Una de las pocas ventajas que nos quedan a los que calzamos más de medio siglo es que tenemos algo de experiencia y bastante memoria. La imagen a menudo violenta del fútbol, dentro y fuera del terreno del juego, no viene de este infantil siglo XXI si no del XX, ya difunto. Para que los más jóvenes observen como andaba el patio por entonces, más o menos cuando el Puñetas era un imberbe, vamos a recurrir a lo que ya no queda en este país: las revistas de humor infantil y juvenil.
Aquí la radiografía de un hincha publicada en la revista “El DDT”de 1961.
Algunos temas de hoy ya eran entonces objeto de rechifla. Por ejemplo, la contratación de futbolistas foráneos. (“El DDT” es de 1953). O la rivalidad entre hinchadas. (“El DDT” de 1964).
Claro que en la mayoría de las ocasiones el fútbol era sólo un pretexto para contar unos chistes y reírse un rato…
Recomiendo el enlace a la web de donde se han obtenido las ilustraciones.
(El presente artículo lo escribió el Puñetas, cuando todavía no lo era, en una bitácora primitiva allá por el 27 de abril de 2003, o sea, hace una eternidad. Nació a raíz de un partido de Champion League que encandiló a medio mundo, cosa que ocurre sólo una vez cada siglo. Eso, sin exagerar. Aquella magia no la he visto luego repetida, aunque es cierto que cada vez he ido viendo menos encuentros de fútbol, quizás por cansancio deportivo-existencial. Hoy rescato aquella loa, que deberá leerse situada en el contexto de entonces, con el deseo de poder ver repetido algo parecido en un tiempo próximo, con los protagonistas que sean).
El miércoles pasado me enchufé a las 625 líneas y me dispuse a ver el partido Manchester-Madrid. En aquellas piernas peludas y semidesnudas de los jugadores de ambos equipos se escondía el santo grial de la fama, el dinero y la deidad. Por una vez disfruté viendo jugar con un balón a 22 figurines todo músculo, sudor y pasta. Y un árbitro que apenas se equivocaba. Y unos entrenadores sabios y tranquilos que se dedicaban a sufrir en silencio. Y, el colmo, una afición -la del Manchester- que asistía al espectáculo con una educación exquisita, aplaudiendo a los suyos y respetando a los rivales. Disfrutando con el buen fútbol de unos y otros, pasando un rato agradable y emocionalmente tenso con los vaivenes del marcador y el azar. Y lo más increíble, aplaudiendo a los jugadores del equipo contrario. Por un momento tuve la sospecha que aquello era todo un montaje de una película de próximo estreno. Pero claro, los ingleses son muy serios para estas cosas, así que estaba claro que el excepcional espectáculo (gradas incluidas) era real como la calva fotogénica del excelente árbitro italiano. Y junto al agradable sabor de ser consciente de estar viviendo unos momentos mágicos que sólo se repiten de higos a brevas, empecé a notar -esta racional manía mía de joder la marrana hasta en los momentos de mayor euforia- que aquello sería impensable que ocurriese en España. Que miles de españolitos tuviesen ese comportamiento tan exquisito, educado y entendido como estaban teniendo los seguidores del Manchester, era imposible que ocurriese en nuestro país de mucha pandereta y pancarta, pero de poco libro y seso. Y lo relacioné con el cochinillo que le tiraron a Figo unos meses atrás en el Nou Camp. Y lo relacioné con el reciente desmadre habido en España, comparado con el de otros países europeos, en relación a la guerra de Irak. Y lo relacioné con la chapuza del Prestige. Viendo cómo, a la finalización del partido, se saludaban cordial y amigablemente los dos entrenadores, sin distingos de vencedor y vencido, me vino a la mente la pandilla de catetos políticos que en nuestro país son incapaces de dar los buenos días al contrario. Para qué seguir... Por eso en los dos días siguientes compré el Marca y el As, para hacer más duraderas aquellas dos horas de buen fútbol, educación y sabiduría. ¿Me habré vuelto un sentimental o un gilipollas?
