31 de mayo de 2009

LA MEADA DE LA LEY DE CONTROL DE DOPAJE (1 DE 3)

El 8 de mayo de los corrientes y molientes el BOE (Boletín Obrero Español, ya me entenderán los que quieran entender) publicaba en un chorro de páginas, con esa literatura oficial y burocrática capaz de producir más sueño que la anestesia, un Real Decreto la mar de saleroso “por el que se regulan los procesos de control de dopaje y los laboratorios de análisis autorizados, y por el que se establecen medidas complementarias de prevención del dopaje y de protección de las salud en el deporte”. (Ojo, la errata no es del Arco sino del mismísimo BOE).

Los gobiernos, progresistas y conservadores, han venido a sustituir a la madre Iglesia y desde hace un tiempo vigilan por nuestra salud física, mental y espiritual no vaya a ser que la espichemos antes de tiempo y se largue al carajo nuestra contribución a Hacienda. Uno de sus máximos objetivos es que los  deportistas (los nuevos héroes e iconos de estos tiempos tan gilipollescos) pasen también por el aro y que su corta vidilla profesional dependa de los politicastros y cagamandurrias del poder, deseosos de controlar hasta el aire que respira el gentío. Pero como todos son muy democráticos (tururú…), su vigilia permanente la hacen por la salud de los deportistas y para que no haya trampas en la cosa, como si todo el tinglado no estuviese montado sobre la mayor de las trampas (el dinero y la suerte) y como si el deporte de alta competición fuese la mar de saludable. No te jode…

El Puñetas ha tenido la santa paciencia de leerse de pe a pa semejante engendro (espero no sufrir efectos secundarios en un futuro). No abusaré de la confianza del lector (y de un posible ictus cerebral) contándole de pi a po de qué va el rollo, pero sí fusilaré algunos de los párrafos que considero más significativos para reírme un poco de ellos. Si así tratan a los deportistas famosuelos y tal, ¡qué no serán capaces de hacer estos meapilas con nosotros, pobres diablos miserables! Dejo de lado toda la patraña leguleya sobre las “actuaciones en materia de protección general de la salud del deportista”, dado que no nos hemos caído de un guindo ni somos creyentes de cuentos chinos y paso a subrayar algunas perlas majóricas del Decretazo que –sintiéndolo mucho- amenazan con irse a los cuatro folios, así que las publicaré en los próximos días hasta la derrota final por agotamiento del personal y mío.

“El Consejo Superior de Deportes desarrollará una base de datos que ofrecerá la información necesaria para ofrecer una asistencia clínica adecuada a los deportistas”. Patada en los testículos de la intimidad e intromisión en la salud de los demás, como si éstos fuesen críos de pecho, incapaces de velar por ella y por ellos mismos. ¡A otro perro con otro hueso!

“El Consejo Superior de Deportes promoverá la firma de convenios de colaboración con las federaciones deportivas españolas a fin de implantar la tarjeta de salud del deportista”. ¿No basta con la tarjeta de la Seguridad Social o la de un seguro privado? Además de la manía de meterse en la salud de los demás, se me olvidaba que estos cantamañanas consideran al deporte-espectáculo como un asuntejo de Estado.

“Se publicará en el «Boletín Oficial del Estado» la lista de sustancias y métodos prohibidos en el deporte”. ¿Lo decidirán los médicos o los políticos, y bajo qué criterios? ¿Será sustancia dopante algo tan habitual en el común de los mortales como el café, alcohol, aspirina o pasta de dientes?

“Realizar campañas y actuaciones que promuevan los valores éticos del deporte y el juego limpio”. ¡Mas propaganda, no, por favor, salvo que la paguen ustedes de su bolsillo! ¡Dedíquense a hablar de los valores éticos del buen gobierno, que ni existen ni se les espera!

“Los sujetos incluidos en el ámbito de aplicación del presente real decreto tienen el deber de crear, registrar y mantener actualizado un libro-registro de tratamientos sanitarios de los deportistas susceptibles de producir dopaje en el deporte”. Para “sujetos”, los que escriben el panfleto, tan malamente que hablan de “deportistas susceptibles de PRODUCIR dopaje”. Las personas, catetos míos, no producen dopaje; a lo sumo determinadas sustancias que consuman según y cómo…

27 de mayo de 2009

UNA FINAL DE CHAMPIONS INOLVIDABLE

Cuando esta mañana Toño, el nuevo fichaje del taller, me invitó a su casa para presenciar la final de la Champion en el Plus y en Alta Definición, mis ojos me hicieron chiribitas. No por nada, pero el tío se casó hace tres meses y me cuentan otros compis del taller que su chavala está de pan y moja. Así que como no tenía mejor plan, a las  ocho de la tarde y con una botella de un buen Rioja en la mano, me presenté en casa de Toño. En aquellos momentos estaba sólo el gachó. La mesa ya estaba preparada, con sus velitas y todo. Y su moza en el baño, dándose una ducha, pues acababa de llegar del curro.

