30 de abril de 2008

LO DEL BARÇA NO ES PA TANTO...

Tras la derrota del martes ante el Manchester United, en can Barça y sus aledaños suena a rebato.


-¡Hay que cortar cabezas! ¡Sangre, sangre! ¡Esto no puede seguir así, sin un título que llevarnos a la boca!



El mismo frenesí que les entra cuando ganan (presumiendo en exceso) les sale cuando pierden (cosa más habitual que la victoria). Y no será porque no sepan de sobra que no se puede ganar siempre. Que por mucho poderío económico que se tenga y mucho más que un club que se sea, lo cierto es que sólo en Europa hay una docena de equipos con el mismo potencial que el culé y que, por tanto, dado que sólo uno puede ganar la Champion, el resto se va a quedar cada temporada con un palmo de narices. Y si echamos el ojo a lo doméstico, comprobaremos que –afortunadamente- en España hay unos cuantos equipos capaces de dar la sorpresa cada temporada y hacer que Barça y Madrid se queden sin ese título liguero que pretenden tener en propiedad. (Porque son unos clubes ricachones se creen con derecho obligatorio a pernada y a título).


Pues no, amiguitos y amiguitas. Digámoslo clarito como el agua, ya que hoy estamos escribiendo a la pata la llana: ni el mejor club del mundo puede garantizar un título futbolero al año pues son muchos los llamados y poquísimos los elegidos. Decir que la plantilla barçera de este año era superguayestupendísima es minusvalorar a las plantillas de los rivales, que tampoco son moco de pavo. Así que ahora te gana el Madrid o el Villarreal, mañana el Valencia y pasado mañana esos hijos del Gran Ferguson. Entonces, los descerebrados de siempre, un montón de montones, saltan como buitres pidiendo dimisiones, ceses y algún día hasta ahorcamientos. Pero no, amiguitos y amiguitas. El club barcelonino ha realizado una temporada brillante. Sí, sí, brillante Quedarse semifinalista de la Champion, de la Copa y segundo o tercero de la Liga demuestra que las cosas se han hecho bien (dentro de lo que cabe). Claro, cabía la opción de haber ganado un título al menos pero ya deberían saber estos descerebrados tan exigentes con el club laportiano y tan poco exigentes consigo mismos que ganar un titulillo cuesta horrores, que también es cosa de suerte y que de tres posibilidades que hay al año, lo más normal es que se pierdan las tres, quedándose con la miel en los labios. Los títulos suelen ganarse de higos a brevas. ¿Cuántas Champions, por ejemplo, ha obtenido hasta ahora el dichoso Manchester? Una miseria (2), y eso que es uno de los grandes de Europa. Incluso el Real Madrid, el mayor dueño de esta copichuela, apenas llega a la decena cuando ya se llevan disputadas más de 50 ediciones. Quitemos sus cinco primeras, cuando el tinglado empezaba y las oportunidades de ganar eran mayores, y ya verán en qué ridículo número queda la famosa “gloria” del club merengón.



Lo importante en un club de tamaño considerable como el Barcelona es estar siempre en los primeros puestos y llegar a las últimas eliminatorias. Mientras que eso ocurra y de vez en cuando caiga un titulín, los objetivos deberían darse por conseguidos. Nadie, en su sano juicio, puede aspirar a más. Nadie salvo esos miles y miles de descerebrados ansiosos (aquí incluimos a muchas directivas y algunos jugadores) que se creen que ellos son más guapos que nadie y que el resto de los rivales sólo tienen una misión histórica: actuar de comparsas mientras ellos se beben el néctar del triunfo.



Un poquito de cerebrín y de sentido común no vendría mal tras la derrota última del Barça. Ya dimos el mismo consejo en aquellos años en que los “galácticos” del Madrid no ganaban tampoco nada, aunque siempre se quedaban en las puertas. Es lo que seguiremos diciendo siempre, les pese a quienes les pese. Lo único que hay garantizado, en el fútbol como en todo, es la derrota. Lo demás, incluidas las victorias, son cuentos y sueños. Confundirlos con la cruda realidad demuestra que su poseedor tiene un caletre más hueco que un tonel de vino vacío.

27 de abril de 2008

DIOSES DE BARRO


El otro día leía el Puñetas una entrevista a Juande Ramos en el suplemento dominical del diario El Mundo. Ya saben, el entrenador del Sevilla que este año, a mitad de temporada, dijo que se iba a Inglaterra a entrenar al Tottenham, que dijo que se iba y que se iba y que cuando quisieron darse cuenta en el club sevillano, ya se había ido. Así son las cosas del futbolín, donde los contratos suelen estar de adorno.

El bueno de Juande ha levantado al equipo británico del abismo donde se encontraba y hasta ha conseguido un titulillo. Por todo ello, y dado que por las islas británicas esto del fútbol se lo toman muy a pecho, no puede extrañar la sinceridad del amigo: “La gente me trata como si fuera una especie de dios”. ¡Qué ordinariez!

