31 de octubre de 2010

FUIMOS LOS PRIMEROS EN PENSARLO


Como er Puñetas sa ido de puente, ma dejao el encargo deque escriba algo hoy. Yo le dije questoy en crisi y que la pelota (la cabesa) la tengo en otra parte, pero er tío é mu duro de roé, asín que me dijo esto:

—Mira, Ardilla. Ya sabes que yo hago el Arco por amor al arte y que mi trabajito me cuesta, ¿no? Así que podías escribir que empieza a aburrirme el que nadie reconozca mi esfuerzo y méritos. Llevo ya siete temporadas metido en este ajo y ya va siendo hora que alguien eleve mi autoestima blogueril. Así que invéntate algo, tú que tienes mucha imaginación. Cuando regrese del puente quiero ver escrito algo que realce mi ego. Pero que nadie se entere que yo te lo he insinuado. Vamos, que parezca que la cosa sale de ti. ¿Te has enterado, primo?

Claro queme enteré. Y tó er fin de semana, mientras er tío anda de picospardos por haí, le dao vuertas a la pelota y ya creo habé encontrao la solusión.

Ñoras y ñores: sacaba deselebrá er primé campeonato de España de siesta. En Madrí, claro, qués donde más siestas se hasen porque allí é donde hay má funsionarios de ventanilla de toa España. Er ganaó ha sío, mira tú por donde, un ecuatoriano llamao Soria. Lo cuá demuestra que en España la siesta se está perdiendo. Poreso hay hasta una Asosiacion de amigos dela siesta, paque no se pierda u extinga. (Joé qué palabrilla má chula ma salío delas teclas).

Lo ke nadie ha reconosío ni premiao es que fue er Puñeta el primer ser inteligente der mundo mundiá que dijo que la siesta es un deporte. Lo dijo y lo escribió aquí, enel Arco, a prinsipio der 2007. Pué, oiga, nadie la reconosío ese mérito tan meritoso.  “Si se hiciesen competiciones y se diese pasta a los campeones…” —se ezcribía allí. Pué ya está, ya tenemo er primé campeonato nasioná de la cosa. Y nadie sacordao de quien sembró la primera flor.

En tó caso, akí sus dejo los enlases que comentan el campeonato paque veaís que el Arco é meresedó de los má altos premios por su clarividensia (¡jo, otra palabrota mu chula!), su creatividá y su ingenio. Y tó gratis totá, sin cobrá un euro pese a la crisi. En fin, quer mundo está yeno de gente mu desagradesía y mu esaboría…

Enlase unoEnlase dó  — Enlase tré.

*****SUBIDOS LOS EXTRAS DE NOVIEMBRE******

27 de octubre de 2010

LOS BOBOS SE QUEDAN SIN PULPO


Mundial futbolero de Sudáfrica. Nada comentamos en el Arco cuando toda aquella soplapollez del vidente pulpo Paul. Recordarán las infinitas memeces que se dijeron y contaron en torno al bicho. Y todo porque –decían- adivinaba lo que iba a ocurrir.

Leo que el pulpejo ha estirado la pata y los tentáculos. Con su fallecimiento acaba uno de los momentos más estúpidos, cretinos y gilipollescos que uno recuerda en muchos siglos. Le han fabricado biografías, poesías, le han declarado hijo adoptivo, le han llamado “asceta” (señor, señor…), hasta 600 cadenas de televisión llegaron a retransmitir su bobada adivinatoria, algún periodistillo se quedó con ganas de que el pulpejo le concediera una entrevista, pueblo hubo que llegó a ofrecer hasta 300.000 euros (en plena crisis, ojo) por su fichaje. En fin, una mamarrachada detrás de otra, protagonizada por pobres diablos, memos hasta reventar, gentes sin dos dedos de frente, majaderos hasta las uñas y tipos que no merecen tener un micrófono en la mano, excepto para rascarse la entrepierna. Nada diferente de lo comúnmente habitual pero tan concentrado en el tiempo –ay, aquel mundial sudafricano del futbolín- que deberá quedar como ejemplo de la estupidez  a que hemos llegado en estos desnortados e idioticráticos tiempos. Antes del evento pensábamos que no cabía un gilipollas más en este mundo pero éramos unos optimistas.

Parece que ahora el pulpejo la ha palmado. Y si uno revisa en la internet del detritus (que es muy abundante) encontrará majaderías a cuentas del bicho que –vistas a toro pasado- hacen enrojecer todavía más a cualquier animalejo humano que se crea dotado de cierto sentido común. Como el pulpón nos importó siempre un cojín, en su momento no hablamos del mismo ni un cajón. Sólo ahora, cuando lo llevan a enterrar, elevamos las teclas al firmamento para enarbolar un RIP. Pero, ojo, no por el pulpón, que nos importa un cojón, si no por todos aquellos capullitos y capullones que nos dieron la vara y la “información” con el insípido cefalópodo demostrando que estaban a la misma altura del animalejo, lo cual es un enorme piropo hacia éste. Descansen en paz todos los que nos vendieron el pulpo tomándonos por gilipollas e imbéciles. Quede aquí escrito que para ídem, ellos…

¡¡¡ RIP !!!

