundial. Més que un club, es un sentimiento y una identidad.

El suizo Hans Gámper, rebautizado luego como Joan Gámper, fundó el Barça poniendo un anuncio en el diario “Los Deportes”. Respondieron once: dos suizos, tres ingleses, un alemán y seis catalanes. Hala, ya tenían equipo. Se juntaron en una primera cita aquel 29 de noviembre en el gimnasio Solé y acordaron montar un club de fútbol para divertirse y hacer deporte. Qué tiempos. Divertirse y hacer deporte. A quien se le diga…

El primer partido lo perdieron por un gol a cero, pero es que jugaron con un equipo de ingleses que vivían en Barcelona, y los british se las sabían todas en esto del fútbol.

Uno de los mayores misterios del Barça son precisamente sus colores. ¿Por qué el azul y por qué el grana? Pues a día de hoy, ni siquiera los barcelonistas han podido confirmar los orígenes. Una de las teorías, la más simple y quizás la más razonable, dice que la madre de uno de los jugadores, al ver que el equipo no tenía uniforme, hizo fajas de colores azules y granates para que pudieran diferenciarse de los contrarios. No es ninguna tontería, al fin y al cabo siempre son las madres las que acaban encontrando la solución oportuna.

Otra hipótesis decía que el blaugrana lo eligió el propio Joan Gámper, porque esos eran los colores del escudo del cantón suizo donde nació. Falso. Gámper nació en Winthertur, en el cantón de Zurich, y los colores del cantón son el blanco y el azul, o sea, que si alguien lleva los colores del pueblo del fundador del Barça, lamentándolo mucho, ése es el Español.  Jugarretas del fútbol”.

17 de octubre de 2010

EL FÚTBOL LOS VUELVE...


La otra noche, vagabundeando por la internet, encontré un “poema del fútbol” que me llamó la atención.  No sé porqué, francamente, pero me hizo tilín tolón. Que alguien pierda el tiempo haciendo una loa al futbolín me resulta, o edificante o estrambótico. En todo caso, es algo llamativo.  Luego comprobé que el tal poema está mil veces repetido en otras tantas páginas interneteras, señal de que lo bueno se contagia y lo malo no lo plagia nadie, ji, ji. Aquí dejo una breve selección para aquellos amantes de los renglones poéticos.  (Abstenerse aquellos con facilidad para el vómito).
Cómo vas a saber lo que es el amor si nunca te hiciste hincha de un club.
Cómo vas a saber lo que es el dolor si jamás un zaguero te azotó la tibia y el peroné.
Cómo vas a saber lo que es el placer si nunca le ganaste un clásico a tu eterno rival.
Cómo vas a saber lo que es llorar si jamás perdiste un clásico sobre la hora con un penal dudoso.

Cómo vas a saber lo que es la solidaridad si jamás saliste a dar la cara por un compañero golpeado desde atrás.
Cómo vas a saber lo que es la humillación si jamás te hicieron un caño.
Cómo vas a saber lo que es la amistad si nunca devolviste una pared.
Cómo vas a saber lo que es un orgasmo si jamás diste una vuelta olímpica de visitante.
Cómo vas a saber lo que es el pánico si nunca te sorprendieron mal parado en un contragolpe.

Cómo vas a saber lo que es morir un poco si jamás fuiste a buscar la pelota adentro del arco.
Cómo vas a saber lo que es la xenofobia si en ninguna cancha te gritaron " negro de mierda".
Cómo vas a saber lo que es la soledad si jamás te paraste bajo los tres palos a doce pasos de un fusilero dispuesto a acabar con tus esperanzas.
Cómo vas a saber lo que es el egoísmo si nunca hiciste una de más cuando tenías que dársela al nueve que estaba mejor ubicado.
Cómo vas a saber lo que es el arte si nunca inventaste una rabona.

Cómo vas a saber lo que es la injusticia si nunca te sacó tarjeta roja un referee localista.
Cómo vas a saber lo que es el odio si nunca hiciste un gol en contra
y cómo vas a saber lo que es la vida, hijo mío, si nunca, jamás, jugaste al fútbol.

Hay quien, en vez de escribir finas poesías prefiere dedicarse al mundo de la pintura, aunque sea en su propio cuerpo. El menda del video y foto canta más que una almeja pero si esa era su ilusión, pobrecillo, ya la tiene. Menudo cante el suyo pero, ya se sabe, en estos tiempos desnortados e idiotas, hay gente “pa tó”.

Aquí le pongo, lector/a, los enlaces del video y de la noticia. Porque hoy día cualquier gilipollez es una noticia...

Aquí ER VIDEO y acá LA NOTISIA
Valore usted, lector/a, la poesía y el tatuaje futboleros.
El Puñetas, para ayudarle en la propuesta y en la faena, le propone unos cuantos palabros sugeridores de la cosa.

VOMITIVO – GLORA MAREÁ – IMBECILIDAD – IMPRESIONANTE – IDIOCIA - ¡JODEEER! - VAYA TROPA – LÓGICO… - SUBLIME – MAJADERÍA – DE NOBEL – DABUTEN - ¡GENIAL! – QUÉ HORROR – JA, JA,JA - ¡PUAG!

6 de octubre de 2010

LAS PRESUNTAS BONDADES DEL DEPORTE


A primeros de agosto de este año, Eduardo Punset publicaba en XLSemanal —la magnífica revista del grupo Vocento—  un sabroso artículo, como todos los suyos, en el que se preguntaba:  “¿El deporte mejora el ánimo  y la memoria?”

La memoria, no sé, pero sobre el ánimo hay sobradas pruebas de que a muchos más que mejorárselo, se lo empeora. Claro que no es lo mismo que el deporte practicado sea profesional o amateur, por amor a la pasta que pueda ganarse con él o por amor al arte. Pero incluso cuando se practica deporte por simple placer, mi experiencia en estas lides me dice que mucho personal se toma demasiado en serio eso de ganar y perder, aunque la práctica deportiva sea simplemente para pasar un rato o mover el esqueleto. Los que saben de esto afirman que es una manifestación de la “suelta” de adrenalina que todo individuo lleva encima por culpa del estrés, el trabajo y esas cosas que nos amargan la existencia. No sé, hoy me he levantado sabiendo que sólo sé que no sé nada, pero hasta los jubilados que juegan a la petanca en nuestros barrios se pegan sus buenos cabreos si el día no lo tienen fino o si creen que uno de sus “competidores” hace alguna triquiñuela en el juego. El Puñetas ha visto a gente pelearse cuando solo estaba jugando… al parchís. O sea que esto del ánimo jubiloso no sé yo si es algo consustancial a la práctica deportiva. Incluso ahora mismo, cuando escribo estas letrajas, me llegan de la plazoleta que tengo cerca los gritos y aullidos de una bandada de chaveas que juegan al fútbol pero que en realidad lo único que hacen es pelearse, insultarse y llamarse de todo (con la pelotita al fondo).