-Trabaja de dependienta en el Corte Inglés. Ahora la conocerás en cuanto acabe de ponerse cómoda.
-¿Y qué tal te va en la nueva vida de casado? –le pregunté para ir entrando en confianzas pues yo con el Toño, como es nuevo, nunca he tenido mucho palique.
-Estoy que me salgo. Más o menos como Messi, Iniesta y Guardiola.
-Mira qué bien –le repliqué, envidiosillo-. Pues yo ni entro ni salgo sino todo lo contrario. Más o menos como el Real Madrid…

En estas que apareció Yolanda, que así se llama la parienta del Toño. Señores, ¡qué moza! Tipo Ferrari, con una carrocería último modelo, aunque no sé yo si los neumáticos serán naturales o recauchutados. Me saludó guiñándome un ojo, la muy salerosa, y a mí sólo se me ocurrió decir, fruto de la impresión…

-¡Jodéee….!
-¡Eso –replicó Toño-, los vamos a joder vivos a esos niñatos del Manchester!

Nos sentamos en el sofá y yo ya no sabía a donde mirar, si a la tele de plasma donde el HD me presentaba el campo como si yo estuviese allí dentro, si al bigote del Toño que no paraba de moverse masticando chicle como el Fergunson ese, o a los neumáticos de la Yolanda, aunque sus cachas –semidescubiertas al sentarse en el sofá- invitaban también a no perdérselas de vista. ¡Jodé, no se pueden comparar las piernas de Xabi con los jamones de una buena moza, por muchos buenos pases que haga el amigo! Cuando llegó el gol de Etoo empezó la fiesta. Pareciera que el camerunés hubiera transformado a aquel par de tortolitos en una pareja de empalagosos cretinos. Se pusieron tan contentos que empezaron a darse besos en los morros en plan película X y a decirse cursiladas tales que aquella escena era de una imbecilidad sorprendente e inesperada:

-¡Etoo, guapín, quiero un hijo tuyo! –empezó a gritar y saltar la Yolanda, con tal alborozo que pensé por un momento que se quedaría con las domingas al aire.
-Nena no me quiere, yo enfadarme –le dijo algo mosqueado el Toño.
-Pero tontín, si sólo era una frase hecha… -replicó su amorcito, dándole un ósculo (los de la ESO, pinchar en este enlace) en todos los morros.

Aquello fue el pistoletazo de salida y no sé si para congraciarse el uno con la otra o porque los dos son así de imbéciles en la intimidad, empezaron a mezclar el partido con su amorcillo.

-¿Cuántos goles me vas a meter esta noche, Toñoño mío?
-Tantos como meta el Barça, pichurrichona mía…
-Ay, qué bonito, Toñito…, mi principín guapetín…
-Hum, que te como tu salsita pichurritita, mamita mía!

Juro por San Cucufato que nunca he visto un partido más desconcentrado por culpa de aquellos dos mastuerzos. ¿Puede el presunto amor y el gol de un delantero centro culé transformar a dos seres aparentemente normales en dos monstruos del cretinismo y la idiotez compartida? La pareja cursilona y relamida me estaba amargando la final mientras que ellos no paraban de toquetearse y de decirse chorradas. Así que en cuanto llegó el descanso simulé horrorizado que me parecía que había dejado  abierto el grifo de la bañera y que tenía que regresar urgentemente a mi piso a cerrarlo. La tontícola pareja, deseosa de dar rienda suelta a sus azucaradas querencias (a ello también ayudó el que se zumbaron todo el Rioja en un pis pás) me pidió que, antes de irme,  cortara la tarta que habían comprado para festejar la victoria culé.

-No queremos que te vayas sin que participes de la tarta victoriosa, porque este partido lo ganamos por dos cero, monín... –me dijo la señora del Toñoño.
-Espérate que el Manchester se ponga las pilas –repliqué para joder un poco la marrana…
-Ganaremos por dos a cero –me replicó el señor de la pichurrichina- y el segundo lo meterá Messi de cabeza. Ya lo verás si es que no tienes en casa a los bomberos achicando agua… Anda, Cipote, corta la tarta y tómate un trozo antes de irte.
-Pero no le hagas mucha pupa al pastel –dijo melosa aquella tipa, más buena que el pan pero más tonta que una cebolla.

Y Toño me dio el cuchillo. Su mujer y él se volvieron de espaldas para simular la pupa que yo iba a hacerle al pastel. En esos momentos me entró un cabreo que ríanse del que tenía Cristiano Ronaldo. Mi cabeza se llenó de sangre, mis ojos se salían de las órbitas y aquel cuchillo en mano invitaba a segar los pescuezos de aquel par de gilipollas. Afortunadamente recobré la calma pensando que el verdadero culpable de aquella mentecatez  fue Etoo al marcar el gol que abrió la Champions al Barça y que, en todo caso, la memez de la pareja era mucho menor que la de algunas ministras del señor Zapatero, también allí presente en el Olímpico de Roma. Partí el pastel en varios trozos, los repartí a aquellos idiotas y me despedí a toda prisa mientras me saludaban abrazados (él tocándole el culo a ella) diciendo:

-¡Nos vemos, Cipotillo, en la próxima final de Champions!
-¡Y una mierda! –dije sin que me oyeran aquel par de pollitos tan cretináceos.

