PEDAZO UNO
Jodé, nos vamos de esta santa casa durante unos días, aprovechando el suspirado puente de la Constitución Inmaculada y pasan más cosas que en el libro de Petete. Para empezar nos encontramos varados en el aeropuerto de Barajas durante un par de días por culpa de unos mamarrachos/as que –con sólo el Bachillerato por montera y parlotear el inglés- se creen los reyes del mambo porque dicen a los avioncicos que vuelan: tú por aquí, tú por allá, tú espera un poco, tú vete a tomar porculín… Y como dio la casualidad que el mismísimo día 3 el gobierno de don Zapaterín, don Blanquín y doña Pajín les quiso tocar los bemoles una vez más a los controladores aéreos, estos salieron echando leches de sus puestos de trabajo –sin avisar ni nada- dejando a los avioncicos y a los pasajeros con un palmo de narices. Así son de irresponsables ciertas gentes a las que –si hubiera justicia divina, que la humana ni por asomo- deberían embarcar en una vagoneta y enviarlos al fondo de una mina para que supieran de verdad lo que es inseguridad, estrés, ansiedad y otras cosas miserables. O meterlos en un barquito velero para pescar fletán allá por Canadá, a ver si aprenden de una puñetera vez que –sin comerlo, beberlo ni merecerlo- lo suyo es un trabajillo de niñatos a los que los gobiernos de turno les han consentido todo tipo de tropelías dado el carácter público del asunto (donde los mamones y el mamoneo campa a sus anchas) y a que los usuarios y los ciudadanos tienen el bolsillo bien ancho cuando se trata de pagar –vía impuestos- a inútiles, mangantes, corruptos y niñatos. Así que el Ardilla y el muá, que estábamos en el sitio equivocado y en el peor momento (no hay nada como un aeropuerto para darse cuenta de que el personal de a pie es una mierdecilla pinchada en un palo), nos pasamos dos días de aquí para allá y de allá para acá reclamando, ciscándonos en la madre de todos los controladores y esperando que alguno apareciese por allí (tampoco les hacíamos ascos a alguien de Aena o del gobiernín zapaterín) para desahogarnos un poco a su costa. No tuvimos suerte y eso que lo lamentaremos toda nuestra vidorra.
Mas vale ya de peripecias propias que –menos mal-, al lado del Ardilla se convierten en historias desternillantes que algún día Pepe Pi lo mismo intenta resumir en un cuento de los suyos. Si he hecho mención a ellas es para justificar que el Arco ha estado ayuno de mis articulillos durante más tiempo del previsto por culpa de una pandilla de impresentables a los que yo no invitaría a cenar ni harto de vino. (En realidad no sé cómo el personal de a pie tenemos bemoles a ponernos en sus manos cuando queremos volar dada su demostrada mala leche, su inmadurez y su falta de responsabilidad profesional, pero así somos de idiotas…). Dicho lo cual, en estos días, han pasado también la mar de cosas de las que quisiera referir dos, a modo de inventario.
PEDAZO DOS
Rusia se llevó el día 2 la organización del Mundial de futbolín del 2018 dejando a Spain y Portugal con los dientes largos. No sé si mis rogativas a San Cucufato habrán tenido algo que ver en esa sabia decisión fifosa, pero lo cierto es que aquella misma noche di las gracias por evitarnos ese mundial y los correspondientes gastos, impuestos e incomodidades que nos tocaría pagar a los ciudadanos de bien. Todavía recuerda uno el Mundial del 82 y es que se le abren las carnes, no sólo por el ridículo deportivo sino por la debacle económica que tal circo originó, aunque eso bien que se encargaron de taparlo los expertos en el gobierneo y el despiporre. Si el Puñetas fuese un país (y un país serio, por supuesto, o sea de esos que todavía no se han inventado), le pediría a la Fifa que me diese dinero para organizar sus festejos, en vez de ponerlo yo para disfrute de ella y sus vividores afines. Así que, al menos, hasta el 2026 estaremos libres de organizar este tipo de evento pues en el 2022 los ricachones de Qatar se encargarán de ello dilapidando materias primas, energía, pasta gansa y abluciones, je, je. Y todo para mayor gloria de don Balón y de los fifosos que viven muy requetebién gracias a él, como es el caso de don Villarín, cuyo discurso en el acto de la candidatura del día 2 fue tan patético como un controlador aéreo trabajando de 9 a 17 horas por mil