13 de abril de 2007

EL MÁS DIFÍCIL TODAVÍA DEL CIRCO DE LA 1


-¡Pasen, ñoras y ñores, pasen!


-¡Vean a Fernandito Alonso pilotando con la nariz mientras se rasca la coronilla con una mano y con la otra saluda a la afición!


-¡Disfruten con Raikkonen conduciendo con los ojos vendados, guiándose sólo con las instrucciones que reciba desde los boxes!


-Pasen, ñoras y nores, y disfruten con el circo de la Fórmula 1! ¡Lo nunca visto, el más difícil todavía! ¡Córranse de emoción y gustirrinín contemplando el galope de Hamilton a 300 por hora y con sólo tres ruedas! ¡Calmen sus palpitaciones tocando la nalga izquierda de la novia del hermano del inigualable, el inimitable, el superferolítico Michael Schumacher!



Bueno, ñoras y nores. Dejando a un lado las calenturientas imaginaciones del Puñetas, las de los jerifaltillos de la Fórmula 1, con el ricacho Ecclestone a la cabeza, no les van a la zaga. Los pobrecillos andan haciendo números para ver si se embolsan más pasta de la actual (al fin y al cabo quienes se juegan la vida en el asfalto no son ellos) con la introducción de novedosos números y ocurrencias en el circuito internacional de los grandes premios. Por de pronto ya tienen un par de ideas en el cocotero y sólo esperan que se caigan por su propio peso. La primera es hacer algunas carreras nocturnas, porque será muy emocionante contemplar a nuestros pilotos favoritos intentando no darse una hostia contra las barreras de protección del circuito echando a suertes si esa sombra que se ve allá es una curva, es el reflejo de la pálida luna o es un bache dispuesto por la organización a última hora para hacer más divertida la cosa.


Los lumbreras de la Fórmula 1 (que no son los pilotos) ven que así podría incrementarse el negocio pues la gente, oyes, es muy romántica y seguro que acudiría al circuito con mayor pasión para disfrutar de una noche loca donde el ruido de los motores, las ráfagas luminosas y el cielo estrellado brindarían un bello espectáculo capaz de enternecer a los corazones más duros de pelar. De paso, mientras que es de noche en un hemisferio, en el otro sería mediodía, con lo que el número planetario de espectadores se duplicaría de forma natural y así ellos, los lumbreras, podrían engordar mucho más la faltriquera o billetera. Que los pilotos vean la medida como un aumento del riesgo de palmarla, tiene escasa importancia. Que llenar de bombillas todo el trazado cueste una millonada energética, qué más da si el cambio climático ya no tiene vuelta atrás. ¡Bah, a nosotros, los lumbreras de la Fórmula 1, nos van a venir ahora con tiquismiquis!



Pero si falla la primera atracción circense por culpa de esos jodíos pilotos que sólo piensan en no perder la vida dentro de un cuatro latas atiborrado de publicidad, tenemos otro estupendo reclamo para el personal, siempre tan amante de la cosa estética y arriesgada: aumentar los circuitos urbanos. ¿Qué tal una carrerita en Eurodisney, entre los castillos de Miky Mouse y los numerosos hoteles de la zona? ¿O una prueba por el casco antiguo de Roma, pasando por delante de edificios tan emblemáticos como el Coliseum y la Pizzería Mamma Lina?



Ideas hay muchas, gente dispuesta a soltar la pasta también, así como espectadores encantados de pasar una noche al raso viendo la carrera con los prismáticos de infrarrojos en una mano y un bocata de calamares en la otra. El ojo del amo es fácil de engordar porque del coste ya se encargan otros. Así que olvídense de aburrirse contemplando como Fernandito Alonso mira por el retrovisor a sus rivales a plena luz del día dando vueltas y vueltas como una peonza a un monótono circuito. Lo lindo, ché, es conducir de noche a la luz de las velas y las linternas o achicharrar el glamouroso asfalto de una urbanización de lujo, tipo Montecarlo.



El problema que tienen estas dos nuevas atracciones circenses es que de noche toda la publicidad es parda (como los gatos) y que en un circuito turístico la misma quedaría bastante desmejorada al contraponerse a la existente en farolas, carteles publicitarios, cabinas telefónicas y tal de las calles y plazas por donde circulasen los monoplazas. Bueno, es un problema importante, pero nuestros lumbreras de la 1 ya se inventarán algún remedio para tan importante contratiempo económico.



-¡Pasen, señoras, señores y mascotas! ¡Vean como Fisichella conduce su bólido por las calles del Pato Donald, al tiempo que firma autógrafos al respetable sin apearse del asiento!


Cuenten conmigo, queridos lumbrerillas... No pienso perderme ninguno de sus espectaculares números circenses...

4 comentarios:

la aguja 18/4/07, 2:41  

No conocía esta última tendencia. Según te he ido leyendo me recordaba al circo de toda la vida y su lema de siempre, el "más difícil todavía".

No tiene sentido jugar con la vida de las personas por ganar cuatro duros más. Pero bueno, eso no lo puedo decir muy alto con la de guerras que tenemos en el mundo por ganarse cuatro duros los magnoterratenientes del momento.

Recuerdo que los pilotos de fórmula 1 ya se plantaron en su momento con la inseguridad de los circuitos y el morbo que ello despertaba. Creo recordar que se plantaron también cuando salió la moda de los alerones posteriores, cuando los coches volaban literalmente en los cambios de rasante (una avioneta ya vuela a 150 km/h y estos bólidos esa velocidad la alcanzan en tercera).

Los pilotos de fórmula 1 no son (o no eran) los acartonados ciclistas o los plegadizos árbitros de fútbol. Y es que hay gremios que están secularmente ovinizados.

la aguja 18/4/07, 2:45  

(Se me fue el dedo a la tecla equivocada).

Me pregunto qué será de la fórmula 1 si los pilotos aceptan la propuesta por unos cuantos milloncejos de más.

Me pregunto dónde está la frontera entre el deporte y el circo; la frontera entre el ocio y el riesgo; la frontera entre el espectáculo deportivo y el espectáculo morboso.

Sr. Bateman 18/4/07, 3:23  

Fernando Alonso necesita que le pongan a Luis Aragones como motivador personal.
Dígale al negro que usted es mejor.

Anónimo 21/4/07, 10:24  

Aparte de la cosa del circo, con la que está cayendo con lo del medio ambiente, el tema energético y el cambio climático, habría que ver cuantos impuestos y cuotas por derroche energético pagan los señoritos de la Fórmula I, que aquí los ciudadanos está muy bien que cojan el transporte público pero tirar tan gratuitamente el petróleo como hacen Alonso y sus chicos, no sé si será políticamente correcto que lo insinuemos...

Sr. Bateman, vamos a esperar a ver si Hamilton tiene hambre de bólido y se merienda a Fernandito o si todo es cosa de un par de carreras. En cualquier caso, cuanto más rinda y mejor lo haga el negrito, más debería dar de sí el blanquito...

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¡Gracias por vuestra plantilla! (El Puñetas, agradecido).