LAPORTA, ESE HOMBRE
Hay gente que, como las monedas, viene al mundo de cara: buena familia, buen careto, buenos estudios, un coeficiente intelectual potable, unos buenos padrinos, una profesión interesante y un pastón en los bolsillos. Ya sólo les falta ser presidentes de algún club de fútbol. El bueno de Juanito Laporta lo ha conseguido. Guapo, con dinero, inteligente y –para más recochineo- presidente del Barça, club de fútbol de campanillas y “algo más que un club”, según reza el Almanaque Zaragozano. Además de todo esto, el bueno del Joan es un espléndido showman que lo mismo se queda casi en pelotas en un control del aeropuerto, que se inventa unas trolas tremendas para fardar ante la prensa y los socios, que monta unos numeritos la mar de folklóricos en los prolegómenos o descansos de los partidos del Nou Camp. El último de ellos ha sido el presentado este sábado con motivo de la visita del Osasuna, donde la Coordinadora de Asociaciones para la Lengua Catalana mostró en el césped una pancarta en favor de la promoción de la lengua catalana y un mapa donde aparecía la Comunidad Valenciana dentro de los "países catalanes". Y claro, a los valencianos dicho numerito les ha sentado como una patada futbolera en ciertas partes pudendas. Y es que, para completar su perfección poliédrica, nuestro querido president también gusta de hacer política pachanguera, eso sí, siempre en representación y con el visto bueno de los más de cien mil socios y de los millones de simpatizantes que el equipo catalán tiene repartidos por medio mundo. Don Joan pertenece a ese gremio de personalidades que les das la mano y se la quedan, junto al brazo y el hombro, si hace falta. A eso los cursis lo llaman “carisma” y “liderazgo”. Así que muchos otros presidentes y clubes, como bastante gente de a pie, empieza a estar hasta el gorro del discurso político laportiano. Consecuencia: están poniendo a caer de un burro a este hombre que se cree “algo más que un presidente”. Cualquier partido de éstos le pagan con la misma moneda cuando el Barça juegue fuera de casa, sacándole al terreno de juego una pancarta con el “No al Estatut” o “Sí al trasvase del Ebro” o vaya usted a saber qué tema político-polémico. Don Joan será muy lanzado para ciertas cosas, pero está jugando con fuego y el mundo está rodeado de pirómanos tanto o más peligrosos que él. Aquí puede arder Troya. Por estas razones, en un club algo más serio que el Barça (por ejemplo, el Getafe) al presi ya le habrían dado la voleta y echado al pilón a ver si se aclara, no confunde las churras con las merinas, separa el trigo de la paja, distingue entre lo que es un presidente futbolero y un representante político y no se hace la picha un lío con temas que a Pujol, Xavi, Valdés, Ronaldinho, Deco, Etoo y demás personal cualificado les importa un carajo y parte de un rábano. Eso sí, meterse en política todo lo que se pueda, pero al paredón o a galeras con todos aquellos que, aún siendo cuñados del jefe, tengan ciertas simpatías con el franquismo. Porque esa es otra. En España, en Cataluña o en el Barça se puede ser de ETA, nacionalista, republicano, monárquico, de derechas o de izquierdas, ciego o sordo, liberal o estatalista, aberzale o tonto del haba, yonqui o constructor de pisos, pero franquista no: es un crimen de lesa majestad. Vamos a ver: ser franquista, como su cuñado, cuando el capullo de Franco estiró la pata en la cama hace ya la friolera de 30 años, es una excentricidad como otra cualquiera. Un hecho arqueológico, una memez, una falta de inteligencia. Pero, bueno, hay cuatro gatos que tienen ese capricho y mientras no maten a nadie, no insulten, no roben o infrinjan el código penal, se supone que tienen derecho a vivir, a trabajar y –si tienen un cuñadísimo como presi del Barcelona- a ser su mayordomo, lavaplatos o jefe de seguridad. Y ese ha sido el papelón que ha tenido Alejandro Echevarría, familiar cercano a don Joan. Hasta que semejante atrocidad ha salido a la palestra y no veas el numerito que se ha montado. Y Laportita, todo acojonado (es que, a pesar de su imagen, también es mortal), negando como San Pedro que su cuñado fuese un enamorado del tipo que nos puteó durante 40 años. En vez de echarse para adelante y defender con el máximo morro lo que es normal: -Sí, ñoras y ñores, yo también soy humano y tengo mis debilidades. En Cataluña defendemos mucho a la familia (Pujol colocó a sus hijos y esposa y hasta Maragall tiene a su hermano a la derecha del tripartito) y yo no iba a ser menos. Cierto que Alejandro nos ha salido una oveja más negra que el carbón pero ni muerde ni hay derecho a que lo enviemos al psiquiátrico. Yo mismo era un independentista radical y miren por qué aguas procelosas me muevo ahora. Démosle una oportunidad de redención. No ha cometido aún ningún delito. Y el día que lo cometa lo colgaremos del marcador, cabeza abajo. Lo prometo por la mare de deu y la escolanía de Montserrat. Algo más o menos hubiera esperado del lumbreras del Laporta, no esa huida hacia adelante rodeándose de pancartitas, himnos y politiquerías ajenas al mundillo futbolero y esa patada en el culo al cuñao porque el pobrecico lo pierde por Franquito, en un alarde de coeficiente político-mental cercano al cero patatero. Al final, como no espabile y siga haciendo travesuras, nuestro gran líder se va a quedar sin cuñao, sin pancartas y sin el Barça. No se puede ser perfecto, macho.