“El acuario alemán ha anunciado que levantará un monumento en honor a este pequeño pulpo marrón que conquistó al mundo con sus poderes de predicción, convirtiéndose en una estrella que casi eclipsó a Lionel Messi, Wayne Rooney o Andrés Iniesta”. ¡Que lo declaren héroe nacional, hombre!   

20 de octubre de 2010

DEPORTISTAS HEROICOS

No destaca el mundo del deporte por albergar gente muy crítica con el poder establecido y con la realidad social imperante. La inmensa mayoría de los deportistas profesionales tienden hacia lo pastueño, y los dirigentes de la cosa suelen ser personal más bien vividor. Gente acomodaticia los unos y otros, empeñados en ganar mucho dinero y fama en el menor tiempo posible o en apoltronarse en los cargos hasta que les salgan callos en el trasero.

Así que hoy, cuando el Puñetas se levantó dispuesto a escribir algo sobre “héroes del deporte”, se encontró con un desierto sólo salpicado con unos cuantos oasis prefabricados por la prensa deportivesca (para la que Messi, Nadal o Alonso son héroes) cuando en realidad son vulgares espejismos.

Así que, junto con el Ardilla y Pepe Pi,  nos hemos tenido que refugiar en el pasado buscando aquí y allá. De lo encontrado, hemos seleccionado dos casos que casi nos hacen saltar las lágrimas, y eso que somos unos tipos bien duros. Hablaremos brevemente de ellos, emplazando al lector hacia el enlace donde más detenida y exhaustivamente se habla de su historia. Estos sí que son (fueron) unos auténticos héroes.

JOHANN TROLLMAN, EL BOXEADOR GITANO QUE RIDICULIZÓ AL TERCER REICH.

A los seis días de conseguir el título de campeón de Alemania fue despojado del mismo porque su estilo de boxeo no era el de un deportista ario. Lo había ganado contra el también alemán Adolf Witt en un combate en el que, siendo claro ganador, fue declarado nulo. La multitud asistente, enfurecida, exigió reconocer vencedor a Trollman y los jueces se vieron obligados a declararlo ganador. Johann lloró de felicidad en el ring, y precisamente esa fue la excusa para que tan solo seis días después le fuera retirado el título. La razón oficial: “Pobre comportamiento” (¡llorar en el ring!) y “Mal boxeo”. La verdadera razón: ser gitano en la Alemania nazi.

Dos meses después se organizó un nuevo combate en el que Trollman fue obligado a participar. Las autoridades nazis querían vengar la derrota de Witt y acabar con la peligrosa popularidad del joven gitano. Prohibieron terminantemente a Trollmann moverse del centro del ring y utilizar su famoso baile de pies para esquivar los golpes, de otra forma perdería su licencia. Trollman apareció en el ring con el pelo teñido de rubio y todo su cuerpo cubierto de harina, en un gesto de provocación, burla y caricatura hacia la imagen del “guerrero ario” con la que la propaganda nazi estaba envenenando el país. Durante el combate se quedó inmóvil en el centro del ring, con las piernas separadas y sin esquivar, uno tras otro, los mazazos de su rival. Johann resistió cinco asaltos y cayó al suelo totalmente bañado en sangre. Su carrera prácticamente acabó aquel día.

Varios años más tarde fue esterilizado, como miles de gitanos y judíos. En 1939 fue reclutado por la Wehrmacht para luchar en el frente oriental. Era la forma de evitar la muerte de su familia: a cambio del "servicio desinteresado al Tercer Reich." Murió en un campo de concentración tras verse obligado a disputar una pelea de boxeo  contra un preso que trabajaba para la SS. Aunque le derrotó, finalmente fue asesinado por ese preso, vestido con sus guantes de boxeo.

En 2003, setenta años después de conseguirlo, fue entregado a sus herederos el cinturón de campeón alemán de peso semipesado. Hace unos meses fue inaugurado en Berlín un monumento en su memoria. (Lean aquí, mucho más detallada, esta heroica historia).

MATTIAS SINDELAR, EL FUTBOLISTA "DE PAPEL".

Mattias fue un tipo que luchó contra el fascismo y lo pagó con su vida. Era austriaco de origen judío y es considerado el mejor deportista austriaco del siglo XX. Corría la década de los años 30 y un finísimo jugador  llamado Sindelar ("flotaba por los campos como una hoja de papel") lideraba la que entonces era la mejor selección de Europa, la austriaca.