Otro que también es considerado otro dios por los lares del Reino Unido es el niño Torres. (A este paso llegará a la tercera edad y todavía seguiremos llamándolo “niño”. Otra cosa boba del furbo). Tras la eliminación del Arsenal en la Champion Li, hace unas semanas, lo subieron a los altares los medios de comunicación ingleses, si bien ya estaba en la peana de la deidad gracias a los hinchas del Liverpool, que para estas cosas son unos hachas. El diario sensacionalista “The Sun” escribía : "No existe un lugar mejor en el mundo para estar cuando el Liverpool arranca una victoria como la de anoche. Las paredes tiemblan, los techos se derrumban y los oídos explotan”. Todo, gracias a un gol marcado de volea por Torres, que le pareció al diario el no va más de la genialidad. The Guardian, otro diario que tal y cual, escribía: “Su gol, su giro y su disparo están llamados a millones de repeticiones”. ¡Una pasada!

La verdad es que vamos de pasada en pasada hasta el desastre final. Rara es la jornada de Liga o de Champion en que no se marca un gol genial. Algunos regates son catalogados por los correveidiles de los micrófonos deportivos como auténticas obras de arte y los principales artistas de semejantes maravillas son halagados hasta tal extremo que cualquier día de éstos tenemos a toda la afición diabética perdida, tal es el exceso de azúcar y lisonjas que se le ofrece. ¿Extrañará, por ello, que cualquier medianía traspasable, como el croata Luka Modric, sea fichada por el Tottenham por la friolera (más bien, calentura) de 26 millones de euros? Como esto de los euros es muy engañoso, convirtamos la anterior cantidad en pesetas de las de antes: 4.800 millones de pelas. ¡Una burrada!

Pese a la tremebundez de la cifra, es lo habitual en los equipos punteros del futbolín. ¡La de cosas útiles que podrían hacerse de emplear esa inversión en fines menos caprichosos! Pero ya se sabe, los artistas y los genios de la actualidad son estos chicos de la bota y la pelota. No extraña que los más aseados sean tratados como dioses, incluyendo a los entrenadores de elite. ¿Y qué ocurre habitualmente cuando todo el mundo –la familia, la prensa, los aficionados, las casas comerciales, los bancos...- te endiosa y sobrevalora hasta extremos inimaginables y esperpénticos? Pues que tú empiezas a creértelo, a pensar que eres un genio nacido para el triunfo y que Miguel Ángel, Velázquez o Einstein eran una colilla a tu lado. Es el momento en que, si lo que tienes entre ceja y ceja sólo son vanidades y pocas luces intelectualoides, empezarás a autodevorarte. Y al final, cuando caigas en el precipicio, no habrá lugares en el planeta donde cobijar tu cuerpo serrano. Es lo que le ha pasado al bueno (¿?) de Ronaldinho, que de ser el mejor jugador del mundo, y con contrato barcelonino hasta el 2010, ahora anda buscando equipo donde acabar vegetando hasta el final de su vida deportiva.

Pero los divinos fracasos no sólo ocurren en el endiosado mundo del futboleo. Hace un mes leí en algún sitio de la Interné, de cuyo nombre no puedo acordarme, lo siguiente: “Un estudio de la Asociación de Jugadores de la NBA establece que el 60% de los jugadores de la Liga estadounidense están en situación de bancarrota cinco años después de su retirada”. Estos se lo montan todavía peor, pero para el caso es lo mismo. De dioses a parias en cuanto se les acaba la fama. Lo cual quiere decir que mejor haríamos en mantener humanizados a los deportistas en vez de auparlos a un pedestal divino del que lo más normal es que acaben cayendo, dándose el gran hostiazo. La culpa, desgraciadamente, no será sólo suya.

23 de abril de 2008

ACERTAMOS EN EL PRONÓSTICO

El 2 de marzo, o sea, ayer mismo, escribíamos una cosilla titulada “El polvorín de Valencia”. Allí hablaba sobre la crisis económica del Levante, que ahora amenaza poner patas arriba la Liga con una huelga de pies caídos. Luego pasaba revista al presidente y al entrenador del Valencia (un tal Soler y un tal Koeman), a los que ponía de vuelta y media por el caso “Albelda, Cañizares y Angulo”. Finalizaba el libelo con estas proféticas palabras: “Al final cabe la posibilidad de que Soler y Koeman se vayan a la calle bien pronto mientras que continúe en el Valencia el ya famoso trío del Inserso. El amigo de pupitre de Aznar, don Juanito Villalonga, antiguo jefecillo supremo de Telefónica, tiene la palabra y los millones: 65 y subiendo…”. Por ahora ya están en la puñetera calle el presidente inepto y el entrenador incapaz. Y eso que todavía el amigo de Aznar no ha movido ficha… visible.



