11 de julio de 2006

ENTRE EL TENIS Y EL FURBO, OYE, NO HAY COLOR...



El domingo pasado estuve enganchado a la telecaca desde las 3 de la tarde. Tenis y fútbol. Nadal contra Federer en la final del Wimbledon estirao de los ingleses. Francia contra Italia para dilucidar qué equipo jugaba peor al fútbol y ganaba el mundial de ídem. Tras finalizar ambos acontecimientos deportivos, entono el mea culpa y expío mis pecados, padre. Me acuso de haber despotricado en exceso contra el fútbol cuando es que no hay color, oiga…



Qué aburrimiento lo del Wimbledon ese. Dos tíos pegándole sartenazos a una pelotilla amarilla. Donde ponían el ojo, ponían la bala (la bola, quiero decir). Oye, y fallando poquísimo, qué horror. Y respetándose tanto que al final del partido esperaba que se dieran dos besos en tós los morros. Así no hay espectáculo, coñe. Y ese público, tan educadito, siguiendo el partido en silencio, aplaudiendo los tantos con flema y cachaza, sin ladrar ni insultar al árbitro. ¡Incluso habían ido al estadio sin disfrazarse! El colmo de la burricie. Y en las jugadas más dudosas, allá que la tele nos echaba el movimiento de la bola, que hasta un ciego tenía que reconocer que había entrado y que el árbitro no se había equivocao. ¡Así no hay emoción, ni debate ni leches! Viendo el partiducho sólo me pude tomar un sorbo de gaseosa porque es que el evento no invitaba a cosa más fuerte. ¡Qué sopor! Hacía el Federer un saque y pumba, tanto directo. Debe entrenarse el tío un montón de horas diarias. Mejor diera ruedas de prensa para explicar como se lo monta. Un perfeccionista de la leche que aburre hasta a las ovejas que pastan por el césped. Y esos recogepelotas puñeteros que evitan que se pierda tiempo en el partido, tan finos, tan remilgados. Esto del tenis es típico de gente demasiado tranquilota, con horchata en las venas, encocorotada, que va a ver un partido como el que va a ver una película de arte y ensayo. ¡Peñazo de deporte!


Menos mal que poco después llegaron los machotes del futboleo. El campo a rebosar. No cabía allí ni un alma ni una almeja. Todo el mundo hombro con hombro, apretujado, con los nervios a flor de piel. Disfrazados de indios, la mayoría. Los himnos. La patria. El honor. ¡Qué emoción y desparrame! Los jefes de Estado en el palco contemplando a sus legionarios allá abajo. Los negritos de la Francia, símbolo de la república igualitaria, contra los adonis plaibois de la Italia inmortal. La técnica frente a la fuerza. Napoleón versus Julio César. Y no veas la leña que se repartió por el campo. Como está mandao, que el fútbol es cosa de hombres y no de muñecos como el tenis ese. Patadón y tentetieso. Y ese árbitro cabrito que señala un penalti a favor de Francia y ese mago de Zine que hace una de las suyas. ¡Guauuuu, que me corro del placer! Hasta ahora era franchute, pero tras esta charranada me paso al lado de los italianos. Tienen que ganar el partido para que así el Gobierno aplique una amnistía al choriceo habido en los últimos años y estos tíos puedan seguir jugando la Champion y no en Regional. Y allá que el Materazzi saca el hacha de guerra y goooooooool, gooooooooooooool, es que me desgañito de placer y me bebo un litro de cerveza entero.


