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10 de noviembre de 2010

FÓRMULA GUÁN: MÁS DIFÍCIL TODAVÍA

Aviso a los amantes de la Fórmula Guán. Este articulillo es vomitivo. Abstenerse aquellos con acidez de estómago y facilidad para la arcada.
 

Está a punto de acabar el circo de la Fórmula Guán por esta temporada. Sí, esa ruidosísima competición donde unos conductores muy osados se meten como pueden en el cuchitril de un cochezucho para intentar llegar los primeros a la meta, escuchar los himnos nacionales respectivos (incluyendo el del país donde se ubica la marca del coche, que tiene bemoles la cosa) y ponerse chorrreando de champán o cava ante las miradas abobadas de los admiradores. Un derroche energético y contaminante de aquí te espero. Un deporte (ji, ji, la palabreja me da risa) que luego unos periodistillos muy listillos (y muy bien pagados) nos venden a través de los medios televisivos –en España, la Secta- dándole una emoción de película de Hitchcock, cuando la cosa es más aburrida que una ostra gigante (bueno, menos cuando hay algún accidente y se arma entonces la marimorena).

Ya se ve que al Puñetas la derrochadora fórmula guán le cae bastante gorda y ya la hemos puesto a caer de un burro (o burra) en otras ocasiones pues siete añitos de Arco dan para mucho, teniendo en cuenta que el mundejo del deporte se repite más que un tartamudo recitando un trabalenguas. Pero es que, como ocurre en el circo, siempre hay un más difícil todavía. Y en esas estamos. Ahora el montaje formulero no acaba la temporada en Brasil, como en los últimos años, sino que ha añadido otra carrera más en su largo peregrinar haciendo el chorra. Supongo que para cumplir cien por cien con el protocolo de Kioto, ji, ji. Ahora, en menos de una semana, los artistas de la pista se desplazan desde Sao Paulo a Abu Dhabi, que como todo el mundo sabe, está a la vuelta de la esquina, o sea, a 2.300 kilómetros de distancia. Así que mueva usted 500.000 kilos de chatarra (que es todo el material que mueve la F1) de un lado al otro del planeta para que todo siga igual de sucio. Está muy bien pensado el itinerario circuitero, ¿eh? Es como si en la Vuelta Ciclista a España la primera etapa empezase en Los Lagos de Covadonga, la segunda se realizase en Sierra Nevada, en la tercera se subiese al Teide y así sucesivamente.

Claro  que todo este despilfarro qué narices importa. Si mueve lo que hay que mover, derrocha lo que hay que derrochar y se pringa lo que hay que pringarse es porque el NEGOCIO que lleva aparejado (en realidad lo único serio del asunto) es redondísimo. De eso entiende mucho el pobre paria don Bernie Ecclestone, capo de la fórmula guán. Nunca un negociejo tan privado quemó más recursos y movió más material en tan poco tiempo si exceptuamos el desplazamiento de los soldados americanos en alguna de las últimas invasiones a terceros países por estrictos motivos de “aquí mando yo”.  Al Puñetas le encantaría saber cuántos impuestos paga el circo de don Bernie en los distintos países en los que desembarca con sus locos cacharros. Saber si las organizaciones ecologistas lo tienen en su lista negra, esa que debería estar siendo estudiada en los tropecientos Ministerios del Mierdo Ambiente. Conocer qué chanchullos políticos y económicos maneja el pobre paria para que su circo ambulante cada vez haga perder el culo a más gobiernillos y jerifaltones, que luego sacan pecho y foto ante un Ferrari o un MacLaren de muchos quilates, cuando lo que gustaría al personal sensato es verlos enseñando las facturas que todo ese montaje cuesta al erario público.

En fin, con su pan y su gasolina se lo coman. Desde aquí invito a esos politicastros que se dicen de izquierdas y de altísima sensibilidad ecologista y medioambiental a que graven la carrera de la fórmula guán que se realice en su país –Spain sin ir más lejos- con una millonaria  tasa contra el derroche energético, la contaminación ambiental y el mal ejemplo a la ciudadanía. Esa que luego se monta en su cuatro latas, se echa a la carretera y –creyéndose que son un diez por ciento de Fernandito Alonso o Hamilton- se salen de una curva a 140 por hora o se estampan contra un árbol que estaba donde no debía. No caerá esa breva impositiva porque lo bueno de este y otros circos deportivescos es que entretienen un montón al personal y le hacen olvidar las heroicas chaladuras y corruptelas de sus politicastros, tan perfectamente prescindibles.

17 de enero de 2010

EL DAKAR DE SÁINZ, AL BOTE



Tenía el hombre ganas de llevarse el Dakar para casa. Ni dos campeonatos del mundial de Rallys (1990 y 1992) ni cuatro subcampeonatos. A Carlos Sáinz lo que le molaba de verdad era ganar el rally ese del Dakar, una carrera como las de su época de esplendor pero con mucho más polvo y glamour. Tres añitos llevaba detrás del intento y al cuarto, por fin, lo ha conseguido. Felicidades, hombre… El Dakar ya lo tiene en el bote.

-Parece que lo dice usted con recochineo más que con cierta alegría porque un compatriota suyo haya ganado semejante carreraza…

Pues no sé qué decirle, amigo. Me alegro por don Carlos igual que lo haría por cualquier persona de bien que se fija un ideal en su vida, una meta complicada, una ilusión querida y lucha al máximo de sus fuerzas (aún a riesgo de su vida) para alcanzar su utopía o sueño. Si no fuera por gentes así el mundo estaría lleno de conformistas complacientes y sedentarios pasotas. Mientras muchos bípedos humanoides, a los 48 años, andan barrigudos y artrósicos porque su ilusión más vital es batir el récord de permanencia en el sofá, nuestro héroe es capaz –a esa misma edad- de pelearse con desiertos, dunas, charcos, árboles, polvos y lodos varios a lomos de un pedazo de coche que quita el “sentío” (mayormente, por los berridos que salen de su tubo de escape). A gentes de esta audacia, arrojo y espíritu peleón hay que darles de comida aparte. Y valorar en su justa medida el esfuerzo realizado.

Claro que si toda esta gigantesca energía y valores positivos se pudiesen aplicar a otro tipo de “hazañas”, a uno la cosa le haría más tilín. Quizás los tiempos no acompañen, porque de haber nacido en siglos anteriores, don Carlos Sáinz habría sido un marino intrépido, un soldado audaz, un aventurero descubridor de nuevos mundos… Como, a las alturas de siglo, todo está ya inventado, ahora sólo quedan ciertos deportes y competiciones donde poder sacar afuera ese caudal de fuerza y arrojo interior que en otro tiempo hubiera llevado a sus dueños a realizar hazañas de más alto calado. El siglo es lo que da, así que no podemos desmerecer el valor del éxito de Sáinz aunque siempre preferiremos –somos unos nostálgicos, qué le vamos a hacer- las aventuras de los viejos misioneros, los extintos exploradores, la aguerrida soldadesca cuando las batallas se ganaban sólo a fuerza de estocadas y mandobles.

-Jodé, Puñetas, es usted capaz de sacar un articulillo de cualquier fruslería… Diga simplemente lo que todo el mundo, que Carlos Sáinz ha roto el maleficio y ha ganado el Dakar sudando polvo, sangre, sudor y lágrimas. Y déjese de épicas del año de la Pera que ya nadie valora porque son incomparables con la poesía de un gol de Messi, el arte de un regate de Cristiano o la escultural belleza de un mate a cuatro manos de los hermanos Gasol.

De lo que nadie me apeará del burro es de que el rally del Dakar sigue siendo, se corra en el África negroide o en la Argentina-Chile blancoide, una competición circense, mortífera (este año también ha tenido sus finados), derrochona, antiecológica y mugrienta. Eso sí, aporta unas fotos y vídeos de lo más bonito y espectacular. De modo que, para que no se me enfade (“ni pa ti ni pa mi”, que dicen en mi pueblo), si le gusta el rally, disfrute con la hermosura de estas fotos y de este video del 2009. Y si hecha algo más que las muelas por semejante engendro automovilístico, reviva de nuevo o por primera vez las lindezas que el Puñetas le ha dedicado en años atrás. En uno u otro caso, ¡a disfrutar, que son cuatro días!

16 de septiembre de 2009

LA PELI DE LA FÓRMULA GUÁN

Menudo follón (otro más) se ha liado en la Fórmula I (Guán, para los amigos) con el Gran premio de Singapur de septiembre de 2008. En un deporte en que el que no corre, vuela, resulta cómico que sus dirigentes tarden casi un año en darse cuenta que en aquella carrera hubo trampa. Quizás se explique porque fue la primera que se corría de noche y, bajo la luz de las estrellas y la luna lunera, ya se sabe que todos los gatos son pardos. Sobre todo si son de yeso, como les pasa a los alegres chicos de la FIA (Federación Internacional del Automóvil). Ojo, no confundir con la TIA de Mortadelo y Filemón.

Seguro que el enredo dará origen a una bella película a cargo de algún descerebrado director de Hollywood. Se dan todos los ingredientes para un buen argumento, tras leernos casi una enciclopedia respecto al affaire de marras: niñato hijo de papá, rico bien rico, homosexualidad, pasta gansa, chicas guapas, emoción bajo la lluvia, intriga, venganza, hombre bueno que no se entera de ná….