24 de mayo de 2009

CARTA A MESSIÉ PLATINI

Estimado señor. Ya sé que su actual cargo de presidente de la UEFA le permite decir lo que le salga de la lengua y que siempre tendrá a un correveidile periodista para que transforme sus sonidos guturales en letra impresa o en algo peor: en videos de youtube. También sé que es usted memoria viva de los últimos 40 años del fútbol europeo y que ha cosechado multitud de premios, campeonatos y copichuelas, incluyendo el ser tres veces Balón de Oro, que debe ser algo así como el Premio Nobel del fútbol. Incluso me he informado bien y sé que es Caballero de la Legión de Honor, la más importante de las condecoraciones francesas, establecida –como no podía ser de otra forma- por aquel enano emperador llamado Napoleón. Todo ello permitiría llamarle de Ilustrísima para arriba pero como sólo sé francés de oídas, le llamaré simple pero educadamente, Messié Platini.

Le escribo porque acabo de leer una frase rimbombante de las suyas que me ha hecho mucha gracia: “El fútbol es como la música, un lenguaje universal, sin nación, ni raza”. Messié, comparar lo que hace Xabi, Iniesta, Ronaldo y otros peloteros insignes con lo que idearon Beethoven, Mozart o Tchaikovsky (unos mindundis, por supuesto) invita un poco a la reflexión sobre si lo que a usted le sobra es imaginación peloteril o lo que le falta es formación musical. Hablar de música, así, a palo seco, cuando hay tropecientos mil tipos de músicas, invita a caminar por arenas movedizas pero todo el mundo sabe (o debería saber) que la música de Champions, con mayúsculas, la hicieron –entre otros- esos tipos arriba mencionados. Quizás si usted se refería a la música que hoy día hacen multitud de analfabetos, lo mismo tiene razón, pero debería haberlo matizado pues todavía hay gente por este mundo –como el muá- que tiene clara aún la diferencia que hay entre el arte y la pedorreta.

No, el fútbol no es como la música, se ponga como se ponga, messié. No es un lenguaje universal porque hay millones de panolis a los que no les gusta el fútbol, nunca lo han practicado y se ciscan en él por cuanto ven que actúa de comedura de coco y engañabobos. Eso de que no tiene nación no se lo cree nadie pues precisamente uno de sus éxitos ha sido y es el parapetarse detrás del nombre de una ciudad o país, como si la selección española de peloteros unidos representasen a este país de locos o como si los grandes clubes fuesen el frasco de las esencias de las respectivas ciudades donde se ubican. La única patria del fútbol es el dinero y cualquier pequeñajo con balón incorporado le dirá a usted que de mayor quiere ser futbolista porque se cobra mucho, se trabaja poco y se sale mucho en las telecacas. (Eso sí, nadie habla del altísimo coste que tiene, con lesiones cada por tres, seis, pero París –el éxito, la pasta y la fama- bien vale dos roturas de ligamentos y una fractura de tibia y peroné). Lo de la raza no sé a qué cuento viene porque los orientales no parece que estén muy por la labor de perder el tiempo pegándole pataditas a un balón; los negritos prefieren el baloncesto si son de los USA y si malviven en las Áfricas están más por la labor de comer lo que puedan o lo que les caiga del cielo que distraer su dura existencia marcando goles en medio de la sabana. El futbolín es más bien un deporte de blancos satisfechos, ociosos y calentones, lo que no desmerece en nada el que pueda ser calificado de deporte apasionante, épico, descacharrante y bueno para la siesta, eso sí, sin sacarlo más allá de sus estrechos límites que son el ser más  simple que el mecanismo de un chupete, lo cual le aleja evidentemente de lo artístico, messié. Que muchísimos millones de tipos y tipas se lo pasen chachi piruli practicándolo (los menos) y viéndolo con una lata de cerveza al lado (los más) sólo demuestra que gran parte del género humanoide se contenta con poco…

Pero lo que marca la diferencia fundamental entre la música y el fútbol es que aquella sirve, además de para elevar el espíritu, para amansar a las fieras mientras que su deporte predilecto (del cual siempre ha vivido tan ricamente, por cierto) más bien lo que hace es excitarlas. Fíjese si serán “lenguajes” diferentes que la una necesita años de formación, aprendizaje y esfuerzo y el otro sólo precisa tener dos piernas y una cabeza que no piense mucho.

En fin, messié, no pretendo hacerle la puñeta ni la cusqui con esta carta pero comparar el fútbol con la música es equivalente a confundir la velocidad con el tocino y el culo con las témporas. Claro que si yo estuviese en el negocio en que usted está, lo mismo cambiaba de opinión, je, je…

Un saludo y reciba una cordial patada en las espinillas de parte del Juan Puñetas, su fiel crítico.

¡Música, ven; traspasa todo
-cuatro días, el ruido, un imposible-,
todo lo que separa todavía
mis oídos y el alma, de tus ojos!

(BLAS DE OTERO)

20 de mayo de 2009

¿QUÉ TE APUESTAS?