Hoy quiero celebrar con mis escasos pero inteligentísimos lectores mis dotes proféticas, cosa nada sobrenatural pues más sabe el Puñetas por viejo que por diablo. Veinticuatro días más tarde del articulillo de marras, ante el ilustrado comentario de la Aguja, volvía a insistir: “…al final las cosas quedarán en su sitio (espero): el tal Soler ya no está de presidente y Koeman durará como mucho hasta final de temporada. Luego llegará otra gente y es más que probable que Albelda y Cañizares vuelvan a entrar en las alineaciones. Espero ese día para hacer un articulillo con un enorme corte de mangas hacia estos dos impresentables: el Soler y el Koeman”.



Hoy no tenía más remedio que cumplir lo prometido, aunque no pretendo hacer sangre porque nada más verla se me va la cabeza para el otro lado. Al fin, aunque con renglones torcidos, se ha hecho justicia. El nuevo entrenador del equipo ché (uno de la casa) ha dicho que piensa contar en lo que resta de temporada con los jugadores ninguneados y puteados, siempre que se encuentren con capacidad y ganas. (También lo ha dicho el seleccionador Luis Aragonés, de cara a la Eurocopa). Ahora sólo falta que gracias a ellos el Valencia se salve del descenso a Segunda, que tiene a la vuelta de la esquina como no espabile. Ya sería el colmo que este menda lerenda acertase con este segundo pronóstico. Juro y prometo que jamás me ha tocado la lotería ni nada que tenga que ver con el azar y la suerte. Pero esto del futbolín es tan simple que los desastres y los triunfos se ven venir con relativa facilidad. Aunque para eso, claro, hay que ver el horizonte sin etiquetas, adherencias, fanatismos y todas esas cosas que adornan habitualmente a los que se mueven y remueven por el frenopático del fútbol. Si es que no me beso porque no llego, jolín…



PD: Otro tema en que también acertamos: la bajada de pantalones del CSD frente a la Federación de Fútbol de Villar en torno al aplazamiento de las elecciones. Se veía venir y… vino. Hay que cosas que se aciertan hasta con los ojos cerrados. Ojo, ahora ya no vale contestar a la encuesta de la columna de la derecha. A fecha de hoy, ganaba la segunda opción. Finalmente, se ha cumplido. RIP.

20 de abril de 2008

FRENTE AL CABREO FUTBOLÍSTICO, SANO HUMOR CRÍTICO

Este fin de semana, apurando las últimas jornadas de Liga, en varios campos españoles (y supongo que de todo el mundo) numerosos aficionados han protestado airadamente contra las directivas de sus equipos, o sus entrenadores, o sus jugadores, o contra alguien en quien pudiesen descargar su enfado y frustración porque los resultados deportivos no acompañan. Antes el personal sólo agarraba profundos cabreos si el equipo descendía de categoría, pero ahora puede ser por cualquier tontería menor: si vas segundo, cuando lo tuyo es querer ir siempre el primero; quedarte fuera de la Champion; no alcanzar un puesto con derecho a jugar en una competición europea; ir en medio de la tabla, cuando se habían vendido aspiraciones mucho mayores… En fin, que por estas fechas anda mucho personal la mar de frustrado porque su equipo no ha respondido a las expectativas esperadas. La mayoría lo toma mal, pero civilizadamente: chilla, se desgañita ante los palcos y suelta por su boquita insultos horrorosos. Una minoría pasa de las palabras a los hechos y se dedica a repartir leña, a romper mobiliario o a montar algaradas cardo-borriqueras. Si los echaran de los campos de fútbol por tiempo indefinido, se lo pensarían los muy cafres.



Ante el absurdo cabreo futbolístico, nuestro deseo es que debería imponerse el buen humor y el uso de una mínima racionalidad de pensamiento. Habiendo encontrado este espléndido artículo del escritor Jose Antonio Garriga Vela (publicado en SUR el 8 de abril de 2008), hoy le cedemos las teclas con la admiración de rigor. Se lo dedicamos a todos los cabreados futboleros para que recapaciten y retornen al sentido común.



“SIEMPRE he procurado mirar el lado positivo de las cosas. Por ejemplo: si tú eres un gran aficionado al fútbol y tu equipo pierde semana tras semana, lo mejor será que abandones por algún tiempo esa afición. Date cuenta de que el fútbol adormece el cerebro del hombre, lo deja tan plano como el rectángulo de juego. Resulta mucho más aconsejable ir al cine y luego a una cena con una buena compañía que quedarse delante del televisor viendo cómo dejan en ridículo a tus colores.

No cabe duda de que, a veces, tu club también gana, incluso conquista algún título, pero cuando más feliz te sientes, de nuevo vuelve a perder. Es lo malo que tiene depositar tu felicidad en los pies de unos hombres que ni siquiera conoces. Yo te aconsejaría que apagaras la tele, olvidaras el partido y salieras a la calle. Reniega del fútbol y enseguida comprobarás cuánto ganas en calidad de vida. Jugarse la felicidad inmediata en un partido de fútbol es una solemne tontería.