euros al mes. La mafia rusa y el gobierno de don Putin (tal para cual) se encargarán en el 2018 de alegrarnos las pajarillas si para entonces no la hemos palmado en algún aeropuerto hispano por culpa de un abandono laboral imprevisto de quien ustedes ya suponen. Para apoyar al reciente Nobel de la Paz, el disidente chino Liu Xiaobo, encarcelado en su puñetero país por escribir un manifiesto a favor de la democracia, el gobierno ruso no ha tenido ni ganas ni interés ni vergüenza, pero para gastarse en los próximos años la friolera de 4 millones de dólares (sólo en construir y renovar estadios, ojo), para eso, le han faltado manos, piernas y desvergüenza torera. Valiente hijo de Putin…
PEDAZO TRES
El día 9 vomitábamos el bocata de calamares que nos metíamos entre pecho y espalda al enterarnos por la interné que San Otegi (el portavoz -la voz de su amo- de la organización terrorista Batasuna, filial de la casa madre ETA) había sido absuelto de cometer un delito de enaltecimiento del terrorismo durante un mitin-aquelarre que se celebró en San Sebastián allá por 2004. Si los jueces fuesen controladores aéreos, el vuelo de hoy de las 8,15 despegaría dentro de seis años a eso de las 15,40. ¡Qué rapidez, qué reflejos, qué velocidad del rayo en la ejecución de sentencias! El caso es que tras oír la noticia (la Audiencia Nacional considera que Otegi sólo pasaba por allí, por el velódromo de Anoeta, para darse un par de vueltas con la bicicleta), pensé que algo fuerte estaba al caer pues absolución tan increíble (Otegi enaltece al terrorismo hasta cuando se come una merluza al pilpil) dejaría a la ciudadanía más k.o. que los mismísimos controladores con su espantada del día 3. El Puñetas ya va para viejo así que se sabe todas las triquiñuelas del poder establecido, sobre todo si vive de la propaganda y el cachondeo, como le ocurre al de don zapaterín. Así que, a la tarde, apareció la noticia que iba a tapar y oscurecer al santo de Otegi: “La atleta Marta Domínguez, detenida en el marco de una operación contra el dopaje”. Señor, señor, qué casualidades da la vida… Podían detenerla cualquier día y dar la noticia a cualquier hora pero mira tú por dónde la cosa coincidió poco después del asuntillo Otegi. Consecuencia: telediarios, periódicos, radios y papeles higiénicos varios pasaron a informar al dedillo (diciendo sólo cuatro cosas inconexas, por cierto) sobre la atleta palentina mientras el beato Otegi pasaba a mejor gloria. Como aquí no nos fiamos ni de nuestra sombra, nada diremos sobre doña Marta hasta que –dentro de diez años, como mínimo- la justicia le declare inocente o culpable. Hasta que llegue ese momento habremos pasado cinco o siete huelgas salvajes de los controladores, don zapaterín habrá sido sustituido por don rajoín, el beato seguirá siendo declarado inocente un día y culpable al siguiente -según marque el calendario politiquero y el reloj del juez de turno- y el Puñetas estará ya deseando la jubilación, arrastrando las dos piernas y el rabo por esos mundos laborales del infierno.
Y bien, siento que hoy el articulillo haya salido articulazo por culpa de la cosa politiquera, otiguera, dominguera y –sobre todo- filibustera. No todos los días tiene uno la desgracia –menos mal que compartida con el Ardilla- de ser rehén de una pandilla de golfos y piratas acostumbrados a chupar del bote y de la teta aérea a todas horas mientras los demás, millones de desgraciaos, no tienen ni leche condesada con la que alimentarse. Una leche bien dada (con mucho calcio, vitaminas A y D, soja, omega 3, isoflavonas y otras mierdas) les daba yo a esos mamoncetes…
PD: Menos mal que hay algunos a los que estas pijaditas puñeteras les importan ochenta pepinos…
1 comentarios:
Mamoneo y trinque colectivo. Y a las ratas de alcantarilla que somos sólo nos queda el aplauso colectivo.
También nos queda el recurso de la pataleta.
Estoy empezando a pensar que como esto del chuponeo colectivo entre unos y otros (políticos y dirigentes deportivos) no se corte de raíz, se está preparando una revuelta que para qué las bromas.
Ya pasó una vez y puede volver a pasar (y no, no me estoy refiriendo a la Guerra Civil).
No sé qué será mejor o peor, si sufrir padeciendo o padecer sufriendo.
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