Vicente del Bosque:"Reconozco que es de lo más grandioso que he visto en un campo de fútbol. El escenario fue increíble, el público ejemplar y el partido tuvo fases de todos los perfiles posibles. Hubo desorden y temple, luego desorden y jugadas de fantasía, goles fantásticos, paradas de mérito, un árbitro impecable...". Si el entrenador del Manchester es Sir, a Del Bosque habría que darle el premio Nobel. No he visto un entrenador más modesto, sensato, ecuánime y caballero como este buen hombre. "No pienso sacar pecho porque soy de los que sigue creyendo que al final el fútbol es un invento en el que los que descubren la pócima mágica son los jugadores. Ellos son los que en el campo muestran su talento. No voy a hacer alardes porque me haya ido bien, aunque sé que algunos consideran que yo nunca innovo y que sólo soy un conductor de voluntades. Respeto todas las opiniones, pero yo antepongo siempre a mi gente. Yo no importo". (AS, 25/04).
Luis A. de Villena:"El fútbol necesita aficionados y no forofos. (...) El fútbol abierto, el fútbol espectáculo, el que produce goles, el que vuelve alados los tobillos de los jugadores, ese es el que resulta inteligente y encandilador. Ese es el que podría traer a los estadios a un tipo de público que generalmente se muestra remiso al fútbol por considerarlo un juego en exceso tosco". (AS, 25/04)
Juan Mora:"A pesar de la frustración de perder, la afición del Manchester fue capaz de aplaudir a su verdugo y a sus seguidores. No hubo policía para protegerles a la salida del campo. Fueron los propios ingleses quienes les hicieron un pasillo de honor hasta los autobuses para darles la enhorabuena e intercambiar bufandas y camisetas. Si algún día quiere enseñar a sus hijos cómo comportarse en un campo de fútbol, llévelos a Old Trafford. Yo lo hice". (As 25/04).
De los máximos protagonistas, destaco la frase de Ronaldo:"Ojalá no hubiera acabado nunca el partido".
Por una vez, ocurrió un milagro en un campo de fútbol.
(Aquel partido acabó en 4 a 3 a favor del Manchester aunque el Madrid ganó la eliminatoria al haber vencido en el partido de ida por 3 a 1. Tras aquello, ¡ha llovido tanto y a peor!)
(Este articulillo es parte de una colaboración con El Espectador, escrito por la Aguja).
En la retransmisión televisiva de la Super Bowl del 2004 se armó la marimorena porque, en un descanso, salió en las telecacas una presentadora enseñando un pechito. Un achuchón del camarada con el que compartía el guión, un descuido y, zacatrás, medio país escandalizado al ver la glándula mamaria improvisadamente suelta de una tal Janet Jackson. En los EEUU es que son muy peliculeros y montan un numerito por cualquier teta al aire. Me viene a la memoria semejante memez porque acaba de darse otro caso paradigmático: el imperio menos culto y más neurótico de todos los que ha habido a lo largo de la historia se la coge con papel de fumar no por la violencia extrema o por la pena de muerte de que hace siempre gala sino por cosas livianas e insignificantes como enseñar un globo con pezón o aparecer en una foto fumando marihuana. Como en Spain somos la mar de permisivos con el sexo, las drogas y los gobiernos, aquí no entendemos el pollo que se ha montado hace poco con Michael Phelps, ese mocetón que barrió en las piscinas olímpicas de Pekín el pasado verano y que, como era previsible, quedó convertido en un nuevo héroe americano, tal como Supermán, Batman o el Pato Donald. Con la diferencia de que Michael no tiene dos dedos de frente (para nadar en una piscina, más bien sobra frente) y es un personaje de carne y hueso, es decir, con sus ambiciones, debilidades y porquerías, como todo hijo de vecino, mientras los otros héroes sólo existen en la imaginación calenturienta de la mayoría de los yanquis y del medio mundo americanizado por sus tonterías, importadas a golpe de dólar y de audiovisual.