Antes de  largarse de la FIA el 23 de octubre próximo (porque lo han echado a consecuencia del rifirrafe de hace unos meses entre aquella y la FOTA) el presidente Mosley, aprovechando que un despechado niñato ha cantado la gallina (con retraso, pero más vale tarde que nunca), amenazaba con sancionar muy duramente a Renault por amañar presuntamente aquella carrera de Singapur. Ya saben…

. BRIATORE, jefazo de la escudería franchute y ricacho de profesión: “Nelsiño, guapo, ya que no vales como piloto ni para circular por la Nacional II española, y dado que este año no nos estamos comiendo una rosca, ¿por qué no estampas tu cara bonita contra un murete de protección justo en el momento en que Alonsito pueda beneficiarse de tu trompazo? Habrá safety car y aprovecharemos la ocasión”.

. NELSON PIQUET, pilotillo de Renault, hijo del Gran Piquet, al que se le parece en los circuitos como una naranja a una nuez: “Flavio, rico, que por muy pequeñito que sea el tortazo mi cuerpo serrano se lo va a llevar enterito. ¿Y tú qué me das a cambio, además de mandarme al paro?”

No se sabe cómo debió proseguir la conversación pero las suposiciones son muchas. El caso es que Nelsiño se dio una piña en el momento oportuno y el niño mimado de la afición automovilística española ganó aquella carrera nocturna. Había salido en el puesto 15 y aunque adelantó varios puestos, tras repostar, volvió a quedarse el último. Entonces el brasileño se estampó contra el muro (salió ileso, claro), hubo un safety car y Alonso quedó en una de las primeras posiciones. Ocurren entonces algunos incidentes menores, los coches que tiene delante han de repostar y el asturianín, más listo que el hambre, aprovecha la ocasión, la mecánica del coche responde –cosa rara- y llega a la meta como increíble vencedor.

Antes de la carrera, el bueno de Alonsico había manifestado según cuentan las hemerotecas: “Más que una estrategia hay que preparar un milagro”. Tras acabar victorioso lo primero que dijo fue, en un rasgo de absoluta sinceridad: “Ayer estuve muy desafortunado pero hoy he sido muy afortunado en carrera gracias al 'safety car'. Es increíble, es algo que no me esperaba". ¡Ay, pardillo, que  parece que no te enteraste de nada…! (O eso es lo que deseamos los cinéfilos porque en toda buena película de acción siempre debe haber un chico bueno…).

Sea o no cierto el tramposo numerito de Renault, lo cierto es que hoy mismo el italiano afrancesado del Briatore ha presentado su dimisión junto al ingeniero jefe. “Para salvar al equipo” han manifestado.  Una de dos: o el magnate de don Flavio reconoce así que hubo trampa en Singapur y con su salida como máximo responsable –pactada con Renault, por supuesto- logra evitar una sanción a la escudería francesa; o, si nos inclinamos por su inocencia, hay que reconocer que ha caído como un pardillo en los tejemanejes politiqueros y mafiosillos del presidente de la FIA, quien de dos plumazos –en cuanto supo que se tenía que largar de su cargo- se ha liquidado a dos de los más insignes personajes de la Fórmula I de los últimos tiempos: primero a Ron Dennis, de Mclaren y ahora a don Flavio. Los cuchillos, las navajas y las rencillas de la retaguardia son a menudo mucho más interesantes que lo que se ventila en el asfalto de los circuitos, aunque es raro que salten a la luz pública. 

Como en el Arco somos muy peliculeros (aunque no vamos al cine desde la Edad de Piedra), nos inclinamos más por esta segunda opción: la venganza. La historia real -al final- quedará sin saberse, así que no es malo que le echemos imaginación al asunto. El año entrante, sin los grandes capos de la Fórmula Guán (sólo falta que al Ecclestone, gran maestre de la cosa, le dé un patatús en alguna fornicación con una guapa moza), habrá borrón y cuenta nueva. 

No, no he acabado todavía -querido lector- porque falta la traca final puñetera. Ahora vamos a decir  lo que nadie ha dicho. La trampa de Singapur pudo ocurrir porque a los lumbreras de la Fórmula Guán se les ocurrió un buen día una genial cagada, que disfrazaron de idea muy guay: el safety car. Vaya usted toda la carrera en primera posición, con una hora de ventaja sobre los rivales, para que por culpa de un accidente se pare la cosa y todos empiecen de nuevo. Y como justo ibas a entrar a repostar, de ser el primero pasas por arte de birlibirloque a ser el último. ¡Genial, pedazo de genios motorizados! Además de injusta, atrabiliaria y absurda, la chorrada del safety car daba pie a que alguna gente sin escrúpulos montase el numerito que –presuntamente- ideó Renault. ¡Bravo, lumbreras!

Esperemos que la temporada próxima desaparezca esta regla tan poco deportiva, Alonso se vaya definitivamente a Ferrari, los coches se muevan silenciosamente por el circuito, consuman dos litros a los cien kilómetros y que la Sexta retransmita las carreras codificadas –son capaces- para aumentar así las plusvalías. El negocio, por parte de unos y otros, debe continuar aunque el deporte en sí de la Fórmula Guán siga siendo más soso que una lata de berberechos. ¿O era de sardinas? 

21 de junio de 2009

SON POCOS Y ENCIMA SE PELEAN

 
Está a puntito de acabar la quinta temporada del Arco puñetero y me doy cuenta que no le he dedicado ni medio renglón al mundillo de la Fórmula Guán. Como el bueno de Alonsico ya no se come una rosca… En realidad sí me he preocupado pero el mensajillo iba a provocar ampollas y tampoco era plan (aquí cuidamos mucho la salud), así que me lo he comido con patatas y no ha salido a la luz. Hasta ahora.

Siempre he intuido que lo verdaderamente importante en el circo automovilístico  es el coche y que los pilotos son personajes secundarios.  La única manera de demostrar el error de esta apreciación sería que todos corriesen con el mismo vehículo y con las mismas prestaciones, pero como eso nunca va a ocurrir, más a favor de mi opinión. La prueba clarísima de que tengo razón (jodé, parezco Zetapé, por lo rotundo) es que esta temporada los gallitos (Ferrari. Maclaren, Renault…) se están comiendo las uñas de los pies mientras que escuderías que actuaban de comparsas en los últimos años se están inflando de grandes premios y de champán. Todavía ni se lo creen los de Brawn GP, Red Bull o Toyota. Como tampoco los Button, Barrichello, Vettel o Webber. Por el puesto que ocupan Hamilton y Alonso, parece que a éstos se les haya olvidado cómo se aprieta el acelerador pero la realidad es que ni antes eran los mejores ni ahora son unos conductores como usted y yo: el coche es quien manda. Esta temporada, con los cambios técnicos exigidos, las grandes escuderías se han quedado para vestir santos. Poco durará la alegría en la casa del pobre pero este añito… que les quiten lo bailao.

Por eso mismo, porque es anti natura que Ferrari vaya 4º en la clasificación de constructores (y Maclaren, 6º) y que sus pilotos se hundan abisalmente en las clasificaciones, es por lo que tenía que llegar el cisma que se avecina, vecina. Si encima que este año la FIA los ha fastidiado bien al cerrar gran parte del grifo de la libertad técnica, añadimos que quiere poner un límite presupuestario a cada participante, es normal que los grandes digan que tururú, que por ahí se va a Madrí. ¿Nosotros ser tratados como vulgares mindundis?

En estos momentos hay un cisma montado que ríanse del que se produjo entre 1378 y 1417 con el rimbombante título de “Cisma de Occidente”. Acercándonos en el tiempo, ni la separación entre el torero Jesulín de Ubrique y la don nadie Belén Esteban –que todavía da juego- puede competir con lo que hay montado entre la FIA, la FOTA y la madre que los parió. En medio de todo tenemos al ínclito Ecclestone, ese pobre paria que vive de la caridad pública, je, je, jefe supremo del cotarro y al que cada carrera deja pingües beneficios que entrega limpiamente a la beneficencia.

¿Cómo acabará la cosa? La gasolina no llegará al río porque el negocio tiene que seguir y nadie va a tirar piedras contra su propio tejado. Al final llegarán a un arreglo, Ferrari y Maclaren continuarán comandando el pelotón, Ecclestone será auxiliado por Cáritas Diocesana, Alonso fichará por Ferrari y la Sexta seguirá con el calvo dándole emoción audiovisual a un espectáculo más soso que una lata de sardinas. Uno, en sus pocas luces automovilísticas, no considera un espectáculo grandioso y digno de fuertes ataques de histeria el ver una procesión de coches corriendo en un circuito para ellos solos. Como ya escribí una vez, es mucho más emocionante lo que ocurre en las carreteras, y mucho más peligroso. Ahí quisiera yo ver a estos pilotos y a esos monoplazas, a ver qué demonios hacían en la hora punta de la M-40. En cualquier caso parece que estos dos añitos de piloto segundón han bajado un poco las ínfulas de nuestro Fernandito Alonso, que se nos ha convertido en un chico humilde y todo. Y es que a todos los grandes campeones (y héroes) les sienta divinamente una pasada por la derrota y el ninguneo. Les hace más humanos y, por tanto, más cercanos al común de los mortales.

Dicho lo cual les dejo a toda pastilla porque tengo que ir a la farmacia de la esquina y he de coger mi bólido, sin el cual soy incapaz de desplazarme más allá de cincuenta metros a la redonda. 