Un tío que le dio mucho al coco con estas cosas fue Juvenal, poeta romano, autor de la famosa frase “mens sana in corpore sano” que viene a decir que el objetivo del humanoide que se quiera preciar de serlo es tener un espíritu y un cuerpo equilibrados, esto es, que si nuestro cerebrín está más pocho que una castaña llena de gusanos, nuestro corpachón será un hazmerreir por mucho músculo que luzca. Y viceversa: si disponemos de un esqueleto en estado ruinoso, raro será que nuestras neuronas estén muy preparadas para la vida moderna. Sin embargo, han pasado tantos siglos de aquello y nos hemos degradado tanto como especie (cualquier romano de entonces –si resucitase- nos tomaría por unos blandengues, unos pichafrías y unos inválidos) que dudo mucho que el aserto del famoso poeta tenga hoy día mucha validez. Basta observar el panorama mediático, sobre todo el telemierdítico, para darse cuenta que hay gente a la que le sobra la única neurona que tiene pese a que ésta se encuentra instalada en un cuerpo escultural, siliconas y horas de gimnasio al margen. Y al revés: hay por ahí algunas gentes más listillas que el hambre a las que un octavo de torta bastaría para tumbarlas boca abajo. O sea, que encontrar hoy día a alguien que reúna el ideal de Juvenal es para nota. Seguramente hay gente por ahí que lo cumple (yo mismo, sin ir más lejos, ji, ji) pero todo este personal suele ser bastante discreto y está alejado de los focos.

El bueno de Punset afirma contundentemente que hoy “contamos con numerosas pruebas experimentales que nos han convencido de que el cuidado de la salud física produce una mejor salud mental. Las horas pasadas en el gimnasio no sólo desarrollan los músculos, sino la memoria; un cuidado diario de la dieta –el otro soporte de la salud– mejora el ánimo y la capacidad cognitiva”. No sé (sigo hoy sin saber ni papa), pero conozco mucha gente que se sabe de memoria las alineaciones de todos los equipos de la primera división del fútbol español y no recuerdan qué comieron la noche de antes. O gente capaz de memorizarse todos los componentes mecánicos del utilitario de Fernando Alonso  (marca Ferrari, creo) mientras muestran una incapacidad manifiesta para aprenderse una docena de palabras del diccionario. Que yo sepa la inmensa mayoría de los deportistas de elite no destacan precisamente por su memoria elefantiaca excepto cuando se trata de recordar hazañas en torneos y competiciones de antaño, en plan abuelo Cebolleta.

Sigue escribiendo el bueno de Punset que “experimentos muy específicos efectuados recientemente tienden a demostrar que (…) en promedio, los feos y decrépitos son más tontos y los apuestos, más estudiosos.” O sea, que la gente guapa es más lista y capaz. Es lo último que me faltaba por oír y leer: que Sara Carbonero va para premio Nobel y que el cachas de mi vecino ligón (una mezcla hispana de Toni Curtis y Alain Delon) podría haber llegado a catedrático de Física Nuclear si no llega a ser porque el tío prefiere currárselo en la cama en vez de en el pupitre. No, si listo es cantidubi… Los feos, que se jodan ¿no? Eso ya se decía hace siglos y parece que ese es el enorme descubrimiento de los científicos de pacotilla que tenemos hoy día. Tantos años de civilización y evolución para llegar otra vez al principio, es decir, a la barbarie.

Y prosigue Punset: “En todos los casos estamos descubriendo, atónitos, que los ejercicios físicos y el cuidado de la dieta –los soportes básicos de la salud física– tienen una repercusión en la salud mental. Lo que están sugiriendo las pruebas efectuadas en distintos laboratorios es que la memoria y la capacidad cognitiva mejoran con los soportes de la salud física. Lo que todavía no sabemos es qué tipo de deporte es el más adecuado para mejorar el ánimo, la memoria o el grado de entendimiento. Tampoco estamos seguros de cuánto tiempo se debe dedicar a estos cuidados. Con toda probabilidad es mejor pasarse que quedarse corto”.

O sea, que sabemos menos de lo que presumimos, ¿eh, pillín? Y mejor que sea así, dicho sea de paso, porque dado cómo está evolucionando el pensamiento “científico” en estas cuestiones, uno le tiene un miedo considerable a las próximas investigaciones. Porque si hoy día ya se sabe que “en promedio, los feos y decrépitos son más tontos y los apuestos, más estudiosos”, mañana nos saldrán con que, total, para lo que servimos, mejor tirarnos a la basura.  Ya sé que el bueno de Punset no va por ahí (como divulgador sólo nos ilustra con las últimas bobadas científicas), máxime cuando él tampoco ha sido nunca un adonis, pero es que hay presuntas investigaciones que deberían guardarse en el cajón hasta que se sepa todo, todito todo. Más que nada para evitar la desmoralización de esos que hacen deporte por un tubo, que se machacan en el gimnasio, la piscina, la pista de tenis, el campo de golf o la cancha de futbito y que ven cómo no sólo no mejoran su ánimo, memoria y fisonomía sino que –encima- cada dos por tres andan lesionados y hechos polvo.  Algunos científicos guays deberían investigar la práctica del deporte desde otro punto de vista: ¿empeora la salud, el ánimo, la belleza de quienes lo practican? Tengo otra vecinita que está para desayunarla, merendársela y cenársela y la tía en su puta vida ha hecho más ejercicio físico que abrirse de piernas. Oye, y no veas lo bien que ha acabado complementándose con el otro vecinito, el ligón. Dios los cría, ellos se juntan y a los feos nos dan morcilla...

19 de septiembre de 2010

NOS TOMAN POR EL PITO DEL SERENO

El Puñetas no sólo no es nada patriotero sino que abomina intelectualmente del concepto “patria”, pero una cosa son las ideas y otra –desgraciadamente- la realidad. Aunque usted se declare ciudadano del mundo, apátrida u otra virguería parecida, los burócratas, gobiernos y gente del común no entenderán de estas raras y vulgares sutilezas así que cada vez que vaya a mear le pedirán el Documento Nacional de Identidad, el pasaporte o el CIF. Usted, por mucho que proteste, seguirá siendo considerado como un hijo “natural” de su terruño, lo quiera o no. El Estado, sus guardianes y sus palmeros, que no admiten excepciones ni saben ver tres en un burro, antes que verle como un ser único, individual, especial, irrepetible y excepcional, le verán como un número más de la gran masa nacional, como un minúsculo átomo que no puede tomar iniciativas propias y romper la baraja por las buenas, negándose a tener baraja alguna,  como una piececita más del reloj, que no va por libre sino bien amarradita al engranaje patrio. En estos casos, qué hacer además de ciscarse en la madre que parió a quien te toma –siguiendo las leyes humanas y divinas, por supuesto- como una mierdecilla más de la gran cagada cósmica, terrícola, continental, nacional, autonómica y localista que hay que aguantar como si formara parte de nuestra mismísima genética.  En estos casos, pragmatismo manda, hay que bajar la cerviz, aguantarse y tirar para adelante camino del redil y el abrevadero.

Hoy hemos decidido hacerle caso a los de la madre que los parió y nos hemos levantado con el carnet de identidad en la boca. Nacimos y vivimos accidentalmente en un territorio llamado Spain, ergo somos españolitos para todo lo que usted mande, sean cosas duras o maduras. Por eso vamos  a poner el gritito en el cielo ante varias noticias que nos han dejado con el ánima patriótica por los suelos.

