EL GRAN HERMANO TE VIGILA
¿Qué diría usted si le ordenasen estar localizado las 24 horas de todos los días del año y, cada dos por tres (seis), le obligasen a hacerse análisis de sangre y orina, a veces a horas intempestivas? No, no lo diga, lo escribiré yo: se ciscaría en la madre que parió a todos aquellos que interviniesen en esta sinvergonzonería dictadorzuela.
Esta situación -George Orwell, “1984, el Gran Hermano te vigila”- es la que vienen padeciendo muchos deportistas profesionales, y en mayor medida, los ciclistas. Pese a ello, nadie ha puesto el asunto en los tribunales, ni se ha montado una huelga contra los alegres vividores del COI, la UCI y restantes malas madres, ni los gobiernos presuntamente democráticos han movido un dedo para evitar que estos deportistas –por muy ricachos o populares que sean- pierdan derechos tan elementales como el disfrutar del anonimato cuando les salga de sus gónadas o que les pinchen unos fulanos en contra de su voluntad.
Esos gobiernos presuntamente democráticos no hacen nada. Sin embargo, cuando esos mismos deportistas consiguen algún éxito internacional glorioso, les agasajan, les dan palmaditas en la espalda, se hacen fotos con ellos y les venden la burra de que representan al país y de que son sus mejores embajadores en el mundo mundial. Fuera de las fotos, y en la oscuridad de las cloacas, permiten que federaciones nacionales e internacionales plagadas de chorizos y salchichones con dos patas traten a esos mismos “triunfadores” como si fueran pura mercancía, objetos de usar y tirar.
¿Cómo se ha llegado a estos extremos de saqueo de la libertad individual? Pues porque hay algunos “deportistas” que hacen trampas, tomándose productos farmacológicos que pueden mejorar su rendimiento y, por tanto, alterar los resultados de las competiciones así como la pasta gansa que se mueve alrededor. Para legisladores y directivos, la salud de los deportistas es lo de menos porque si así fuese ya se encargarían de humanizar el deporte profesional en cuanto a esfuerzo, viajes, competiciones, exigencias añadidas, etc. Bajo el pretexto de atrapar a una minoría de deportistas tramposos, siembran el miedo y eliminan derechos a todos los deportistas, esos que les dan de comer. Les cercenan derechos individuales sagrados que de eliminarse o disminuirse en la vida ordinaria de la ciudadanía haría que los juzgados se llenasen de querellas y denuncias, que los políticos hablasen de fascismo cotidiano, de esclavitud, de recortes sociales y privados intolerables, etc.
Pero no ocurre nada de todo esto. Los deportistas, hasta los más puteados y ninguneados, ven bastante normal esa situación. Ayer, en el programa “La Noria” de Telepingo, Alberto Contador defendía y justificaba esas malas prácticas del COI. Nadie, que se sepa, se ha ido a los tribunales para denunciar una situación que cualquier juez, con la Constitución en la mano, calificaría probablemente de punible. Los gobiernos miran para otra parte aprovechando que los deportistas están más preocupados por ganar mucho dinero en poco tiempo aunque sea a costa de ceder en ámbitos personales que rozan la línea de flotación de la decencia y la dignidad propias.
A cuentas del publicado positivo del ciclista Contador, muy pocos denuncian la actitud de una Unión Ciclista Internacional que filtra los resultados de un control antidoping sin esperar a la finalización de la investigación. Lo normal sería que, a cuenta de un hipotético dopaje, todo el tejemaneje de análisis, contraanálisis y guerras médicas –cada cual tiene su recetilla, como en botica- fuera tratado con la más absoluta de las privacidades hasta el desenlace final. Así suele hacerse con los ciudadanos cuando se ponen en manos de los médicos o los jueces, ¿no? Se ve que la UCI –por citar a la federación internacional más huevona- pasa de privacidades ajenas, de respeto a las investigaciones y de presunciones de inocencia hasta que el resultado sea concluyente y definitivo. Mientras tanto, el honor y la decencia del ciclista o deportista afectado viaja de boca en boca y de portada en portada. Jo, anda que no hay gente que disfruta con estas cosas… Luego, si al final el presunto positivo no fue tal, o no hubo garantías en los protocolos, o tiene una explicación convincente, aquí paz y después gloria. Los platos rotos que los pague Rita.