La prensa, especialmente la deportivesca, suele tomar a sus lectores –habitualmente del mismo equipo  que ella- por el pito de un sereno. Quiero decir, que les mete cada trola que, sólo de los últimos cinco años, se podría hacer un libro de mil páginas relatando los embustes, falsedades y noticias huecas que se han publicado.

Una de las últimas me ha divertido cantidubi dubi dá. (A estas alturas de la película de terror uno no está para escandalizarse ni enfadarse por nada). Escribía el 8 de mayo de 2009, página 7, el diario AS: “Cristiano ya tiene su número asignado: el 9. Se duda qué pondrá en la camiseta: Ronaldo o C. Ronaldo”. Como tengo el convencimiento de que es una mentira como una catedral que Ronaldo llegue al Real Madrid próximamente, la “noticia” habría que calificarla de “inocentada” o, simplemente, de “majadería”. “Cuando las partes llegaron a un acuerdo el pasado verano, ambas partes acordaron que el luso luciría el dorsal 9.” (…) De hecho, según ha podido saber AS, algún miembro de marketing del club ya está elaborando un plan estratégico con ese dorsal para adelantarse al fichaje de la estrella del Manchester United por el club blanco”.  O sea, que los aficionados merengues ya pueden empezar a soñar despiertos con el que –dicen- es el mejor jugador del mundo, mejorando la infinidad de los que tenemos jugando en la Liga española. “Si finalmente se cierran los fichajes del portugués y del francés….” –se escribe en un articulillo adosado al anterior, refiriéndose a Ribèry y hablando de fichajes para la temporada 2009/2010.

Desde el Arco afirmamos rotundamente que lo escrito en el AS es un embuste. Nuestras fuentes de información, mucho más precisas que las del diario madrileño, son  gente muy cercana a Cristiano Ronaldo: el repartidor de pizzas que se las lleva a casa, el limpiabotas que se las tiene siempre como los chorros del oro y un primo de un vecino de su hermana. El día que empiece la Liga española vamos a recordar a Óscar Ribot, el firmante de la noticia trolera y al director del diario qué pasó con su profecía tipo Nostradamus. Y si, por milagro de San Cucufato, al final sonara la flauta y Cristianín se viniera pa las Españas, juro solemnemente que me hago suscriptor del AS durante seis meses, aunque luego el periódico sólo lo utilice para envolver los bocadillos de la mañana. Ahora sería conveniente saber qué piensan hacer ellos si su noticia inventada no se hace realidad. ¿Se irán a plantar alfalfa al Everest o serán ascendidos al diario El País? Se admiten apuestas sobre quien será el vencedor de esta lucha sin cuartel entre el aficionadillo Puñetas y los profesionalizados tipos del diario de la chica en bikini.

17 de mayo de 2009

LAPORTA: FELICIDADES Y ACOJONO

Como aquí solemos darle siempre la vuelta a la tortilla, digámoslo claramente antes de que el lector o lectora se haga un lío con sus partes pudendas: don Joan Laporta anda muy, pero muy preocupado durante estos días. Es más, anda acojonado, si se me permite la expresión.

-¿Ya estamos, Puñetas? ¿Es que no puede usted ser como el resto de los mortales, que felicitan a don Joan por su doblete futbolero, echándole flores y azúcar por un tubo? No sólo tiene el mejor equipo del mundo, al delantero mejor del mundo (Messi), al centrocampista mejor del mundo (Iniesta) y al defensa mejor del mundo (Pujol), si no que él mismo es el mejor presidente del mundo, capaz de pasar del “desastre” del año pasado al éxito del de éste con sólo cambiar de entrenador (un recién llegado) y echar a dos de los mejores jugadores (Ronaldinho, de cuya sonrisa ya nadie se acuerda, y Decco).
-Pues, oiga, además de todo eso, don Joan es el presidente con más chorra (suerte) del mundo. Más a su favor… Pero no me interrumpa que sólo quiero rellenar un folio con mi salida de pata de banco.

En efecto, veo a don Joan feliz, muy feliz, pero también un poco acojonadillo. Y para eso estamos en el Arco, para ver y contar lo que otros no cuentan ni ven. (Triste destino el nuestro, qué le vamos a hacer).  Intentaré explicarme antes de que me envíen a la porra.

Como esto del fútbol es de lo más irracional (nunca se cumple en este deporte que uno más uno sea igual a dos, sobre todo si el segundo “uno” se ha marcado en campo contrario, donde vale el doble), mucho nos tememos que don Laporta ya está echándole el ojo a la temporada que viene y se las está oliendo. Si este año su Barça “güeno” consigue el doblete o el triplete, el año próximo la afición (que, como toda afición que se precie, suele pensar con los pies) le pedirá otro tanto pues en caso contrario la cosa se tomará como un rotundo fracaso. Mejor hubiera sido haber conseguido esta temporada  sólo un título y dejar el otro o los otros para la venidera. Así nadie podría argumentar al final del próximo año que “vamos para atrás como el cangrejo” o “del triplete hemos pasado al cerete o al unete”. En cualquier otro equipo (salvo el Irreal Madrid) muchos se conformarían con el consabido “que nos quiten lo bailao”, pero en Can Barça y Casa Madrid sólo hay una máxima: “Siempre campeones y si no os cortamos los coj…” (a los jugadores, entrenador y directiva, se entiende). Unos clubes que sólo están contentos si son el namber guán todas las temporadas, están condenados a vivir en una casi perpetua depresión. Y eso don Joan, chico listillo, ya lo sabe y empieza a olérselo de cara a la próxima temporada, donde ganar sólo un titulillo será considerado por muchos como un morrocotudo fracaso a pesar del enorme trabajo que cuesta conseguirlo. (Los demás equipos, oiga, es que no son mancos… cojos, quiero decir).