Entremos en materia. ¿Nos toman a los españolitos por el pito del sereno? A tenor de lo que uno ha leído los últimos días, sí. Un líder político español visita territorio ídem y algunos histéricos de un país vecino (dicen que “amigo”, o sea, que guárdate de amigos así) claman a Alí Babá acusando al politicastro de “provocar”. Otros buenos amigos, los gibraltareños de su Viejísima Majestad, no sólo siguen agrandando el peñón a costa del territorio español circundante sino que, cuando les parece, envían a sus patrulleras al pueblo vecino de la Línea (o sea, al extranjero, o sea, a Spain) para que atrapen a sus cacos. En contrapartida, la españolísima Guardia Civil caminera no puede poner su tricornio a la viceversa porque entonces la retienen y le sacan todos los colores menos el verde. En Murcia los dueños de una discoteca, llevando durante muchos años el nombre de “La Meca”, se han visto obligados a cambiarlo, así como la decoración del local, porque unos cromagnones  de fuera –muy sensibles para estas pijoterías- se sienten muy ofendidos por tal bagatela. La broma les va a costar a los discotequeros cien mil eurillos de nada pero habría que darles una medalla porque han conseguido evitar una “guerra con el islam”, según amenazaban los especímenes prehistóricos. Se ve que en tu propio país, sobre todo si se llama España, los de fuera te pueden amenazar y mangonear sin que a nadie se le caiga los pantalones o se le manchen.

Pero, no desespere lector, estas cosas no sólo existen en el mundillo politiquero o religiosero. También en el mundejo del deporte a los españolitos nos toman por el pito del sereno y hemos de asumirlo con una natural sonrisa.

Cristianito Ronaldo, el de las bicicletas, afirmaba la semana pasada ante los primeros abucheos del Bernabéu por su manera de jugar: “La energía que gasta el público en pitar es la misma que podría emplear en apoyarnos”.  Y añadió esta perla más: “A veces es mejor que el público nos ayude para motivarnos mejor”. Esta mamarrachada no creo que se le ocurriera decirla en Manchester cuando jugaba en la Premier League porque estoy seguro que lo habrían puesto de patitas en el Atlántico. Aquí, como somos un pelín idiotas, se permite ese lujazo. El público paga una millonada para verle meter goles y hacer buenas jugadas junto con su equipo. Ese ya es suficiente esfuerzo como para pedirle encima que le motive y que le apoye. Yo, afición, exigiría una rebaja en el precio de las entradas por apoyar al equipo. ¿Pero qué se han creído estos niñatos de la pelota?

Otro niñato, sólo que más crecidito, es Joan Laporta, quien lejos ya del Barça, anda en batalla electoral porque se cree ungido por los dioses y aspira a convertirse en “molt honorable”. Como el señorito –al contrario que el muá- es de esos a los que les encanta llevar el carnet de identidad en la boca (en este caso, el catalán), se le ha ocurrido una parida la mar de graciosa para que, en caso de que el territorio donde él vino al mundo accidentalmente se declare independiente un día de estos, su Barça querido no sufra las consecuencias negativas: jugar contra el Santa Coloma o el Puigcerdá. "Se podría perfectamente jugar la liga catalana, la liga española o la liga de los pueblos ibéricos, con Portugal, España y Cataluña”. Y remató la faena de aliño con esta boutade: “El Barça podría escoger en qué Liga jugar”. O sea, que los españolitos son y serán idiotas y ante la pérdida hipotética de un territorio no tendrían ningún inconveniente en seguir como hasta ahora, con el Barça en la Liga española, el cava en los frigoríficos y el Seat o el Nissan en el garaje de casa. Hasta los amigos portugueses harían el esfuerzo de sumarse a la nueva situación geopolítica ayudando a crear una Liga Ibérica.  Muy listo el Joanito…

Ya decía en el titular de este artículo tan atípico, con la  vista puesta en estos cinco ejemplillos que he reunido hoy, que algunos nos toman a los españolitos y españolazos por el pito del sereno. Algo muy feo sabiendo, sobre todo, que ya no hay serenos. Para una vez que me pongo el traje patrioteril resulta que algunos de fuera se lo toman a pitorreo. ¡Menudo ojo clínico tengo!

9 de mayo de 2010

PREGUNTAS PUÑETERAS

¿Por qué las telecacas, ante los “grandes” partidos, enchufan las cámaras a los seguidores de ambos equipos para que emitan su opinión (perdón: rebuznen) ante tan transcendental encuentro?

¿Para ser deportista de elite hay que estar bastante “loco” o excesivamente “cuerdo”?

¿Son el Barcelona y el Real Madrid los tuertos en el país de los ciegos futboleros?

Dado que la inmensa mayoría de los goles que se marcan hoy día en los estadios son catalogados por los periodistas deportivescos como auténticas obras de arte, geniales y maravillosas, ¿no sería estupendo que a alguien se le ocurriese montar un Museo de Golazos?

Otrosí: ¿Han desaparecido los goletes, los golecillos, los goluchos y los goles de chorra y potra?

Si las nuevas generaciones siguen incrementado su estatura, como viene pasando en las últimas décadas, ¿habrá que colocar aún más altas las canastas de baloncesto?

En vez de canciones fervorosas y patrióticas en los estadios, ¿no deberían amenizarse los prolegómenos de los encuentros con música relajante?

¿Habrá alguien en el planeta que no se haya enterado todavía –y eso que falta un mes- de que en junio empieza el Mundial de fútbol? ¡Dios, la que se nos viene encima!

En vista de que los mimadísimos coches de Fórmula I tienen un sinfín de fallos mecánicos y de ruedas, ¿podemos fiarnos seriamente de nuestros simplones y destartalados utilitarios?

Yo que él no me preocuparía mucho por ganar o no la Liga. Los dos últimos entrenadores que la ganaron fueron despedidos del club. ¿Adivinan a qué entrenador de fútbol me estoy refiriendo y a qué equipo?

Un tío entra al bar. Allí están viendo un partido de fútbol:  “¿Cómo vamos?”-pregunta.“Perdemos uno a cero”-le responden. “¡Árbitroooo, capullooooo!” ¿A qué deporte se refiere el siguiente chistecillo, tan real como la vida misma? Sólo hay una solución posible y lógica.

24 de marzo de 2010

EXCELENTÍSIMO E ILUSTRÍSIMO SEÑOR MESSI


Yo es que me meo… Perdón por tan fina expresión, muy escuchada en altos cenáculos y bajas camas, pero es que ya está uno en la edad de tomarse casi todo a pitorreo en vez de agarrar cabreos de campeonato y jurar en arameo. La ultima cachondeada procede del lunes pasado, día en que algunos  periódicos, bastantes radios y todas las televisiones dedicaron elogios tan mayúsculos, tan superlativos y tan estratosféricos al señorito Messi, que uno pensaba que tanto peloteo al jugador azulgrana no podía ser sincero ni cierto.

El numerito mediático del otro día con Messi fue “demasiao”. Un genio, un astro divino, un ser de otra galaxia, el mejor jugador de fútbol que en el universo ha sido. Y todo porque llevaba dos partidos seguidos marcando goles y desequilibrando el marcador. Hombre, la cosa tiene su mérito pero no es para tanto. Porque si resulta que lo que hace este tipo son genialidades, ¿cómo calificaríamos las virguerías que realiza un cirujano con los menudillos pochos de sus enfermos?, ¿cómo tendríamos que calificar al trabajo de un bombero que salva una vida humana a punto de achicharrarse? ¿cómo deberíamos llamar a lo que realiza un oscuro grupo de investigadores en un laboratorio, cuando logra descubrir medicamentos que salvan vidas o inventa cacharros que harán la vida más cómoda a una gran parte de la humanidad?

¿No es obsceno llamar, con unas letras así de gordas, “ser superior” a un futbolista que será muy bueno pero lo suyo no deja de ser una vulgar faenilla si la comparamos no ya con profesionales como los citados más arriba si no con otras figuras del balón que fueron excelentes en su momento?  ¿No es obsceno (y una mentira como una catedral) titular “Ya es el mejor de la historia”, señalando que “ya ha superado a leyendas como Maradona, Cruyff y Pelé”, cuando nuestra Ilustrísima sólo tiene 22 añitos y su historial todavía está a medio hacer? ¿Qué gilipollez es esa de afirmar que “Messi es infinito o que “Messi convierte el fútbol en arte?