La primera vez que Matthias se dio de bruces contra el fascismo fue en el Mundial de 1934. Partido contra Italia, quien era la anfitriona. Árbitro designado por Mussolini. Italia debía ganar el torneo. Sindelar recibió uno de los marcajes más infames e impunes de la historia del fútbol. Acabó lesionado y su equipo maltratado y perdedor. Luego se repitió la historia con Checoslovaquia. Así ganó Italia su primer campeonato del Mundo de fútbol.

De quien ya no pudo escapar fue de los nazis. Se anexionaron Austria y también a los mejores jugadores austriacos pero Sindelar nunca quiso defender un régimen que odiaba. Inventó lesiones, enfermedades y evadió como buenamente pudo a la Gestapo.  Cuando Alemania se enfrentó a Austria en el Prater vienés en el último partido de esta última como selección independiente, tras un primer tiempo meramente teatral, marcó un gol en el minuto 70. No contento con ello se fue a celebrar el gol delante mismo del palco de los jerarcas nazis simulando un baile y dando brincos como si tuviese un violín.

Perseguido sin tregua por la Gestapo, viviendo a salto de mata, en 1939 Matthias y su novia italiana -también de origen judío- fueron encontrados muertos sobre la cama de su piso vienés.  La versión “oficial” fue suicidio. Es muy probable que fuese un crimen de la misma Gestapo puesto que el informe oficial sobre la muerte se “extravió”. Lo enterraron en el mismo cementerio vienés que a Beethoven, Brahms, Schubert, y los Strauss padre e hijo. Lo llamaban el “'Mozart del fútbol”.  Dejando a un lado disquisiciones sobre su muerte o sobre el tipo de fútbol que practicó, su actitud contra el nazismo y en aquel partido es suficiente para calificarle de héroe. Como tantos miles y miles de gentes anónimas que no se plegaron a los criminales de la cruz gamada. (Lean aquí, mucho más detallada, esta historia).

17 de octubre de 2010

EL FÚTBOL LOS VUELVE...


La otra noche, vagabundeando por la internet, encontré un “poema del fútbol” que me llamó la atención.  No sé porqué, francamente, pero me hizo tilín tolón. Que alguien pierda el tiempo haciendo una loa al futbolín me resulta, o edificante o estrambótico. En todo caso, es algo llamativo.  Luego comprobé que el tal poema está mil veces repetido en otras tantas páginas interneteras, señal de que lo bueno se contagia y lo malo no lo plagia nadie, ji, ji. Aquí dejo una breve selección para aquellos amantes de los renglones poéticos.  (Abstenerse aquellos con facilidad para el vómito).
Cómo vas a saber lo que es el amor si nunca te hiciste hincha de un club.
Cómo vas a saber lo que es el dolor si jamás un zaguero te azotó la tibia y el peroné.
Cómo vas a saber lo que es el placer si nunca le ganaste un clásico a tu eterno rival.
Cómo vas a saber lo que es llorar si jamás perdiste un clásico sobre la hora con un penal dudoso.

Cómo vas a saber lo que es la solidaridad si jamás saliste a dar la cara por un compañero golpeado desde atrás.
Cómo vas a saber lo que es la humillación si jamás te hicieron un caño.
Cómo vas a saber lo que es la amistad si nunca devolviste una pared.
Cómo vas a saber lo que es un orgasmo si jamás diste una vuelta olímpica de visitante.
Cómo vas a saber lo que es el pánico si nunca te sorprendieron mal parado en un contragolpe.

Cómo vas a saber lo que es morir un poco si jamás fuiste a buscar la pelota adentro del arco.
Cómo vas a saber lo que es la xenofobia si en ninguna cancha te gritaron " negro de mierda".
Cómo vas a saber lo que es la soledad si jamás te paraste bajo los tres palos a doce pasos de un fusilero dispuesto a acabar con tus esperanzas.
Cómo vas a saber lo que es el egoísmo si nunca hiciste una de más cuando tenías que dársela al nueve que estaba mejor ubicado.
Cómo vas a saber lo que es el arte si nunca inventaste una rabona.

Cómo vas a saber lo que es la injusticia si nunca te sacó tarjeta roja un referee localista.
Cómo vas a saber lo que es el odio si nunca hiciste un gol en contra
y cómo vas a saber lo que es la vida, hijo mío, si nunca, jamás, jugaste al fútbol.

Hay quien, en vez de escribir finas poesías prefiere dedicarse al mundo de la pintura, aunque sea en su propio cuerpo. El menda del video y foto canta más que una almeja pero si esa era su ilusión, pobrecillo, ya la tiene. Menudo cante el suyo pero, ya se sabe, en estos tiempos desnortados e idiotas, hay gente “pa tó”.

Aquí le pongo, lector/a, los enlaces del video y de la noticia. Porque hoy día cualquier gilipollez es una noticia...