27 de noviembre de 2008

EL CIRCO NECESITA UNA MANO DE PINTURA

Anda el jefe de la Fórmula Guán en plan torbellino de ideas a ver si logra relanzar su circo motorizado, ahora que la crisis amenaza con convertir los monoplazas en bicicletas: sacar tarjetas amarillas y rojas a los pilotos marrulleros, premiar con pasta al que lo haga mejor en los entrenamientos, más pruebas nocturnas, árbitros en vez de jueces… Y, lo más importante: medallitas de oro, plata y bronce para los tres primeros de cada carrera. Se acabaron los puntos por llegar el décimo.  Así los pilotos disputarán cada Gran Premio a trompazo limpio para ganarse la gloria. Don Ecclestone se ha puesto a parir ideas y ya no hay quien lo pare. Algunos dicen que con el nuevo sistema quiere hacerle un favor a don Briatore, el capataz de Renault, y su pupilo, nuestro Fernandito Alonso. Otros afirman que sus ideas traerán más igualdad en las carreras (también se habla de un motor común a todos los cochecillos). Lo único cierto es que el ricachón del Bernie seguirá engordando el bolsillo. En Spain también habrá cambios: variará la telecaca encargada de retransmitir los humos y ruidazos de la competición. De Telepingo a la Secta. Lo que no cambiará será el bueno de Lobato, que nos seguirá dando la paliza en el nuevo canal, tal y como mandan los cánones. Tras el invento de las medallas cualquier día se nos descuelga el británico con que su Fórmula Guán va a ser olímpica. Es capaz…

4 de noviembre de 2008

SE ACABÓ POR HOY LO DE GASTAR GASOLINA A ESPUERTAS

Se acabó el derroche por este año. La Fórmula Guán cerró los talleres tras el último gran premio de Brasil, donde Hamilton demostró que es un excelente campeón. Una carrera bastante más emocionante de lo previsto y menos de lo que nos contaban por la tele el Lobato y compañía. Hay que reconocer que son unos magníficos vendedores de humo. Por eso trabajan para la televisión. Al final, cuando todo parecía que el negrito inglés acabaría con una frustración de caballo, en la última curva adelantó a un piloto desconocido, de esos que están en la Fórmula Guán para hacer bulto y que  se vean  un montón de coches muy aparentes, aunque luego sean siempre tres o cuatro los que cortan el bacalao. Ya digo, en la última curva pisó el acelerador a tope y entró como campeón del derroche gasolinero. ¡Felisidades, macho!

Fernando Alonso quedó segundo demostrando que es un piloto de fiar aunque lleve entre manos un bólido Renault, modelo “cacharrete”. El culebrón de si  se va a Ferrari o no la próxima temporada anda la mar de emocionante, manteniendo la tensión ficticia de estos casos hasta que el personal –con la llegada de los fríos- se olvide de los coches de carreras y se pase corriendo al fútbol. Queda demostrado que Fernandito es un chico listo pero un poco rencoroso y no olvida al negrito Lewis, otro que tal, aunque al final la sangre no ha llegado al río. En algún momento el Puñetas esperaba que hubieran hecho un duelo a ver quien sacaba primero la pistola, perdón, a ver quien arrancaba primero su bólido y lo estrellaba contra el otro. Es bueno eso de la rivalidad deportiva siempre que no trascienda a lo personal y se contenga dentro de los límites de la mayor cortesía y buenas costumbres, pero me temo que en Spain algunos capullitos de alhelí ya los han traspasado. Y eso nos revienta, francamente. Aquí somos amantes del fair play, de la deportividad y de la buena educación, así que el numerito que una paginucha web montó hace poco nos ha parecido digno de recibir una buena colleja (virtual, por supuesto).

Los antideportivos se hacían llamar “pinchalaruedadehamilton” . Ya el nombrecito lo dice todo. Unos babosines de Alonso (la alonsomanía, lo llaman) que –como mandan los cánones del mal gusto- consiguieron en poco tiempo un elevadísimo número de mensajes y visitas. La iniciativa partía de una Agencia de Servicios, que es como ahora se llaman algunos garitos que no sirven para nada. Todo muy profesional, pero con muy mala uva. Afortunadamente, Hamilton les ha dado un buen corte de mangas y de eso que me alegro cantidubi dubi dá. A los “ideólogos” del invento los enviaba al África tropical a recoger bananas, ante la atenta mirada de un capataz negrazo. Su iniciativa ha sido no sólo de mal gusto si  no una soberana estupidez. Quizás hayan hecho un buen negocio en el par de semanitas que han estado haciendo el canelo deportivo, pero espero que la victoria merecida de Hamilton les haya indigestado los beneficios conseguidos a tan majadero precio. No todo vale, beibis, que sois unos beibis sin moral ni deportividad…  

13 de abril de 2008

LA FÓRMULA I, UN DEPORTE DE POBRES

Guardé el mes pasado dos artículos sobre la Fórmula I que publicaba el periódico económico “La Gaceta”. Curiosos, oyes. Trataban sobre el asuntejo nada baladí de la logística y de los costes financieros que conlleva un deporte cuya práctica debería estar sancionada por los Ministerios de Medio Ambiente de todos los Gobiernos del mundo. No digamos si encima nos pilla en época de crisis o “desaceleración” como la actual.



Como a veces las cifras hablan por sí solas evitándole a uno la incomodidad de hacer demagogia barata (que es de lo que me acusarían por hablar de despilfarro y prepotencia –y por eso hablo en el titular de “pobreza”), aquí va una selección de las más elocuentes:



* Viajes a Australia, Malasia, Bahrein, Turquía, Canadá, Singapur, Japón, China, Brasil…



* Cada escudería desplaza en un Gran Premio entre 100-130 personas: 50 montadores, 42 mecánicos, 20 ingenieros y jefes de fila, 10 cocineros, otros tantos responsables de comunicación, cuatro pilotos y un médico.



* Hasta 32 toneladas de material mecánico (motores, neumáticos, chasis, estructuras para el motorhome, la mansión desmontable a pie de pista…) mueve cada escudería en cada carrera. Todo ello queda embalado y precintado en containers que viajan en 15 camiones. Además, cada equipo dispone de otros 5 tráilers en los que transporta el material de montaje del hospitality y los 50 ordenadores. También cuentan con un camión adicional que hace las veces de estación meteorológica y centro de comunicaciones. A todo ello hay que sumar los 1200 litros de gasolina y los 100 de aceite que cada equipo suele consumir en la carrera.


* Cuando el destino está demasiado lejos, cada equipo lleva un Boeing 747 adaptado, un avión que en su versión comercial alberga a más de 500 pasajeros. Para las carrereas más lejanas el primer envío se hace por mar hasta con dos meses de antelación y el segundo con el avión una semana antes. Por si hubiera imprevistos, siempre hay preparado un avión en cada carrera para transportar cualquier pieza o recambio que halla podido fallar en los entrenamientos o para el traslado de personal de sustitución.



* El motorhome de cada escudería es un edificio de 1000 metros cuadrados divididos en 3 plantas para cuyo montaje hace falta el trabajo de 50 personas durante 5 días. Una vez levantado suele contar con 4 bares, 32 televisiones de plasma, sillones, futbolín, terraza y discoteca. Es tan acogedor que en él se hospedan los pilotos, en un habitáculo aparte de seis habitaciones y bañera hidromasaje.



* El transporte y la logística representa sobre un 10 % del total de los presupuestos anuales de cada escudería. Pese a lo cual, “los trabajadores de las escuderías menos pudientes vuelan con compañías de bajo coste y suelen alojarse en pensiones locales. Nada que ver con los empleados de Ferrari y Aclaren, que disfrutan de billetes en primera y de alojamientos cinco estrellas”.



* Los miembros de cada equipo pasan una media de 200 horas dentro de aviones por temporada y recorren más de 160.000 kilómetros al año, lo equivalente a dar 4 veces la vuelta al mundo.



* Un equipo de Fórmula I tiene un presupuesto medio de 209 millones de euros, aunque los de élite se van a los 305 millones. Entre los 11 competidores que conforman la parrilla (la mayoría de ellos, simples comparsas –Puñetas dixit) el montante asciende a unos 2.300 millones de euros. Casi al doble de esta cantidad se eleva el montante estimado que mueve la Fórmula I al año: 4000 millones. Aquí ya se incluyen los derechos comerciales, venta de las entradas, facturación de la organización… El coste de recorrer un fugaz kilómetro asciende a 419.000 euros para todas las escuderías y un GP supone un gasto de 127 millones. Un patrocinador oficial llega a sufragar hasta el 40 % del presupuesto de una escudería.



