25 de abril de 2005

A MIL EUROS LA LIBERTAD DE EXPRESIÓN



En el mundo del fútbol el que no corre, vuela. O sea, que hay mucho avestruz suelto por esas praderas de césped. Uno de los más avispados (también es más cosas, pero me las callo, por aquello del código penal) es un tal Dimitri, Piterman para los amigos, que lleva un carrerón de currículum por estas Españas, como presidente de algunos clubes de furbo. El tipo juega descaradamente a ser todo un santo varón en esto del gobierneo de lo que puede o le dejan hacer. Un tío con pasta que todavía no le llega a la suela del zapato a Abramovich o a decenas de pequeños reyes midas como pululan por el fútbol hispano y europeo. El vivales viene de Ucrania (aunque nacionalizado estadounidense) y sigue la última moda de los ricachones venidos del otro lado del antiguo telón de acero: comprarse equipos deportivos.

El Dimitri, que se dedica también a la fotografía en sus ratos de calentura, se hizo el año pasado con el Racing de Santander, al que puso patas arriba para joderlo bien jodido. (Perdón por el lenguaje directo y sin eufemismos, pero es que la pornografía no admite matices ni rodeos). Fue presidente, entrenador y hasta fotógrafo del club cántabro. Un 3 en 1 que tuvo que salir por piernas pues por aquellas tierras no se andan con bromas cuando se trata de defender el terruño y lo suyo.

Esta temporada el tío se ha hecho fuerte en la presidencia del Deportivo Alavés. Y el pobrecito Piter ya la está liando pues más que de un club de fútbol parece que sea el patrón de un polvorín. Su última bomba ha sido, además de vetar a los medios de comunicación y que los entrenamientos se celebren a puerta cerrada, el poner tarifa a las entrevistas. Dicho en plata: la prensa tendrá que pagar 1.000 euros a un jugador si quiere que abra el pico; 1.500 euros al entrenador, ejecutivos y empleados y una cantidad a determinar en cada caso concreto cuando se trate de intervenciones del presidente (o sea, de Piter) o de programas especiales.

Pero el ucraniano no se limita a poner precio a las bocas ajenas, aunque sean de su equipo. También ha elaborado el reparto de los beneficios: “el 10 % de la recaudación será para el entrevistado; el 5 % para las peñas y otro tanto será reinvertido en la sociedad alavesa por medio de donaciones”. Del 80 % restante no se dice nada, lo que seguramente querrá decir que irá a parar a los bolsillos de don Dimitri. Y bueno. Vale que un inútil ricachón compre un equipillo de fútbol o de petanca. Pero que regule la espita de la dicción a sus empleados como si éstos fuesen corderitos amaestrados, no sólo entra dentro de las idioteces más grandes que uno ha visto en este mundillo patatero (digo, futbolero) si no que no logro comprender cómo no se le han echado encima políticos, fiscales, asociaciones varias y hasta el defensor del pueblo. Incluso la Carmencita Calvo.

Quizás lo que ocurre es que la prensa vitoriana lo tiene ya claro: ni un euro. O sea, que “nanuchi nanachov”, que se dice en Ucrania. Y es que, ¿quién demonios va a pagar mil euros del carajo a un señor para que diga sin sonrojarse esas memeces que oímos gratis todos los días?

-Unas palabras para la prensa, Pepinez. ¿Por qué habeis perdido el partido por 20 a 0?
-A sio po mala suerte. El valon que no quizo entrá. Tiramo dos tiros a puerta pero no puo sé. Kuando la pelotilla no quié entrá ez que no entra. No zé si mentiendes.
-Sí, claro, Pepinez. Pero si llegais a meter esos dos goles, hubiérais perdido por 20 a 2.
-Güeno, ez que eyos an metío diez goles de chiripa.
-Aún así hubiérais perdido por 10 a 2.
-Pero tú ke quieres, chaval. En el furgo las matematicas no funsionan. Tu lo que quieres ez que me piye el toro. Po si anzi lo quieres, son otros mil eurillos, chavalote.
-Déjalo, Pepinez. Ten 20 euros y vas que chutas. O seas, que te vayas pitando para la librería de la esquina y te compres un diccionario y un libro de gramática.