De verdad, que me meo… vaya, que me estoy meando leyendo y escuchando a todos estos memos y cantamañanas que ensalzan hoy a Messi cual si fuera un Dios pero que mañana, cuando vengan mal dadas (que vendrán, es ley de vida) no dudarán en ponerlo a parir. Tan malo es pasarse como no llegar y últimamente hay medios desinformativos que se están pasando cuatro pueblos en sus valoraciones. Messi será muy bueno en lo suyo, pero lo suyo no deja de ser una total y absoluta INANIDAD. Y ahora, perdonen que acabe hoy tan pronto pero es que mi vejiga urinaria está a rebosar por culpa de tanta gansada como se ha dicho y escrito esta semana sobre su Excelentísima Ilustrísima. ¡Ave, Messi!   (Menos mal que el chaval va de prudente y modesto por la vida…) 

25 de noviembre de 2009

SOBRE EL FÚTBOL (en horas de sequía)


Después de las tres últimas entradas de El Arco, o nos vamos de cachondeo o algún lector distraído y ocasional se va a creer que aquí nos dedicamos a la cosa de la política y el deporte. Ambas cosas van  unidas cada vez más pero aspiramos a ver el deporte desde todos los ángulos. Uno de ellos es la crítica social aderezada con unas gotas de humor picantón. Hoy vamos de eso, pero como resulta que las tres últimas entradas nos han dejado algo seco el cerebro (ese daño colateral es muy propio de los que se dedican a la cosa politiquera), hemos tenido que recurrir a alguien de afuera para que nos saque hoy las castañas del fuego. Un desconocido. Encontrado cuando ya veíamos la hora de cierre y sin articulillo o pachanga que llevarnos a las teclas. Ya teníamos decidido salir del paso contando  algunos manidos chistes sobre fútbol pero hemos tenido algo de suerte (también hay que buscarla, no crean) encontrando la colaboración de un lector anónimo en la web de “Diario Vasco”. Año 1996, pero menos da una piedra. La hemos retocado mínimamente por alguna errata o cosa ortográfica sin importancia y aquí está: una vez más hemos cumplido como jabatos y, aún con el cerebrín más seco que un pantano en tiempos de sequía, acudimos puntuales a nuestra cita arquera aunque sea con un texto ajeno que, faltaría más, suscribimos de la zeta a la pe.
Ahora que llegan los mundiales, NECESITO hacerles una confesión:

YO FINJO QUE ME GUSTA EL FUTBOL!!!!

Es que a mis amigos les encanta, así que cuando estoy con ellos, hago como que disfruto... Aunque, sinceramente, no me entero de nada. ¿Que ellos gritan? Yo grito... ¿Que se excitan? Pues me excito. Y si meten gol, me desmadro... Igual que fingir un orgasmo.

Y es que algunos parece que disfrutan más con el fútbol que con el sexo.

Tú les oyes y están: "Métela, métela... Así, así, sigue, sigue... !Aguantaaaa! (Como si fuese un orgasmo) !HUUUYYYYYY!!" Así que pensé: "Si esto es mejor que el sexo, yo lo tengo que probar" Y decidí hacerme futbolero.

Pero no es tan fácil. Por ejemplo, no hay ningún libro que te enseñe a entender el Marca: a ver, dónde pone que Osasuna no es una ciudad... Y que un "interior izquierdo" y un "exterior derecho" no son pisos. O que un extremo derecha no es un facha...

Visto lo visto, llamé a un amigo y le dije: "Felipe, mira, es que yo finjo los goles y quiero sentir lo que tú sientes". Y Felipe me dijo: "Lo sentirás. Te voy a llevar a un partido que vas a flipar".

Y me llevó a la final de la Champions. Lo primero que me llamó la atención es que si eres futbolero puedes aparcar donde te salga de los mismísimos: "Oye, Felipe, que estamos en un paso de cebra, tapando una boca de riego y en la salida de emergencia del campo. ¿Y si viene la grúa?" Me contesta: "¿La grúa? Mírala (SEÑALA). Ahí la tienes, atravesada tapando la salida de ambulancias del hospital"


Otra cosa que puedes hacer si eres futbolero es vestirte de mamarracho. Tú vas al fútbol y a nadie le llama la atención que te pongas cuernos de vikingo, o que te pintes la cara como Braveheart. Incluso puedes ponerte ropa de invierno en verano. ¿Que no? Los futboleros son las únicas personas, aparte de Umbral, que van con bufanda todo el año.

Entonces mi amigo me dijo: "Ahora vamos a ver la llegada de los jugadores, ya verás qué alucine" Y efectivamente, aluciné. Vamos a ver: si estos tíos ganan miles de millones ¿por qué coño van en autobús? Joder, yo creo que como mínimo se podrían pillar un taxi ¿no? Esto sólo pasa en el fútbol. Dile tú a Julio Iglesias que vaya en bus y verás tú dónde te manda...

Cuando entré al estadio, me sentí como en un karaoke gigante, porque allí no paran de cantar. Sus canciones favoritas son dos: una que dice OEEE, OE, OE, OEEE, OE, OEE, OE; y luego hay otra que dice: EEEEEOOOO, EEEEOOOO. Que yo pensé: "No se puede decir más en menos". Y de repente empezaron: "Hola fondo norte... Hola Fondo Sur". Y dije: "Esta me la sé yo" (CANTANDO CON LA MÚSICA DE “HOLA DON PEPITO”) "Pasó usted ya por casa, por su casa yo pasé...". Y se quedaron todos mirándome, y les dije: "¿Qué pasa? ¿Os jode que me la sepa?" Pero lo que más me sorprendió fue cuando cantaron el himno, yo no sabía que el del Real Madrid era un himno musulmán: Alah Madrid, Alah Madrid.

En ese momento mi amigo me dijo: "Tío, va a empezar el partido ya, te vas a cagar". Y empezaron todos a tirar rollos de papel higiénico al campo, que dije: "Coño, esto va en serio".

Y entonces salieron los jugadores y yo seguía sin entender nada: ... cuarenta cámaras alrededor del campo, transmisión vía satélite, pantalla gigante y marcador Jumbotrón... ¿Y cómo deciden quién saca? !Tirando un duro al aire! !Coño, por lo menos que tiren un euro!!!

Cuando miré a mi alrededor, me di cuenta que todo el mundo estaba con los audífonos puestos... "Pero Felipe, ¿para esto te gastas diez mil pelas, para escuchar la radio?". Y Felipe:"La radio es fundamental, escucha, escucha..." Y me puso los audífonos: "Penetración por banda derecha, se acerca al borde del área, centro a la olla... !Jamónnnn Guijuelo... que jamónnnnn! El cuero que se escapa a la izquierda de la defensa, toca Figo, Figo, Figo, Figo, Figo... !Sí señor... un señor Farias! Pi, pi pi pi... Goooooooooooool!" Y tú: "Pero bueno, Felipe, ¿quién ha marcado? ¿Figo o Farias?". "Pero, tío, ¿cómo va a marcar Farias?". Y dices: "Joer, ya he metido otra vez la pata. Ha debido de marcar Guijuelo".