La Fórmula I, tal como señalaba en el título con total recochineo, es un deporte de pobres parias de la tierra a los que habría que echar una mano para que puedan seguir ofreciéndonos ese bello espectáculo que nos dan cada año casi una veintena de veces: dos galgos (Ferrari y MacLaren) corriendo como locos y unos cuantos podencos detrás suyo, con la lengua fuera. Me encantan los deportes pobretones e igualitarios, oyes…

5 de marzo de 2008

POR ENTRENADORES QUE NO QUEDE - DICEN QUE ALONSO NO SE COMERÁ UNA ROSCA ESTE AÑO

POR ENTRENADORES QUE NO QUEDE. Andan por Zaragoza con la soga al cuello porque el equipo –cuajado de estrellas sin luz- anda de capa caída y en posiciones de alto riesgo de descenso a Segunda. Así que, en tal situación, el libro blanco de los directivos dice lo siguiente: “Para salvar el culo del Presidente y sus cuates, deberá cesarse al entrenador inmediatamente”. Por la Romareda se han tomado el articulado tan a rajatabla que ya van por cuatro: Vïctor Fernández, Ander Garitano, Javier Irureta y el nuevo Manuel Villanova. Lo primero que ha dicho el reciente entrenador nada más ocupar su cargo provisional (porque éste no dura ni dos telediarios…) ha sido que la plantilla está “psicológicamente afectada”. No sabemos qué método científico habrá empleado para llegar a semejante conclusión, pero mejor curarse en salud antes de que te despidan. Porque este hombre no durará mucho en el banquillo, ya verán. Acto seguido ha afirmado que “la situación del Zaragoza puede cambiar a base de trabajo y sufrimiento” lo que, hablando en plata, entiende el Puñetas que quiere decir lo siguiente: estos tíos trabajan poco y sufren menos. Así que el bueno de Villanova sólo va a tener dos opciones, o sacar el látigo o ganarse los egos de los futbolistas contándoles chistes muy graciosos. Como no creo que funcione el asunto, ya va la tercera vez que escribo que no lo veo comerse el mes de abril. Sólo dos cosas hay claras. Una, que la plantilla del Zaragoza no está rindiendo de acuerdo a lo previsto (ellos sabrán porqué) y otra que la directiva seguirá pegada al sillón aunque tenga que contratar a otros cuatro entrenadores más hasta que acabe el actual infierno. Yo creo que el Zaragoza logrará salvarse del descenso gracias a la intercesión de la Virgen del Pilar, pero mientras tanto a los maños no se les va el agua del cuello, a pesar de la sequía. Mientras tanto me gustaría estar en los entrenamientos del club. Presiento que tras cuatro entrenadores los jugadores tienen la picha echa un lío y ya no se aclaran con las tácticas y las estrategias, tantos librillos han visto pasar ya por la Romareda en este infausto curso futbolero. –Que no, Milito, que esa táctica era de Garitano, que este se llama Villanova… -Joé, pues es verdad. ¿Y el 7-1-1? –No, eso era de Irureta, un día que se enrocó… En fin, que si yo fuese jugador del Zaragoza estaría temblando porque el quinto entrenador ya está llamando a la puerta. Eso de padecer a cada maestrillo con su librillo –y ya van cuatro- resulta de lo más estresante que imaginarse pueda. Los pobres deben estar fundidos.

DICEN QUE FERNANDITO ALONSO NO SE COMERÁ UNA ROSCA ESTE AÑO. Los corredores de la Fórmula I llevan ya muchos días quemando gasolina (a pesar de lo carísima que va), poniendo sus bólidos y sus egos a punto. Este año parece que nuestro compatriota va a pasar más hambre que en la guerra, a tenor de lo que él mismo ha dicho (se descarta para el título) y, sobre todo, de lo que acaban de señalar los capos de Ferrari y Mclaren. Los rivales más sofisticados de Alonso consideran que este año no se comerá una rosca porque el Renault es más o menos como aquel R-5 de la prehistoria. Sabiendo las malas pulgas que tiene Fernandito, algo pensará para no quedarse muy lejos del podium. Yo le podría dar varias ideas (por ejemplo, contratar a Mortadelo y Filemón) pero me parece a mí que el asturiano –tras su fiasco en McLaren- ya no se fía ni de su sombra. Pero tengamos confianza, macho. Nuestro intrépido Alonso, además de asesinarte con la mirada y el entrecejo, es mucho mejor piloto que el resto. Eso dicen los que saben de éste circo. Así que, dado que en la Fórmula Uno sólo hay dos equipos ganadores, Ferrari y Mclaren (el Madrid y el Barça, para entendernos), basta que alguno de ellos tenga un ligero contratiempo –una gripe, una diarrea langostinera, una buena moza que te distraiga la concentración…- para que nuestro Quijote del Siglo XXI se venga arriba y entonces la líe. Además, oye, que el cuatro latas del R-5 iba como un tiro y a veces hasta adelantaba a algún que otro Mercedes renqueante. Si es por moral, nos sobra hasta por el culete. Si es por ayuda de todos lo santos, el Puñetas es capaz de volverse un beato de marca mayor para solicitar la adhesión de todo el santoral hispánico. Confiemos en que todos, incluido Alonso, se equivoquen. Si el ego de Fernandito resulta habitualmente inaguantable cuando gana o está cerca del podium, no quiero ni pensar lo que nos queda por sufrir si el pobre tiene este año que competir para no quedarse cerca del décimo puesto.

6 de febrero de 2008

FIERAS A UN LADO Y OTRO DEL CIRCO - AVISO A LOS FOROFOS DEL FÚTBOL

FIERAS A UN LADO Y OTRO DEL CIRCO. Buen pollo se está montando en el circo de la Fórmula I por culpa de los gilipo y descerebrados que el otro día extendieron pancartas insultantes y racistas contra Hamilton, amén de largar por esa boquita que dios les ha dado para cagar sin necesidad de tener que ir al retrete. Cada vez abundan más estos gorrinos de dos patas que, por no representar no se representan ni a sí mismos, pero cuya estupidez congénita puede servir de pretexto para que a otros de la misma ralea, pero situados en la orilla o frontera de enfrente, también se les suba el pavo y arremetan en plan canalla e injusto contra los que nada tienen que ver con los indocumentados que empezaron el lío. Así que ya tenemos a los sensacionalistas medios británicos escribiendo que aquí por España hay mucho racista suelto y tal y cual. A lo que desde abajo de los Pirineos se suele responder que proyectan en otros sus propios demonios familiares, o dicho en refrán castellano, que cree el ladrón que todos son de su misma condición. La realidad es que, tanto a un lado como del otro, los comedores de alfalfa abundan en una proporción mínima si los comparamos con la gente de bien, pero no sé como nos la apañamos que al final siempre los imbéciles minoritarios acaban tomando el rábano por las hojas y jodiendo la marrana. Así que desde aquí, en plan fino, mandamos a freír espárragos y buñuelos a los cafres de uno y otro país que se han subido tan artificialmente a esta burbuja, fastidiando nuestra hermandad de países civilizados sin ninguna necesidad. Lo único en que deberíamos llevarnos fatal los buenos españoles e ingleses es en la gastronomía. En eso somos casi irreconciliables y a mucha honra, pero por culpa de dos millonarios y sus cuatro latas…


AVISO A LOS FOROFOS DEL FÚTBOL.
Queridos amigos: como el Puñetas desea la mejor salud del mundo a todo el mundo (valga la redundancia y la verdad sincera), quisiera deciros a través de estas cuatro letras que médicos alemanes muy sabios han investigado cosas tan interesantes para vosotros, ustedes, como que "la pasión por el fútbol multiplica la incidencia de accidentes cardiacos" (publicado en el suplemento de salud del diario El Mundo). Lo han explicado con nombres rarísimos (que si función endotelial y monocítica…), pero que a la pata la llana significa que la podéis espichar simplemente por culpa de un penalti, un gol en el último minuto o una tarjeta roja enseñada por el arbitrucho a vuestro jugadorazo preferido. Ya avisados, ¿creéis que merece la pena irse al otro barrio por semejantes sandeces? Sí, ya sé que de algo hay que morirse, pero siempre será mejor de un hartazgo de jamón, de berberechos o de orgasmos que de goles. No sé si algunos apreciáis la diferencia, aunque sobre gustos ya dijo el clásico que no hay nada escrito. (El clásico de marras era analfabeto por parte de libro…No sé si lo barruntábais). En todo caso, sugiero que antes de empezar la temporada, los más exaltados y ansiosos, os hagáis un pequeño chequeo (paga la Seguridad Social) para prevenir males mayores. O en todo caso, ya que os gusta tanto el deporte, je, je, que os preparéis físicamente a lo largo de la temporada –por supuesto en los días en que no televisan ningún partido- para que así vuestro sistema cardiovascular esté tan entrenado y saludable como el de vuestros idolillos peloteros. Sé que este aviso sólo va dirigido a una mínima parte de los aficionados al futbolín, pero me daría con un canto en los dientes si con mi discursillo y recomendaciones consiguiera salvar la vida de un solo forofo. De nada, majetes.