Volviendo a citar a Contador. El Puñetas no pone la mano en el fuego por nadie, pero lo que nunca hará será tomarse a inventario la presunción de inocencia de un deportista cuando la investigación médica está en curso. Y, aún llegada a su final, cuando se compruebe que se han dado todas las garantías en cuanto a los procedimientos y pruebas seguidas en el proceso, de acuerdo a las normas básicas del ordenamiento jurídico vigente, que no es sólo el estrictamente deportivo, sino también el civil, el penal... Claro que aquí pinchamos en hueso cuando se trata del deporte porque quienes lo dirigen y mangonean ya se han preocupado, y mucho, de mantener bien diferenciada la legislación deportiva de la que rige en el resto de los ámbitos de la vida ciudadana. Si algún díscolo, sea club o deportista, amenaza con recurrir a los tribunales ordinarios, la expulsión del paraíso celestial deportivesco será fulminante. Por eso ni dios recurre: aguanta, agacha la cerviz, cumple las sanciones y… a seguir viviendo del cuento. La historia del Mallorca, privado este verano de poder participar en competición europea por culpa de una rigurosa norma económica particular de la UEFA, es un ejemplo clarísimo: o aceptas o desapareces del mapa.
Así dicen que actúa la mafia…
EL JEFEZUELO DE LA UCI APUNTA CONTRA EL GOBIERNO ESPAÑOL Y CONTRA LOS DIRECTORES DEPORTIVOS Y MANAGERS.
"El 50% de nuestros... no sé el porcentaje exacto, pero un alto de nuestros casos de dopaje vienen de España y allí no parece existir la voluntad de abordar este problema. Esa voluntad debe provenir del Gobierno. Pero espero que tomen nota y comprendan que algo debe hacerse. El ciclismo es deporte importante en España. Este deporte merece el apoyo del Gobierno".
"Algunos no están siendo lo suficientemente responsables. Dejan toda la responsabilidad a los deportistas diciendo: 'Bien, estos deportistas viven en puntos muy diferentes del planeta y no podemos controlarlos 24 horas al día”. Eso no puedo aceptarlo. Creo que necesitan controlarles más, vigilar con quien se juntan, qué hacen en ese tiempo. Y creo que en cosas como las transfusiones de sangre o lo que suceda en los equipos, a quien hay que culpar en última instancia es al mánager".
4 comentarios:
Su disertación no carece de fundamento, como todo lo que le tengo leído, y llevo tiempo haciéndolo desde el más respetuoso silencio.
Pero hoy quedan dos manchas por diluir en su esquema. El primero: cabría saber por qué se tacha de "tramposo" al deportista que se dopa. A mí me hace gracia este mote; soy profesor y veo a diario en los recreos como un niño llama a otro "tramposo" sin que el aludido sienta el más leve mareo. Y las más de las veces quien tacha de tramposo a su colega no es más que un mal perdedor.
Digamos que "ahora" no se permite doparse, pero bien podría ser que dentro de dos, cinco o diez años si se permitiera. Vemos que ser tramposo no es una condición sino una circunstancia. Pero ¿por qué los deportistas "siguen" dopándose? Pues ni más ni menos porque lo han hecho siempre, porque los demás lo siguen haciendo, y porque son todos unos egoístas que quieren seguir con su tren de vida. El mal, si mi razonamiento no me engaña doctor Puñetas, no se encuentra en quien se dopa sino en un sistema que impulsa a doparse, bolas del mundo por delante.
En otro orden de cosas el alegato de la UCI me parece de lo más lógico siempre que hagamos ejercicio de memoria. Don Jaime Lissavetzky Díez entró en el CSD tocando sus propios bombos y platillos. Y a mayor gloria propia presumió de ser el Míster Proper del deporte. Curioso cuando menos es que los últimos éxitos españoles en deporte (en muchos más deportes que los mediáticos) coincidan con el más alto porcentaje de dopados en este país. O Míster Proper ha fallado o está jugando con dos barajas. Justo es por tanto que McQuaid le señale con el dedo, máxime cuando ambos se las tuvieron tiesas, con jactancia de por medio del no-ministro del deporte (y si no, que me desmientan las hemerotecas).
En definitiva, doctor Puñetas, que sí pero que no. Hoy no ha completado usted todo el espectro que tocaba diseccionar, y por lo tanto no ha sido usted extremadamente justo.
Un saludo desde Campo de Criptana.
Querido don Gervasio. Voy a echarle un poco de Ariel a mis dos manchas articuleras, que uno será lo que sea pero es más limpio que los chorros del oro.
¿Por qué tacho de tramposo al deportista que se dopa? Pues porque hay unas normas que tiene que cumplir cuando hace determinadas pruebas ciclistas y se las salta, como es meterse entre pecho y espalda sustancias que los listorros de turno consideran peligrosas para la salud o que modifican a mejor el rendimiento del ciclista o que tal y cual. Esas trampas deben ser castigadas si es que el ciclista las acepta de entrada. (Si yo fuese ciclista no aceptaría muchas de ellas así que cambiaría de deporte o me pondría en plan quijotesco. Recuerde aquel jugador español de ajedrez, ya cincuentón, que se negó a entrar por el aro).