El otro día un diario sensacionalista publicó una foto del “heroico” nadador fumando, al parecer, en una pipa de esas que se utilizan para chupar marihuana, una droga perseguida en algunos estados de Yanquilandia con penas de cárcel o de multa. Como don Michael tiende más bien a la bovinez, pronto reconoció que sí, que estaba dando una calada, en vez de soltar el rollo de que estaba fumando la pipa de la paz o tomando cocacola gaseosa. A ver quién lo iba a desmentir cuando hoy día una foto se puede manipular más fácilmente que un cerebro. Phelps, sin embargo, dijo que sí, que estuvo con la “marijuana” en aquella fiestorra, pero eludió decir que alguna alegría que otra se tiene que dar pues su vida, piscina va, piscina viene, es más aburrida que la de un pez en una pecera. Así que, reconocido su error no justificado, cayeron sobre él todos los meapilas USA que son, en aquel país de locos, varias toneladas. Pronto la Federación de Natación le suspendió tres meses de competición con estas bellísimas y emocionantes palabras, dignas de una ternurista y patética comedia de Hollywood: “Ésta no es una situación en la que las reglas anti dopaje hayan sido violadas, pero hemos decidido enviar un fuerte mensaje a Michael porque ha decepcionado a mucha gente, especialmente a cientos de miles de niños miembros de USA Swimming que lo ven como un modelo y como un héroe”. Sniff, sniff, no puedo contener las lágrimas ante semejante memez. Aquí quienes han fabricado el mito, el modelo y el héroe son esa misma federación, los medios sensacionalistas como el que inició la actual inquisición y las marcas publicitarias que vieron en él a un filón sobre el que montar sus acostumbradas mentiras. Por ejemplo, la Kellogg, quien decidió anular inmediatamente el contrato que le unía al nadador pues “ya no se ajusta a la imagen que queremos dar”. Como si los cereales y otras gaitas que vende a precio de oro fuesen poco menos que el maná divino. ¡No te jode!
-¿A sus años, defendiendo la ingesta de marihuana, señor Puñetas?
No, a mis años defendiendo y defendiéndome de la gilipollez ajena, de los héroes de pacotilla, de los amorales meapilas de la moral, de los tontos del culo que por una foto lo pierden, porque la historieta es más cursi que Bambi, porque no saben distinguir el rábano de las hojas y porque estoy hasta el copetín de gente tan insustancial. Pero, sobre todo, porque el nadador se disculpó por su “lamentable comportamiento”,porque luego la policía no ha actuado por falta de pruebas o de ganas (se veía venir), porque nuestro heroico mocetón ha pensado seriamente en dejar la natación para dedicarse a sembrar patatas y porque los jerifaltes de la cosa natatoria no tardaron ni dos segundos en sancionar al deportista como si en su vida privada no pudiese hacer lo que le venga en gana, aún a costa de llevarse el castigo correspondiente por incumplir la ley del Estado. Se ve que el deporte ha conseguido tal estatus de poder (al margen, incluso, de la ley) que se dedica a saltarse olímpicamente todas las reglas civiles y hasta militares, imponiendo su propio código moral, ético y patatero por encima de las leyes constitucionales o de andar por casa. Lean el artículo de “El Espectador”, donde queda clarito como el agua lo que hay detrás de toda esta sobredosis por el control de los deportistas, tomados como números, pardillos, objetos de deseo y escándalo, a los que no se les permiten cosas que a cualquier ciudadano se le tolera. ¿O es que por el hecho de ser famosillos y haber sido elevados a la categoría de diosecillos patrioteros y mediáticos, no van a poder ser considerados –en lo bueno y en lo malo- como cualquier hijo de vecino?
Los medios deportivescos de este país llamado Spain andan como locos para hacernos creer que don Florentino Pérez (don Florentín, para los amigos del Arco) está deseoso de regresar a la presidencia del Real Madrid. Afirman los muy deslenguados que está preparando un proyecto de los suyos (o sea, con mucho caballo grande, ande o no ande) dado que se acerca el día D, hora H, el de las elecciones a la Casa Blanca, mucho más importante –donde va a parar- que la que habita, allá en los USA, un tal Obama.
Dejábamos a don Florentín, allá por el 28 de febrero de 2006, tras dimitir de su cargo al ver que los galácticos eran pura chatarra espacial y él no sabía, podía o quería desguazarlos. Dimitió lleno de impotencia, como luego se demostró cuando otros llegaron y dieron puerta a los Ronaldo, Beckham, Roberto Carlos y compañía. Ahora, de creer a los medios, prepara su regreso en una reedición de la Galaxia.