Y a partir del gol se montó una... Ya no me enteré de nada más... Empezaron a mover banderas, a sonar bocinas, que acojonan ¿eh? Parece que se te viene un barco encima... Y de repente se me abrazó un señor que no conocía de nada, me dio un puro y empezó a gritarme en la oreja "!Campeones,  campeones, OE, OE, OE!". Y ya no me soltó... Pero que me daba besos y todo! Y de pronto empezó todo el mundo: "!A la fuente, a la fuente!". Y a la que me di cuenta estaba dentro del agua, de la mano del señor del puro, que parecíamos los Del Río. Intentando subir al león de la Cibeles... Y cuando estoy arriba veo un montón de tíos a caballo que venían hacia mí... Y digo: "Qué bonito!  !Qué espectáculo! !Ahora entiendo esto del fútbol!" Y yo, para seguir la juerga, como ya me sabía la canción, me puse de pie, empecé a mover los brazos y grité: "!Eh, los del caballo! !OE, EO, OE, OE!"

En la boca.  La primera me la dieron en la boca. Y luego ya donde pillaron, blando o duro. Que me bajé de la fuente y le dije al del puro: "Tú haz lo que quieras, yo me voy". Y el tío me dijo: "Vale, pero mañana paso a las diez a buscarte, que hay que llevarle la copa a la Virgen". A la Virgen... acabé en la Paz curándome los moratones y acordándome de la Virgen: "Virgencita, Virgencita, que me quede como estoy".

Saben lo que les digo... Que ahora que soy un experto, el fútbol me gusta menos que antes!!!!!!!!!!!

1 de marzo de 2009

UNA DE TEBEOS (SEGUNDO TIEMPO)

Decíamos hace unos días que la visión nada idílica del futbolín no es cosa moderna si no que ya tiene sus añitos. Recurríamos a nuestra memoria y a nuestros tebeos de la infancia. Las dos siguientes viñetas, en plan tan satírico como el que aquí ponemos en funcionamiento habitualmente, retratan el ambiente futbolero con el fino humor que caracteriza al maestro F. Ibañez (autor, entre otros célebres personajes, de Mortadelo y Filemón) y otros insignes colegas.

 
Pero si el Puñetas tenía un personaje preferido en la cosa deportiva, ese era sin duda “Pepe el Hincha”, del magnífico dibujante Peñarroya. Don Pepe era un forofo empedernido del equipo de sus amores, el “Pedrusco F.C.”, a pesar de que habitualmente perdía todos los partidos, o sea, que le daba pocas satisfacciones. De la página web donde he tomado la historieta completa, destaco el siguiente comentario de su documentado autor: “Peñarroya era un gran aficionado al futbol, y con estas historietas mostraba sus ocurrencias sobre el deporte rey, y las alegrías y frustraciones que suscita en los verdaderos hinchas que se desviven por sus equipos. Sus aventuras están recomendadas para todos aquellos forofos futboleros, que cuando pierde su equipo se agarran cabreos monumentales. Lean estas historietas si tienen la oportunidad, contemplen lo que le pasa al pobre Pepe, y a su equipo, y verán como lo suyo no es nada”.


Aquí finalizo esta retrospectiva a mis años mozos y a aquellos tebeos que nos alegraban las pajarillas al tiempo que mostraban la cruda realidad. De aquel humor infantil y juvenil ya no queda nada más que el recuerdo. A la chavalería de ahora prefieren tenerla entretenida con las múltiples cajas tontas que se han  inventado en los últimos tiempos: telecacas, móviles, videoconsolas y otros cacharros tecnológicos destinados a idiotizar si no vienen contrarrestados por antivirus tan eficaces como la lectura, el espíritu crítico y una buena educación. Cosas que, por cierto, en aquellos años no todos podían tener, mientras que hoy en día están al alcance de casi todo el mundo, aunque para el caso que se les hace...

Web recomendada por el Arco: El Maravilloso mundo de los tebeos

26 de febrero de 2009

UNA DE TEBEOS (PRIMER TIEMPO)

Una de las pocas ventajas que nos quedan a los que calzamos más de medio siglo es que tenemos algo de experiencia y bastante memoria. La imagen a menudo violenta del fútbol, dentro y fuera del terreno del juego, no viene de este infantil siglo XXI si no del XX, ya difunto. Para que los más jóvenes observen como andaba el patio por entonces, más o menos cuando el Puñetas era un imberbe, vamos a recurrir a lo que ya no queda en este país: las revistas de humor infantil y juvenil.

Aquí la radiografía de un hincha publicada en la revista “El DDT” de 1961.


Algunos temas de hoy ya eran entonces objeto de rechifla. Por ejemplo, la contratación de futbolistas foráneos. (“El DDT” es de 1953). O la rivalidad entre hinchadas. (“El DDT” de 1964).


Claro que en la mayoría de las ocasiones el fútbol era sólo un pretexto para contar unos chistes y reírse un rato…

 
  
Recomiendo el enlace a la web de donde se han obtenido las ilustraciones.

CONTINUARÁ...

8 de febrero de 2009

¡PEDAZO RUEDAS DE PRENSA!


El otro día, con la desvergüenza que las caracteriza, algunas teleles mostraron al respetable (al que respetar, respetar, lo que se decir respetar, no respetan nada) un pedazo de la rueda de prensa de Guardiola ante los chicos de la ídem catalana, donde el sector crítico anda desaparecido en combate desde hace años (basta echarle una ojeada a los periódicos, radios y telecacas autóctonas de aquella región, comunidad, país o cortijillo) y donde parece que el sector chirigotero ha crecido cantidubi dubi da en los últimos años. El fragmento publicitado mostraba la voz de un periodisto  y el serio careto del exitoso entrenador azulgrana. Ojito al parche, aunque escribo de memoria:

-Señor Guardiola, imagínese que es usted entrenador de un equipo que está segundo en la clasificación y que va a 12 puntos del líder. ¿Qué le diría usted a sus jugadores?

Como don Josep no parece que tenga entre sus enormes cualidades públicas la retranca, el cachondeo y la mala leche, este Puñetas le va a prestar estas maravillosas cualidades en según qué casos (por ejemplo, para responder a periodistas algo tontunos) para que les responda como es debido y no como lo hizo el camarada.

-Pues le diría a los jugadores que hay que seguir, intentando alcanzar al que va delante, que es su obligación.

No, yo no hubiera contestado esto. Se me ocurren hasta tres respuestas a la pregunta tontaelhaba del periodista de turno, al que no deben haberle enseñado en la Facultad o en la calle que cuando no se tiene nada inteligente que preguntar lo mejor es callarse. Algunos, por no tener, no tienen ni sentido del ridículo.

RESPUESTA SALVAJE Y DIRECTA A LA YUGULAR:
-Vamos a ver, señor periodista. ¿Usted me toma por idiota o el idiota es usted? ¿Cómo se le puede ocurrir hacerme semejante pregunta? ¿Usted qué haría si fuese un policía y viese a 200 metros que un ladrón acaba de robar una cartera y sale huyendo? Como está tan lejos, lo dejaría marchar y se iría al bar de la esquina a tomarse unos chatos de vino, ¿no? ¿Sería usted un buen profesional si hiciese eso? ¿Y qué espera que haga yo en la hipótesis gilipollesca que me ha planteado: irme con los jugadores de cubatas por las noches o entrenar hasta la muerte para intentar cumplir con nuestro deber y, si se puede, alcanzar al líder? ¿Pero en qué mundo estupidizado vive usted? Deme el teléfono de su director, que voy a llamarle para que lo despida, o al menos, no le envíe a estas ruedas de prensa estúpidas donde casi nunca hay nada que decir y que sólo sirven para perder el tiempo y la paciencia. 