Aquí ER VIDEO y acá LA NOTISIA
Valore usted, lector/a, la poesía y el tatuaje futboleros.
El Puñetas, para ayudarle en la propuesta y en la faena, le propone unos cuantos palabros sugeridores de la cosa.

VOMITIVO – GLORA MAREÁ – IMBECILIDAD – IMPRESIONANTE – IDIOCIA - ¡JODEEER! - VAYA TROPA – LÓGICO… - SUBLIME – MAJADERÍA – DE NOBEL – DABUTEN - ¡GENIAL! – QUÉ HORROR – JA, JA,JA - ¡PUAG!

13 de octubre de 2010

DE MAYOR, QUIERO SER DE LA UEFA

Espeluznantes las imágenes y las noticias que llegaron desde Génova el martes 12 acerca del Italia-Serbia. Cómo estaría la cosa que a los seis minutillos el árbitro dio por cancelado el partido. Tras el paso de las horas empiezan las lamentaciones y la petición de responsabilidades. Natural. Ya que casi nadie se encarga de poner los medios para prevenir este tipo de cosas, lógico que al menos se les saquen los colores después a los ineptos. Nadie aprenderá lección alguna de cara al futuro pero al menos algunos dormirán unas cuantas noches con los nervios a flor de piel. Eso, siendo muy optimista…

Es sabido desde hace tiempo que el fútbol se ha convertido en un refugio de gamberros, ultras, descerebrados y tarugos. Son una minoría pero, con los medios potencialmente destructivos que hoy día tenemos, pueden hacer mucha pupa. Un suponer: bastan unos cuantos sprays que se pueden comprar en cualquier tenderete a precios irrisorios  para que –en un par de horas- una piara de gamberros dé un colorido especial a las piedras centenarias de una catedral.  Y eso sin emplear más violencia que la de unos churretes. No hablemos cuando la idea es destrozar mobiliario urbano, reventar escaparates o sembrar el terror en la calle o el estadio. Miel sobre hojuelas y a precio bien barato. Para ello, el pretexto puede ser algo insustancial o baladí: la celebración de un pírrico campeonato, el ascenso o descenso del equipo, la visita a otra ciudad o país.

Cosas peores vendrán que lo ocurrido en Génova. No hace falta ser muy adivino para saber que cualquier día de estos se inmola un gilipollas dentro de un estadio, llevándose al otro barrio –sin huríes- a felices hinchas que acudieron allí para entretenerse un rato. O que, como ocurre a menudo en colegios e hipermercados yanquis, un subnormal se líe a tiros con todo el que tenga alrededor. Para evitar todo esto se supone que tiene que trabajar determinada gente: gobiernos, policías, uefas, federaciones, clubes… Uy, me he equivocado: de este mochuelo se quitan de en medio todos aquellos que precisamente  viven del negocio y sacan jugosos beneficios. O sea, las organizaciones futboleras. Ellas mercadean, hacen su agosto, se forran, y los ciudadanos –a través de sus impuestos- pagan para que el espectáculo esté más o menos controlado a través de la policía, servicios sanitarios, etc. En realidad, es mucha gente la que chupa del fútbol, desde el sector transportes al hostelero pasando por bares y vendedores de humo, pero lo innegable es que todo parte de unos tíos –y no sé si alguna tía- que organizan unas competiciones deportivas de alto fuste y riesgo y de las que en materia de seguridad no quieren saber nada ni ponen un duro de su bolsillo para financiarla. Que se sepa…

Así que los palos ya están lloviendo por Serbia e Italia. En el país balcánico -¿o debería escribir “volcánico”?- porque tienen a una pandilla de cafres cuyo destino debería ser una camisa de fuerza. Lo mismo les vale el fútbol que el baloncesto que la política para demostrar que son más brutos que un arado. ¿Por qué les dejan salir de su país? ¿Qué hacen las autoridades que nos los tienen ya encamisados? En Italia se ve que las autoridades tampoco se han dado por enteradas de la caterva de gentuza que tienen allí mismo, a la que en ocasiones como ésta se suma la que viene de otros lugares. Es inadmisible que la policía sea más permisiva con estos brutazos que ante una manifestación de obreretes pidiendo aumento salarial o ante un grupo de ciudadanos exigiendo a grito pelado que al Berlusco la justicia le haga un traje. Y las autoridades de Génova, ¿qué hicieron por preservar su ciudad ante la llegada de los vándalos serbios? No hablemos ya del enorme sigilo y control que se hizo de los atilas serbios cuando entraron al estadio.

—¿Algo que declarar, señor cafre?
—Sí, capullo, llevo veinte bengalas y un cohete teledirigido por si la ocasión lo requiere. ¿Pasa algo, mequetrefe?
—¡Tós pa dentro!