El Puñetas no se cree nada. Los medios deportivescos cuentan dos verdades y ochocientas mentiras, pero tampoco me extrañaría que el hombre tuviese la tentación de regresar a la poltrona madridista, ahora que la construcción anda de capa caída y dado que es muy sano abandonar el barco antes de que pase a la deriva. (Eso hizo en el Madrid con su repentina dimisión). En mi opinión sería un mayúsculo error pero cada cual es muy libre de escoger la soga con que ahorcarse. Cualquiera, en su sano juicio, no dudaría ni un segundo en seguir siendo director de ACS a presidir las riendas caballunas de un club de locos (perdón, quiero decir, de fútbol), pero en un país en que la cultura empresarial ronda el barbecho, siempre se antepondrá la gloria y el perendengue que da estar al frente de una fábrica de sueños como el Irreal Madrid. (En realidad la fábrica es de pesadillas, como corresponde a un club que por obligación debe ganarlo todo, pero ya se sabe que la poesía y la ceguera caminan muchas veces unidas).
Por lo que cuentan los troleros de la cosa deportivesca, don Florentín no está dando puntada sin hilo y no sólo tiene en la cartera del billetaje a Cristiano Ronaldo y Kaká, sino que también tiene al entrenador –Ancelotti- y a los vicepresidentes, un tal Zidane y otro tal Raúl que, aunque todavía está en activo, dejaría pronto de trotar por el césped para hacerlo –pero con corbata- por los despachos. Algunos atrevidos lanzaron no hace mucho el globito sonda de que habrá un segundo “caso Figo” con el sosísimo Messi (que abandona la sosería sólo cuando tiene una pelota en los pies), pero parece que se ha desinflado el embuste pues el aficionado furbolero tiene muchas tragaderas en cuestión de ilusiones pero no si entramos en el terreno de las utopías.
¿Es cierto todo lo que se dice en torno al regreso de don Florentín o es que todo vale con tal de vender periodicuchos o ganar audiencia? El sentido común de un ateo del fútbol como el "muá" dice que sería un dislate reeditar aquel fiasco de los galácticos digno de la burbuja económica que entonces artificialmente asolaba el país. Los tiempos ahora no son los mismos, ya no hay burbujas ni en el champán ni en la bañera, y pretender repetir las tonterías de entonces pudiera acarrear consecuencias más serias que volver a presentar la dimisión por incapacidad manifiesta para controlar a los millonarios y caprichosos chicos de la galaxia peloteril. El equipo merengue –quizás el más manirroto de todos los clubes punteros del mundo mundial- se jugará en las próximas elecciones algo más que un vulgar cambio de chaqueta presidencial.
El 20 de enero, “El Pirao”, colaborador ocasional del Arco, se descolgaba con un articulejo la mar de cochambroso: “Qué rollo la gimnasia, macho…”. Como nos leen cuatro gatos (pocos pero selectos, así que fetén), nadie se nos echó a la yugular proclamando que estábamos injuriando a los deportistas de la magnesia o que éramos blasfemos del deporte más estético que parió Zeus, dios del Olimpo. Decía imprudentemente el camarada (El Pirao, no Zeus) que “hay que ser de otra galaxia para dedicarse en cuerpo y almita a eso de la gimnasia”. Mira por donde pocos días después supe de la existencia de Rubén Orihuela, un chaval valenciano practicante de la gimnasia rítmica. Aún teniendo licencia federativa (en la Federación constan 14 casos más), denunciaba que no podía competir oficialmente porque en esa especialidad gimnástica sólo podían hacerlo… las mujeres. ¡Ostras, Pedrín -me dije-: un caso para mi amiga Bibiana Aído, ministra de la Igualdad! Ahora que los perjudicados son los miembros y no las miembras, habrá que ver qué piensa sobre el particular… -continué diciéndome.
