4 de abril de 2005

¡PINO, CUELGA EL PITO!

No soy de los que suele hablar mucho de los árbitros pues cuando se hace suele ser para ponerlos a parir. Incluso he acuñado el término de “payasos de las bofetadas”, de reminiscencias literarias, ojo, para reseñar que casi siempre reciben tortas de todos los lados, la mayor parte de las veces sin merecerlo (entre otras cosas porque arbitrar es muy difícil, y el que no lo crea así que lo intente y verá lo que es bueno).

Pero hoy –para romper la norma- lo haré de un arbitro de fútbol llamado Pino Zamorano, al que algunos casi crucifican porque no enseñó hace dos semanas la tarjeta roja a Navarro, ese jugador del Sevilla que aplicó cariñosamente el codo al mallorquín Arango y que por poco lo envía al otro barrio. Juan Puñetas no quiso entonces hacer leña de don Pino estimando que el hombre –como casi todo el mundo – se acojonó viendo los espasmos de Arango y cuando recobró la serenidad ya no se acordaba qué estaba haciendo allí en medio de tanta gente apesadumbrada.

Craso error. Quince días después compruebo que a don Pino todavía le dura la empanada mental de Mallorca (¿o debería decir ensaimada mental?). El caso es que en su arbitraje de ayer en el Barcelona-Betis demostró que lo suyo no es el arbitraje si no la venta de televisores, la instalación de aire acondicionado o cualquier otra honestísima profesión bien alejada del arbitraje. Viendo el partido pensé al principio que quizás lo de este hombre es que está en más baja forma que Ronaldo, y que si el gordito comilón no mete un gol ni aunque le dejen sólo entre los tres postes, Pino no acierta una jugada ni aunque se la repitan diez veces delante de sus narices. Pero conforme avanzaba el partido llegué a la conclusión que lo de Pino es más estructural que coyuntural. Vamos, que su traje arbitral ya le queda demasiado ancho por la cintura, estrechísimo por el cuelo y más corto que si fuera un chaleco. ¡Qué horror de arbitraje, Mare de Deu de Jesús del Gran Poder!

Don Pino, además, se aplicó descaradamente en las pleitesías hacia el equipo local, que no necesita de ayudas arbitrales para proclamarse campeón de Liga. No me extraña por ello que el entrenador del Barça –todo un caballero, por cierto- acompañase en el sentimiento al del Betis tras la absurda expulsión de su defensa por cometer un simple penaltillo. Pitar un segundo penalti inexistente ya fue un acto de peloteo hacia el futuro campeón más propio de un mayordomo fiel que de un tipo que estaba en el campo para impartir cierto orden y justicia futbolera. No expulsar a Deco y alargar el partido cinco minutos, fue un exceso de peloteo servil hacia Ronaldinho y sus compas, que hasta debió de abochornarles. No sólo por estos momentos babosiles hacia el futuro ganador de la Liga, si no por toda la trayectoria cuesta abajo y sin frenos que lleva el bueno de Pino, es por lo que reclamamos que cuelgue el pito y se dedique a otras labores menos productivas pero más cercanas a su nivel de competencia curricular, pues verlo haciendo favores a quienes no lo necesitan demuestra no sólo poca inteligencia, también una actitud genuflexa y servil impropia de un buen y digno “payaso de las bofetadas”.

En realidad a Juan Puñetas le importa un pito lo que haga con el pito el pelota de don Pi, pero es que hoy estoy disfrutando como un enano viendo que mis tics deportivos son similares a los que reflejan la mayoría de los medios de comunicación al uso. Así que proseguiré en el despiporre añadiéndome al coro de los exagerados con una bella melodía: “¡Pino Zamorano, cuelga el pito y reparte butano!” Claro que para exageración, la pandilla de don Jesús de Lopera y la directiva bética, quienes hoy mismo han enviado a la prensa una encíclica en la que comparan los arbitrajes que su equipo ha padecido en las últimas jornadas con otras injusticias que suceden en el mundo como el terrorismo, el paro, el hambre, la desigualdad…. ¡Dónde va a parar! ¡El vía crucis del Betis es mucho peor! Así que, sigamos exagerando el melón hasta que explote: “¡Basta ya! ¡No pasarán! ¡Arriba, parias de la tierra! ¡A las barricadas, a las barricadas!”

“Las continuas masacres deportivas de las que el Betis viene siendo objeto” (Lopera dixit) sí que son catástrofes y no las del 11-S o las del 11-M. Propongo que sean tratadas por la vía de urgencia en la próxima reunión de la Comisión de Derechos Humanos de las Naciones Unidas. Cosas más insignificantes se han visto por aquellos andurriales...

2 comentarios:

Anónimo 5/4/05, 1:28  

El nuevo poder futbolístico se llama Barcelona (juega muy bien y va de líder), así que ahora le salen cien mil pelotas cada día y doscientas mil novias a la semana. En esta tendencia de arrimarse al fuego que más calienta o al árbol que da más sombra, el incompetente Pino no es una excepción. Te felicito por la bitácora, original en su planteamiento y muy bien escrita. ¡Lo mío no es peloteo, que conste!

Rulo Minas 6/4/05, 1:12  

Pues no sigo el fútbol (¡oye!, que ya no aguanto ni un partido entero, que me entra una modorra...), pero si lo que dices es cierto, y no tengo por qué dudar de lo que diga mi colega de bitácoras Juan Puñetas, creo que es mejor que cuelgue el pito antes de que lo cuelguen del ídem y lo desciendan de categoría.

Y si el pito de Pino no pita que pite Pino el pitido final antes de que le pinten pitos a Pino (no sé si me ha salido el trabalenguas que quería).

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¡Gracias por vuestra plantilla! (El Puñetas, agradecido).