Luego, ya se ha visto una y mil veces, pasa lo que pasa.

Pero hay gentes a las que nunca se les pedirán responsabilidades. Yo quiero ser como ellas. Yo, mamá, cuando sea mayor quiero ser de la Uefa, o de la Fifa, o un alto cargo de cualquier federación de la Cosa. Cada una en su nivel, organiza en los despachos una competición la mar de resultona, se muestra más o menos inflexible en el control de lo que pasa dentro del campo ... y lo que rodea al evento se lo cede al tonto de siempre: papá Estado. Él será quien ponga los policías, quien organice los follones de tráfico, quien prevea los planes de seguridad y emergencia, quien guíe a los jugadores hasta el estadio y mil cosas más. ¡Así quiero yo montar también mis negocios particulares!  

Si el Estado italiano y el Ayuntamiento de Génova pasase a la organizadora UEFA la factura de los destrozos, de los gastos en seguridad, de las horas extras llevadas a cabo por empleados públicos –policías, sanitarios,etc- para que el partiducho Italia-Serbia se celebrase,  seguro que los uefosos se tentarían la ropa y empezarían a organizar su negociejo particular de otra manera. ¡A su lado los bancos son unas hermanas ursulinas!  Pero ya verán cómo, salvo este menda lerenda y otros cuantos zancandiles como él, nadie de los que viven del cuento deportivesco y estatal abrirán el piquito para protestar. Unos porque no les interesa y otros porque les encantan los réditos propagandísticos que el futbolín les reporta de cara a sus mezquinos politiqueos. Además, los gastos corren a cargo del Estado, o sea, de todos, o sea, de nadie en particular. Dicho de otra manera, robar o sisar dinero a los contribuyentes no está considerado ni pecadillo venial. Es, simplemente, una golfería la mar de inteligente con la que muchos listos se han montado una gran vidorra.

10 de octubre de 2010

ELOGIO DE LOS ÁRBITROS DE FÚTBOL

Hoy he tenido un mal día. Bah, pesadillas. Que Zapatero ganaba las próximas elecciones y nos íbamos a los siete millones de parados, que Fernando Alonso se pasaba al balonmano, que Contador tiene las horas contadas, que cerraba la prensa deportiva por falta de lectores, que el Arco se iba a hacer puñetas… En fin, malos sueños. Pero la peor pesadilla de todas ha sido la de que se me ocurría un breve articulillo ensalzando la labor de los árbitros de fútbol. Y aquí va, ji, ji. 

El día que un jugador, entrenador o todo un equipo acaben un partido de furbo y afirmen ante los tres millones de micrófonos que les enchufan que “el árbitro ha estado fenomenal, magnífico, excelso, muchísimo mejor que nosotros”, ese día al Puñetas le dará un ataque de amigdalitis, pese a no tener amígdalas o anginas que criar.  Lo mejor que se suele oír de los arbitruchos es que “no influyeron en el marcador” o “que pasaron desapercibidos”. ¡Esto mismo se debería decir también de un jugador o de un entrenador, pero nunca se dice!

Un día nos sale Ronaldo, ese tipo que gana un saco de millones por marcar una veintena de goles al año, y dice que la gente le silba y que él lo que quiere es cariño. Todavía está por ver que salga un árbitro y diga lo mismo. Se oirían las carcajadas hasta en Groenlandia. Yo no sé si ganan mucho o poco, pero dado que -según cuentan los entrenadores, presidentes,  jugadores,  periodistas y aficionados- influyen demasiado en el resultado de los partidos (sólo les falta que también marquen goles), deberían ganar muchíiiiiiisimo dinero. Casi más que los jugadores, mire usted. A más influencia y poder, más pasta gansa. Digo yo….

Claro que para pasta, la que los árbitros fabrican para los demás. Gracias a que siempre meten la pata y el pito, los medios de aborregamiento audiovisual y escrito alcanzan audiencias millonarias y beneficios cuantiosos. Gracias a esos mismos árbitros, los jugadores y entrenadores se ganan la vida muy ricamente y los equipos se defienden bastante bien financieramente, algunos con categoría de multinacional. Incluso los aficionados tienen un plus de distracción y entretenimiento vital añadido a su placer futbolero gracias a que estos señores del mal pito -que siempre se equivocan a favor del equipo contrario, que siempre pitan los penaltis al rival- tienen el masoquismo de ponerse a impartir “justicia” en un campo de fútbol.

El día que impere el sentido común y no haya quisque capaz de arbitrar (lo de trabajar con miles de personas echándote insultos y maldiciones en el cogote debería estar prohibido o penalizado con multa y tres avemarías), se habrá acabado la vidorra que se pegan a costa de los árbitros tantos parásitos como pululan por el futbolín, en el césped y en las gradas. Eso no significaría la desaparición del fútbol pues su pujanza y vitalidad nace de su práctica no profesionalizada gracias a la simpleza de sus reglas que lo hacen fácil de practicar hasta en medio de un mercado iraquí.

