7 de julio de 2006

MÁLAGA, CARA Y CRUZ


La ciudad de Málaga ha batido este año un record difícilmente mejorable: en los dos deportes de masas que se celebran en España ha obtenido el mejor y el peor de los resultados. Campeón de Liga el Unicaja de baloncesto y descenso a Segunda División del Málaga Club de Fútbol (Serafín Roldán y Cía). Cara y cruz. Y no veas el pitorreo que se traen entre manos las aficiones de uno y otro deporte.


El baloncesto corre a cargo (dejémonos de localismos y perendengues) de una Caja de Ahorros, Unicaja, que se gasta sus buenos cuartos en mantener a un equipo donde hay un par de jugadores malagueños. Pero eso sí, la dirección deportiva corre a cargo de gente con cabeza y al entrenador le dejan cortar bastante el bacalao. Si a eso unimos una afición que va al campo a berrear de lo lindo y a pasárselo bien aún a costa de quedarse sorda como una tapia (más de 100 decibelios es lo habitual en la cancha), ya tenemos los mimbres para ir destacando y ganar un premio gordo en el disputado mundo de la canasta. Pese al triunfo de este año, el líder del equipo se va a hacer las Américas (la NBA) y el entrenador Scariolo dice que él también se va si no se hacen los mimbres tal como él estima oportuno para mantener un equipo ganador. La Caja de Ahorros cede (pondrá una comisión más a sus impositores y santas pascuas) y el año próximo el Unicaja seguirá luchando por figurar en los puestos de "honor".



En el fútbol, las cosas se hacen habitualmente con los pies. En el Serafín Roldán Club de Fútbol (otros lo llaman Málaga C.F.) es la norma de la casa. Cada año un entrenador y un montón de jugadores nuevos. No se sabe quien manda si es que lo hace alguien. Proyecto deportivo quiere decir “ir tirando”. Y así, tanto va el cántaro a la fuente de la mala planificación y organización, que al final se rompe y hay que ir a comprar otro a la Segunda División. Los aficionados, ante el plan (la falta de plan, quiero decir), acuden a regañadientes al campo y no se lo pasan guay en el mismo, como sus compas del baloncesto. Todo son gritos, histerias y malos ratos. Y encima pagando en exclusiva los platos y el cántaro roto porque don Serafín Roldán compró el equipo para hacer negocio con él, aunque al final no le salen las cuentas.



Pero la historia que hoy relato se quedaría en cosa vulgar y cotidiana, salvando ese cara-cruz de este año, si no fuese porque los que chupan del frasco quieren que el personal, o sea, el contribuyente, cargue siempre con la cruz. O sea, que el Ayuntamiento meta mano en el club futbolero para que no se vaya más a pique. Y claro, cuando al Puñetas le quieren sacar la pasta que gana honrada y trabajosamente para cuestiones particulares de unos vivales de tres al cuarto, entonces saca la faca y se defiende como gato panza arriba: “¿Que YO, como contribuyente del Ayuntamiento, voy a pagá un puto duro por un equipo de fúrbo al que tienen la desfachatez de llamar er Málaga C.F? ¡Amos, anda!”



“La situación económica del Málaga es delicada” –afirman sus rectores particulares. Y allá que se han ido a llorar y pedir al Ayuntamiento para venderle las acciones, o que ponga millonetis extra encima de la mesa o para que busque a otros empresarios pringaos que arrimen el hombro. Tras hacer malamente las cuentas el actual dueño del club, el inefable don Serafín, ha dicho que hay un déficit de unos 18 a 25 millones de euros, que es lo mínimo por donde habría que empezar para la futura ampliación de capital. Últimamente ya se habla de que la inversión necesaria debería subir hasta los 41 sacos de a millón. Así que se andan buscando inversores, millonarios y tíos a los que les sobren las pelas. El alcalde de la ciudad hace de maestro de ceremonias y de conseguidor para ver si así evita soltar la manteca él mismo, o sea, los ciudadanos de a pie como el aquí presente. Y en esas estamos algunos, currando de vigilantes. Lo que no evitará algún chanchullejo urbanístico del tipo “yo te cedo este terreno, tú me vendes aquel, él te compra lo que te cedo”. Lo cierto es que, tras la primera semana de campaña de abonados, sólo un centenar de socios han renovado el carné. Los precios de los abonos y las dudas sobre el proyecto en Segunda frenan a los aficionados. O será que no tienen un pelo de tontos...