No sé si, bajo cuerda, habrá influido o no, pero lo cierto es que hoy leo en un periódico local que el bueno de Rubén se ha salido con la suya. La Federación Española de Gimnasia, de acuerdo con el Consejo Superior de Deportes, a raíz de la petición del gimnasta (¿o deberíamos decir “gimnasto”?), anuncia la puesta en marcha del primer Campeonato nacional de gimnasia rítmica masculina. Sería la primera competición de estas características que se organiza en el mundo mundial. Ya ven, ya tenemos los españolitos y españolitas otra cosa más por la que sacar pecho o pechos. Y es que en el mundo son muy pocos los practicantes machos de la gimnasia rítmica por lo que siempre ha sido considerada una especialidad femenina, no teniendo competiciones ni reglas, ni ná de ná. Eso cuenta el periódico y eso que les cuento o recuento. Así que se han tenido que improvisar las normas que regirán la nueva competición española, aunque no diferirán mucho de las que rigen las pruebas femeninas. (Al fin y al cabo hombres y mujeres sólo nos diferenciamos en algunos colgajos corporales). Eso sí, la competición de cada categoría –alevines, infantiles, júnior y senior- sólo se podrá realizar cuando haya, al menos, tres inscripciones.
Tan feliz noticia debería llenarnos de orgullo a los machos ibéricos, últimamente tan alicaídos de líbido y parné por la cosa esa de la crisis económica y el dominio de la mujer, habitualmente más inteligente que nosotros. Instantes después de conocer la noticia llamé al Pirao y le insinué que la gimnasia será un rollo pero que podría presentarse al nuevo campeonato a ver si tiene suerte. Si sólo se presentan tres en su categoría tendría medalla o premio seguro. Y si hay más competidores, con alegar una imprevista lesión en el pubis tras una noche de cachondeo y farra, asunto concluido. Además del premio seguro, la novedad del evento acarreará la presencia de televisiones y periodistas, con lo que mi amiguete podría hacerse famoso con muy poco esfuerzo. Entonces hablaría de este Arco y de cuatro gatos pasarían a leernos hasta en el Consejo de Ministros y Ministras, je, je… De lo que sí estamos seguros es de una cosa: que Rubén Orihuela va a cumplir su sueño, que era de justicia y que olé sus gónadas colgantes. Doña Bibiana, supongo, también estará la mar de contenta. Y nosotros con ella, jolín…
El otro día, con la desvergüenza que las caracteriza, algunas teleles mostraron al respetable (al que respetar, respetar, lo que se decir respetar, no respetan nada) un pedazo de la rueda de prensa de Guardiola ante los chicos de la ídem catalana, donde el sector crítico anda desaparecido en combate desde hace años (basta echarle una ojeada a los periódicos, radios y telecacas autóctonas de aquella región, comunidad, país o cortijillo) y donde parece que el sector chirigotero ha crecido cantidubi dubi da en los últimos años. El fragmento publicitado mostraba la voz de un periodisto y el serio careto del exitoso entrenador azulgrana. Ojito al parche, aunque escribo de memoria:
-Señor Guardiola, imagínese que es usted entrenador de un equipo que está segundo en la clasificación y que va a 12 puntos del líder. ¿Qué le diría usted a sus jugadores?
Como don Josep no parece que tenga entre sus enormes cualidades públicas la retranca, el cachondeo y la mala leche, este Puñetas le va a prestar estas maravillosas cualidades en según qué casos (por ejemplo, para responder a periodistas algo tontunos) para que les responda como es debido y no como lo hizo el camarada.
-Pues le diría a los jugadores que hay que seguir, intentando alcanzar al que va delante, que es su obligación.
No, yo no hubiera contestado esto. Se me ocurren hasta tres respuestas a la pregunta tontaelhaba del periodista de turno, al que no deben haberle enseñado en la Facultad o en la calle que cuando no se tiene nada inteligente que preguntar lo mejor es callarse. Algunos, por no tener, no tienen ni sentido del ridículo.
