PITERMAN VUELVE A LAS ANDADAS Y LOS POLÍTICOS SE RETRATAN
Si alguien dudaba que el tío había sentado la cabeza a base de bocadillos de jamón y cervezas sin alcohol, iba muy desencaminado. El camarada Piterman, ese tipo metido a dueño de un club de fútbol –el Alavés- para alegrarse las pajarillas en su vidita de millonario aburrido, ha vuelto a ser noticia en las páginas de sucesos de los periódicos gracias a que, excelente relaciones públicas, tiene a toda la afición vitoriana en contra, a toda la plantilla de jugadores, a la prensa, a todos los partidos políticos, a la Diputación alavesa, al Ayuntamiento, a las Juntas Generales y hasta al mismísimo Presidente del Senado, Gregorio Rojo, accionista y exsocio del Alavés, quien ha llegado a decir que hay que "hacer todo lo posible para sacar a Piterman del club y de la ciudad". El ucraniano desvergonzado y lenguaraz es un experto en hacer amigos y como siga en este plan cualquier día le zurran la badana y le cuelgan de una farola. No diré que se lo tendrá merecido pues aquí –a diferencia de semejante bestia- no hacemos apología de la violencia sino de la inteligencia y al camarada le sobra de lo primero y le falta totalmente de lo segundo, pero hay gente que lo tiene enfilado y veremos a ver como acaba. Torres más altas cayeron.
Fascista, xenófobo, dictador, burro… Por Álava le llaman de todo, gracias a que el millonario se cree con patente de corso porque es propietario del 51 % de acciones del equipo de Vitoria. “Tenía que haber limpiado antes el vestuario de mierda” dijo los otros días tras ver que los cantamañanas de los jugadores hacían una piña con uno de los suyos, al que el Dimitri había insultado, metiendo de paso en el saco a todos los catalanes. Así que el zumbado millonario de la lengua bífida tuvo poco después que pedir disculpas para añadir a continuación que lo de los insultos “es un lenguaje habitual en todos los vestuarios”. Sobre todo en el suyo… Este hombre no tiene enmienda. Será por eso que en Vitoria ya han dicho basta y le van a montar un pollo de no te menees. Las peñas iniciarán una sentada, aunque lo pertinente sería no acudir al campo. Los jugadores intentarán mantener la compostura aunque en el último partido la perdieron por 6 a 1. Así que el equipo está cerca del precipicio de los puestos de descenso. Todos los partidos políticos municipales han pedido la intervención del Comité Español de Disciplina Deportiva acusando a Piterman de conducta antideportiva. El Ayuntamiento estudia el contrato de cesión del estadio, de carácter municipal para ver qué represalias puede tomar sin dañar en exceso al club. Y la Diputación ha rescindido el convenio con el Alavés para el 2007, que se acerca al millón de euros, con el argumento de que el Dimitri de las narices "veja los sentimientos, valores y forma de ser de Álava y de los alaveses". El camarada sólo tiene un aliado, alguien que le baila el agua fétida: el entrenador Chuchi Cos, un apesebrado que pone el carné para que el ucraniano –entre insulto e insulto- se distraiga entrenando al equipo. Siempre hay gente para todo a cambio de cuatro chavos y la voluntad.
Visto lo cual dos lecciones saca el Puñetas del asunto y que me perdonen los bienpensantes. La primera es que al famoso Piter le va la marcha y sabe que lo suyo ha prosperado hasta ahora (y lo que queda) gracias a que está en un país lleno de fantasmones, corruptos y sinvergüenzas como él. De haber hecho de las suyas en Francia, Inglaterra o Alemania, a estas horas ya calzaría unos grilletes entre los tobillos o le habrían puesto una camisa de fuerza. Mas en España los chorizos retozan artística y alegremente, a veces hasta con el visto bueno de la Audiencia Nacional y el Gobierno Central o Autonómico de turno. ¡Cuánto no dejarán hacer a un millonario excéntrico y verbenero –ciudadano del mundo- al que se la sudan todos los pringaos que tiene a sus órdenes y que llevan años lamiéndole las botas! La segunda lección es que nuestros políticos de caspa y puñal no tienen tampoco los más mínimos escrúpulos en dilapidar el dinero de los ciudadanos en subvenciones a fondo perdido a entidades privadas (tan privadísimas como el Alavés Club de Fútbol) mientras las necesidades públicas siguen estando claramente desatendidas, desde las farolas que no lucen a las escuelas con problemas de calefacción o cualquier otra menudencia por supuesto menos importante que la marcha de un club de fútbol. Depositar en éste los “valores y forma de ser” de los ciudadanos del terruño sería una de las mayores estupideces que uno ha oído en mucho tiempo, si no fuera porque a estas alturas del partido ya estamos completamente curados de espantos.