En fin, que como las intenciones del Dimitri se cumplan y se extiendan al resto del personal y de los equipos, esto del fútbol va a ser la mar de aburrido. Menuda tragedia nacional no oír la bella melodía de nuestros vivarachos futbolistas antes, durante y después de los partidos.

6 comentarios:

Rulo Minas 28/4/05, 14:51  
Este comentario ha sido eliminado por un administrador del blog.
Rulo Minas 28/4/05, 14:52  

Pues para mí que el Piterman va a tener razón. Lo que pasa es que la ley no se la da. Quiero decir, que quizá sea un adelantado a su tiempo. A su tiempo en este país nuestro. En otros países con menos complejos ya se puede hacer lo que pretende hacer el amigo Piterman.

Sobre la ley de la omertá que planea sobre el Alavés, no es tal ley del silencio. Pero me has dado una idea para un artículo en mi Aguja de Bitácora (y perdón por la publicidad).

A ver si para este fin de semana lo tengo listo.

Diego González 2/5/05, 11:53  

Pues yo estoy totalmente a favor de la medida, por eso mismo que comentas. Si la medida se extiende, se acabó el escuchar "Si bueno, ¿no?" cada fin de semana... y "El fútbol es así, hoy ya o hay enemigo pequeño", "Mi gol no es importante, lo importante es el equipo"...

Eh, si vale hacer publicidad, me apunto. Bitácora Forodefútbol

Rulo Minas 6/5/05, 3:42  

Pues aquí va el artículo con el que he amenazado: Monopoly futbolero.

Un saludo.

El Socio 6/5/05, 23:44  

¿Me explicas eso de que hundió el Racing? Porque hicieron una temporada más que estimable.

Anónimo 7/5/05, 20:56  

¿Qué tal, Socio? Voy a intentar responderte, amigo.

El paso de Peterman por el Racing de Santander fue polémico y nada ejemplar. En eso hay un acuerdo general, sobre todo entre los santanderinos.

En el plano deportivo su paso no representó nada del otro jueves. Cuando todavía era Presidente (temporada 2002/03), el equipo se salvó del descenso en la penúltima jornada. En la temporada siguiente, cuando el Consejo de Administración ya lo había mandado a freír espárragos, pues las relaciones con el amigo estaban más tirantes que las del PSOE con el PP (o viceversa), el Racing se salvó del pozo de Segunda cuando sólo faltaban dos jornadas para acabar la Liga y esta temporada en que Dimitri está haciendo de las suyas por otros andurriales, ya ves que la cosa pinta oscura, aunque al final se salvará también en el último instante.

Me dirás, con razón, que puesto que el rendimiento deportivo ha sido semejante en estos tres últimos años, mi afirmación de que Peterman hundió al Racing (“lo puso patas arriba” he escrito en el post) es bastante exagerada. Pero no sólo de goles o clasificaciones vive el hombre y el equipo. También está la parte directiva, económica y social pues tarde o temprano su deficiencia originará la debacle con la pelota y el gol. Y en esta dirección, tras rebobinar y revisar los enfrentamientos ardientes de aquellos tiempos entre el ucraniano, la afición y el Consejo de Administración del Racing, confieso que la salida del Dimitri fue un alivio para el club y su gente. Y como la historia es apasionante, permíteme que me extienda para detallarla con todo lujo de detalles.

El Racing estaba, por disposición legal, en causa de disolución cuando Piterman quiso entrar en el accionariado. Ya sabes, se compran por cuatro duros empresas en crisis y se procura hacer negocios. El 16 de enero de 2003 adquirió el 24,6 % del capital social, con otra opción de compra del 26,4%, que le convertiría en accionista mayoritario del club. El Consejo de Administración le designó Presidente. La actuación de Piterman -desde que puso sus manecitas en el timón del barco- provocó la tormenta y el descontento del Consejo. En palabras de éste, por sus actitudes, hechos consumados y otras menudencias que muchos ya empezaron a calificar de poco serias y que satíricamente yo calificaría de “payasiles”. O sea, que aquello empezaba a ser un circo. Así que el Consejo de Administración emite un comunicado el 30 de octubre de 2003 en el que pone a caer de un burro a don Dimitri, harto ya de sus jaimitadas.