RESPUESTA IRÓNICA Y POR LOS CERROS DE ÚBEDA:
-No sé qué haría en esa ocasión. Quizás me suicidaría, escribiendo primero una carta acusando de mi muerte al equipo que va en primera posición. Quedaría tan conmocionado que los siguientes partidos los perdería -recuerde lo que le pasó al Barça hace años con el  secuestro de Quini- y con un poco de suerte lo mismo el mío lograba empatarle o superarle en la clasificación. Sería un triunfo post mortem tan importante como el del Cid Campeador que –como habrá leído en alguna revista de la Facultad de Periodismo- ganó una batalla después de muerto.

RESPUESTA TAMBIÉN TONTUNA Y POLÍTICAMENTE CORRECTA:
-Pues mire usted, ese equipo al que me liga hipotéticamente, es el Real Madrid y como puede comprender, este servidor jamás, óigame bien, jamás lo entrenará porque yo soy culé hasta en el carné de identidad. Le repito, jamás podría ser entrenador del equipo rival de mi glorioso Barça, así que su pregunta no puede ser respondida. Ahora, si usted se refiere por casualidad a otro equipo diferente (pongamos que al Manchester United), entonces ya se puede figurar cual es mi respuesta a su inteligente pregunta.

16 de septiembre de 2008

SUBIENDO EL ANGLIRU

(Cualquier parecido con la realidad pudiera ser mera coincidencia imaginativa. O no...)

“…Después de chuparnos casi 200 kilómetros, ahora llega el Angliru éste de las narices. Once kilómetros de cuesta que te cagas. Parece que las carreras las hagan para jodernos vivos a los ciclistas. Echaré un trago de agua, que no veas la que me espera… Empieza el maldito infierno y ya va al 7 %. Ellos como van tan tranquilitos ahí montados en su coche… Ojalá se les parase en mitad de la cuesta y empezara a irse para abajo. Lo que me iba a reír…
… Esto es pasarse. No hay derecho a que nos hagan esta putada a la mayoría, que no somos ni Contador ni Sastre ni esos primeros espadas. Nosotros somos gente normal, yo un rodador que me juego la vida en el llano y en la meta, pero que aquí no puedo andar porque peso demasiado. ¡Que le pongan el Angliru sólo a los jefes de fila y a nosotros que nos dejen en paz! ¿Qué necesidad hay de esta salvajada de puerto?
…Voy echando los higadillos y todavía no llevo ni seis kilómetros de subida. Seguro que el Contador ya habrá llegao a la meta. Y mira estos tíos, ahí delante de la carretera, que no nos dejan ni verla. Si parece que todos estén mamados… ¡Venga, que tú puedes, cobarde! –me ha dicho uno. No me he bajao de la bicicleta para darle dos tortas porque encima me la cargo yo. Su padre y su santa madre… Lo que tienen que hacer, af, uf, es dejarnos tranquilos, despejar el terreno para que el oxígeno nos llegue mejor y callarse, que ya no sólo me duelen las piernas y el alma si no también los oídos de escuchar tantas idioteces. ¡Y dejarme el culo quieto, con tanta palmadita ni leches! (Otro traguito de agua con vitaminas antes de que reviente. Glu, glu, glu…).
…¡La madre que los parió! Ya voy por la zona de Llagos y es que no aguanto más y eso que voy a paso trotón. Luego, cuando suba arriba, si llego, encima me querrán pinchar los sádicos éstos para ver si voy limpio. ¿Limpio? Como pongan en duda mi honor y limpieza me los como vivos… Si llevo cuatro días con moquillo, uf, af, y sólo puedo curarlo con pañuelillos de papel... Lo que tendría que hacer, si tuviese agallas y otro empleo, es bajarme de la bicicleta, llamar a los pringaos esos de la tele y que me enfocasen viendo cómo la tiro por el barranco. No hay derecho a que nos hagan pasar este infierno a la gran mayoría y, encima, mañana otra montañita para acabar de rematarnos. Estos dirigentes hipócritas que nos exigen esfuerzos sobrehumanos para sacar pecho ellos. Si aquí la gente más honrada somos la mayoría de los que vamos montados sobre estas dos ruedas. ¡Serán mamones! Uf, af, of, ya no aguanto más, voy a tirar la toalla antes que eche la pota. Eh, tú, no me des la palmadita en el culo, a ver si encima me vas a tirar… ¿Sabrán algo de ciclismo estos capullos?
…Me bajo, sí, me bajo y me voy pal pueblo. No quiero saber más de ciclismo putero… Pero…, Angelillo, no seas malaje, aguanta… que ya sólo queda un kilómetro, total, ná de ná, sólo un kilómetrillo con rampas del 20 %... Yo querría, pero es el olor a embrague quemado de los coches que se me está metiendo en el cerebro… Si es que al final parecía que me iba a librar de vomitar y voy a echar todos los macarrones que me tomé esta madrugada… No hay derecho que nos hagan esta putada, no hay derecho... Y mal pagada, encima, que los jefes cobran mucho pero los gregarios vamos que nos matamos. De verdad que si llego… (¡quitaros de en medio, mamones, que ya no veo ni la carretera…!), si llego voy a decir cuatro palabritas a los que juegan de esta manera con nuestra salud… Claro que… qué voy a adelantar con eso, que me pongan una multa, que me echen, salir en los papeles, que me llamen cobarde, que no pueda regresar al pueblo… y a ver qué hago con mis dos churumbeles y la Rosa, me los como con patatas, ¿no? A ver si ahorramos algo y compro un huertecillo… , pero es que no hay derecho a que nos hagan esta putada... El Angliru deberíais de metéroslo donde os quepa, mamonazos… Uf, af, allí se ve la meta, por fin se acaba la pesadilla, ánimo hombre, que ya estás cerca, uy, no veo bien la carretera, y ya no veo a mucha gente, ¿qué me pasa?, noto algo raro aquí adentro… Oh, ¡dios mío…! “
(¡Tarí, tarí, tarí…! ¡Paso a la ambulancia! ¡A ver, apartarse, que haya aire para el ciclista…!)

-¿Qué le ha pasado?
-Irá dopado hasta las orejas y ya ves, la ha palmado…
(Una voz desde las alturas, bastante cabreada).
  
-¡¡¡ HIJO DE ... !!!

15 de junio de 2008

EUROCOPA HASTA EN LA SOPA

-Camarero, venga usted pacá…


-Dígame, señor…


-En esta sopa hay un anuncio de la Eurocopa.


-Sí, es un regalo de la casa. Ya sabe…


-Pues dígale al chef que se lleve esta porquería de mi vista y me traiga una sopa como la guía Michelin manda…¡Abrase visto semejante horterada…!


-Pues se va a enfadar, oiga… Todo el mundo se queda muy contento por el detalle…


-Bueno, pues llévese la sopa y tráigame la cuenta.


-¡Pero si no ha tomado nada más que una ración de gambas!


-Por eso. Se me ha quitado el hambre con tanto anuncio pelotero…


-¿Y no quiere unos riquísimos boquerones fritos acompañados por una guarnición de sabia hortaliza y con un chorrito de vino Torres?


-No, no quiero nada que me haga recordar que se está celebrando la maldita Eurocopa. No me gusta el fútbol, lo odio, oiga, y en todos los lugares y sitios, en casa, en la calle y en la oficina, a todas horas me están dando la paliza con el puto gol y la maldita Eurocopa. ¡Es un lavado de cerebro infumable!