Les deben casi todo a los tíos del pito y encima se están quejando de ellos a todas horas. ¡Anda y que les zurzan!

6 de octubre de 2010

LAS PRESUNTAS BONDADES DEL DEPORTE


A primeros de agosto de este año, Eduardo Punset publicaba en XLSemanal —la magnífica revista del grupo Vocento—  un sabroso artículo, como todos los suyos, en el que se preguntaba:  “¿El deporte mejora el ánimo  y la memoria?”

La memoria, no sé, pero sobre el ánimo hay sobradas pruebas de que a muchos más que mejorárselo, se lo empeora. Claro que no es lo mismo que el deporte practicado sea profesional o amateur, por amor a la pasta que pueda ganarse con él o por amor al arte. Pero incluso cuando se practica deporte por simple placer, mi experiencia en estas lides me dice que mucho personal se toma demasiado en serio eso de ganar y perder, aunque la práctica deportiva sea simplemente para pasar un rato o mover el esqueleto. Los que saben de esto afirman que es una manifestación de la “suelta” de adrenalina que todo individuo lleva encima por culpa del estrés, el trabajo y esas cosas que nos amargan la existencia. No sé, hoy me he levantado sabiendo que sólo sé que no sé nada, pero hasta los jubilados que juegan a la petanca en nuestros barrios se pegan sus buenos cabreos si el día no lo tienen fino o si creen que uno de sus “competidores” hace alguna triquiñuela en el juego. El Puñetas ha visto a gente pelearse cuando solo estaba jugando… al parchís. O sea que esto del ánimo jubiloso no sé yo si es algo consustancial a la práctica deportiva. Incluso ahora mismo, cuando escribo estas letrajas, me llegan de la plazoleta que tengo cerca los gritos y aullidos de una bandada de chaveas que juegan al fútbol pero que en realidad lo único que hacen es pelearse, insultarse y llamarse de todo (con la pelotita al fondo).

Un tío que le dio mucho al coco con estas cosas fue Juvenal, poeta romano, autor de la famosa frase “mens sana in corpore sano” que viene a decir que el objetivo del humanoide que se quiera preciar de serlo es tener un espíritu y un cuerpo equilibrados, esto es, que si nuestro cerebrín está más pocho que una castaña llena de gusanos, nuestro corpachón será un hazmerreir por mucho músculo que luzca. Y viceversa: si disponemos de un esqueleto en estado ruinoso, raro será que nuestras neuronas estén muy preparadas para la vida moderna. Sin embargo, han pasado tantos siglos de aquello y nos hemos degradado tanto como especie (cualquier romano de entonces –si resucitase- nos tomaría por unos blandengues, unos pichafrías y unos inválidos) que dudo mucho que el aserto del famoso poeta tenga hoy día mucha validez. Basta observar el panorama mediático, sobre todo el telemierdítico, para darse cuenta que hay gente a la que le sobra la única neurona que tiene pese a que ésta se encuentra instalada en un cuerpo escultural, siliconas y horas de gimnasio al margen. Y al revés: hay por ahí algunas gentes más listillas que el hambre a las que un octavo de torta bastaría para tumbarlas boca abajo. O sea, que encontrar hoy día a alguien que reúna el ideal de Juvenal es para nota. Seguramente hay gente por ahí que lo cumple (yo mismo, sin ir más lejos, ji, ji) pero todo este personal suele ser bastante discreto y está alejado de los focos.

El bueno de Punset afirma contundentemente que hoy “contamos con numerosas pruebas experimentales que nos han convencido de que el cuidado de la salud física produce una mejor salud mental. Las horas pasadas en el gimnasio no sólo desarrollan los músculos, sino la memoria; un cuidado diario de la dieta –el otro soporte de la salud– mejora el ánimo y la capacidad cognitiva”. No sé (sigo hoy sin saber ni papa), pero conozco mucha gente que se sabe de memoria las alineaciones de todos los equipos de la primera división del fútbol español y no recuerdan qué comieron la noche de antes. O gente capaz de memorizarse todos los componentes mecánicos del utilitario de Fernando Alonso  (marca Ferrari, creo) mientras muestran una incapacidad manifiesta para aprenderse una docena de palabras del diccionario. Que yo sepa la inmensa mayoría de los deportistas de elite no destacan precisamente por su memoria elefantiaca excepto cuando se trata de recordar hazañas en torneos y competiciones de antaño, en plan abuelo Cebolleta.