RESPUESTA SALVAJE Y DIRECTA A LA YUGULAR:
-Vamos a ver, señor periodista. ¿Usted me toma por idiota o el idiota es usted? ¿Cómo se le puede ocurrir hacerme semejante pregunta? ¿Usted qué haría si fuese un policía y viese a 200 metros que un ladrón acaba de robar una cartera y sale huyendo? Como está tan lejos, lo dejaría marchar y se iría al bar de la esquina a tomarse unos chatos de vino, ¿no? ¿Sería usted un buen profesional si hiciese eso? ¿Y qué espera que haga yo en la hipótesis gilipollesca que me ha planteado: irme con los jugadores de cubatas por las noches o entrenar hasta la muerte para intentar cumplir con nuestro deber y, si se puede, alcanzar al líder? ¿Pero en qué mundo estupidizado vive usted? Deme el teléfono de su director, que voy a llamarle para que lo despida, o al menos, no le envíe a estas ruedas de prensa estúpidas donde casi nunca hay nada que decir y que sólo sirven para perder el tiempo y la paciencia.
RESPUESTA IRÓNICA Y POR LOS CERROS DE ÚBEDA:
-No sé qué haría en esa ocasión. Quizás me suicidaría, escribiendo primero una carta acusando de mi muerte al equipo que va en primera posición. Quedaría tan conmocionado que los siguientes partidos los perdería -recuerde lo que le pasó al Barça hace años con el secuestro de Quini- y con un poco de suerte lo mismo el mío lograba empatarle o superarle en la clasificación. Sería un triunfo post mortem tan importante como el del Cid Campeador que –como habrá leído en alguna revista de la Facultad de Periodismo- ganó una batalla después de muerto.
RESPUESTA TAMBIÉN TONTUNA Y POLÍTICAMENTE CORRECTA:
-Pues mire usted, ese equipo al que me liga hipotéticamente, es el Real Madrid y como puede comprender, este servidor jamás, óigame bien, jamás lo entrenará porque yo soy culé hasta en el carné de identidad. Le repito, jamás podría ser entrenador del equipo rival de mi glorioso Barça, así que su pregunta no puede ser respondida. Ahora, si usted se refiere por casualidad a otro equipo diferente (pongamos que al Manchester United), entonces ya se puede figurar cual es mi respuesta a su inteligente pregunta.
Hoy estamos en huelga de teclas caídas en solidaridad con los que no saben escribir a máquina. Así que aprovechen que les dejo de dar la paliza escrita para visionar los siguientes enlaces sobre cinco grandes acontecimientos deportivos. Maravillosas fotos a gran tamaño para disfrutar durante un buen rato.
Vaya por delante que al Puñetas le importa un pimiento que el Atletico de Cerezo cese al entrenador Aguirre o que el Sevilla lo haga con Jiménez o el Betis con Chaparro. Los entrenadores tienen lo que se merecen (ya son muchos añitos de estar haciendo el canelo) y a este paso sobrarían en los equipos si no fuese porque son el pararrayos de los directivos, que así salvan el pescuezo ante las furibundas críticas de los acríticos aficionados e hinchas. Todo sea por seguir chupando palco todos los domingos y salir en las televisiones cada dos por tres cantando la gallina. Pero sorprende que ni en tiempos de crisis económica (hace cuatro días el Atlético iba el tercero, ahora va el séptimo y dentro de cinco noches podría haber regresado al tercero) los clubes españoles abandonan sus clásicas políticas despilfarradoras. Al entrenador que echan tienen que pagarle, al menos una parte del contrato, y al que fichan también deben soltarle su buena pasta. ¿Y todo para qué? Para que dentro de unos meses o un año vuelvan a echar al nuevo y así sucesivamente hasta el desmadre total.
