En Pekin, Usain Bolt batió el record del mundo de los 100 metros, la carrera de la velocidad máxima, dejándose llevar en los últimos 20 metros. ¿Por qué lo hizo? ¿Porque si batía un record estratosférico él mismo se habría acabado como atleta? ¿Lo hizo por dinero para -con la espectativa de batir nuevamente la plusmarca- cobrar en los torneos posteriores una pasta gansa que le vendrá muy bien? ¿No se arrepetirá tarde o temprano de no haber corrido a tope ante la posibilidad real de que quizás nunca más pueda volver a batir ese record? Parece que la razón última está en el bendito dinero. Hay que ordeñar todo lo que se pueda a la vaca, que la vida de un esprinter es corta y la de un deportista retirado, bastante larga. Nadie se lo reprocha. El límite humano de velocidad punta está ya muy cercano. Los científicos lo han tasado en 45 km/h. Cuando alguien lo consiga en un estadio, los corredores bípedos deberán ser sustituidos por los cuadrúpedos, si es que la fiesta de la velocidad quiere continuar...
2 comentarios:
He oído que tienen pensado empezar a cronometrar hasta las milésimas. Supongo que para salir, en vez de tacos, deberían ponerles cajones, como en los canódromos e hipódromos. Y empezar a llamar a los estadios atletódromos.
No pasaría nada si aproximados al límite humano se da por finalizada una práctica deportiva, pero quizás el margen existente (hasta en los 100 metros) sea todavía amplio pues no sólo cuenta el atleta si no también la pista, la ropa y hasta el aire del estadio. La técnica va a seguir avanzando (o retrocediendo, según se mire) y cabe pensar que -como ahora- siga ayudando a batir marcas y records. Lo interesante -en unos tiempos en que todo se clasifica y "estaditiza"- sería saber qué proporción del éxito le corresponde a cada cosa.
En la natación es evidente que el margen de mejora es todavía muy grande pero a ello contribuyen los tejidos de los bañadores y,no digamos, las propias instalaciones superavanzadas y superferolíticas. En otros deportes de records supongo que pasa igual. (Mira el tenis donde los zurriagazos de ahora eran impensables hace años: la culpa, los materiales de que están hechas las raquetas).
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