4 comentarios:
Desde hoy, para evitar esos comentarios zarrapastrosos que envían automáticamente desde algún ordenador remoto de Yanquilandia, y puesto que en las entrañas de mi pobre ordenata no ha quedado vivo ningún spyware, malware y restantes bichejos, aplico una pequeña pero útil medida de seguridad, que espero no moleste a los amables comentaristas: verificar una palabra al azar. Con este truquillo bloggeriano espero acabar con las últimamente abusivas intervenciones de intrusos que, en vez de llamar con educación, sólo saben pegar la patada a la puerta.
Olé... me levanto y le aplaudo a ud por ese gran post pero me temo que "el mas que un presidente" se va a quedar por un ratito mas...
Un saludo.
Número uno: política y deporte deberían ser como el agua y el aceite; imposibles de mezclar.
Número dos: desde mi ignorancia no veo por qué se ha montado ese lío por el mapa con la inclusión del País Valenciano. Vamos a ver si alguien me contradice o me aclara las cosas.
¿No se había zanjado ya la problemática del idioma catalán y valenciano antes del verano con un empate diciendo que el valenciano es una versión o dialecto del catalán?
Pues entonces, no veo el problema si tenemos en cuenta que el mapa en cuestión es un mapa lingüístico, que no político.
Si hacemos un mapa del español/castellano (que no sé cuál es la definición apropiada para que nadie se ofenda) tendremos que incluir a toda Hispanoamérica.
¿Se nos iban a enfadar ahora hablando de la conquista/sumisión a la que les obligamos hace 500 años? NO. Pues eso.
Un mapa lingüístico es un mapa lingüístico y nada más. Pero me da que el político valenciano, aprovechando que el Pisuerga pasa por Valladolid, o que un dialecto del catalán se habla en el País Valenciano, ha montado un show para aparecer en los medios sin pagar ni un duro en concepto de autopublicidad.
Número tres: Si el 'cuñao' de Laporta puede ser franquista, yo me voy a definir como carlista, o como comunero, o como visigodo militante... Tienes razón, esto es un anacronismo que sólo puede darse en este país nuestro.
Número cuatro: Pensándolo mejor, voy a crear la Liga Atapuerquense para reivindicar la Neanderthal-Nación. Y que me expliquen por qué se extinguieron los Neanderthales y la responsabilidad que tenemos en ello los Cromagnones u Homo sapiens sapiens. No vaya a ser que tengamos que pagar una deuda histórica.
Número cinco: ¿Nadie ha notado el origen vasco del apellido de este franquita de pro? Etxe significa casa; Barri significa nuevo; a es un artículo. Etxebarria significa "la Casa Nueva", aunque no se escriba con grafía vasca. Parecido le pasa a 'don Manué', que renuncia a su origen vasco materno y acorta su segundo apellido: Iribarnegaray. Otro franquista de pro reciclado y camaleónico.
Número seis: política y deporte deberían ser como el agua y el aceite; imposibles de mezclar. En un supuesto idilio siempre saldrá perdiendo el deporte porque será utilizado como arma arrojadiza por los políticos.
Último punto: Laporta, corazón, defínete y dedícate al deporte o a la política. Pero por favor, no utilices el deporte como lanzadera política, que nos haces daño a todos los deportistas, incluso a los que jugamos a los dardos.
Sobre el spam: Juan, si entras en mi blog verás en la columna de la derecha un minibanner que pone "spam poison". Si quieres hacer algo contra esta lacra pincha en ese .gif y leerás una página en la que se explica la función del minibanner en cuestión. Desconozco si la medida es efectiva o hasta dónde alcanza su efectividad caso de que sí lo sea. Pero yo lo tengo puesto. Y a ver si van desapareciendo estos spammer-parásitos.
Sobre la medida implementada, nada que objetar. Me parece muy bien.
Publicar un comentario