Viven los jerifaltes y aficionados furboleros en un estado de excitación permanente, fomentado por mentirosillos periodistas de medio pelo y navaja. Llevaban echando a Aguirre casi desde que lo ficharon, aguantó lo que pudo pero cinco partiduchos perdidos uno detrás de otro es algo que los buenos paladares atléticos no pueden soportar. Así llevan casi desde los tiempos inmemoriales, sin comerse una rosca, pero quemando entrenadores a troche y moche. Les debe sobrar el dinero a los clubes (y a sus aficionados gritones, que son los primeros que exigen rodar cabezas, cual niños caprichosos) y no les importa a algunos tener tres o cuatro entrenadores de la nada al año.Y escribo “de la nada” porque, a fin de cuentas, ¿qué van a hacer los pobres en el escaso tiempo que les dan, siempre con el filo de la navaja en el gaznate? Pues suelen hacer habitualmente lo que haría cualquiera en esas condiciones: ir tirando o nada. Eso sí, se largan normalmente con muy buenas palabras (“me voy de un grandísimo club” –Aguirre dixit; “es un entrenador y una persona fantástica” –farisea Cerezo) pues los unos se llevan una buena liquidación por el derribo y los otros acallan broncas y patadas en las espinillas durante un par de meses. ¡Aquí ni dios sabe lo que es trabajar a largo plazo! Sarna con gusto no pica y directiva que tira el dinero a espuertas contratando entrenadores como si fueran coches de alquiler ya se enterará de lo que vale un peine, pero a los que estamos por encima del bien y del mal en estas cosas fangosas, nos resulta increíble tanto disparate, tanto derroche y tanta tontura. ¿Adivinan cuánto tiempo durará el nuevo contratado atlético? ¿Desean saber cuántos titulillos conseguirá el amigo? Pues los mismos que el que ahora echan, y que el anterior y que el anterior y que el anterior y que…
Ay, señor, cómo les sobra el dinero… y cómo les encanta huir hacia delante para no ir a ninguna parte, quiero decir, para seguir en el mismo sitio. Allá las películas de cada cual. (Hace poco era el Español y antes el Almería y el Osasuna y…: la estupidez es altamente contagiosa). Dice la experiencia científica pertinente que el cambio de entrenador no soluciona nada más que la patada en el culo a los presidentes de los clubes, cosa que tampoco entiendo, la verdad, pues el futbolín es un deporte tan rudimentario que en realidad nadie tiene la culpa de nada, sólo la maldita pelotita cuando le da por entrar o no en las porterías rivales. (Es lo que dicen los protagonistas del invento, que conste). Pero bueno, el caso es rodar cabezas y tirar dinero a la basura hasta que la burbuja futbolera reviente y luego nadie encuentre explicación alguna al catacrack. Pues adelante, mis muchachos, seguir así que vais a llegar muy lejos….Luego tendréis el morro de pedir dinero público para vuestros enjuagues privadísimos… Ya te digo, es que miro la carita de Guardiola, el exitoso entrenador actual del Barcelona y es que el hombre ni se lo cree. ¿Apuestan cuánto tiempo tardan en echarlo en cuanto vengan mal dadas durante cinco partidos seguidos?
Hoy domingo, a las 9,30 de la mañana, puntual como un reloj suizo, el Puñetas se desparramaba en el sofá dispuesto a no perderse ni mijita del primer encuentro en la cumbre de esta temporada: un inédito Nadal-Federer en la final del Open de Australia, tierra de canguros y de buenísimos tenistas. El tenis es uno de los pocos deportes que han conseguido evolucionar de acuerdo a los tiempos modernos, con sus descansos para que el televidente pueda ir al retrete o al frigorífico, con su ojo de halcón para ayudar a los árbitros en la dificilísima tarea de comprobar si una pelota que va a 200 kms/h ha entrado o no en un cuadradito o reduciendo el número de sets –excepto en los más grandes torneos- para no aburrir al personal, a las ovejas y a las televisiones.Un deporte en que arrean zurriagazos chicas despampanantes, con sus grititos y todo, y mozuelos musculosos aunque habitualmente inteligentes. Nada que ver con otros deportes todavía instalados en el Pleistoceno.