9 de enero de 2008

JODIDO DAKAR, JODIDOS CLUBES

SE JODIÓ EL DAKAR. Mala leche, tú. Por culpa de Al Qaeda, nos hemos quedado estas navidades compuestos y sin novia. O novio. Quiero decir, sin ese rally de la solidaridad con los negritos africanos que todos los años por estas fechas esperamos como maná del desierto: el Dakar. Se han jodido esas bonicas y poéticas imágenes consistentes en ver como unos locos cacharros la mar de contaminantes navegan sobre las dunas hasta que algunos quedan despanzurrados boca arriba o atrapados bajo la arena. Un bello espectáculo que los negritos africanos tenían el enorme privilegio de ver en vivo y en directo. O en muerto y en directo, porque casi todos los años algún morenito (o alguna cabra) la palmaba a consecuencia de un atropello dakaril. Sí, también abandonaba el Dakar con los pies por delante más de un piloto, pero eso ya entraba en el sueldo y en las estadísticas. ¡Todo sea por el amor al motor y a la aventura! Este año se fastidió el invento, especialmente para los participantes más modestos, que ahora no saben cómo van a pagar sus deudas contraídas con los patrocinadores o los bancos. También el Puñetas se ha quedado sin su ya clásico artículo sobre la carrera más idiota del mundo. No están los tiempos para ir derrochando gasolina por lugares donde la vida no vale un pimiento, sea por culpa de Al Qaeda, el hambre, la política de tribu, la sequía o el desértico desierto. Pese a lo cual algunos pilotos hubieran dado una mano por mantener el Dakar: la amenaza terrorista sería un aliciente más de la carrera. Finalmente ha predominado el sentido común. Sólo cabe esperar que al menos Coma, Roma, Arcarons y los suyos mantengan su palabra y distribuyan material sanitario y médico a través de su Fundación “Dakar Solidario”. A este Dakar, oye tú, ninguna objeción…

SE LOS LLEVAN CON TODO EL MORRO. Los que sí se van a África este año son los jugadores nativos que juegan en las ligas europeas y sudamericanas. Empieza la Copa de África de fútbol y –un suponer- hasta un total de 154 futbolistas de España, Francia, Inglaterra, Alemania e Italia han sido convocados por sus selecciones para participar en esta competición. Algunos jugadores andarán alejados de los clubes que les pagan durante un mes. Así que la cara de idiotas que se les ha quedado a los equipos europeos que “ceden” a sus jugadores africanos es para ponerla en un marco fosforescente. Claro que, los bien pensantes siempre podrán decir que la cosa es una contribución del primer mundo al tercero, lo cual ablanda el bolsillo al tiempo que calma conciencias. Yo sugeriría a los clubes afectados, con permiso de los señores bien pensantes, que no paguen las nóminas de los jugadores que se han ido a África durante los días que no están currando: que lo haga la FIFA a través de sus propios presupuestos. Y si ésta se pone farruca, que la demanden ante los tribunales por pirata y bandolera. Mientras se deciden (que no lo harán, los miedicas), sólo cabe confiar en las oraciones y rogativas a los santos predilectos para evitar que los chicos regresen hechos polvo de la África africanera. Que me corran a gorrazos si es de recibo que se te lleven gratis por todo el morro a algunos de tus mejores asalariados y encima tengas que pagarles una suculenta pasta a fin de mes.

19 de diciembre de 2007

HAMILTON Y LOS CUATRO FANTÁSTICOS

HAMILTON, SIN CARNÉ DE CONDUCIR. Se saben superiores al resto de los mortales en esto de la conducción de un cuatro latas con ruedas, así que cuando abandonan el mundo de la ficción de los circuitos y las carreras, no es el peso de la costumbre sino la soberbia y el creerse por encima de la mayoría, lo que les hace seguir pensando que también en la realidad pueden seguir actuando como si tal cosa. No es el primero ni será el último. A Hamilton lo han pillado en la France corriendo a 196 kilómetros por hora en una autovía. “La carretera estaba despejada”, argumentó el piloto. Y claro, sin nadie por aquí, nadie por allá, el chico se creía que aquello era el circuito de Hungría o de Mónaco. Él iría, a tan ridícula velocidad, como en un plácido paseo campestre, pero el susto que debió pegar a quienes se encontró por el camino debió ser de aúpa. El chico, ya se sabe, controla muy bien la máquina. Lo que parece que no controla tan bien es su cerebrín, pero de eso no se preocupan en Maclaren. Así que la poli franchutera le ha retirado el carné de conducir durante un mes y, seguramente, le habrá perdonado la multa a cambio de un par de autógrafos. Llegado a este instante puñetero, me pregunto: ¿Y en este mes podrá conducir en un circuito, aunque sea haciendo pruebas y ensayos? Yo se lo prohibiría, pero no creo que nadie acepte mi sugerencia. Sería la única manera de evitar que él y otros como él vuelvan a las andadas en un futuro cercano. ¡Hay que dar ejemplo, macho! El que quiera correr, al circuito de carreras.

EL GAFE DE LOS CUATRO FANTÁSTICOS. No lo tengo contrastado científicamente, pero mi sensación es que los mal llamados “cuatro fantásticos” del Barça (Etoo, Ronaldinho, Messi y Henry) todavía no han podido jugar juntos ningún partido, a pesar de que ya llevamos casi cuatro meses de temporada. Cuando no está alguno lesionado, está enfermo o en baja forma. Así que poder contemplar uno de los mayores espectáculos del mundo (ver a estos cuatro chicos a la misma hora, en el mismo campo y en el mismo partido haciendo sus cosillas futboleras) se está tornando tarea imposible. Ahora que Etoo había dejado ya de andar a la pata coja, va el Messi y se lesiona por un mes. Supongo que a su regreso, algún diablillo pagado por el Real Madrid hará que quien se lesione sea Henry o que el Ronaldinho siga andando de capa caída, chupando banquillo. Esta maldición de los cuatro magníficos está siendo una bendición para sus rivales. Pero como en el Arco somos más avispaos que las mismísimas avispas, hoy podemos mostrar al mundo mundial, en rigurosa exclusiva, una actuación del famoso cuarteto. ¡Por primera vez, y sin que sirva de precedente, los cuatro astros del Barça juntos en una actuación estelar! Pasen y véanlos totalmente gratis en el siguiente enlace gracias a los buenos oficios del Puñetas. (Aviso: la página puede tardar un poquito en cargar. Espere porque merecerá la pena presenciar tan fantástico momento).

POR PRIMERA VEZ, LOS CUATRO FANTÁSTICOS JUNTOS.

23 de octubre de 2007

SE ACABÓ EL CULEBRÓN DE MCLAREN


El domingo 21, con la finalización de la última carrera de Brasil, se acabó por fin el culebrón que durante más de medio año nos ha sorbido el coco a los españolitos de a pie, fuésemos o no amantes de la Fórmula I. Está archidemostrado que lo que más une a un país es tener un enemigo exterior. En este caso, lo era Mclaren, el jefe Ron Dennis y el futuro yerno, un tal Hamilton. El pobre puteado: nuestro Fernandico Alonso (que también tiene un trago), pero que es español y eso aporta muchas razones a su/nuestro favor. De igual modo, en la Inglaterra ha ocurrido idéntica visión de la jugada pero al revés. Por eso no extrañará que, con la derrota final de Alonso y de Hamilton, todos se hayan alegrado: los finlandeses, por el triunfo de Raikkonen, los ingleses porque no ha ganado Alonso y los españoles porque ha perdido Hamilton. ¡Todos más contentos que unas pascuas! El único cabreado ha sido Massa, que pudo ganar en su país la última carrera, pero Ferrari le obligó a que aparentase un despiste para que el triunfo final quedase en la casa italiana y en el piloto finlandés. Y, claro, eso a Massa le sentó como un tiro.

En nuestra encuesta de la columna derecha del Arco, los pocos que han votado se han decantado en un 50 % porque a ellos el asunto de Hamilton-Alonso les importaba un pimiento, pero –para mí- que no eran sinceros. El culebrón nos ha engachado bien enganchados a lo largo de todo el mundial y aunque su final ha sido sorprendente, era el mejor de los posibles ya que a todos dejaba contentos.


-¿Y a Mclaren, también, Puñetas? ¿Con la de pasta que le ha costado no ganar nada, ni siquiera el reintegro?



Pues sí, caballero. A Mclaren y Mercedes les sobra la pasta gansa pues venden coches a “puñaos” ya que sus clientes habituales suelen ser gentes de abultada cartera y a ellos no les afecta la crisis inmobiliaria, el cambio climático ni que gane Sapatero o Ansar, Bush o Putinov. Tienen garantizado el mercado por los siglos de los siglos. No sería necesario que participase en el Mundial, pero ya se sabe que a los ricachones les encanta presumir y hacerlo con un coche fabricado por una empresa que pelea siempre por el título del Mundial viste mucho. Que es de lo que se trata…



Gracias a esta rivalidad entre España e Inglaterra, la cosa ha estado este curso la mar de entretenida. Así que esperemos que Alonso aguante otro añito más en Mclaren para garantizar la continuidad del culebrón, al que debería sumarse Ferrari con sus dos pilotos, el Raikkonen y el Massa, que también tienen derecho a picarse entre ellos. Es más, lo están deseando. Al fin y al cabo, este deporte es más soso que mi tio Abundio, salvo accidentes o imprevistos (corren muchos pero al final son cuatro gatos los que se la juegan; los demás van de comparsas). Así que hace falta echarle un poco de salsa y perejil al asunto. Nadie me negará que este año rebosaba la Fórmula de lo uno y lo otro.


Por eso, desde esta página tan poco seria en según qué cosas, proponemos que al culebrón Mclaren (¡Fernando, sigue otro añito, por fa!), se añada Ferrari con el suyo, se realicen más espionajes (eso siempre da bastante emoción al cotarro) y, sobre todo, se incorporen al circo de las cuatro ruedas novedades que ya existen en las carreteras habituales. Así, por ejemplo, no estaría nada mal que se soltasen varios perros y gatos en mitad de cada carrera, para que los conductores de a pie viéramos como los sortean los mejores pilotos del mundo. O que se incorpore un piloto borracho que vaya en dirección contraria, tal como suele pasar a menudo en las carreteras españolas.



Puedo seguir dando ideas, pero me temo que nadie me va a hacer caso. Pensarán acaso que son demasiado peligrosas. ¿Y qué? Millones de conductores mediocres nos exponemos a ellas todos los días del año y la mayoría sobrevive. ¿Por qué no lo van a hacer los Alonso, Hamilton, Raikkonen, Massa y toda la morralla que va siempre detrás con un coche de baratillo y a tropecientos minutos del primero?

21 de septiembre de 2007

ALONSO: ¿DÓNDE DEMONIOS TE METISTE?