Para más inri, regresa Florentino a la casa del máximo  y único rival de las Españas. Sí, ese que en otros tiempos lo primero que hizo fue la cochinada de llevarse a Figo de Canaletas a la Cibeles.  Así que don Joan, entre título y título, está pensando que lo mismo –ahora que regresa el Cid Campeador blanco- se repite parecida jugada. ¿Será Messi, Iniesta, Pujol, Xavi, Bojan…? Parece que el único intocable es Etoo… Así que el máximo mandatario del club culé, entre sonrisa y sonrisa, entre gesto feliz y gesto feliz, entre título y título, anda ya con  la mosca detrás de la oreja, o sea, acojonado: “Sería una agresión deportiva que Florentino intentase fichar a uno de los nuestros” . ¡Y eso lo dice quien no tiene reparos en fichar a cualquier jugador que destaque en cualquier otro equipo!

Ya digo y decía: veo a don Juan un poco acojonadillo entre flor y flor del éxito actual. Don Florentín cabalga de nuevo y el hombre, un tiburón de las finanzas, no tiene más moral deportiva que el dinero y el éxito. Se nota que Laporta, en cambio, está hecho de otra pasta. Abogado discreto, se refugia en la cosa politiquera de los pactos y tal. Se ve que la política tampoco es lo suyo… Deje de preocuparse por el futuro (que no existe) y disfrute todo lo que pueda de la flor que este año le ha salido en el culito. Algo tan irrepetible (incluso para el mejor club del mundo) hay que festejarlo a lo grande pero con la moderación debida, no como esos cretinos que destrozan la ciudad coreando Barça, Barça, Barça. Hasta en las mejores familias siempre hay garbanzos negros (por decirlo muy suavemente)…

14 de mayo de 2009

A VUELTAS CON LOS HIMNOS

No soy nada sospechoso de tener querencia por los himnos. Por cualquier tipo de himnos. Ninguno –por muy cercano que lo tenga- ha conseguido del muá unas lagrimitas de emoción, un leve erizamiento del vello ni un sentimiento de pertenencia a ninguna grey. Sin embargo uno entiende que haya multitud de gente a la que escuchar su himno nacional, regional, del partido o de la peña de cartas le haga tilín y tolón. Incluso que algunos se vuelvan –aunque sea por unos breves minutos- mejores personas. Por eso el Puñetas, si no tiene más remedio que escuchar un himno de lo que sea, rodeado de gente por todos los lados a los que sí les encanta y emociona, se limita a escuchar en silencio, sin dar la nota, aunque en su fuero interno esté maldiciendo el numerito. A esta actitud puñetera se le llama “buena educación”, de la que presumo. En cambio, lo que ayer se vio en Mestalla con la pitada masiva al himno español por parte de miles y miles de aficionados –se supone que vascos y catalanes-, fue un acto de pésima educación, pero comprensible porque en el interior de un estadio futbolero si algo falta siempre en la grada (y muy a menudo, en el césped) son las bellas maneras, las formas agradables, el fair play y esas bobadas del buen comportamiento y la urbanidad. Luego se extrañarán algunos que, a su vez, otros de la misma calaña les toquen también las narices con el mismo temucha. Y que el patio esté siempre la mar de cabreado y guerreado.

Todo esta merienda de blancos (dejemos a los negros en paz)  se acabaría si alguien con dos dedos de frente (yo diría que progresista) dijera que en un campo de juego los himnos sobran y que se acabó el numerito. Ni los equipos representan a los países o regiones o ciudades ni un estadio es el sitio adecuado donde dedicarse a los menesteres del tachín tachín. Mas como no hay quien le meta mano al asunto deberían al menos darle la vuelta e introducir todos los himnos necesarios para evitar escenitas como la de la final de Copa de este añete o discriminaciones intolerables. Así que modestamente propongo que ya que no hay nadie que tenga bemoles para quitar de un plumazo los himnos de los campos deportivos, deberían incrementarse para que así reflejen la cosa plural y todo el mundo quede contento (o cabreado). Así que ayer, en el Atletic de Bilbao- Barcelona no sólo debió de sonar el himno español sino el catalán y el vasco. Luego el himno de Valencia, por ser ciudad anfitriona. Luego el himno de los tres árbitros, cuyo mérito en el espectáculo nadie discutirá. Y, por supuesto, debieron sonar los himnos nacionales de todos los jugadores extranjeros, que también tienen su corazoncito. Muchos estadios abren sus puertas un par de horas antes del encuentro así que no podrá argüirse problemas de tiempo. Luego está el descanso y todos los múltiples parones que se producen en el juego, donde siempre se podrá colar –como se hace con la publicidad- un himno cualquiera. Así habría más justicia y ecuanimidad pues si algunos vascos pitan el himno español, algunos españoles abuchearán el vasco y así sucesivamente. (O habrá aplausos para todos, que lo dudo…).