Así que se va a una ampliación de capital, necesaria para asegurar la estabilidad del club y poder empezar a planificar el futuro. También, seguramente, para intentar quitarse de en medio a don Dimitri, quien parece ser que nunca llegó a ejercer su opción de compra prometida, aunque –eso sí- despotricó contra dicha ampliación de capital. Los ánimos, pues, ya estaban bien caldeaditos pese a que en Santander no suelen estar acostumbrados a las altas temperaturas. Hablando en plata, la crisis económico-político-directiva estallaba y amenazaba con arramblar el siempre dubitativo paso del Racing por la Liga española (desciendo o no desciendo a Segunda, esa es la cuestión). Cómo estaría la cosa de fatal que los acontecimientos se disparan en poco tiempo para intentar salvar al Racing.

21 de noviembre de 2003: El Gobierno de Cantabria anuncia públicamente que apoyará la perentoria y fundamental ampliación de capital para evitar que se muera el club y que colaborará en la misma para sanearlo, hacer que se amplíe la masa accionarial y favorecer que esa inversión revierta después en la sociedad. Y afirma taxativo: “La otra alternativa es el fracaso de la ampliación o la caída del club en manos de gente que no interesa a Cantabria y además por poco dinero.”

26 de noviembre: La Asociación de Peñas del Racing hace público un acuerdo de su asamblea extraordinaria por el que apoya completamente la ampliación de capital, compra simbólicamente 42 acciones e insta a cada peña en particular a hacer otro tanto.

12 de diciembre: Cómo estaría la situación que hasta la Asociación de ex jugadores del Racing anuncia ese día que “quiere hacer pública su decisión de participar y apoyar la ampliación de capital social que vive el conjunto cántabro. Este colectivo insta a todos los ex futbolistas (…) a que compren acciones, cada uno en la medida de sus posibilidades. Es el momento de dar un paso al frente y demostrar, con hechos, el amor a estos colores que tanto hemos proclamado. Ahora tenemos una oportunidad de oro para conseguir que el Racing sea más nuestro, sea más de todos, algo que siempre hemos demandado. Podemos lograr que nuestro club esté en muchas manos, en las manos de miles de cántabros, a los que el equipo representa allá por donde va. Porque no nos engañemos: hablar del Racing es hablar de Cantabria y esta región se identifica en innumerables ocasiones por el club de fútbol. No busquemos excusas y participemos. Defendamos lo nuestro. Por una vez actuemos y así luego no nos arrepentiremos si ocurren cosas que no son de nuestro agrado. Ahora es cuando hemos de transformar nuestro sentimiento en participación. No miremos hacia otro lado. Contribuyamos a que el Racing sea de toda Cantabria.” Un poco larga la cita pero es que refleja con claridad meridiana la situación social planteada por las lindezas y finuras de alto riesgo del Dimitrov. Es lo que reflejo en el post cuando afirmo, a la pata la llana, que Piterman “tuvo que salir por piernas pues por aquellas tierras no se andan con bromas cuando se trata de defender el terruño y lo suyo”.

Así que se realizó la tan soñada ampliación de capital, nuestro amiguito ucraniano no puso un duro aunque sí se dedicó a poner chinitas en el camino, largar, insultar y denostar a media Cantabria. Y la ampliación fue un éxito, como reflejan las actas de la junta general de accionistas del 30/12/2003, consiguiéndose ampliar la base accionarial del Racing con cerca de 2.000 nuevos accionistas, con la idea de que cuanta más gente se implicara económicamente con el equipo mejor futuro habría. Ahora viene un pequeño párrafo ilustrativo: “Se cierra por tanto una etapa para el club, ya que un accionista, cuya presencia fue importante en determinado momento, ya no tiene ninguna opción, a no ser que le vendan otros accionistas, de alcanzar la mayoría. Lo digo para evitar manipulaciones que han querido emborronar el proceso de ampliación”. El accionista aludido –obviedad evidente- era el tal Piterman y las manipulaciones adivina también de qué entorno procedían. Acababa una situación que llegó a ser de tal magnitud en su crisis que, como se reconoce en dicha asamblea, tuvo que intervenir el Gobierno de Cantabria, a través de su Presidente y de los Consejeros de Deportes y de HACIENDA para ayudar también a salvar el barco racinguista.