Empate a uno. Esto sí que es un espectáculo y no el mariconeo ese del tenis. Sí, cierto que a continuación vinieron largos minutos de pesadez porque es que los unos y los otros eran incapaces de meter un puto golete, pero es que meter muchos tantos (no como en el tenis) está feo, se cabrea el rival, y entonces aquello puede ser Troya. ¿Quién dice que el “fumbo” no es un deporte sabio? Ni pa ti, ni pa mi. Nos lo jugamos en los penaltis y que sea lo que la FIFA quiera. Es la nueva táctica moderna. Acojonaos por ganar o por perder. Lo comprendo porque es que se juegan mucho estos tíos. Todo el mundo, y cuando digo mundo digo Mundo, mirándoles hasta debajo del sobaco. Y en estas que el Zidane se cree un berraco y le arrea un cabezazo al Materazzi de los cojones. Bien hecho, Zizou, leña al mono. El guarro italiano me la debe desde que le rompiera la ceja a Sorin, el del Villarreal, en un partido de este año en la Champion. Lanzó el codo y pajaritos por aquí, por allá, aquí no ha pasao ná. De nuevo soy francés. Pero osti, tú, el capullo del arbitrucho expulsa al mago Merlín. ¡Me cago en San Prepucio! La culpa es del cuarto árbitro, claro. ¡Español tenía que ser, el tonto el haba ese del Medina Cantalejo, que está vendío a los italianos! Me siento apátrida, si el Pendejo ese es de mi país. Un genio, un virtuoso del balón a la puta calle. Seguro, seguro que el carnicero Materazzi le ha dicho algo gordo. Pero esto es fútbol, leche. Esto no es como lo del coñeo ese del Nadal y el Federer. –“Te felicito, Roger. Has hecho un grandísimo partido”. –“Tú también, Rafaelito. A ver cuando nos vemos en otra final y nos tomamos unas cañas sin alcohol”. Si es que el deporte no es eso, córcholis. ¿Qué va a hacer la afición después de esto? ¡Pues irse a su casa y meneársela! En cambio, ya ves, al final los penaltis. Emocionantes, tío. Sabiduría. Cara y cruz. Y los italianos que se llevan el copón, el Santo Grial. Como tienen al Vaticano al lao, le habrá echao una mano… Ahora verás lo que es bueno, qué festejos, qué recibimientos, qué calidez, qué borracheras para celebrar el acontecimiento, no lo de los pichafrías esos del tenis.


Sí, ya sé que morirán unos cuantos en las celebraciones, que habrá heridos y hasta algunos actos vandálicos, pero joder, de esto no tiene culpa el fútbol. Las cosas son como son: donde hay emoción, química, chachi piruli, gracia, arte y esplendor, o sea, guerra de la buena, es inevitable que algunos descerebrados echen chispas y se quemen. No como en el tenis, donde lo único que se sale de lo aburrido y soporífero son los falsos chillidos orgásmicos de algunas jugadoras. Menudas frígidas cantamañanas. Como el furbo, no hay ná. Comprobao...


3 comentarios:

Anónimo 13/7/06, 1:56  

Eres la repera, Puñetas. Le sacas punta hasta a los boligrafos.

la aguja 13/7/06, 18:49  

Porque conozco tu vena sado-irónica, que si no me lo creo.

Que pases un feliz veranete y a la vuelta nos vemos. Por cierto, acabo de ver un documental en una de las cadenas de Polanco, en Documanía.

Está firmado por la BBC, en su espacio Panorama, este mismo año 2006 y se titula: "FIFA, fútbol y corrupción".

No tiene desperdicio.

Parece ser que en uno de los habituales sobornos se equivocaron de cuenta y en vez de endilgárselo al sobornado en su cuenta particular lo ingresaron en la cuenta de la propia FIFA.

Y por el hilo se saca el ovillo.

Parece ser que la empresa sobornadora era propiedad de los dueños de ADIDAS

la aguja 13/7/06, 18:51  

(se me fue el dedo a alguna tecla misteriosa y no había acabado)

…y se llama ISL y se dedicaba a gestionar los derechos de imagen.

A todo esto, ISL quebró —pidió más créditos de los que podía pagar— y está intervenida por la justicia suiza.

No dejes de verlo.

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¡Gracias por vuestra plantilla! (El Puñetas, agradecido).