Asistir a un Nadal-Federer ha dejado de ser -para gente como el muá- una cita deportiva emocionante para convertirse en un libro abierto sobre el tenis. Me da igual quien gane porque yo no gano nada con ello, salvo disfrutar de un bello espectáculo, repleto de buena educación, de jugadas increíbles, de tomas y dacas, de vidilla placentera en estado puro. Cada cual suele tener su preferido, pero a muchos no les duelen prendas en aplaudir jugadas geniales del otro jugador. Muchos aspiramos a que el encuentro se alargue todo lo posible para que la historia no finalice, se haga más épica en el triunfo y nos proporcione mayor gustazo. ¡Sí, a algunos nos importa un carajo quien gane, y sin embargo nos lo pasamos pipa con esos dos tipos arreándose zurriagazos a diestro y siniestro! Luego, si gana Rafaelito, pues qué bien, uno al menos que no está en crisis en este país de crisis permanente, gracias al cual los políticastros y periodistillos se ponen las medallas del “hemos ganado” como si ellos tuviesen algo que ver en el invento. Pobrecicos…
Como era previsible, el encuentro de hoy fue de altísimo nivel aunque el partido de la semifinal entre Nadal y Verdasco le ganó en intensidad y emoción, pero es que da la sensación que –desde hace un año- el suizo se encoge mentalmente en los instantes decisivos, ante la fortaleza y osadía mental del manacorí. Pero, oigan, ni en los momentos de más intensidad pierden estos tíos el fair play, las buenas maneras, el árbitro principal hasta sonríe en las jugadas polémicas y ya sólo falta que esos locutores televisivos ignorantones se callen y prediquen también con el ejemplo. Esta vez era la Cuatro la cadena del WC que emitió el partido y, conociendo el percal, este menda lerenda apagó la voz de la tele desde el minuto uno, no dispuesto a escuchar ni un segundo la verborrea habitual del Carreño y Cía así como los chistecillos tontorrones con que suelen adornarse habitualmente. No era cosa que me amargaran la mañana. Sólo hacia el final del encuentro –cuando ya se veía venir que Rafaelito se llevaba la Copichuela- me dio por darle voz a estos paletos del tenis, escuchando frases tan edificantes como que Nadal le tiene tomada la medida a Federer así que mejor sería que el suizo ni se presentara en algunos torneos. Locutores, no; hinchas de tomo y lomo y como tales, ni objetivos ni educaditos. Por allí andaban también Santana y Sánchez Vicario, que abusaron de tópicos hasta reventar de placer.
Luego, acabado el frenesí, tras la victoria nadalesca, vinieron los discursitos de los unos y los otros y esas felicitaciones a todo el mundo, al adversario en primer lugar, a los técnicos que le hacen a uno la puesta a punto, a los recogepelotas, a las casas patrocinadoras… Los jugadores no continúan el laudatorio alabando hasta a las señoras de la limpieza porque ya sería demasiado rato con el micro en la boca y podrían perder el avión que les llevará al siguiente torneo. Y ese público, jodé, ovacionando al perdedor, que esta vez se puso a llorar a moco tendido por tanta emoción, y felicitando al ganador, que ni lo necesita porque la victoria le pone más feliz que unas castañuelas. De verdad que, excepto en la Davis, donde triunfa el chauvinismo y la mala baba –porque andan por medio las tontunas patrioteras de los equipos- el tenis es un deporte en que uno puede llevarse al estadio a los críos sin miedo a que escuchen necedades del público ni ordinarieces de los jugadores, ni presencien polémicas arbitrales ni injusticias (aquí siempre gana el mejor). Y encima no acabas con los oídos echando humo de estar escuchando durante casi dos horas a una tribu de vocingleros que habitualmente sólo acude al evento deportivo para primero, insultar a los rivales y, segundo, animar a los pretendidamente “suyos”.
Ya digo, salvo los diálogos de los periodistos patrioteros que retransmiten el encuentro, lo del Nadal-Federer, siempre es para nota. ¡Y que dure!
• El deporte es tan importante como la política pero cabrea menos. •Nadie espere mala educación, gruesas palabras ni desvergüenza. Eso lo dejamos para el campo de fútbol. • No estamos asociados a ninguna Asociación, Club o Cofradía. ¡Y así nos va! •Abstenerse hinchas acérrimos y descerebrados. Así mismo los que tengan nulo sentido del humor y de la crítica. • Nos encanta el fútbol porque es el único deporte donde puedes ver cómo le dan patadas en los genitales a un millonario. •Aquí nos reímos hasta de nuestra (mala) sombra.
• Cumplidos los 54 tacos, se ríe hasta de lo más sagrado: er furbo.
• Su equipo es Ninguno.
• Se viene pasando el deporte por el arco del triunfo desde diciembre de 2004.
BURRÍCULUM VITAE
•Subcampeón europeo de Tiro al Plato de Jamón Ibérico. • Campeón autonómico en la especialidad de Sillonbol. •Medalla de oro en el IV Torneo Nacional de Desnucamiento de Gambas. • Primer premio del maratón local de Derribamiento de Mitos.