
(Prometía en el anterior post referirme hoy a la guerra del furbo televisado, pero lo dejaré para el viernes ya que todavía no se sabe muy bien cómo acabará la cosa. El Puñetas siguirá espiando en las trincheras).
Hoy era el día de Cataluña, la ya famosa Diada, donde el deporte de los facinerosos ultracionalistas de la butifarra y la escudella (el menda prefiere platos más ligeritos como la escalibada y el romesco de pescado) es silbar, insultar y agredir a todos aquellos que no piensan como ellos. Este año han incluido incluso al presidente de la Generalitat, el excordobés Montilla, llamándole “botifler”, un término acuñado a principios del siglo XVIII que, como se sabe, es el siglo donde todavía viven estos carcamales, que son pocos pero hacen mucho ruido.
Viene esto a cuento de preámbulo porque en ambiente tan politizado, o sea, tan tranquilo, pacífico y cargado de seny, el camarada Laporta –presidente del Barça- ha hecho unas declaraciones la mar de pintureras. Mira que tiene días el año para –de manera reposada y sonriente- largar por esa boquita de piñón que dios le ha dado…, pero se ve que el aire algo crispadillo de la ocasión le ha hecho sacar el natural cabreo que lleva dentro y cargado de razón y sinrazón, decir dos párrafos bien sabrosones:
- No entiendo porqué España nos impide sistemáticamente disputar partidos o competiciones oficiales. La mejor manera de mostrar la plurinacionalidad del Estado es permitiendo estos partidos. Es una vergüenza y una tomadura de pelo lo que se está haciendo con la selección catalana.
Para un tipo como el Puñetas, que se atrevió a blasfemar deportivamente escribiendo allá por 2005 un post intitulado “Selecciones nacionales… pa qué…”, la música laportiana me entra por un oído y me sale por otro. El día que no sea obligatorio jugar con la selección –decía allí-, se acabó el tingladillo de tanto patriotismo y espíritu nacional. Pero como sé que nadie apuesta por la disolución de todas las selecciones deportivas, porque al personal le encanta presumir de patria grande, pequeña, mediana o mediopensionista, publicaba otro articulillo la mar de apañao bajo el título de “¿Para cuando las ligas autonómicas?”, propugnando que cada villorrio, aldea, pueblo, caserío, provincia, autonomía, nacioncita y tal, empezara a exigir jugar contra los de su especie. Por ejemplo, una Liga Catalana con Ronaldinho jugando contra Jaume Solé y con el Barça peleando por el título nacional contra el Santa Coloma de Gramanet. Así pues, tiene razón el señorito Laporta criticando el impedimiento o boicot hacia las selecciones catalanas por parte de la Federación Española de Fútbol y de los gobernantes pesoísticos actuales, a los que don Joan engloba bajo el término de “España”, en un alarde sublime de imaginación y analfabetismo político. Por mí, como si hay tropecientas mil selecciones patrioteras, pero eso de que un deportista tenga que representar obligatoriamente a un país o un Estado me parece una solemne estupidez. Para un tipo como el muá, que también escribió “El invento majareta del localismo deportivo”, el tema está meridianamente claro.
-Es una vergüenza y una tomadura de pelo que tengamos que ceder a los jugadores internacionales para que las selecciones jueguen sus partiditos amistosos, ganen dinero y nosotros no recibamos nada. Es un tema que se debería hablar con la UEFA y con la FIFA y, si no hay un cambio, tendríamos que plantearnos no ceder a los futbolistas.
Como el Sr. Laporta no lee el sátiro Arco, no sabe que a finales de 2006 se publicó un panfletillo con el ilustrativo título de “Tú me lo prestas y lo pagas” donde, más graciosa y extensamente que el presi del Barça, el Puñetas ponía a parir a la UEFA, la FIFA, la FEF, la AFA y las madres que las han parido.
Lo que no ha dicho don Joan Laporta -y yo sí quisiera oírle- es lo que contestaría a estas dos puñeteras preguntas:
1ª) ¿Qué pinta el F.C. Barcelona, un club privado y deportivo, haciendo una ofrenda floral a la estatua de Casanovas en un acto eminentemente político, al igual que lo hacen la Diputación de Barcelona o la nacionalizada Corporació Catalana de Ràdio i Televisió?
2ª) Pese a ser una vergüenza y una tomadura de pelo el ceder a los jugadores para las selecciones en las draconianas condiciones actuales, ¿pensaría lo mismo en el caso que esa selección fuese la catalana?
Con la de días que nuestro presi tiene para quejarse flamencamente y mira por donde lo va a hacer en el más inoportuno. Claro que también puede pasar lo que el Arco escribía en 2005 en “Laporta, ese hombre”: “En un club algo más serio que el Barça (por ejemplo, el Getafe), al presi ya le habrían dado la voleta y echado al pilón a ver si se aclara, no confunde las churras con las merinas, separa el trigo de la paja, distingue entre lo que es un presidente futbolero y un representante político y no se hace la picha un lío…”.