No tengo confianza, francamente, en que ninguna de mis dos sugerencias extremas (quitar las canciones patrioteras y paletonas o radiar todas las de los artistas invitados a la fiesta) sean llevadas a  la práctica por quien o quienes corresponde. Pues lo siento… A decir verdad, ya está acostumbrado el Puñetas a que sus sensatas y chiripitifláuticas propuestas caigan en saco roto. Y así se arman los pifostios que se arman…    

12 de mayo de 2009

POR FIN SE FUERON LOS DEL COI

Por fin se largaron ya los 13 inspectores del Comité Olímpico Internacional que en los días pasados vinieron a Spain a darse la vida padre a cuento de los cuentos que el alcalde más endeudado de España, un tal Gallardón, tiene escritos y hablados en torno a las Olimpiadas. La deuda, claro, no la pagará el tal sino la ciudadanía madrileña y hasta española que a la hora pagar a escote sí que somos una sola nación.

Pues decía que vinieron 13 tipos y tipas a examinar cómo está el patio olímpico de Madrid pues dentro de unos meses el COI deberá decidir a donde se lleva el circo tras el ya aprobado de Londres. Desde la Corona a la Presidencia del Gobierno pasando por famosuelos, deportistas de élite y vividores de salón, todos se han postrado a los pies y manos de los inspectores besándoles todo lo besable. O sea, cayendo en el más puro servilismo y bobaliconería. En ninguna otra cosa se ponen de acuerdo nuestros politicastros y vividores de la cosa pública, pero en lo de las futuribles olimpiadas madrileñas (y españolas) ahí están de acuerdo: vengan fastos, gastos y meneos con tal de figurar durante un par de semanas como el anfitrión mundial del deporte ídem, como si este país no tuviese temas y apuestas más  importantes que hacer y en las que endeudarse aún todavía más. Pero, ¿es que acaso no nos conocen ya en todo el mundo, incluyendo a los habitantes de los planetas más cercanos? ¿Duda alguien que Spain (y Catalunya, Galicia, Euskadi, Andalucía, etc) son el centro del universo? ¡Pero si tenemos al mejor centrocampista del mundo! Iniesta. Al mejor portero de fútbol del mundo: Casillas. Al mejor equipo del mundo: el Barça. Y no sigo porque mi ego va a acabar reventando de tanto bombo y autoestima. Lo mismo nos pasamos, como en estos casos, que no llegamos y consideramos que tenemos menos valor que una caquita pinchada por un palo. ¡País de ciclotímicos!

Volviendo a los alegres chicos y chicas del COI. Hay que ver lo bien que les han vendido nuestra oferta olímpica, incluyendo a niñas dicharacheras, viejas glorias, sonrientes paralímpicas, presidentes realísimos y todo tipo de ganchos publicitarios. Y los tipos/as, venga sonreir, very good, qué diantres van a decir. ¿Un poquito más de tortilla española? Sí, Gallardón, una poquita más, si es que sigue invitando la casa… (A ver, alcalde, cuando nos cuentas el pico por el que nos ha salido esta visita. Es más, a ver cuando nos alegras las pajarillas mostrándonos las cuentas de todo lo que llevas gastado desde que empezó este numerito de la candidatura olímpica…¿Cuántos ceros le ponemos a la cifra?).  Se bromeó sobre el fabuloso tiempo de Madrid, como si el mismo dependiese de la voluntad de la Comunidad de Esperanza Aguirre. Se habló del Madrid-Barça, claro, que a muchos de los inspectores les importó un rábano porque serán lo que sean pero de tontos no tienen un pelo. Comprobaron que los madrileños son gente muy simpática. (Bueno, lo comprobaron gracias a sus contactos en la tercera fase con  los camareros y personal del hotel, claro). El alcalde, tan hinchado de ego como siempre, proclamó una vez más que “nos merecemos estos Juegos” que, traducido al lenguaje preciso, quiere decir: “me merezco estos Juegos”. Y todo, claro, porque “nuestra candidatura es la mejor”. (Faltaría más…). Es más, si se conceden a Madrid, “o sea, a mí”, serán “los mejores juegos de la Historia”. Si es que no tiene abuela el muchacho…

Don Jaime Lissaqué, jefe de Deportes de Zapatero, proclamó sin rubor alguno que “nos darán un diez en cortesía” (cuánto topicazo, dios mío, que uno ya pensaba desterrado), aunque durante el “examen” de los inspectores debió de estar como un flan. Al fin y al cabo, si la candidatura sale hacia adelante, tendremos Lissaqué para una buena temporada. Al final los llevaron a una sesión de flamenco y a una corrida en las Ventas. Andalucía sigue siendo la pandereta de España. Supongo que al menos les darían algún día un cocidito madrileño…¡digo yo! O unos churritos o unos callos…

