23 de enero de 2011

BIENVENIDOS JEQUES Y REYES DE ORIENTE

Como las teleles y los periódicos deportivescos habitan en Madrid y Barcelona, hasta ahora se habían enterado muy poco de la existencia de un jeque (o Rey Mago) por aquí abajo, por Málaga. Un ricachón de Qatar llamado Absullah Bin Nasser Al Thani, que traducido debe ser algo más o menos como Pedro Antonio García Rodríguez. ¡Digo yo! El hombre, un tipo tan normal como usted y yo, je, je, que bebe agua mineral y fuma rubio, compró al  Málaga por unos milloncejos (el equipo estaba en quiebra), allá por el verano, y desde entonces no ha hecho nada más que cosas buenas por él y por la afición. Desde poner el campo de la Rosaleda de dulce a dotar de una seriedad organizativa a la entidad, algo impensable por estas latitudes.  Gracias a ello el campo se llena todos los días de partido y la afición ha vuelto a recobrar el “orgullo” por su equipo. Los alegres indocumentados de Madrid y Barcelona que se dedican a la cosa informativa del peloteo en el césped todavía no se han enterado del gran cambio que se ha realizado por estos pagos pero es que ellos están muy entretenidos en sus cosas, que sólo pasan por los grandes caciques del futbolín nacional: esos Barça y Madrid que no “se puén aguantá”, que escribiría nuestro amigo el Ardilla.

Las últimas noticias hablan de que el Racing de Santander  va a pasar a las manos de otro millonario, esta vez de nacionalidad india. Un tipo joven para el cual hacer dinero es tan fácil como beber agua. Así que los alegres chicos de la cosa deportiva andan ya preocupados porque lo mismo la moda se extiende y al final tienen que hablar de otros clubes, aunque sólo sea porque se gastan un potosí en fichajes.

Ya va siendo hora que los equipos del montón, esos que llevan años subiendo y bajando de categoría, esos cuyo triste destino es recoger las migajas que se les caen de la boca a los grandes de la Liga, se puedan vestir de smoking algunos domingos para intentar romper el status quo que tan acomodaticiamente defiende la gente bien instalada del futboleo nacional. Como es evidente, no se ganó Zamora (es decir, Madrid y Barcelona) en una hora pero si la moda continúa y empiezan a llegar a los equipos modestos de Primera los petrodólares y otras monedas de alto copete, es posible que el duopolio imperante en el futbolín patriotero empiece a temblar. Ya con eso nos conformamos quienes miramos el espectáculo con cara de aburrimiento y ganas de que el patio se revolucione. ¡Ay, aquellos años tan lejanos en que la Real Sociedad ganaba la Liga (1981-82) o el Atletic de Bilbao (1983-84)!

Mientras los patrones del Real Madrid y el Barça se han repartido hasta ahora 51 títulos ligueros, los señoritos del Atletico de Madrid y Valencia 15 y el capataz del Atletic de Bilbao 8, los proletarios sólo han conseguido 5 titulines (dos la Real y uno el Deportivo de la Coruña, el Betis y el Sevilla, allá por los tiempos de las Cruzadas). El resto de los equipos han sido y son meros indigentes, parias, desgraciaos que lo único que han podido hacer en todos estos años ligueros ha sido sorberse los mocos y las lágrimas. Así que urgía, urge y urgirá un golpe de timón. Y como este juego de la pelotita sólo funciona con pasta gansa, hete aquí que algunos equipos han empezado ya a globalizarse y a ponerse en manos de gente a la que le sobra el parné. Equipos que no tienen nada que perder y sí mucho que ganar. El precursor ha sido el Málaga pero detrás viene el Santander y quien sabe quiénes serán los próximos. ¡A ver si así la competición –en unos cuantos años- se iguala y los patrones y los señoritos pasan las de Caín para ganar a los antiguos mendigos y proletarios! ¡A las barricadas, que diría aquel!

El futbolín español adeuda 5.000 millones. Ha jugado con fuegos artificiales y está hecho unos zorros. Igual que el país. Así que necesita que lo rescaten y, dado que en Spain la gente que tiene pasta la tiene en Suiza y el cerebro en el culo, qué mejor que vengan los ricachos del mundo mundial a dejarse aquí una propinilla de su fortuna para hacer negocios de paso y elevar su autoestima y fama. Ojalá algunos viniesen para sanear las cuentas del Estado, que buena falta hace. Total, eso de las patrias y las querencias nacionales es una memez y una patochada en tiempos como los que estamos. La única patria es el dinero y a ti te encontré en la calle. Cuando alguien habla de país, patria y querida nación me pongo a temblar y echo siete llaves a la cartera y al trasero.

Cuando les han preguntado a algunos jefezuelos del firmamento futboleril qué les parece el probable desembarco de los Reyes Magos de Oriente en los clubes modestos, algunos han salido con sensiblerías tales como “se pierde identidad” (Enrique Cerezo) o “emocionalmente no me gusta” (Cortés Elvira, ex presi del CSD). ¡Menos identidades y más sentido común, mozuelos! El futbolín es puro parné. Y si no que se lo pregunten al Madrid y al Barça... Ah, y a los alegres chicos de la prensa deportivesca y telecacas afines.

2 comentarios:

Gervasio Molinillo 30/1/11, 22:37  

Es mejor que la deuda del fútbol alcance máximos históricos. Quizá así el Estado pueda participar de esta tarta a dos carrillos.

Si usted tiene una tienda de frutos secos y un dependiente que la atiende, como se retrase dos meses en el pago de la Seguridad Social o en tributar a Hacienda, comienzan los trámites de embargo, cerrándole el negocio "preventivamente". Y eso que la Seguridad Social de un mileurista vendrían a ser unos trescientos euros…

¡En millones de euros! se cuenta la deuda a la Seguridad Social de algunas empresas dícese Sociedades Anónimas Deportivas (todo con mayúsculas) y todavía se "negocia".

Al del puesto de frutos secos no le han negociado nada y encima le han tratado como un delincuente… sospechoso sospechoso.

Y viva el fútbol… que entretiene a los animales de la granja (ya sabemos que en la fábula de Orwell quienes dirigían la granja eran los cerdos… y así sigue siendo).

Juan Puñetas 1/2/11, 1:16  

Quizás la clave esté en su último párrafo. Mientras el fútbol entretiene a los animales de la granja (con lo cual satisface al Estado y al Poder), el tío de la tienda de frutos secos no aporta nada, salvo que las calles y basureros se llenen de cáscaras. Es la famosa ley del embudo aplicada a conciencia, enchufando el tramo ancho a quien coopera y el corto a quien sólo es un incordio.

  © Blogger template 'Greenery' by Ourblogtemplates.com 2008

¡Gracias por vuestra plantilla! (El Puñetas, agradecido).