Y como el señorito Piterman tiene muy mal perder (no puso un duro de los prometidos y nadie le vendió su parte de acciones) se dedicó durante unos meses a emponzoñar todo lo que pudo, con la buena suerte de que el equipo humano del Racing logró superar tanta distracción y polémica y –una vez mas- pudo salvarse del descenso de categoría. Por citar sólo un ejemplillo del indecoroso perder de Dimitri, valga este comunicado del nuevo Consejo de Administración del club, emitido el 05/02/2004: “En relación a las manifestaciones de Dimitry Piterman respecto a actuaciones en el Real Racing Club y Club Balonmano Cantabria, se hace constar:

1. Los responsables del Real Racing Club, en ningún caso, van a intervenir en los Medios de Comunicación para contestar a una persona que utiliza la amoralidad, la mentira, la manipulación, la ignorancia, la injuria y la calumnia para satisfacer su frustración por la impotencia de no haber conseguido la mayoría accionarial del club, exclusivamente por su incapacidad económica para cumplir los requisitos convenidos con absoluta claridad y transparencia jurídica.

2. Nuestra respuesta se producirá en los Juzgados, demostrando la falsedad de sus manifestaciones y actuando judicialmente contra él y quienes, reiterada y conscientemente, mienten sobre la realidad del Racing y difaman a personas vinculadas al mismo.

3. Igualmente, responderemos, por responsabilidad ante los socios y accionistas de ambas entidades deportivas, en sus Asambleas y Juntas Generales”.

Si después de toda esta cronología todavía alguien sigue pensando que el paso de Piterman por Santander fue como una balsa de aceite de oliva virgen extra, sólo puedo decir que –como dijo el clásico- el amor es ciego. Lo comprendo pero no lo comparto.

Afortunadamente para Santander, la tormenta pitermana ya pasó. Ahora está aposentada sobre Vitoria y el Alavés. Y como siempre, el camarada haciendo amigos. Aquí va la última: Tras el reciente partido disputado entre el Ciudad de Murcia y el Alavés, Piterman acusó a la directiva del equipo murciano de no tener apoyo social y de estar en una aventura especulativa (publicado en el diario AS). ¡Precisamente lo que le pasa a él mismo! Lapsus freudiano, que dicen los psicólogos. A lo que el presidente del Ciudad de Murcia ha respondido lo que casi todo el mundo sabe: “A Piterman no le traga nadie en el mundo del fútbol. Sólo busca la guerra, sobre todo cuando lleva varias semanas en las que no gana a nadie. Lo mejor es no contestarle. Ha salido mal del Palamós, del Racing y ya veremos cómo acaba en Vitoria".

Espero humildemente haber contestado a tu pregunta de si realmente hundió Piterman al Racing. Si relees el comentario no afirmo que lo hundió (afortunadamente los cántabros no lo permitieron) si no que “lo jodió bien jodido” (expresión de la cual me excuso a continuación). Lo que pasa es que antes de quedar para el arrastre, el enfermo logró sanar gracias al esfuerzo y sacrificio de mucha gente del terruño. Y ahí tienes al Racing, uno de los equipos más simpáticos del campeonato: un año más, seguirá en Primera.

Por mi parte, si me permites una pregunta, tras leer tu bitácora “Fans del Real Madrid” y ver que eres bastante crítico con ciertas cosas del Real –lo cual te honra sobremanera- te haría la siguiente tras leer tu post “Se les acaba la gasolina”: ¿Qué tiene que ver Etoo con Kunta Kinte, para llamarlo así?

Un cordial saludo de Juan Puñetas.

  © Blogger template 'Greenery' by Ourblogtemplates.com 2008

¡Gracias por vuestra plantilla! (El Puñetas, agradecido).