Fernando Alonso, nuestro flamante bicampeón del mundo de Fórmula I, a final de la temporada pasada decidió abandonar a Renault para irse a McLaren. Algunos vimos el cambio como un salto en el vacío. La prudencia aconseja no abandonar el barco si éste va viento en popa y a toda vela, pero Fernandito es un chico muy ambicioso.



Irse a MacLaren era una apuesta demasiado arriesgada. Los británico-alemanes llevaban varios años sin comerse un motorizado rosco, pese a lo cual mantienen al frente del cotarro de la Fórmula I, casi desde la Prehistoria, a un tal Ron Dennis, experto en líos y desarreglos. La historia viene demostrando cómo aquella casa habitualmente ha sido una olla de grillos, con peleas continuas entre sus pilotos, debido a que su -a priori- política pretendidamente objetiva (cada piloto recibe el mismo tratamiento) al final siempre ha acabado haciendo aguas, causando la enemistad de todo el mundo.



Así que cuando Alonso se mudó a MacLaren ya debía estar avisado de cómo se las gastan por aquellos lares. Debería haber previsto que iba a tener como compañero a un piloto inglés, con lo que –de entrada- ya tendría en contra a la afición de casa, tan amiga de los “suyos”, aunque no valgan ni un pimiento. Nuestro campeón –sorbido el cerebelo por su excesivo orgullo- debió de pensar que en su nueva escudería él sería el número uno, por historial y prestigio. Ademas, ¿para qué demonios lo fichaba entonces MacLaren? ¿Para darle un trato de segundón o de chico de los recados?



Pues sí, señores. Así funcionan en esa casa de locos. Contratas por un potosí al mejor piloto del momento, para acabar dándole el mismo o menor rango que a un recién llegado a la Fórmula I, como es el caso de Hamilton, el otro piloto en discordia. Estos tíos parece que no se han enterado todavía que en el deporte de alta competición esas no suelen ser las normas de juego, sino que el trato es que hay un líder (que es el que da la cara y al que se la parten) y todo un equipo de lebreles que trabaja a destajo para aquel. Si luego llegan los éxitos, también lo harán los millones y a todos tocará un poquito. En MacLaren, tan elemental norma, discutible éticamente pero eficaz hasta las cachas, les suena a cosa demasiado moderna. Ya saben que a los ingleses les encanta llevar la contraria a todo el mundo. Por eso todavía circulan con sus locos cacharros por la izquierda de las carreteras o siguen utilizando un sistema de medida que ya nadie usa. Son así de raritos. Cuestión elemental que debería haber previsto Fernando Alonso, el sabio.



Así que nuestro asturiano llegó a MacLaren, hizo su trabajo ayudando a diseñar y modelar unos coches mucho mejores que los de años atrás, y luego en cuanto el novato local empezó a demostrar que no era manco, cojo ni tonto (lo de copiarse del campeón español tomando notas de sus telemetrías, tácticas, etc lo lleva de rechupete), todos los hijos de la Gran Bretaña empezaron a soñar con que pronto un inglesito sería campeón de ese deporte tan costoso y aburrido que responde al absurdo nombre de Fórmula I. El españolito orgulloso y fanfarrón se había convertido en un obstáculo casi nacional.



A partir de ahí, todo ha sido y sigue siendo un culebrón. El último episodio, el asunto ese del espionaje a Ferrari, del que ahora resulta que le quieren echar el muerto a nuestro Fernandito querido. En fin, que si no le aflojan distraídamente una tuerca y lo mandan antes para el hospital, Alonso debería ir pensando en despedirse de MacLaren. Su destino está en Ferrari, donde tendrá a su disposición una alfombra roja, un pay-pay, una corte de corifeos para aplaudirle siempre y en todo lugar y un segundo piloto más flojito y menos ambicioso que el Hamilton ese, para que así reluzca más fulgurante la estrella alonsiana.



Si pese a todo lo que le está cayendo, Fernando es capaz de quedar campeón del mundo, en España –donde, a diferencia de los ingleses, a nuestros héroes los mandamos a la hoguera- habría que ir pensando en hacerle un monumento a este muchacho y nombrarle patrón de España y de los automovilistas. Ni don Pelayo, ni Viriato, ni el Cid, ni Hernán Cortés, ni Sebastián Elcano, ni Daoíz y Velarde: Fernando Alonso. ¡Qué tío!

13 de abril de 2007

EL MÁS DIFÍCIL TODAVÍA DEL CIRCO DE LA 1


-¡Pasen, ñoras y ñores, pasen!


-¡Vean a Fernandito Alonso pilotando con la nariz mientras se rasca la coronilla con una mano y con la otra saluda a la afición!


-¡Disfruten con Raikkonen conduciendo con los ojos vendados, guiándose sólo con las instrucciones que reciba desde los boxes!


-Pasen, ñoras y nores, y disfruten con el circo de la Fórmula 1! ¡Lo nunca visto, el más difícil todavía! ¡Córranse de emoción y gustirrinín contemplando el galope de Hamilton a 300 por hora y con sólo tres ruedas! ¡Calmen sus palpitaciones tocando la nalga izquierda de la novia del hermano del inigualable, el inimitable, el superferolítico Michael Schumacher!



Bueno, ñoras y nores. Dejando a un lado las calenturientas imaginaciones del Puñetas, las de los jerifaltillos de la Fórmula 1, con el ricacho Ecclestone a la cabeza, no les van a la zaga. Los pobrecillos andan haciendo números para ver si se embolsan más pasta de la actual (al fin y al cabo quienes se juegan la vida en el asfalto no son ellos) con la introducción de novedosos números y ocurrencias en el circuito internacional de los grandes premios. Por de pronto ya tienen un par de ideas en el cocotero y sólo esperan que se caigan por su propio peso. La primera es hacer algunas carreras nocturnas, porque será muy emocionante contemplar a nuestros pilotos favoritos intentando no darse una hostia contra las barreras de protección del circuito echando a suertes si esa sombra que se ve allá es una curva, es el reflejo de la pálida luna o es un bache dispuesto por la organización a última hora para hacer más divertida la cosa.


Los lumbreras de la Fórmula 1 (que no son los pilotos) ven que así podría incrementarse el negocio pues la gente, oyes, es muy romántica y seguro que acudiría al circuito con mayor pasión para disfrutar de una noche loca donde el ruido de los motores, las ráfagas luminosas y el cielo estrellado brindarían un bello espectáculo capaz de enternecer a los corazones más duros de pelar. De paso, mientras que es de noche en un hemisferio, en el otro sería mediodía, con lo que el número planetario de espectadores se duplicaría de forma natural y así ellos, los lumbreras, podrían engordar mucho más la faltriquera o billetera. Que los pilotos vean la medida como un aumento del riesgo de palmarla, tiene escasa importancia. Que llenar de bombillas todo el trazado cueste una millonada energética, qué más da si el cambio climático ya no tiene vuelta atrás. ¡Bah, a nosotros, los lumbreras de la Fórmula 1, nos van a venir ahora con tiquismiquis!



Pero si falla la primera atracción circense por culpa de esos jodíos pilotos que sólo piensan en no perder la vida dentro de un cuatro latas atiborrado de publicidad, tenemos otro estupendo reclamo para el personal, siempre tan amante de la cosa estética y arriesgada: aumentar los circuitos urbanos. ¿Qué tal una carrerita en Eurodisney, entre los castillos de Miky Mouse y los numerosos hoteles de la zona? ¿O una prueba por el casco antiguo de Roma, pasando por delante de edificios tan emblemáticos como el Coliseum y la Pizzería Mamma Lina?



Ideas hay muchas, gente dispuesta a soltar la pasta también, así como espectadores encantados de pasar una noche al raso viendo la carrera con los prismáticos de infrarrojos en una mano y un bocata de calamares en la otra. El ojo del amo es fácil de engordar porque del coste ya se encargan otros. Así que olvídense de aburrirse contemplando como Fernandito Alonso mira por el retrovisor a sus rivales a plena luz del día dando vueltas y vueltas como una peonza a un monótono circuito. Lo lindo, ché, es conducir de noche a la luz de las velas y las linternas o achicharrar el glamouroso asfalto de una urbanización de lujo, tipo Montecarlo.



El problema que tienen estas dos nuevas atracciones circenses es que de noche toda la publicidad es parda (como los gatos) y que en un circuito turístico la misma quedaría bastante desmejorada al contraponerse a la existente en farolas, carteles publicitarios, cabinas telefónicas y tal de las calles y plazas por donde circulasen los monoplazas. Bueno, es un problema importante, pero nuestros lumbreras de la 1 ya se inventarán algún remedio para tan importante contratiempo económico.



-¡Pasen, señoras, señores y mascotas! ¡Vean como Fisichella conduce su bólido por las calles del Pato Donald, al tiempo que firma autógrafos al respetable sin apearse del asiento!


Cuenten conmigo, queridos lumbrerillas... No pienso perderme ninguno de sus espectaculares números circenses...