Los hinchas de fútbol viven a expensas de los partidos que se celebran durante casi toda la semana. No salen los sábados por la noche, ni los domingos, ni los martes ni los miércoles ni los jueves. Proyectan sus vacaciones con el calendario de Liga delante. La vida para ellos se convierte en una rutina de retransmisiones vía satélite y en abierto. Hasta que llega el verano y los futbolistas descansan y entonces sólo les queda a los aficionados el consuelo de los periódicos deportivos.

Una amiga mía solía decir que envidiaba a los hinchas del fútbol porque alcanzaban el éxtasis sin gastarse un céntimo en pastillas. Ella intentó adentrarse en el mundo del balón, pero fracasó. No concebía que un juego tan simple, que además no se jugaba con la cabeza, sino con los pies, pudiera arrastrar tantas pasiones. No hay cosa peor para un aficionado que tener al lado a una persona como mi amiga, que mira el fútbol con el escepticismo de quien no comprende que alguien pueda paralizar su vida durante dos horas varias veces a la semana para quedarse embobado viendo correr a unos tíos detrás de una pelota.

No sé si he abandonado mi pasión por el fútbol o el fútbol me ha dejado a mí. Lo cierto es que desde su ausencia soy más feliz. Cuando paseo por la calle y miro los bares con la tele puesta y los hombres gritando, tengo la sensación de haber superado mi adicción a esta droga que a lo largo de tanto tiempo me ha tenido subyugado”.

16 de abril de 2008

PONGA UN CIRCUITO EN SU VIDA Y... ¡A CORRER!

A veces tiene el Puñetas unas cosas… El domingo pasado comentaba la pasta gansa que cuesta el rollete ese de la Fórmula I, tildándola irónicamente como “un deporte de pobres”. Incluso la viñeta se mofaba del tema poniendo ficticiamente en boca de Eclestone, el capo de la Fórmula, la intención de hacer un Gran Premio en el África Tropical para sacarle los cuartos a los negritos…


La realidad, queridos, supera a la ficción más puñetera. Así que un par de días después me entero de que en mis mismas narices, es decir, en la ciudad de Málaga, un grupo de empresarios quiere construir un circuito para la Fórmula I y, de paso, para todo lo que haga menester: motociclismo, cursos de conducción, expositores permanentes de marcas automovilísticas y la biblia en verso motorizado. Afirman estar dispuestos a gastarse 40 míseros millones de euros y para ello ya han echado las redes al alcalde de la ciudad y otros políticos de la zona metropolitana. Y como a éstos las cosas inútiles (pero glamourosas) les gustan cantidubi dubi dá, pues eso, que ya están moviendo el culo para ver donde pudiera ubicarse un circuito que necesita más de un millón de metros cuadrados. Empieza, pues, el despelote circuitero.



La primera pregunta que le viene a la mente al Puñetas es la siguiente: ¿Para qué necesitamos semejante gilipollez en Málaga? Es más, en Andalucía ya hay un circuito, el de Jerez, que nos cuesta a los andalucitos un pastón porque la Junta tuvo que hacerse finalmente con la mayor parte de la propiedad: una invención estúpida del megalómano ex alcalde jerezano Pedro Pacheco, actualmente criando malvas políticas y cuya irresponsabilidad nos está saliendo muy cara, por mucho que luego los politiquillos digan que los grandes premios de motociclismo y otras monsergas venden la imagen de Andalucía y de Jerez por todo el mundo y parte de la galaxia. ¡Y un cuerno!



El de Montmeló también le sale por un pico a los catalanes, que no tendrán agua con que lavarse los dientes en estos momentos, pero sí un circuito para que se chuleen y derrochen gasolina y ruido los zumbados chicos de las motos y los fórmula “guán”. En Valencia andan también en la construcción de otro engendro parecido y por la Costa del Sol amenazan ahora estos empresarios y los políticos de turno con “formulearnos”, como si no hubiese otros medios de tirar el dinero a la basura que construyendo semejante inutilidad. Si el dinero fuese de ellos, vale, allá películas, pero (no somos idiotas) sabemos perfectamente cómo funciona el tinglado: con dinero público antes, durante y después. Y a figurar, sacando pecho ante las cámaras y las telecacas, que es de lo que se trata por parte de los políticos, y a coger un poco de dinero con la novedad y luego salir corriendo, por parte de la iniciativa “privada”. Luego el muerto se queda en el camino y pagan el entierro los fulanos que apenas llegan a fin de mes por culpa de su raquítica nómina.