Sigue escribiendo el bueno de Punset que “experimentos muy específicos efectuados recientemente tienden a demostrar que (…) en promedio, los feos y decrépitos son más tontos y los apuestos, más estudiosos.” O sea, que la gente guapa es más lista y capaz. Es lo último que me faltaba por oír y leer: que Sara Carbonero va para premio Nobel y que el cachas de mi vecino ligón (una mezcla hispana de Toni Curtis y Alain Delon) podría haber llegado a catedrático de Física Nuclear si no llega a ser porque el tío prefiere currárselo en la cama en vez de en el pupitre. No, si listo es cantidubi… Los feos, que se jodan ¿no? Eso ya se decía hace siglos y parece que ese es el enorme descubrimiento de los científicos de pacotilla que tenemos hoy día. Tantos años de civilización y evolución para llegar otra vez al principio, es decir, a la barbarie.

Y prosigue Punset: “En todos los casos estamos descubriendo, atónitos, que los ejercicios físicos y el cuidado de la dieta –los soportes básicos de la salud física– tienen una repercusión en la salud mental. Lo que están sugiriendo las pruebas efectuadas en distintos laboratorios es que la memoria y la capacidad cognitiva mejoran con los soportes de la salud física. Lo que todavía no sabemos es qué tipo de deporte es el más adecuado para mejorar el ánimo, la memoria o el grado de entendimiento. Tampoco estamos seguros de cuánto tiempo se debe dedicar a estos cuidados. Con toda probabilidad es mejor pasarse que quedarse corto”.

O sea, que sabemos menos de lo que presumimos, ¿eh, pillín? Y mejor que sea así, dicho sea de paso, porque dado cómo está evolucionando el pensamiento “científico” en estas cuestiones, uno le tiene un miedo considerable a las próximas investigaciones. Porque si hoy día ya se sabe que “en promedio, los feos y decrépitos son más tontos y los apuestos, más estudiosos”, mañana nos saldrán con que, total, para lo que servimos, mejor tirarnos a la basura.  Ya sé que el bueno de Punset no va por ahí (como divulgador sólo nos ilustra con las últimas bobadas científicas), máxime cuando él tampoco ha sido nunca un adonis, pero es que hay presuntas investigaciones que deberían guardarse en el cajón hasta que se sepa todo, todito todo. Más que nada para evitar la desmoralización de esos que hacen deporte por un tubo, que se machacan en el gimnasio, la piscina, la pista de tenis, el campo de golf o la cancha de futbito y que ven cómo no sólo no mejoran su ánimo, memoria y fisonomía sino que –encima- cada dos por tres andan lesionados y hechos polvo.  Algunos científicos guays deberían investigar la práctica del deporte desde otro punto de vista: ¿empeora la salud, el ánimo, la belleza de quienes lo practican? Tengo otra vecinita que está para desayunarla, merendársela y cenársela y la tía en su puta vida ha hecho más ejercicio físico que abrirse de piernas. Oye, y no veas lo bien que ha acabado complementándose con el otro vecinito, el ligón. Dios los cría, ellos se juntan y a los feos nos dan morcilla...

3 de octubre de 2010

EL GRAN HERMANO TE VIGILA


¿Qué diría usted si le ordenasen estar localizado las 24 horas de todos los días del año y, cada dos por tres (seis), le obligasen a hacerse análisis de sangre y orina, a veces a horas intempestivas? No, no lo diga, lo escribiré yo: se ciscaría en la madre que parió a todos aquellos que interviniesen en esta sinvergonzonería dictadorzuela.

Esta situación -George Orwell, “1984, el Gran Hermano te vigila”- es la que vienen padeciendo muchos deportistas profesionales, y en mayor medida, los ciclistas. Pese a ello, nadie ha  puesto el asunto en los tribunales, ni se ha montado una huelga contra los alegres vividores del COI, la UCI y restantes malas madres, ni los gobiernos presuntamente democráticos han movido un dedo para evitar que estos deportistas –por muy ricachos o populares que sean- pierdan derechos tan elementales como el disfrutar del anonimato cuando les salga de sus gónadas o que les pinchen unos fulanos en contra de su voluntad.

Esos  gobiernos presuntamente democráticos no hacen nada. Sin embargo, cuando esos mismos deportistas consiguen algún éxito internacional glorioso, les agasajan, les dan palmaditas en la espalda, se hacen fotos con ellos y les  venden la burra de que representan al país y de que son sus mejores embajadores en el mundo mundial. Fuera de las fotos, y en la oscuridad de las cloacas,  permiten que federaciones nacionales e internacionales plagadas de chorizos y salchichones con dos patas traten a esos mismos “triunfadores”  como si fueran pura mercancía, objetos de usar y tirar.