-Sí, aquí no se puede fumar, pero cuando echamos los partidos de la Eurocopa, se permite el fumeteo por un eurillo más. ¿De verdad que no quiere ni siquiera nuestro postre más afamado? Se trata de unas tortitas de Suecia aderezadas con unos granos de caviar ruso y un poquito de yogur griego. Todo ello acompañado de…


-¡Nooooo, noooo y noooo! ¿Es que no había otros países del mundo de los que traer su dichoso postre?


-Bueno, sí, pero el chef que, entre nosotros le diré que es muy futbolero, quería preparar una sorpresa eurocopera a nuestros clientes. Si España pasa a los cuartos, el postre lo hará con artículos típicos de nuestros rivales. Y así hasta que lleguemos a la final.


-Porque podemos, ¿no?


-¡Sí, podeeeeeemooooos! Eso disen en la Cuatro…


-La madre que los parió. Ya salen a relucir los cuatreros esos… Mire, déme la cuenta y le dice al chef que se meta el balón donde le quepa…


-Pero si ya se lo ha metido… Y dice que da un gustirrinín…


-Aquí no hay tu tía. ¡Qué se debe y a tomar por saco!


-Al menos permítanos que la casa le ofrezca gratuitamente un número para participar en el sorteo de un viaje a Austria a ver la final…


-¡Me cago en la leche…! ¿No le he dicho que me traiga la cuenta….?


-Sí, señor, a sus órdenes, señor…


-Señor, señor…, lo que tenemos que aguantar los que no queremos ver una pelotita de fútbol ni en pintura. ¡Ostras, Pedrín…!


(En esos momentos entra en el establecimiento el guitarrista de turno que empieza a entonar por soleares, o por seguiriyas…, bueno, da igual….)


-¡Me encaaaaanta el furbo y olé! ¡Me encaaaanta ver meté los goléeee! ...


(Nunca me he ido sin pagar de un sitio, pero la decisión estaba clara: o salía pitando del local sin esperar la cuenta o allí mismo cometía una locura de la que toda mi vida me tendría que arrepentir. Esta es la historia, señor policía… Yo pago encantado la minuta que adeudo al restaurante, pero es que en aquel momento… Oiga, oiga, señor policía…)


-¡Gooooooolllll, gol de Villa!


-¿Cómo dice, señoría de la autoridad?


-¡Que hemos ganao a Suecia en el último minuto! ¡Que ya estamos en los cuartos de final de la Eurocopa….! Oiga, oiga por el pinganillo…


-¡Me cago en diez y me llevo una…!


-¡Déme un abrazo, hombre, y firme el finiquito aquí! ¡Su cuenta la pago yo! Uy, ¡qué contento estoy….!


(Y allí lo dejé, besando a las paredes y a dos chorizos que esperaban turno. Todo el mundo más contento que unas castañuelas porque habían ganado un puñetero partido. Y yo, alejándome con tristeza de aquella alborozada comisaría. Directamente me fui al psiquiatra).


-Doctor, tengo una pena muy gorda o un problema muy esaborío…


-Pues vuelva otro día porque hoy es para que todo el mundo esté supercontento; ¡hemos ganao a Suecia y ya estamos en cuartos!


(No sé, señor juez, qué rayo pasó por mi cabeza, ya traspuesta. Sólo sé que agarré al psiquiatra por el pescuezo y que si no llega a entrar su enfermera, una gachí buenísima, experta en judo y artes marciales, allí mismo causo un psiquiatricidio.)


-Su caso, señor mío, está visto para sentencia. El psiquiatra comprende su drama personal pero solicita, y yo corroboro, que sea usted internado en un manicomio durante un mes, dos días y tres horas. Será sometido a un tratamiento de choque para recuperar la cordura.


-¿Y en qué consistirá, señor juez?


-En ver mil veces repetidos todos los goles que se marquen en el torneo. ¡Está usted como un cencerro! ¡Mira que no gustarle el fútbol ni la Eurocopa…! ¡Loco…, pero loooooco de ataaaaar!

1 de junio de 2008

RETRATOS DE PISCINA

Hoy vamos a completar la serie de retratos que inicié el domingo pasado. Si entonces echamos una ojeada al gimnasio, hoy lo haremos a la piscina. Aquí juega mucho la observación pues el personal no puede hablar al mismo tiempo que nada, por lo que es muy difícil llegar a establecer conversación o palique con alguien. Tras más de una década de miradas furtivas y directas el Puñetas tiene clasificado al personal de piscina en 4 grupos según su grado de peligrosidad:



LAS NADADORAS PARLANCHINAS. Suelen ser mujeres de madura o avanzada edad. Se hacen un largo a ritmo de tartana del siglo XIX y cuando llegan exhaustas a la otra orilla se paran a reponer fuerzas y a comentar la jugada, y la de Operación Triunfo, y la de los programas rosas, y en fin, toda la chismorrería al uso con otras parlanchinas de su misma especie. A nadie que vaya a la piscina a nadar y a sudar el bañador se le ocurrirá jamás ponerse en la misma calle por donde circulan estas cotillas tortugueras.



LOS JÓVENES BÓLIDOS. Son el otro extremo de la cuestión. Nadan al son de la famosa canción “La calle es mía”. Y en efecto: nada más verlos meterse en una calle, el personal tranquilón que por allí nadaba pacíficamente a su aire sale echando aguas camino de otra calle más tranquila. En cuestión de segundos estos intrépidos nadadores abren los brazos y piernas y en plan espasmódico empiezan a volar sobre el agua sin importarles quién vaya delante o al lado. Se supone que en su vida normal también serán igual de arrolladores y egoístas. Afortunadamente, semejante derroche de energía barata y cuartelera les dura menos que un orgasmo. Así que tras cuatro largos tienen la lengua fuera (ese exceso de alcohol, capullos…) y han de agarrarse a la corchera para no irse al fondo. Entonces deciden retirarse hacia otros territorios del centro deportivo y la paz vuelve a reinar en el carril piscinero que abandonan.



LOS QUE SE EQUIVOCAN DE CALLE. Habitualmente las calles, en el nado libre, suelen estar clasificadas a modo de orientación: nado básico, medio y avanzado. Pues bien, algunos y algunas parece que no sepan leer o se creen que son mejores que el mítico Mark Spitz. Así que siempre los vemos nadando en una calle de ritmo superior al de sus sobrevaloradas fuerzas, por lo que no es de extrañar ver detrás de ellos una fila india de mil pares de bañadores. Pese a que este personal suele ir a un ritmo muy inferior al que lleva la competencia, encima el muy puñetero pone todas las dificultades posibles para un limpio adelantamiento, por lo que a veces hacerlo suele ser más peligroso que adelantar a un autobús en una carretera de montaña. Cuando llegan al final del largo, un buen momento para dejar paso a los que vienen detrás cagándose en su parentela, suelen entonces sacar fuerzas de flaqueza y, tomando aire de no se sabe dónde, continúan de nuevo con lo que el atasco se hace más penoso que el originado en hora punta en las entradas o salidas de una gran ciudad. Menos mal que la mayoría de los nadadores somos gente pacífica…



LOS CHIRRIANTES NIÑOS. Estos son los más peligrosos. Uno se los encuentra en manadas, en fase de aprendizaje, en una o dos calles disponibles sólo para ellos, con su monitor o monitora al cuidado de todo. No son un problema en el aspecto natatorio pues ellos circulan por su carril y el resto de los adultos por los suyos. El problemón viene porque mucho personal vamos a echar unas brazadas a la piscina no sólo para mejorar lo físico si no para relajarnos y calmar los nervios de la vida diaria, pero con los muchachotes de hoy día es imposible. ¡Qué de ruido arman los condenados, qué de follón, qué de ensordecedor pandemonium! El Puñetas huye de ellos como gato escaldado (y para eso se aprende bien los horarios de los cursos infantiles), pero siempre hay algún curso imprevisto o alguna recuperación de clases que le pilla a uno por sorpresa. Entonces salgo echando leches camino de otros rincones donde el silencio y la paz puedan acoger a mi espíritu.