Lo que no puedo llamar a estos deportistas es "delincuentes" o "drogatas" o "estafadores" como muchos medios y gente del mundo pendejo les califican. Les llamo tramposos de acuerdo a las normas actuales que incumplen, estrictamente deportivas. En un futuro, si cambian éstas, también cambiará la trampa. (Echa la ley, ya sabe).
La otra mancha me parece que va por mi cariño hacia la UCI. Está manchada más que un mantel después de una comilona de varias horas. Usa la lista de productos dopantes como coartada para tener acogotados a los ciclistas (práctica habitual del mal ejercicio del poder); no combate dialéctica y mediáticamente el concepto de dar "positivo", o sea, de ser tomado ya como un dopado, cuando hay sustancias "dopantes" que todos los mortales tenemos en la mesita de noche y que, con receta médica, no sé porqué los ciclistas no pueden utilizar en una carrera si les entra una diarrea, un dolor de estómago o les duele el trasero por una caída. Lo sensato sería que los echasen de la carrera pero se ve que esto del ciclismo es sólo para héroes... apaleados y que elpelotón debe hacer bulto aunque sólo cuatro corten el bacalao y los demás estén para llevarles agua y comida. Y encima la tal UCI es una cotilla incapaz de guardarse un secreto de un análisis hasta que toda la investigación finalice, poniendo a sus queridos ciclistas a los pies de los caballos.
Ya sé que Mister Proper anda por ahí, pero limpia menos que un jabón comprado a los chinos del todo a un euro. Habrá que ver si es capaz de limpiar Madrid,si sale ganador de las futuras elecciones. Para mí que a quien va a limpiar (los bolsillos) va a ser a los madrileños, ya acostumbrados a ello con otro gran mansurrón, el Gallardín Gallardón.
(Sigue en otro comentario pues los usureros chicos de Blogger no dejan que me enrolle en un sólo comentario).
Querido colega (me hace mucha ilusión que me llame doctor). Ya sé que el espectro ha quedado a medio diseccionar pero, leñe, empecé con cinco folios escritos y pule que te pule, viendo que era incapaz de sintetizar más, o publicaba tres folios ladrillescos o escogía una parte del problema. Y eso hice. La parte de la que menos se habla y, sinceramente, la que más me preocupa. Si Contador se ha dopado o no, a mí plim, pero mientras no finalice la investigación en curso (en estas cosas le diré que soy bastante escéptico, lea la entrada posterior sobre Punset), nos se me ocurrirá hacer una viñeta con el chico empuñando una jeringuilla en una mano o afirmar como han hecho periodicuchos franceses y americanos que se hizo una transfusión de su propia sangre. Eso, que lo diga la tía lista, la UCI, o que pongan todas las pruebas en el papel. Por la misma razón -sólo por el morro- afirmo que esos periodistos estaban borrachos cuando escribieron esas acusaciones. Oiga, y me quedo tan ancho como ellos.
Permítame, por último, abusar de su confianza con una duda: ¿usted cree que puede ser dopaje el inyectarse sangre de uno mismo? ¿Puede ser ilegal -deportivamente hablando- ponerse un poco de sangre en el cuerpo cuando uno se encuentra debilucho o con ganas de marcha? Ahora va a resultar que los vampiros no son los que despiertan a los ciclistas a las tres de la mañana para sacarles sangre (antes de una etapa de 250 kilómetros y cuatro puertos de montaña) si no los propios ciclistas al inyectársela ellos mismos cuando ven que en su cuerpo ya no queda ni una gota por tantas etapas y tanta leche. No sé, no tengo tan clara esta cuestión. Claro que yo no soy como la UCI, quiero decir, que no me la cojo con papel de fumar...
Un gran saludo, amigo criptanero.
¿Y por qué no autorizar a que se tomen las sustancias que quieran? ¿Que se van a morir? ¿Que les va a entrar impotencia? ¿Que se les va a caer el pelo? ¿Que acabarán siendo estériles?
Pues lo mismo o peor ocurre con los que se meten de todo en la calle, desde cannabis hasta quetamina, ese anestésico para caballos, pasando por todo tipo de pastillaje. Y no ganan un potosí...
Y que yo sepa duran más que las pilas del conejito, follan todos los días, lucen una melena leonina, y suelen engendrar hijos no deseados... y hasta aquí puedo leer, que decían en aquel programa.
A mí me da que todo esto es un montaje para trincar más... Resulta que los gobiernos más avanzados están comenzando a plantearse seriamente el permitir cierto tipo de sustancias y de drogas y en el deporte no puedes ni fumarte un peta. ¡Venga ya!
Publicar un comentario