10 de enero de 2006

DAKAREANDO

No sé como se las apaña el año nuevo que siempre le pilla naciendo con el Dákar como prueba deportiva de cabecera y comadrona. Bien se lo han montado estos parientes ricos del circo motorizado sobre dunas, que encima son sacados por las teleles del planeta haciendo el chachi piruli montados en sus locos cacharros. “La idiocia no tiene límites ni fronteras, pero unida a la obscenidad eso sólo se da en un único evento deportivo: el rally Dakar”. Eso escribía hace ahora un año, cuando era más joven y más inocentón. Y remataba así la faena: “En 27 años de prueba, ya lleva el Dakar casi cincuenta muertos. Que esa es otra. El personal motorizado pierde el culo y las tetas por participar en una prueba donde lleva un billete de lotería para irse al otro barrio, donde acaba hecho puré y donde –encima- tiene que pagar por participar en el invento. Esto ya supera el masoquismo”. Ya estamos en la nueva edición dakariana, con un muerto bien calentito encima de la mesa desértica –el australiano Andy Caldecott- y alguno más esperando en la recámara de cualquier montículo de arena o piedras. A los negritos famélicos y atónitos que hacen bulto como extras en las escenas que nos muestran las teleles, la muerte y las penurias ajenas parece que no les llama excesivamente la atención. Así que hacen bien en robar lo que pueden a estos extraterrestres motorizados que cada año van a mearse y presumir de héroes delante de sus narices. Cuando no se distrae el petate de ropa, se roba una rueda o se cobran precios desorbitados por aquellas tierras (“paisa, cinco euros por usar mi retrete”) aunque demasiado cortos para estos esforzados de la ruta venidos de los países más descacharrantes del planeta. Entre esta patulea de gente destacan cada vez más los españolitos de “amoto” y “acoche”. Cada nueva edición somos más celtíberos haciendo el ganso por tierras africanas. Desde este año también tenemos incorporada al Dakar a la movida madrileña personificada en Carlos Sainz. Y en un futuro mucho nos tememos que se incorporarán Dani Pedrosa, Carlos Checa y hasta el mismísimo Fernando Alonso en cuerpo y alma. Don Carlos Sainz sigue con las meigas en contra. Cuando no es una duna puñetera que atrapa su flamante Volkswagen de hojalata y no lo suelta ni a la de dios, es una piedra solitaria escondida entre la arena la que desinfla una rueda y luego las desgracias vienen todas seguidas: falla el embrague, el carburador no carbura, la servodirección zapatea y el espejo retrovisor se hace trizas. El bueno de Sainz cogió un virus gafoso hace la tira de años cuando “rallyaba” por esos mundos del demonio y todavía no lo ha dejado. Seguramente le acompañará unos añitos más, incluidos los de su futura presidencia del Real Madrid, donde puede causar estragos tales como que los futuros galácticos del “mejor club del mundo” desciendan por primera vez a segunda división. Dicen que el Dakar lleva mucho dinero a las harapientas tierras del Africa desnutrido. Eso no se lo cree ni el que asó la manteca, porque yo veo a los mismos negritos año tras año sin que su aspecto esté más mejorado. Quizás la feliz idea del doctor Xavier Mir, creando la Fundación Dakar Solidario, pueda a partir de este año ayudar en algo a aquella pobre gente. Ya que los países más “civilizados” del planeta somos incapaces de ayudar a salir un poquito de la pobreza a aquellos atrasados países, al menos que algunos bienintencionados particulares les ayuden a no seguir muriéndose mediante el reparto de 34 toneladas de material médico. Menos da una piedra. O una duna.

26 de septiembre de 2005

FERNANDO ALONSO: DOBLE CAMPEÓN

Pues ya tenemos a nuestro flamante Premio Príncipe de Asturias del deporte hecho todo un brazo de mar y campeón del mundo de la cosa de la Fórmula I. Ha llegado el premio antes de lo previsto (francamente, pensé a inicios de la temporada que todavía le quedarían un par de años de espera), pero a caballo regalado no le mires el diente, que dicen los que saben de las cosas mundanas. En verdad os digo que, pasada la euforia tras la conquista del título, no me gustaría estar en el pellejo de Alonso. Y, por las primeras manifestaciones que Fernando realizó ya incluso en la misma pista brasileña, me parece que a él tampoco. Quiero decir que el listón se lo ha puesto tan alto que temo los años próximos, de no seguir en la misma línea de éxitos. Digámoslo bien clarito y alto porque estamos hablando de un deporte donde el ruido es ensordecedor: en la fórmula I no sólo cuenta el factor del piloto. Es importantísimo el coche, como se ha visto este año, donde el Schumacher campeonísimo no se ha comido ni una rosca ni victoria, salvo en aquella patochada del premio de los EEUU. ¿Se le ha olvidado conducir a Ralf o es que –como mucho me temo- el factor coche suma un tanto por ciento demasiado importante? Contemplando las dificultades de Alonso en las últimas carreras para desbancar a los coches MacLaren-Mercedes, mucho me temo que durante el invierno Renault y todo el equipazo que ha trabajado para Alonso van a tener que consumir millones de neuronas para buscar un mejoramiento ostensible del coche. De no lograrlo, ahí es donde quiero ver a tantísimo seguidor de nuevo cuño como ha ganado la Fórmula I gracias al efecto “Alonso”. ¿Serán capaces los nuevos creyentes y forofos de aguantar estoicamente los futuros reveses de nuestro joven campeón? ¿Pasará Fernando –como se suele hacer con otros tantos deportistas estupendos- a ser considerado un incapaz después de todas las toneladas de incienso que se le están echando estos días gracias a su espléndido triunfo? Adelanto que aquí seguiremos huérfanos de ebriedad y excesivo alborozo, considerando al piloto asturiano un campeonísimo de alto nivel, gane o pierda, le funcione el coche o le deje tirado en mitad del asfalto. Ya ha demostrado de lo que es capaz y no ha sido por casualidad. Además, tengo la sensación o casi certeza, que el bueno de Alonso va a mejorar esa excesiva capacidad dicharachera de la que ha hecho gala en algunas ocasiones y que ha llevado a que muchos, el Puñetas incluido, le llamásemos alguna vez con el apelativo de “bocazas”. Sus declaraciones valientes, sensatas y bastante equilibradas minutos después de proclamarse campeón me hacen sospechar que Fernando intuye que a partir de ahora empieza el camino más duro y que debe afrontarlo desde la mayor de las humildades y las valentías. Asumir que su triunfo es una consecuencia del trabajo de las mil personas del equipo Renault, que el coche es muy mejorable y que son especialmente cuatro las personas (su familia) a las que está profundamente agradecido es sentar los cimientos de un deportista que sabe que la euforia actual se la puede llevar el viento pero que siempre tendrá detrás a sus padres y abuelos, en los triunfos y en las derrotas, y que la mejor manera de seguir en el número uno es haciéndose una piña con su equipo de mecánicos, preparadores, técnicos, etc. Otra muestra que me ha gustado es que cuando acuda a Asturias a celebrar con la afición su triunfo deportivo, le gustaría que los políticos de turno se la envainen y estén donde deberían estar, si quieren también celebrarlo: con la gente, en la calle o en el bar. Y si no (esto lo digo yo) que se vayan a hacer Puñetas (mejorando lo presente). Empiezo a descubrir que Fernando Alonso no sólo es un gran campeón en lo deportivo sino que también lo es en el plano más humano. No todos los campeonísimos pueden decir lo mismo.

7 de septiembre de 2005

SIR FERNANDO ALONSO


Todavía nuestro Fernandito Alonso no ha ganado ni un título mundial de la cosa formulera y ya acaban de darle un premio tan insigne como el Príncipe de Asturias. En la sana competencia venció por goleada a a la saltadora de pértiga rusa Yelena Isinbayeva y anteriormente a los tenistas Andre Agassi y Rafael Nadal, al trece veces campeón del mundo de motociclismo Angel Nieto, al ex campeón del mundo de Rally Carlos Sainz, al piragüista David Cal y al campeón olímpico de 1.500 en Barcelona Fermín Cacho. Poner en la balanza en estos momentos a Fernando Alonso con Ángel Nieto es un insulto a la inteligencia y a las buenas costumbres. Nadie duda que nuestro as del volante, por su sapiencia, juventud y buena estrella nos dará muchas alegrías en los circuitos, pero se ve que el jurado del premio “Príncipe de Asturias” tenía mucha prisa por concederle el premio a Alonsito, antes de que se haga más mayor. Y si lo de las dos ruedas de Angel Nieto no le gustaba al jurado, tenían al piloto Carlos Sáinz que tampoco es manco de historial. Si al final ha primado lo de que Fernando es asturiano pues bueno, lo mismo el próximo año le dan el premio al ganador del Descenso del Sella. Hasta el propio piloto español ha calificado de sorpresa el anuncio del premio. Lo que le honra. Por cierto, que lo mismo diríamos a estas horas si el ganador hubiese sido el tenista Rafael Nadal. Para acabar de arreglar el asunto, el secretario de Estado para el Deporte, Jaime Lissavetzky, (un político) ha dicho que se ha valorado la trayectoria de Alonso "desde que tenía 3 años". ¿Incluidas las caquitas de tan tierna edad? Los únicos que no han dicho tonterías han sido el propio Alonso y Angel Nieto, que ha dicho que “me darán el premio a título póstumo”. No, Angelito, o te dan trece premios o serán unos tacaños.

20 de junio de 2005

EL AVISPERO DE LA FORMULA I

Supongo ya informado al lector sobre el guirigay que se ha montado con el último carrerón de la Fórmula I, allá por las Indianápolis, que caen más o menos conforme se escupe en el mapa hacia los Estados Unidos. Sólo 6 utilitarios salieron a la arena a batirse el cobre y los alerones pues el resto de la camada automovilística hizo mutis por el foro, tras dar una vuelta de reconocimiento y retirarse a los toriles pues el cornúpeta (en forma de curva con peralte) amenazaba la integridad física de los toreros.