No basta, a lo que se ve, con el circuito "Ascari Race Resort" situado cerca de Ronda y a una hora de la capital, dentro de la Reserva de la Biosfera Sierra de las Nieves (tiene bemoles la cosa), y destinado a los ricachones de medio mundo para que suelten adrenalina por el día montados en sus cochazos y follen por la noche con la tranquilidad que da una abultada cartera y un paisaje espectacular. Lean el enlace, por favor, y cuidado con los dientes, que seguro que les crecerán varios centímetros, no sé si por la envidia o por la indignación.

Espero que a los promotores de la estúpida idea del nuevo circuito en Málaga se les caigan los palos del sombrajo. Hagan algo más útil por la sociedad que llenarla de asfalto y gasolina en más de un millón de metros cuadrados. Y si no tienen ideas más ocurrentes, pregunten al personal de a pie, que por falta de dinero siempre tiene que estar echando mano de la imaginación. ¡Métanse el circuito donde les quepa!

13 de abril de 2008

LA FÓRMULA I, UN DEPORTE DE POBRES

Guardé el mes pasado dos artículos sobre la Fórmula I que publicaba el periódico económico “La Gaceta”. Curiosos, oyes. Trataban sobre el asuntejo nada baladí de la logística y de los costes financieros que conlleva un deporte cuya práctica debería estar sancionada por los Ministerios de Medio Ambiente de todos los Gobiernos del mundo. No digamos si encima nos pilla en época de crisis o “desaceleración” como la actual.



Como a veces las cifras hablan por sí solas evitándole a uno la incomodidad de hacer demagogia barata (que es de lo que me acusarían por hablar de despilfarro y prepotencia –y por eso hablo en el titular de “pobreza”), aquí va una selección de las más elocuentes:



* Viajes a Australia, Malasia, Bahrein, Turquía, Canadá, Singapur, Japón, China, Brasil…



* Cada escudería desplaza en un Gran Premio entre 100-130 personas: 50 montadores, 42 mecánicos, 20 ingenieros y jefes de fila, 10 cocineros, otros tantos responsables de comunicación, cuatro pilotos y un médico.



* Hasta 32 toneladas de material mecánico (motores, neumáticos, chasis, estructuras para el motorhome, la mansión desmontable a pie de pista…) mueve cada escudería en cada carrera. Todo ello queda embalado y precintado en containers que viajan en 15 camiones. Además, cada equipo dispone de otros 5 tráilers en los que transporta el material de montaje del hospitality y los 50 ordenadores. También cuentan con un camión adicional que hace las veces de estación meteorológica y centro de comunicaciones. A todo ello hay que sumar los 1200 litros de gasolina y los 100 de aceite que cada equipo suele consumir en la carrera.


* Cuando el destino está demasiado lejos, cada equipo lleva un Boeing 747 adaptado, un avión que en su versión comercial alberga a más de 500 pasajeros. Para las carrereas más lejanas el primer envío se hace por mar hasta con dos meses de antelación y el segundo con el avión una semana antes. Por si hubiera imprevistos, siempre hay preparado un avión en cada carrera para transportar cualquier pieza o recambio que halla podido fallar en los entrenamientos o para el traslado de personal de sustitución.



* El motorhome de cada escudería es un edificio de 1000 metros cuadrados divididos en 3 plantas para cuyo montaje hace falta el trabajo de 50 personas durante 5 días. Una vez levantado suele contar con 4 bares, 32 televisiones de plasma, sillones, futbolín, terraza y discoteca. Es tan acogedor que en él se hospedan los pilotos, en un habitáculo aparte de seis habitaciones y bañera hidromasaje.



* El transporte y la logística representa sobre un 10 % del total de los presupuestos anuales de cada escudería. Pese a lo cual, “los trabajadores de las escuderías menos pudientes vuelan con compañías de bajo coste y suelen alojarse en pensiones locales. Nada que ver con los empleados de Ferrari y Aclaren, que disfrutan de billetes en primera y de alojamientos cinco estrellas”.



* Los miembros de cada equipo pasan una media de 200 horas dentro de aviones por temporada y recorren más de 160.000 kilómetros al año, lo equivalente a dar 4 veces la vuelta al mundo.



* Un equipo de Fórmula I tiene un presupuesto medio de 209 millones de euros, aunque los de élite se van a los 305 millones. Entre los 11 competidores que conforman la parrilla (la mayoría de ellos, simples comparsas –Puñetas dixit) el montante asciende a unos 2.300 millones de euros. Casi al doble de esta cantidad se eleva el montante estimado que mueve la Fórmula I al año: 4000 millones. Aquí ya se incluyen los derechos comerciales, venta de las entradas, facturación de la organización… El coste de recorrer un fugaz kilómetro asciende a 419.000 euros para todas las escuderías y un GP supone un gasto de 127 millones. Un patrocinador oficial llega a sufragar hasta el 40 % del presupuesto de una escudería.