El mundo de la piscina climatizada, a pesar de que la gente vaya medio en pelotas, es bastante aburrido y monótono. Todavía no se ha inventado escuchar el mp3 dentro del agua, o charlar con otros mientras haces espalda, ni siquiera pensar en tus cosas mientras imitas a las ranas nadando a braza. Andas tan preocupado por no tragar agua, o evitar a alguno de los tiparracos citados anteriormente o para no irte al fondo, que todo el tiempo lo dedicas a sobrevivir. Eso sí, la experiencia y los años hacen mucho y al final acaba gustándote tanta rutina y hasta eres capaz de nadar y al mismo tiempo pensar en la declaración de la renta. Una ventaja sí que tiene la natación en este tipo de piscina: no hay que aguantar a nadie hablando por el móvil. ¡Una auténtica gozada, absolutamente impagable!

25 de mayo de 2008

RETRATOS DE GIMNASIO

Por prescripción médica el Puñetas lleva unos cuantos años visitando el gimnasio. El último por el que deambula con su torpe aliño físico es uno perteneciente a una multinacional de la cosa. Antes estuvo en otros más modestos, de barrio y tal. En todos ellos siempre me ha gustado interesarme por la fauna que lo frecuenta. A ello vamos a dedicar los siguientes renglones, sin hacer sangre, por favor, que cada cual es como es y cada cual somos lo que somos. Hay que aprender a reírnos de todo y de todos mientras no hagamos mal a nadie en particular. Y siempre con bondad, cierta ternura y bastante cariño. Está mal que lo diga el Puñetas, pero es lo que corresponde si somos unos bien nacidos.


El otro día me perdí la mitad de la sesión con una parejita de tórtolos. Nada más verlos aparecer, de reojo en el espejo, me dije: -Aquí hay tomate tomatero… Y vaya si lo hubo. Andaban los novatos chavalotes tan salidos de madre que poco faltó para que se montasen allí mismo. Madre del amor hermoso y la lujuria desenfrenada… Sabemos que estas fechas primaverales se prestan a ello y que la carne es débil y que los musculitos son un buen reclamo, pero a un gimnasio se va a sudar la camiseta no a quitársela. Así que el monitor más experto les llamó la atención muy delicadamente, los chicos pusieron freno a su frenesí de palomita y halcón y la megafonía echó el resto con un poco más de decibelios marchosos. No hay líbido capaz de aguantar una música atronadora y martilleante que te deja seco el cerebro y los órganos colgantes.


Un espécimen peculiar pero habitual es el chaval que luce tipo hercúleo, cachas depiladas y pelo gominoso. Este sí que provoca admiración. Jodé, llevo dos años en este puto gimnasio y todavía mis bíceps no levantan ni medio centímetro. ¿Cómo hará ese gachó para tenerlos de a metro? –solemos pensar el común de los mortales. Quizás se dope con esos alimentos vitaminados que de vez en cuando requisa la policía, pero lo de ese chico y otros de similar talante físico se nota que es gracias al sudor y a las lágrimas (por el esfuerzo) que viene derrochando desde hace años. Verle actuar en el área de pesas produce escalofríos. El día menos pensado se hernia y tienen que llevárselo disecado –piensa el Puñetas en plan pesimista. Qué va. No sólo no se le desarma la cresta del pelo gominoso si no que cada día es capaz de levantar más peso, sea con los brazos, las piernas o lo que haga falta.


Particular simpatía me producen algunos viejecitos y viejecitas que lucen bamboleantes arrugas en la máquina andadora o encima de la bici estática. Algunas veces pego la hebra con alguno (ellas son más reservadas) y agrada enterarse sobre lo positiva que ven todavía la vida y las ganas que tienen de seguir comiendo todos los días. Si en mis tiempos hubiera habido estos adelantos a estas horas no tendría ni hipertensión, ni diabetes, ni varices ni alergia -me dice uno de ellos. Yo asiento con la cabeza, agradeciendo su inyección de optimismo. Gracias a ésto y al par de horas que me tiro aquí he vuelto a sentirme joven –me dijo uno el otro día.


¡Cuantos personajes tan diferentes es capaz de reunir un gimnasio abierto al gran público! Esa madre e hijo, sordomudos los dos, que se pasan toda la sesión hablando entre aspavientos gestuales y partiéndose de risa. Cómo me gustaría enterarme de lo que les produce tanta alegría. Ese par de chicas obesas hasta las cachas que a duras penas pueden alojar su generoso trasero en el sillín biciclitero pero que aspiran a lograrlo en menos de un año si logran mantener la ilusión, las ganas y la constancia. Uno arrima la oreja a su conversación y, por lo bajini, desea que ojalá lo consigan, que pierdan unos cuantos kilos para que su hermosura se haga aún más patente. Y qué decir de ese joven tostado por mil soles diarios, que tras la dura jornada en el andamio se acerca al gimnasio para seguir machacándose el cuerpo. O aquel señor tímido y canoso que ha descubierto recientemente que hay vida fuera de la mente, que el cuerpo también necesita cariño y que los años pasan rápidamente y quien primero lo nota es el esqueleto, antes que el alma. A mis años, a poco de jubilarme, acabo de descubrir que jamás he prestado atención a mi estado físico –me dijo un día mientras pedaleábamos cerca uno del otro-. He vuelto a recobrar el sueño profundo gracias a que llego a casa cansado pero con las pilas repletas de energía.



También están los ansiosos y estresados. Mayormente ejecutivillos, señoras todavía de buen ver que deben hacer todo lo posible por conservar ese marido que ya empieza a mirarlas sólo de reojo porque en la oficina tiene féminas más jovenzuelas y pizpiretas, o pequeños empresarios y empresarias que andan siempre con el móvil a cuestas dando instrucciones a su jefe de personal entre zancada y zancada o entre sorbo y sorbo de Aquarius. O la marujona con la musculatura aún en su sitio, que confunde el gimnasio con una peluquería, el telefonillo en la mano, hablando sin parar sobre las locuras de toda su parentela y amistades. Yo, qué quieren que les diga, me lo paso de rechupete en el gimnasio. No sólo quemo energías y mantengo el tono muscular si no que -sin gastarme un duro- contemplo la película de la vida en todo su esplendor y variedad. A saber qué pensarán de mí algunos o algunas de las que por allí sudan el pellejo. Y si no lo saben, que se lo inventen. Es otra manera estupenda de sentirse cerca del prójimo: imaginar algo de sus vidas partiendo de detalles tan nimios como la forma de sus manos, un tipo de peinado, una pose furtiva ante el espejo o la marca de su equipamiento textil. Si desean apuntarse a un gimnasio no valoren sólo el precio y sus servicios; también la calidad del personal que lo frecuenta. Incluido usted, por supuesto…

  © Blogger template 'Greenery' by Ourblogtemplates.com 2008

¡Gracias por vuestra plantilla! (El Puñetas, agradecido).