Llegados a este punto, pido perdón por si el lector es de ERC, ya que me consta que los amiguitos de don Carod i Rovira son enemigos acérrimos de la fiesta del toreo, en cuyo caso –y para no perder un respetable- cambiaré de palabrería y símiles. Decía pues que salieron al césped sólo 6 jugadores, vestidos de rojo todos ellos, mientras que los azulillos michelinos decidieron retirarse al vestuario dado que sus botas no tenían suficiente agarre y corrían el riesgo de pegarse unos tortazos morrocotudos en el sembrado.

El lío que se ha montado con el numerito de unos y otros ha sido monumental.

-Tú, capullito, lo que quieres es que me mate y así te haces de nuevo con el Mundial.
-Os creéis alguien porque habéis ganado este año varios grandes premios. ¡Si no sabéis hacer más que trampas!
-Estos franchutes, desde lo de Irak, nos la tienen jurada, los jodíos. Siempre dándonos por saco a los americanos, hasta que a nuestro presi se le inflen los cataplines y verás a donde va a ir la torre eiffel esa….

Total, que el pollo está montado. Mejor dicho, el avispero porque al pobre plumífero se le da un golpe en el cogote y se queda tieso, pero a ver quien reparte leches a una manada de avispas. Ferrari manda mucho, pero en esta ocasión parece que no tiene culpa de nada. Sus neumáticos eran malos de solemnidad en la actual temporada, pero por una vez funcionan cantidubi. Así que el Schumacher no iba a desaprovechar la oportunidad, si los lelos de la Michelin se lo ponían a huevo. Los chicos que calzan la conocida marca de gomas francesa (que tiene más de propaganda que otra cosa –yo no la uso ni para mi bicicleta), empezando por don Alonso el bocazas, han querido salir de íntegros y buenecitos en el affaire pero ya se les empieza a ver el plumero de Les Folies Bergere. Como las chicas de tan afamada atracción gala, se han quedado con el culo al aire después de montar el numerito musical. Y los capos del tinglado (esos meapilas millonarios de la FIA, de la que el Puñetas no se fía ni un pelo), han jugado a lo que son los pobrecitos: unos inútiles integrales, incapaces de poner de acuerdo a nadie y –sobre todo- muy capaces de mearse encima del que paga y viaja para ver el circo avisperil, esos sufridos y sordos aficionados, que se merecían una solución pactada que defendiera por encima de todo su derecho a ver un espectáculo programado o –cuando menos- a la devolución del dinero pagado. Al final se han quedado sin lo uno y sin lo otro, para vergüenza (de la que carece) del dueño del negocio y del invento, un tal Al Ecclestone.

Vale que la seguridad de los pilotos era lo primero. Vale que los de Michelín han demostrado que lo suyo debería ser fabricar otro tipo de gomas: preservativos, por ejemplo. Vale que Ferrari y el alemán hosco hicieron lo que tenían que hacer, correr y no mucho, porque en el fondo tampoco se fiaban de sus neumáticos. Vale que el Fernandito Alonso está resultando demasiado lenguaraz, es así el chico y a lo que se ve la lengua la tiene más rápida que la conducción con el monoplaza. Pero lo que no vale es que se pretenda cambiar las pésimas reglas de juego por parte de los equipos Michelín ni que los dirigentes de la FIA no sepan salir dignamente del atolladero, cogiéndolos del cuello o poniéndolos contra las cuerdas ANTES de la carrera. Todos debieron correr, pero cada uno a la velocidad aconsejada por la seguridad: los unos a 300 por hora al pasar por la famosa curva peraltada y los otros a 40 por hora o a lo que les pidiese el neumático churril. Se objetará que esto hubiese provocado seguramente un sin fin de accidentes pues ni en las autovías se permite transitar a los caracoles. Pues no, como dice la DGT lo peligroso es el exceso de velocidad, así que no me cambien ahora el argumento. ¿O a ver si va a resultar que los Trulli, Alonso y compañía no saben ir en coche más que echando leches? De este modo, habría habido competitividad, los puntos de la carrera se hubieran repartido justamente y la gente se habría divertido un hartazgo viendo como un flamante bólido Fórmula I –en una curva peraltada como las miles y miles que pueblan la geografía mundial- trota a 40 por hora por riesgo de reventón de sus carísimos neumáticos.

El avispero de la fórmula I se va matar a sí mismo. Curiosamente, por no correr.

13 de mayo de 2005

DIVINIZANDO A FERNANDO ALONSO


Fernando Alonso

En este país de nuestros ardores o nos pasamos o no llegamos. Con la misma facilidad con que ponemos a alguien a caer de un burro, lo subimos a los altares. Con lo cual el cielo deportivo está lleno de asnos y el infierno repleto de gente seria y decente. Recuerdo a Carlos Sáinz cuando ganó el Campeonato de Rallys un año ya lejano. El madrileño era el mejor piloto del mundo de todos los tiempos. Cuando se quedaba segundo o tercero, más de uno lo quería enviar al asilo de ancianos. Si el Madrid gana un título es el mejor equipo del planeta futbolero. Si se queda segundo, habría que pasar por la bayoneta hasta al que hace los bocadillos a Ronaldo. Si el Betis o el Osasuna se clasifican para la final de la Copa del Rey, sus aficiones se echan a la calle hasta altas horas de la madrugada y del disfrute etílico como si les hubiese tocado la bonoloto. El equipo que pierda la final será una pandilla de mataos que no sabe tocar la pelota ni con la mano, la cual sólo utilizan para contar el cerro de billetes que no se merecen. Un penalty, un segundo de más, un salto de menos y pasas del empedrado del infierno al parquet del cielo en menos que canta Pavaroti o Plácido Domingo.

En el asunto del automovilismo ahora toca cielo. Nunca nos hemos comida una rosca en lo de la Fórmula I, seguramente porque los conductores españoles (la cantera) son los más inexpertos, inútiles y maleducados de nuestro entorno. Pero la lotería también toca a veces a quienes menos se la merecen. Basta con que jueguen un numerito o décimo. Con Fernando Alonso nos ha tocado el gordo.

Ya avisaba en marzo que podemos quemarlo antes de tiempo, con estas costumbres tan volubles como tenemos por la República Monárquico-macedónica de las Españas. Lleva pisando este año el podium en cinco ocasiones a la fecha para que ya las campanas de las catedrales estén repicando a victoria eterna. El título ya es nuestro, Schumacher es un pardillo al que se le ha olvidado como se conduce un bólido y todavía va por el segundo de Bachillerato el lumbreras que sustituirá a nuestro gran Fernandito. Oye uno a los comentaristas de Telepingo cuando retransmiten las carreras de la Fórmula, con ese fervor patriótico exagerado, esa actitud tan objetiva y esa sabiduría tan elocuente, que el empacho de autoestima y autocomplacencia le dura a uno casi dos semanas. ¡Menudo engorde!

En Spain nace un nuevo Superman cada equis años. Ahora se llama Alonso. Y, claro, ha empezado su divinización. Ya pasó con Indurain. Sus datos biométricos, musculares y psicológicos eran superiores a los de todos sus rivales. El bueno de Miguelón se quejaba muchas veces de que él ganaba el Tour porque las pasaba putísimas entrenando todo el año y sufriendo durante todas las carreras. Pues no: el navarro era galáctico y los demás, chicos del montón. Con Alonso vamos por el mismo derrotero. Cuando gane el campeonato a tan temprana edad, no veas la que le espera en años sucesivos. El primer paso de la divinización rauda y veloz de Alonso ya lo tenemos aquí.

Leo que Alonso es capaz de correr los 100 metros en 11 segundos y los 400 en 57. Realiza entrenamientos en una sauna para adaptarse al calor. Lo mismo se entrena con la mountain bike, que desciende en canoa por los ríos de Kenia, que corre por las playas a velocidad supersónica sólo con sus dos patitas, que se mueve con los esquís por Sierra Nevada como Pedro por su casa. Alonso no tiene ídolos. Ve a Schumacher como uno más. Lo tiene todo bajo control. Incluida la ansiedad por ganar. Es un talento natural. Alonso es, pues, la repera de la pera.

Cuando nos sale un deportista de élite, no puede ser un deportista de élite. Tiene que venir acompañado por el don de la divinidad. Y de la genética. Y como muchos foráneos saben esta peculiaridad tan hispánica (exportada también a nuestros amigos hispanoamericanos), nos hacen el caldo gordo: “Hay dos tipos de pilotos, los que hacen una progresión correcta y se convierten en buenos pilotos. Entre ellos estaría Schumacher. Hay otros que nacen simplemente así, son talentos naturales”. O “Alonso es frío como un asesino”. Ya digo, el dominguero Schumacher, que ha ganado siete títulos gracias a su buena suerte, es simplemente un buen piloto. Pues ni tanto, ni tan calvo. Ni divinización ni proletarización. Ni infierno ni cielo. Prudencia, sentido común, tacto, euforia contenida, respeto tanto a Alonso como a sus rivales. Encumbrarle tan pronto y de forma tan desmedida sólo garantiza –conociendo el percal- que el batacazo será morrocotudo. Espero que al menos Fernando Alonso no colabore endiosándose más de lo deseable, manteniendo también fuera de las carreteras esa frialdad que se le adjudica. Aunque en este tema, soy sincero, ando un poco con la mosca detrás de la oreja.

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¡Gracias por vuestra plantilla! (El Puñetas, agradecido).