La Fórmula I, tal como señalaba en el título con total recochineo, es un deporte de pobres parias de la tierra a los que habría que echar una mano para que puedan seguir ofreciéndonos ese bello espectáculo que nos dan cada año casi una veintena de veces: dos galgos (Ferrari y MacLaren) corriendo como locos y unos cuantos podencos detrás suyo, con la lengua fuera. Me encantan los deportes pobretones e igualitarios, oyes…

9 de abril de 2008

EL PASEÍLLO DE LA ANTORCHA - EL TENISTA QUE SE EQUIVOCÓ DE DEPORTE

EL PASEÍLLO DE LA ANTORCHA LO PAGAMOS TODOS. En el chou que se monta el COI cada cuatro años con dinero público (siendo como es una organización privadísima) andamos ahora con el paseo por medio mundo de la antorcha olímpica. Una escena ridícula y aburrida que gira en torno al puro negocio. Pero esta vez el asuntejo está más que emocionante porque hay mucho personal repartido por el planeta que todavía cree en los derechos humanos, todavía defiende algunas causas perdidas y todavía es capaz de armar la marimorena por quítame esas pajas del Tibet o de lo que sea justo. Así que el montaje de la antorcha haciendo turismo y repartiendo propaganda por las calles está siendo esta vez de lo más accidentado. El autista gobierno chino se está enterando por fin de lo que vale un peine. Y también el COI, para el que el deporte no tiene que ver nada con la política, según se encargan de repetir sus dirigentes mañana, tarde y noche. Y tienen razón: sólo tiene que ver con el dinero. En Francia, Inglaterra y ahora Estados Unidos, el paseíllo de la antorcha está costando un pastón a los ciudadanos de los mencionados países pues las medidas de seguridad, los policías y todo el montaje para que la tea no se apague sale de los erarios públicos de dichos países. (Si ando equivocado, estoy dispuesto a someterme a la tortura china de comerme dos rollitos de primavera en el restaurante que tengo cerca de casa, al que nadie acude ni en los domingos, y que lleva abierto la tira de años, aunque no se sabe gracias a qué milagro económico). Espero que a don Zapatero y don Lizzatal, si es que a estas horas todavía pinta algo en el CSD, no se les haya ocurrido invitar a la antorcha olímpica a darse un garbeo por las Españas diversas y plurales. Me desagradaría cantidubi que con mi dinero y el de otros muchos españolitos sensatos se estuviese pagando el negocio olímpicamente privado del COI y de su actual y coyuntural socio chino.

EL TENISTA QUE SE EQUIVOCÓ DE DEPORTE. Pertenezco a una vieja generación que alardeaba de que el tenis era un deporte de caballeros y de señoritas. Hoy día ha cambiado tanto la cosa que si solo atiendes al sonido te puedes creer que están proyectando una película pornográfica, a tenor de los gemidos de más de uno/a, o si lo ves puedes pensar que aquello es un desfile de modelos con raqueta al hombro. Sí, hubo tenistas que no destacaron precisamente por su deportividad, a pesar de sus genialidades: un tal John McEnroe, por ejemplo. Pero eran excepciones. Hoy sigue siendo un remanso de paz comparado con otros deportes salvo casos como el del ruso Mijaíl Youzhny, situado entre los veinte primeros jugadores del ranking, que el otro día mostró su cara más hosca y violenta. Tras perder un punto en su partido con el español Almagro en una ronda del Master de Miami, se arreó con la raqueta hasta tres veces en la cabeza. Aunque el tipo sea un borde y la tenga muy dura, se hizo una señora brecha y empezó a sangrar. Mami, pupita. Y allá que el partido tuvo que interrumpirse para que el niñato fuese atendido por las asistencias médicas. Para el Puñetas, lo que se ha vendido en medio mundo como una divertida anécdota, es algo muy serio: a este tío tenían que haberlo descalificado tras su agresiva actitud. El público debería haberle abroncado hasta que al menos le hubiese perdido perdón así como al rival. Es lo menos que se merecía. Lo más, una sanción ejemplar por parte de la Federación Internacional. Su comportamiento violento, aunque fuese contra sí mismo, es inaceptable en una cancha de tenis. Sin embargo, se ha ido de rositas (que nosotros sepamos) y hasta ganó finalmente el partido. Su rival argumentó que aquel incidente acabó descentrándole. Más bien pensó que sería su cabeza la que podría estar en peligro de no ganar el ruso. El citado McEnroe maldita la gracia que hacía con sus maleducadas protestas y raquetazos al suelo. Lo de este Mijaíl roza la majadería más majadera. Me parece que se ha equivocado de deporte.

6 de abril de 2008

LOS FANÁTICOS DEL MICRÓFONO


El miércoles 3 de los corrientes llegaba el Puñetas a casa harto de andar cuando, nada más abrir la puerta de su guarida, los gritos llegaban a mis tímpanos como si estuviese en plena guerra de Irak. Raudo abrí la puerta de la cocina descubriendo a mis dos mozuelos futboleros cómo miraban embelesados la silenciosa caja tonta (donde AntenaPuaf retransmitía el partido de la UEFA Bayer-Getafe), mientras que de la radio situada en la mesa salían los graznidos y alaridos de unos hooligans del micro relatando a su fanática manera lo que ocurría en el encuentro.