Y mientras, la oposición municipal, ¿saben a qué se dedica para intentar ganar votos futuros? Pues a pretender que paguemos no sólo en las duras sino también en las maduras: “El consistorio no colabora actualmente con el equipo de baloncesto de la ciudad. En situaciones similares, como el caso de Granada, el Ayuntamiento ayuda a su equipo; sin embargo, en Málaga no sólo no le da ningún tipo de subvención al club, sino que además le cobra por utilizar el Martín Carpena, un pabellón municipal”. Y la portavoz del grupo municipal socialista remató la faena torera afirmando que si gana las próximas elecciones condonará la deuda que el Unicaja -o sea, la millonaria Caja de Ahorros- tiene con el Ayuntamiento y que asciende a 600.000 euros. ¿Comprenden mis queridos lectores cómo la señora Bustinduy, uy, uy, es incapaz de ganar unas elecciones al líder del PP malagueño? Y claro, el alcalde De la Torre aprovechó la ocasión para dejar a la señora Uy, Uy como una pobre piltrafilla: “Nosotros nos volcamos con el club en todos sus aspectos, pero en tema de dinero público, creo que hay que tener una gran prudencia. En esos temas de ayuda a los equipos de élite hay que ser moderados, el dinero público tenemos que utilizarlo para el deporte básico”. Del dicho al hecho hay mucho trecho, “señó arcarde”, pero no está mal que al menos diga lo que algunos descastados deportivos pensamos desde que vinimos al mundo de la tacañería: al deporte profesional ni una puñetera peseta o euro o dólar. Que la pague Unicaja, Serafín Roldán, Adidas o la madre que los parió, porque los bolsillos del paisanaje ya tienen bastante con pagarse la carísima vivienda, los cuantiosos gastos que genera el coche subnormal, las lentejas y yogures del día y el ejército de impuestos que desde todos los frentes nos atosiga de manera inmisericorde hasta dejarnos con el culo al aire. He dicho y no se hable más.

1 comentarios:

la aguja 10/7/06, 17:08  

¡Uy, uy, uy! Pero qué dices, insensato. Con el fútbol no te puedes meter. ¿Y si desaparece el equipo? Gran tragedia civil (menos para el Unicaja, que seguro que hace mejor caja).

La señora Bustinduy ni es socialista ni es . Bueno, sí. Es social y lista. O lista social, qué tanto da.

Ella —¿qué sabrán las mujeres de fútbol— dice lo que cree que la gente quiere oír. Porque hacer oposición en este país de lechuguinos significa hacer demagogia para intentar alcanzar el taburete consistorial.

Algo parecido le pasó al ayuntamiento de Gijón hace años. Y mira, el Sporting este año será el decano de segunda división, y para continuar haciendo méritos (dos mil millones de pelas pusieron desde el ayuntamiento —pusieron dinero público, pero lo gastaron como si fuera dinero púbico—).

Creo que ya te he contado en otra ocasión…, pero tengo oído que se avecinan nuevos y buenos tiempos para mi bitácora. Porque según me han dicho, la directiva está tratando de conseguir un buen pelotazo. Ya te contaré si llega el caso.

En fin, que me alargo. Que lo peor que nos puede pasar en España es que desaparezca un equipo de fútbol. Tragedia nacional. Mira, te voy a dejar una noticia que, en otra escala, resume el mismo sentir popular.

¿Pero a quién se le ha ocurrido la tan estrambótica sugerencia de que el ayuntamiento se haga cargo del equipo local? Para lanzarlo a la hoguera, vamos.

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