En fin, que al Puñetas le causan risa estos meneos de cerviz, testuz y espinazo de gente tan importante ante unos tipos del COI a los que sólo les importa su negocio, que pagaremos con el sudor de nuestros lomos impositivos para que los unos y los otros se pavoneen durante unos añitos de gloria a costa nuestra. Por lo demás, que hagan lo que quieran, pero aquí manifiesto solemnemente que al Puñetas no convencerán con sus cantos de sirena a precio de oro. Que hagan lo que quieran. Al fin y al cabo es lo que vienen haciendo desde siempre… 

6 de mayo de 2009

¡ÉSTO ES FÚTBOL, ÑORAS Y NORES! (PARIDILLAS TRAS EL CHELSEA-BARÇA)

Hace unos minutejos ha finalizado la eliminatoria de Champions entre el Chelsea y el Barcelona. El equipo de Guardiola, en el último suspiro, ha conseguido el pase a la final. Se le ha aparecido la Virgen de Montserrat y la del Pilar. Nos alegramos muchísimo de ello pero aquí no nos pagan para cantar la gesta del equipo blaugrana –que cantarán tropecientos mil blogueros y periodistas mucho mejor que el muá- si no para dar fe (tratándose de fútbol es lo menos que podemos hacer) del disparate en que se ha convertido este deporte, para bien y para mal. Escribamos a vuela tecla algunas observaciones de telespectador frío, racional e imparcial, que ha tenido la santa paciencia de estar amarrado dos horas a una silla delante de la pantalla del Digital Pus.


El equipo que se ha clasificado para la final no ha marcado más goles que el que ha quedado eliminado. Eso de que los goles en campo contrario valen el doble sólo sirve para tapar la mediocridad del juego y engañar a las matemáticas. ¿Dónde está la lógica?: el Barça sólo disparó una vez entre los tres postes y fue gol, mientras que el Chelsea tuvo un montón de oportunidades directas pero las falló todas; en cambio marcó en una jugada dificilísima, o sea, en plan churro (sólo sale bien una de cada mil). Los jugadores chelsiacos (y los espectadores) estuvieron todo el rato reclamando penalti va y viene: fue la jugada más vista del encuentro. Además de para aguantar las quejas de los entrenadores, ¿para qué sirve el cuarto árbitro? Los microfonillos de los trencillas desentonan bastante en un deporte tan primitivo. En un segundo se puede pasar de la desolación a la euforia más desenfrenada (y viceversa): todo por un golpe de suerte, también llamado “gol”. Hay jugadores que deberían dedicarse más al teatro que a darle patadas al balón y a los rivales. Hay otros que gastan más energías hablando con el árbitro que jugando. La frustración de perder se alivia protestando ante el árbitro, incluso una vez acabado el partido. Futbolistas hay que más que escupir echan medio litro de espumarajos por la boca (jodé, qué beberán…). No sirve de nada jugar muy bien a la pelotita si luego se es incapaz de meterla en la portería contraria. El Chelsea será un equipo muy "rudimentario" (palabritas de los locutores del Pus, tan neutrales y objetivos como siempre) pero ha tenido contra las cuerdas al “mejor equipo del mundo”. Algunos bocazas deberían usar la calificación anterior sólo una vez  finalizada la temporada, tras contar los títulos conseguidos por los diferentes equipos así  como valorar otros detalles sin importancia, exceptuado el chauvinismo.  La derrota suele ser más “épica” que la victoria. Debería estar prohibido cambiar jugadores en los últimos diez minutos de un partido: sólo sirve para perder tiempo y destrozar el ritmo del partido.


Niños llorosos que deberían estar en la cama, jóvenes alborozados cuando hacía dos minutos rezaban a San Cucufato, entrenadores corriendo por el campo como gacelas, jugadores a los que no les riega muy bien el cerebro, miles de aficionados que se gastan un potosí siguiendo a su equipo –mañana volverán a hablar de la crisis-, árbitros crucificados por los perdedores, hinchas disfrazados de periodistas y jugadores disfrazados de hinchas, un negocio fenomenal… ¡Esto es fútbol, ñoras y ñores! Un deporte tan disparatado  como la vida misma que disfrutamos y padecemos todos los días del año. Agonía, surrealismo, desenfreno, falta de lógica, suerte (buena y mala) y todo lo que ustedes quieran. Aquí cabe todo menos el sentido común.

3 de mayo de 2009

LA ESCOPETA NACIONAL DEL CLÁSICO

-Eh, Puñetas, es hora de despertar. El clásico Madrid-Barça ya pasó y, por si no lo sabe, los de Guardiola le metieron 6 a 2 a los de Juande. Una paliza histórica…
-Pues nada, que levanten un monolito  en las Ramblas para conmemorar la heroicidad culera y que en el Bernabéu pongan una lápida recordando tan sonoro fracaso merengón.
-El título de su anterior artículo (“Peor que la gripe porcina: llega el enésimo Madrid-Barça”)  ha sido muy comentado en ministerios, bares y prostíbulos. Por exagerado, quiero decir…
-Qué va, hombre… La gripe porcina, o como ahora la llamen, pasará pero el cretinismo mediático y la estupidez globalizada en torno a este tipo de encuentros, eso… ¡no pasará! Y para que vea que no hablo a humo de pajas, preste atención a lo que sigue, que tiene bemoles…

