EL TITO CLEMENTE
A mediados de los años 60 se hizo muy famosa la kina “San Clemente”, un tipo de vino dulce malagueño, que muchos chavales –hay que ver lo que eran aquellos tiempos- tomábamos en las comidas para aumentar el apetito pues andábamos bastante canijos por las cosas de la edad, las apreturas económicas y el excesivo gasto de energías. No sé si Javier Clemente, actual entrenador del At. de Bilbao y nuestro personaje pim-pam-pum de hoy, la tomó en sus años mozos de Baracaldo, pero sí se puede decir que si la tomó no le sentó nada bien. Don Javi será lo que será, pero de trato “dulce” no tiene ni un pelo. Este caballero del antifútbol me causa sensaciones ambivalentes. Me cae simpático el muy golfo y antipático el muy cínico. Es un bocazas, pero a menudo dice las verdades del barquero. Le odia medio país y el otro medio le aplaude con cierta indiferencia. Es un pillo inteligente que sabe sobrevivir a los éxitos y a los fracasos. Así lo veo, aunque como soy miope quizás tenga una imagen bastante distorsionada del personaje. Chi lo sá. Mis recuerdos de mocedad me llevan al Javi que tuvo que abandonar la práctica del fútbol a consecuencia de una grave lesión, a pies de un carnicero del fútbol de cuyo nombre ni me acuerdo. Ya entrenador, su filosofía ha sido siempre la de jugar a ganar, o sea, por uno a cero, y de penalty si hace falta, aunque el público se aburra hasta el hartazgo. Don Javier es de los cree a pie juntillas (y tiene la osadía de decirlo) que en el fútbol lo único importante es la victoria y que todo lo demás son cuentos. Él entrena para ganar los partidos no para hacerlos bonitos y que se diviertan los espectadores. Tomar a los aficionados por estúpidos es triste, pero más triste es que así sea. Y lo es, porque Clemente ha salido siempre de los equipos no por entrenar para un fútbol cicatero y ramplón si no porque los resultados no acompañaban. Siempre se ha llevado bastante mal con los jugadores figurines, genialoides o artistas. Lo suyo es la guerra, el patadón y la fuerza. Las filigranas, para el billar. Así que todo jugador con cierta calidad en las botas las lleva claras con el tito Clemente. Pese a todo, algunos éxitos ha obtenido el camarada (varias ligas, una final en la UEFA…) que se han visto emborronadas al año siguiente por estrepitosos fracasos, como si sus jugadores, inflados artificialmente en el año de gloria, se quedasen sin energías ni fuerza en el siguiente. Su paso por la selección española fue mediocre, aunque con más gloria que muchos otros que presumieron de ello. Pero lo que pierde al tito Clemente es su boquichuela. Disfruta como un enano delante de un micro, bien sea inventándose trolas, diciendo obviedades que nadie es capaz de referir o metiendo el dedo en el ojo de quien se le antoje. Siempre ha tenido en contra a algunas de las fuerzas vivas de este país (muchos periodistas del capataz Polanco) y en ocasiones le han puesto zancadillas hasta en el cielo de la boca. Por eso ya se las sabe todas, va de resabiado y listo por la vida y al muy lenguaraz no le falta razón. Así que sus últimas hazañas dialécticas llueven sobre mojado. La última, esa afirmación suya sobre el salivazo de Etoo a un jugador suyo (“escupen los que bajan del árbol”), que afirma haber pronunciado por el hecho mismo y no refiriéndose al color del jugador camerunés. Nos toma por tontos, claro, porque él es listísimo. Tan listo que cuando hace unas semanas, jugándose en Bilbao, unos descerebrados tiraron un petardo al área del At. de Madrid y varios jugadores de este equipo se quedaron tumbados en el suelo de resultas del miedo y el ruido, el bueno del Javi los puso de mentirosos y cuentistas. Entonces no se le ocurrió decir que quienes habían dado el petardazo procedían del Pleistoceno o se habían bajado del árbol. Se ve que el tito Clemente ve las cosas más grandes o pequeñas según le afecten. Tiene dos varas de medir la mar de diferentes. Pero no hay que preocuparse. Si alguien cree que ésta será la última comidilla lingüística del entrenador clementito, va dado. Si alguien cree que los meapilas polanqueros y los del comité antiviolencia (esos que sólo ven por el rabillo del ojo lo que les interesa), van a acobardar a nuestro pequeño gran hombre, también se equivoca. Clemente es un guerrero nato que tiene más vidas deportivas que los gatos. Salvará al Atletic, se cachondeará de medio país y al otro medio lo aburrirá en el campo. Tito Clemen: callado estás más simpático, pero sigue así, dándonos espectáculo del bueno ante los micros de media España. Ya que no suelen darlo los equipos de fútbol que entrenas, al menos que tú seas el verdadero artista. Si es que tienes un salero que no se pué aguantá…
2 comentarios:
Claro que sí chavalote si es que en realidad hay que agradecerle a Eto´o que "limpiara" la imagen del fútbol español con sus escupitajos.A veces uno se sorprende de la cantidad de payasos que escriben en la red.
Sobre Clemente la verdad es que no me veo cualificado para opinar. Soy de esa mitad que ve en él un oasis de decencia por decir lo que otros no se atreverían ni a balbucear en la intimidad de un confesionario (jo qué tiempos aquellos en los que con 13 añitos ya desafiábamos el poder de los curas y nos hacíamos los duros no yendo a confesar no-sé-qué-pecados que pueda tener un niño de esa edad [hacerse pajas con esa edad no es pecado]).
Bueno, pues eso, que no me veo cualificado. Tal vez me espere a que Clemente llegue a la media docena de chascarrillos para explicar al público el por qué algunos suscribimos sus palabras.
Pero ojo, que no tengo dios, y cuando considere que ha errado, lo diré.
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