¿Cómo se ha llegado a estos extremos de saqueo de la libertad individual? Pues porque hay algunos “deportistas” que hacen trampas, tomándose productos farmacológicos que pueden mejorar su rendimiento y, por tanto, alterar los resultados de las competiciones así como la pasta gansa que se mueve alrededor. Para legisladores y directivos, la salud  de los deportistas es lo de menos porque si así fuese ya se encargarían de humanizar el deporte profesional en cuanto a esfuerzo, viajes, competiciones, exigencias añadidas, etc. Bajo el pretexto de atrapar a una minoría de deportistas tramposos, siembran el miedo y eliminan derechos a todos los deportistas, esos que les dan de comer. Les cercenan derechos individuales sagrados que de eliminarse o disminuirse en la vida ordinaria de la ciudadanía  haría que los juzgados se llenasen de querellas y denuncias, que los políticos hablasen de fascismo cotidiano, de esclavitud, de recortes sociales y privados intolerables, etc.

Pero no ocurre nada de todo esto. Los deportistas, hasta los más puteados y ninguneados, ven bastante normal esa situación. Ayer, en el programa “La Noria” de Telepingo, Alberto Contador defendía y justificaba esas malas prácticas del COI. Nadie, que se sepa, se ha ido a los tribunales para denunciar una situación que cualquier juez, con la Constitución en la mano, calificaría probablemente de punible. Los gobiernos miran para otra parte aprovechando que los deportistas están más preocupados por ganar mucho dinero en poco tiempo aunque sea a costa de ceder en ámbitos personales que rozan la línea de flotación de la decencia y la dignidad propias.

A cuentas del publicado positivo del ciclista Contador, muy pocos denuncian la actitud de una Unión Ciclista Internacional  que filtra los resultados de un control antidoping sin esperar a la finalización de la investigación. Lo normal sería que, a cuenta de un hipotético dopaje, todo el tejemaneje de análisis, contraanálisis  y guerras médicas –cada cual tiene su recetilla, como en botica- fuera tratado con la más absoluta de las privacidades hasta el desenlace final. Así suele hacerse con los ciudadanos cuando se ponen en manos de los médicos o los jueces, ¿no? Se ve que la UCI –por citar a la federación internacional más huevona- pasa de privacidades ajenas, de respeto a las investigaciones y de presunciones de inocencia hasta que el  resultado sea concluyente y definitivo. Mientras tanto, el honor y la decencia del ciclista o deportista afectado viaja de boca en boca y de portada en portada. Jo, anda que no hay gente que disfruta con estas cosas… Luego, si al final el presunto positivo no fue tal, o no hubo garantías en los protocolos,  o tiene una explicación convincente, aquí paz y después gloria. Los platos rotos que los pague Rita. 

Volviendo a citar a Contador. El Puñetas no pone la mano en el fuego por nadie, pero lo que nunca hará será tomarse a inventario la presunción de inocencia de un deportista cuando la investigación médica está en curso. Y, aún llegada a su final, cuando se compruebe que se han dado todas las garantías en cuanto a los procedimientos y pruebas seguidas en el proceso, de acuerdo a las normas básicas del ordenamiento jurídico vigente, que no es sólo el estrictamente deportivo, sino también el civil,  el penal... Claro que aquí pinchamos en hueso cuando se trata del deporte porque quienes lo dirigen y mangonean ya se han preocupado, y mucho, de mantener bien diferenciada la legislación deportiva de la que rige en el resto de los ámbitos de la vida ciudadana. Si algún díscolo, sea club o deportista, amenaza con recurrir a los tribunales ordinarios, la expulsión del paraíso celestial deportivesco será fulminante. Por eso ni dios recurre: aguanta, agacha la cerviz, cumple las sanciones y… a seguir viviendo del cuento. La historia del Mallorca, privado este verano de poder participar en competición europea por culpa de una rigurosa norma económica particular de la UEFA, es un ejemplo clarísimo: o aceptas o desapareces del mapa.

Así dicen que actúa la mafia…
EL JEFEZUELO DE LA UCI APUNTA CONTRA EL GOBIERNO ESPAÑOL Y CONTRA LOS DIRECTORES DEPORTIVOS Y MANAGERS.  

"El 50% de nuestros... no sé el porcentaje exacto, pero un alto de nuestros casos de dopaje vienen de España y allí no parece existir la voluntad de abordar este problema. Esa voluntad debe provenir del Gobierno. Pero espero que tomen nota y comprendan que algo debe hacerse. El ciclismo es deporte importante en España. Este deporte merece el apoyo del Gobierno".

"Algunos no están siendo lo suficientemente responsables. Dejan toda la responsabilidad a los deportistas diciendo: 'Bien, estos deportistas viven en puntos muy diferentes del planeta y no podemos controlarlos 24 horas al día”. Eso no puedo aceptarlo. Creo que necesitan controlarles más, vigilar con quien se juntan, qué hacen en ese tiempo. Y creo que en cosas como las transfusiones de sangre o lo que suceda en los equipos, a quien hay que culpar en última instancia es al mánager".

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¡Gracias por vuestra plantilla! (El Puñetas, agradecido).