El día 1 de mayo encontraba el Puñetas en la página web del diario Público una cosa verdaderamente llamativa: “Una mujer azulgrana  y una mujer blanca”. Se ve que el diario más “progresista” del país no tiene empacho en caer en la carcundia cuando se trata de hablar del clásico. La mujer blanca era Angélica Lidell (directora, actriz y dramaturga –además de forofa del Real) y así titulaba una parida situada a medio camino entre la mitología y la verdulería: “Sí soy una puta madridista”.  La fémina blaugrana era Ana María Moix, hermana de mi admirado Terence Moix, desgraciadamente ya fallecido. Su rollete intelectualoide-futbolero  también tenía un titular la mar de llamativo: “Sólo me transmitieron una fe: el Barça”. (Por si los de “Público” –o sus autoras- se avergüenzan algún día sobre sus escritos y página, retirándolos/la de la circulación, previsoramente los dejaré transcritos en un comentario).

Sexo, política, religión y goles. Jodé, qué cuadro de la escopeta nacional de la progresía de salón de este país…

“¿Quién cojones son los putos fascistas para apropiarse de esa gloria que nos pertenece a los amantes de lo bello, oh, Laudrup? Mi abuelo era rojo y madridista. Mi técnico de luces es troskista y madridista. ¡Mierda! Tenemos derecho al resplandor”.  Es más fácil confundir los churros de la carretera con los comestibles que hacerse el  chichi un lío (versión femenina de “hacerse la picha un lío”) entre el fútbol y la porca política. Como decía un comentarista de la cosa, al final de la página de marras, “patético y curioso qe se relacione al madrid con franco y al barsa con ideologia de izqierdas....”. (Ni el Ardilla comete tantas faltas de ortografía en un una sola frase, pero esa es otra historia). Sólo desde el desconocimiento más profundo de lo que es la derecha y la izquierda política –tan difusas y camaleónicas hoy día- se puede sostener la boutade de que un equipo futbolero está situado en un espectro político u otro. Salvo que entremos en el terreno de la masturbación pura y dura, asunto que al Puñetas ya le pilla muy mayor. En todo caso uno comprende el atractivo que el fútbol representa para la afamada dramaturga Lidell pues, en ocasiones, cuesta trabajo discernir donde acaba el fútbol y donde empieza el teatro de esos tipos habitualmente tan poco educados que cuando marcan un gol no tienen empacho en montar un numerito circense en corral ajeno mofándose del respetable que asiste al encuentro (y pagando una millonada).

Las querencias religiosas de la escritora Moix vienen a reflejar lo que ya hemos sostenido aquí en un par de ocasiones en que andábamos algo lúcidos: que el fútbol-espectáculo es el opio del pueblo tras sustituir por goleada a la religión (basta ver la liturgia que se traen entre manos en el inicio de un partido de Champion).  Los izquierdistas modernos, no así los de hace años, parecen desconocer el efecto “adormidera” del fútbol competitivo –presente en nuestras vidas desde la mañana a la noche, pasando por todas las semanas y fiestas de guardar- así que uno no logra entender su fascinación sobre el vuelo de la pelota, olvidando la famosa frase de don Carlitos Marx. “Mi familia no era creyente, mi padre sólo creía en el Barça” –escribe doña Ana María. Refleja una situación nada excepcional por estos pagos: ateos que sacan al Cristo de la Buena Muerte en Semana Santa o que piden el rosario cuando tienen la salud en vilo. O creyentes que no creen más que en ellos mismos o que sólo se acuerdan de su dios cuando necesitan treinta euros. Spain de contrastes con trileros y meapilas a espuertas.

En fin, yo animo que el personal siga retratándose cuando llega el clásico de toda la vida, se dispute en Madrid o Barcelona. Los que vamos de apolíticos y ateos en este crucial asunto de la vida nacional podremos darnos así un atracón de autoestima necesaria para poder sobrellevar un empacho asfixiante que no respeta ni a los muertos. (Lean algunos de los comentarios expuestos en la página donde escriben Lidell-Moix).  De entre éstos saco dos con los que, aún con legañas en las dioptrías,  finalizo por hoy. “En el escenario masoquista de la Iberia sombría y taciturna todo vale, hasta sugestiones filo-lo-que-sea con dioses y ateísmos incluidos y todo por una pelota cuando la actual situación sociopolítica y económica reivindica que tengamos dos, precisamente dos y para usarlas. Pero nos conformamos con una y de goma”. “El fútbol es una pasión para los que carecen de verdaderas pasiones”. No, si va a resultar que las marmotas somos más numerosos de lo que parece...

PD: Leo hoy también en “Público” a Luis Enrique, exjugador de ambos equipos, aunque su querencia va más por el Barça, declarando tras el 2-6: “Ayer fue un orgasmo futbolístico. (…) Una obra de arte al alcance de muy pocos equipos del mundo”. Masturbación pura y dura, que decía más arriba…

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¡Gracias por vuestra plantilla! (El Puñetas, agradecido).