Aquella escena me tranquilizó. Y como la mesa ya estaba puesta, decidí que había que realizar el sacrificio de ver el partido en su recta final mientras me echaba un trozo de queso manchego al gaznate. Quedarían unos 15 minutos y aquello iba a favor del equipo alemán por un irrisorio uno a cero: el odiado Goliat sólo le llevaba de ventaja al inocente David un mísero golete. Pronto me interesó la berrea que en plena cocina mantenían, a través de las ondas, aquellos periodistas, o lo que fueran. Mis zangolotinos me dijeron que eran del copón de la COPE, pero tengo para mí que en el resto de las cadenas el climax sería parecido: mucho gorgorito folletinesco al alcance tan sólo de los que tienen cuerdas vocales privilegiadas. ¡Qué horror, madre del amor hermoso y del santo prepucio! Aquello parecía una jauría, una olla de grillos, una reunión de vecinos o todavía peor, una clase de matemáticas en un Instituto de Secundaria. Confieso que tuve que mantener toda la sangre fría de que soy capaz –superior incluso a la de una manada de cocodrilos- para no coger el transistor y tirarlo directamente por la ventana, una vez comprobado que por la calle no pasaba ningún alma en pena.


Juro ante Dios y ante la Historia que sentí vergüenza ajena ante aquellos ladridos y burdas opiniones. No quise tomar nota escrita por simple pudor, pero me pareció de locos aquella forma de retransmitir y de opinar. Hubo unos tiempos, ya lejanos y amarillentos, en que los locutores simplemente contaban lo que veían, de la manera más prosaica y limpia para que el espectador u oyente se imaginase el resto. Tenían entonces un respeto hacia el rival pese a que lógicamente preferían que ganase el equipo de casa. Pero aquello ya es historia. Ahora, desde hace unos años pero cada vez con más desatino, lo que se estila es contar las cosas como si el receptor fuese idiota, incapaz de pensar por sí mismo. Se relatan muchas secuencias del juego con una fantasía digna de Harry Potter. Se dan excesivas opiniones, hueras, parciales, excesivas. Se pone a parir a los árbitros y a los jugadores rivales no desde la racionalidad, desde cierta objetividad o neutralidad sino desde el forofismo más desvergonzado y fanático. Será cosa del negocio o será que hoy los tiempos han cambiado que es una barbaridad. Sí, ¡menuda barbaridad!


Khan, el portero del Bayer, cuyo historial besaría cualquier santón futbolero, a ojos de aquellos fanáticos de la radio era un viejo que ya necesitaba gafas para ver de cerca. Todo porque el buen hombre perdía tiempo al sacar de puerta pues su equipo iba ganando. En éstas que llegó el gol del Getafe, del cual me alegré cantidubi simplemente soltando un “me alegro por David”, pero para aquellos tipos casi barriobajeros aquello resolvía un contencioso con Alemania, con Bekenbahuer y con la injusticia universal. El gol fue cantado con tanto frenesí que pensé que su relator sería enviado directamente a las urgencias de un hospital presa de un delirium tremens o de un infarto. Más todo siguió normalmente. Ahora las pérdidas de tiempo del Getafe eran una bendición.


Por fin acabó aquel griterío de locos con el pitido final del árbitro, que tuvo la desfachatez de prolongar unos minutejos el partido. Mis chavales futboleros salieron de estampida hacia sus salas de máquinas, yo apagué raudo y veloz la telecaca y la radiomierda y allí me quedé cinco minutos en el más absoluto y glorioso silencio que jamás he disfrutado. Entonces, para rematar la faena, me puse a llorar con lágrimas de cocodrilo hasta que la señora de la casa oí que me gritaba:



-¡Puñetas, ven pal salón pa que veas al Chiquilicuatre ese!



Juro ante el Quijote y los Hermanos Karamazov que no me tiré por la ventana porque ese día estaba muy cansado de andar tanto y porque no sé volar. Me temo que a este paso voy a acabar pidiendo asilo mediático en la Orden de los Trapenses de Jabalcuerno del Porrosillo donde creo que sólo se escucha el rumor del agua, el pío-pío de los pajarillos y el suave aleteo de las mariposas cuando aquellos se echan la siesta.

