20 de junio de 2005

EL AVISPERO DE LA FORMULA I

Supongo ya informado al lector sobre el guirigay que se ha montado con el último carrerón de la Fórmula I, allá por las Indianápolis, que caen más o menos conforme se escupe en el mapa hacia los Estados Unidos. Sólo 6 utilitarios salieron a la arena a batirse el cobre y los alerones pues el resto de la camada automovilística hizo mutis por el foro, tras dar una vuelta de reconocimiento y retirarse a los toriles pues el cornúpeta (en forma de curva con peralte) amenazaba la integridad física de los toreros.

Llegados a este punto, pido perdón por si el lector es de ERC, ya que me consta que los amiguitos de don Carod i Rovira son enemigos acérrimos de la fiesta del toreo, en cuyo caso –y para no perder un respetable- cambiaré de palabrería y símiles. Decía pues que salieron al césped sólo 6 jugadores, vestidos de rojo todos ellos, mientras que los azulillos michelinos decidieron retirarse al vestuario dado que sus botas no tenían suficiente agarre y corrían el riesgo de pegarse unos tortazos morrocotudos en el sembrado.

El lío que se ha montado con el numerito de unos y otros ha sido monumental.

-Tú, capullito, lo que quieres es que me mate y así te haces de nuevo con el Mundial.
-Os creéis alguien porque habéis ganado este año varios grandes premios. ¡Si no sabéis hacer más que trampas!
-Estos franchutes, desde lo de Irak, nos la tienen jurada, los jodíos. Siempre dándonos por saco a los americanos, hasta que a nuestro presi se le inflen los cataplines y verás a donde va a ir la torre eiffel esa….

Total, que el pollo está montado. Mejor dicho, el avispero porque al pobre plumífero se le da un golpe en el cogote y se queda tieso, pero a ver quien reparte leches a una manada de avispas. Ferrari manda mucho, pero en esta ocasión parece que no tiene culpa de nada. Sus neumáticos eran malos de solemnidad en la actual temporada, pero por una vez funcionan cantidubi. Así que el Schumacher no iba a desaprovechar la oportunidad, si los lelos de la Michelin se lo ponían a huevo. Los chicos que calzan la conocida marca de gomas francesa (que tiene más de propaganda que otra cosa –yo no la uso ni para mi bicicleta), empezando por don Alonso el bocazas, han querido salir de íntegros y buenecitos en el affaire pero ya se les empieza a ver el plumero de Les Folies Bergere. Como las chicas de tan afamada atracción gala, se han quedado con el culo al aire después de montar el numerito musical. Y los capos del tinglado (esos meapilas millonarios de la FIA, de la que el Puñetas no se fía ni un pelo), han jugado a lo que son los pobrecitos: unos inútiles integrales, incapaces de poner de acuerdo a nadie y –sobre todo- muy capaces de mearse encima del que paga y viaja para ver el circo avisperil, esos sufridos y sordos aficionados, que se merecían una solución pactada que defendiera por encima de todo su derecho a ver un espectáculo programado o –cuando menos- a la devolución del dinero pagado. Al final se han quedado sin lo uno y sin lo otro, para vergüenza (de la que carece) del dueño del negocio y del invento, un tal Al Ecclestone.

Vale que la seguridad de los pilotos era lo primero. Vale que los de Michelín han demostrado que lo suyo debería ser fabricar otro tipo de gomas: preservativos, por ejemplo. Vale que Ferrari y el alemán hosco hicieron lo que tenían que hacer, correr y no mucho, porque en el fondo tampoco se fiaban de sus neumáticos. Vale que el Fernandito Alonso está resultando demasiado lenguaraz, es así el chico y a lo que se ve la lengua la tiene más rápida que la conducción con el monoplaza. Pero lo que no vale es que se pretenda cambiar las pésimas reglas de juego por parte de los equipos Michelín ni que los dirigentes de la FIA no sepan salir dignamente del atolladero, cogiéndolos del cuello o poniéndolos contra las cuerdas ANTES de la carrera. Todos debieron correr, pero cada uno a la velocidad aconsejada por la seguridad: los unos a 300 por hora al pasar por la famosa curva peraltada y los otros a 40 por hora o a lo que les pidiese el neumático churril. Se objetará que esto hubiese provocado seguramente un sin fin de accidentes pues ni en las autovías se permite transitar a los caracoles. Pues no, como dice la DGT lo peligroso es el exceso de velocidad, así que no me cambien ahora el argumento. ¿O a ver si va a resultar que los Trulli, Alonso y compañía no saben ir en coche más que echando leches? De este modo, habría habido competitividad, los puntos de la carrera se hubieran repartido justamente y la gente se habría divertido un hartazgo viendo como un flamante bólido Fórmula I –en una curva peraltada como las miles y miles que pueblan la geografía mundial- trota a 40 por hora por riesgo de reventón de sus carísimos neumáticos.

El avispero de la fórmula I se va matar a sí mismo. Curiosamente, por no correr.

2 comentarios:

la aguja 21/6/05, 0:38  

¿Sancionará ahora la FIA a los equipos que se han retirado sin competir? En otros deportes esto sí se hace.
¡Ah!, que la fórmula 1 no es un deporte... Pues haber empezado por ahí.
¿Cómo? Que no es un deporte al uso... Pues entonces no entiendo nada. En toda competición se penaliza la no-competición y el fraude.
Sea como fuere, este que suscribe no se ha perdido ni un minuto de sueño por este apasionante mundo de la velocidad. Y ya hace unos años que ni por el boxeo (pasión que uno tenía cuando era más joven).

la aguja 22/6/05, 0:01  

Ya me parecía a mí... Aquí está la propuesta de sanción, previa audiencia de los supuestos infractores (como debe ser; a ver si algunos dictadorzuelos de tres al cuarto aprenden).

Supongo que no se encogerá la vara de medir. Para el equipo Bar-Honda sería la segunda sanción. Al final van a deber puntos y dinero a la FIA.

Allá ellos.

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¡Gracias por vuestra plantilla! (El Puñetas, agradecido).