2 de abril de 2008

EL CSD JUEGA AL VILLAR - A VUELTAS CON EL PAISA DE RONALDINHO

EL CSD JUEGA AL VILLAR. Era previsible y escandaloso, pero había que dar tiempo al tiempo. Debiendo iniciar la Federación Española de Fútbol el proceso electoral de renovación antes de la finalización del primer trimestre de 2008 (según Orden Ministerial de tal y cual), el señorito Villar ha decidido que él está por encima de la Ley (como si fuera un ciudadano de Kuwait) y que de elecciones tururú, que ya las convocará a finales de año. Para ello ha remitido una carta al Consejo Superior de Deportes (o sea, al Gobierno de la nación) tratándolo de igual a igual “en aras a la concordia institucional”, que en roman paladino villariano quiere decir que yo hago lo que me da la gana porque en sí mismo soy toda una institución. Y, a decir verdad, lo es porque lleva en la poltrona más años que la Pitita y si sale alguna competencia se cambia el reglamento electoral para que sólo él pueda aspirar con éxito a seguir aposentado en el carguete institucional dependiente sólo de la patria fifosa. Con las riendas bien controladas lo ha manifestado sin rubor alguno: “No creo que haya otro candidato y me ofrezco a quienes discrepan para intentar unificar y no tirarnos los trastos a la cabeza. Así no podemos seguir”. Como jugador fue una medianía pero como tío de los despachos a su lado un tiburón es una ovejita lucera. Y claro, así lleva los años que lleva, está donde está y así tiene el porvenir tan esplendoroso que tiene. (Actuemos de pitonisos: el tipo puede ser un día presidente de la mismísima FIFA. ¡Ave César!). Según el Villarato (no está solo, claro, apoyándole entre otros los principales capos de los clubes españoles), la Federación ha dejado de supeditarse al ordenamiento jurídico español pues ya sólo depende de la FIFA. Así que, para empezar, habría que exigirle por las bravas el cambio de nombre: Federación Villariana de Fútbol. Lo de “Española” sobra y, por supuesto, todo parné público que a manos llenas le llega desde las arcas del Estado en forma de subvención, gratificaciones y quereres. El hombre, (ya digo, más listo que el hambre), también se refirió a esto en su momento: “Si el dinero que nos dan los legitima a intervenir, ya no lo queremos. El dinero público sólo les legitima para saber a dónde va, nada más”. A todo esto, el CSD y su jefe interino, el tal Jaime Lissavetzky se va a tragar el marrón –de hecho ya camina con los pantalones bajados- aunque la Constitución que ha jurado defender afirme pomposamente que “todos los españoles somos iguales ante la Ley”. Lo cual no se contradice con que unos somos más iguales (o desiguales) que otros, ¿verdad don Lizza?). Francamente, el Puñetas, en su próxima reencarnación, quisiera ser como Villar. Eso es buena vida y lo demás son cuentos. (Aquí un enlace que explica el posible “enjuague” entre don Lizza y don Villar para que no haya “perdedores” ni “ganadores” en este juego de malabares. Ellos se lo cuecen y se lo comen. Y los que pagamos el cachondeo, con esta cara de idiotas que no se pué aguantá…).


A VUELTAS CON EL PAISA DE RONALDINHO. Estamos en un sin vivir. ¿Qué le pasa al pobre Ronaldinho, que de vendedor de Profiden, Binaca y Optimismo a Raudales, ahora no sólo no enseña la dentadura con su beatífica sonrisa sino que ni siquiera se le ve el pelo o la pelambrera? ¿Qué le ocurre a nuestro dios para que sus fieles andemos tan moscas, tan apesadumbrados, tan infelices, tan sin vivir en nosotros mismos? Dicen unos que está harto del Barcelona donde, como en la política catalana, tras el oasis aparente se bate el cobre una manada de lagartos, cocodrilos, serpientes y reptiles de todos los pelajes que hacen habitualmente la vida imposible a quien pretende ir por libre o mantener su singularidad. Otros señalan que el problema es mucho más humano: el chico ya no se divierte jugando porque ha perdido la ilusión y quizás algún lazo sentimental añorado. Pero, claro, sigue cobrando su peso en oro así que debería ser un poco más honradote y si no quieres jugar dejas de cobrar (tranquilo, no te morirás de hambre) o pides sencillamente el pasaporte a otro país de la Unión Europea. Aquí cada cual cuenta las paridas que se le ocurren. El único que no dice ni mú es el propio afectado. Así que desde el Arco, que siempre le hemos tratado con cierto afecto y como un ser normal, le pedimos que no nos tenga en ascuas, que salga a la palestra, que grabe un video para el Youtube y que lo suba a la interné (así, de paso, le da un soberano corte de mangas a los chicos de los tebeos deportivos) diciendo la auténtica verdad de su lamentable situación actual. Jodé, para un futbolista que nos caía bien, divertido, cachondo, insustancial y tal (el otro es Casillas), va el tío y se avinagra. Nos debes una explicación, machote…

PD: En la viñeta de hoy en vez de Blatter se ha escrito (en boca de Villar) Platter. Lapsus freudiano porque Platter viene de "plata". ¿Cogen la indirecta?

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¡Gracias por vuestra plantilla! (El Puñetas, agradecido).