5 comentarios:
Mi forma de ver las cosas ya la conoces. Aquí hay unas leyes y hay que respetarlas. El Alavés es de Piterman. Es su empresa. A partir de ahí, podemos hablar.
Que el Alavés reúne los sentimientos de los alaveses…, pues será, pero no por obligación.
Que vale más un equipo de mercachifles que la atención a domicilio a impedidos y jubilados…, pues será, pero no por imperativo legal.
Que el dueño insulta a un trabajador (millonario pero trabajador)…, pues que el trabajador se asesore y le ponga una demanda por lo laboral, que para eso está los juzgados y los abogados.
Todo lo demás es bailarle el agua y seguirle el juego al ex-soviético éste.
Que no hay pelotas (y no de fútbol) para ponerle la demanda al jefe…, pues será, pero entonces que no se quejen.
De seguir así las cosas Piterman acaba siendo alcalde de Vitoria. Porque hay que saber que hay gente que no dice nada, pero a la que le parece muy bien que el tal Piterman ponga a cada uno en su sitio. Aunque no aprueben las formas.
Postdata: para ser alcalde de Vitoria creo recordar que necesita ser ciudadano de la Unión Europea. Si no le dan la ciudadanía española (no sé si la tiene ni me importa) seguro que consigue la italiana o la griega o la portuguesa o la que se le ponga en la punta de la chequera. (Y ahora que lo pienso, creo recordar que es ciudadano americano…).
A mi me llamó muchísimo la atención lo de Chuchi Cos. En su momento, claro. Ahora ya me parece más de lo mismo.
Creo que cada uno de estos sucesos esperpénticos es como una bofetada de realidad. Y se me está poniendo la cara como la piedra... Por eso ya me da igual todo. ¡Con lo que disfrutaba de este deporte! Una pena, ciertamente.
Saludos a los dos, por cierto.
Viendo el guirigay que se ha producido este fin de semana (escribo el domingo por la noche, y el viernes colgué el articulillo premonitorio), no creo que el tema deba despacharse simplemente con que el Alavés es de Piterman. Lo será pero el campo es del Ayuntamiento, un millón de euros de la Diputación, sin contar el dineral que aportan numerosas empresas, que visto lo que se ve lo mismo están pensando salirse de este carajal. Y el 49 % de las acciones en manos de otra gente. Francamente, me parece impresentable que un capullo haga y deshaga en una empresa, aunque sea futbolística, simplemente porque tiene 2 acciones más que el resto de la tropa. Lo de los jugadores lo comprendo: sólo saben darle a la pelota y la valentía se la dejan para cuando le ponen planchas y codazos a los jugadores rivales. Lo grave es que así empiezan las cosas y luego llegan los muertos y heridos, porque esto del futbolín se magnifica y mueve pasiones, cosa que no hacen otros temas y problemas mucho más serios. En cualquier caso, no creo que el tal Piterman difiera mucho como alcalde de Vitoria respecto a otros prohombres de la política vasca y del resto de España. Así que, de seguir así las cosas, lo mismo tiene razón el compa de la Aguja. Podría ser un segundo GIL, pero en versión ucraniano-americana. Oye, es que ahora que lo pienso, cada vez se parece más a Jesusito Gil y tal y tal... ¿No será una reencarnación?
Déja que matice. Quiero decir que vivimos en un Estado de Derecho y eso significa que todos estamos sometidos a la ley (bueno, todos salvo los de siempre).
Que la Diputación decide no poner este año 2007 un millón euros…, pues mira, los contribuyentes se lo agradecerán, aunque los contriburrientes seguirán pidiendo que le den el dinero al equipo de su almeja (y perdón por plagiarte).
Que las empresas deciden patrocinar al baloncesto…, ¡hombre, qué contentos se van a poner algunos!
Y si no hay pelotas (no de fútbol, vuelvo y repito) para comprar un 2% de acciones, pues mira, que le vendan el 49% restante, que así a lo mejor le hunden. ¿No lo había pensado nadie?
Pero hay que recordar cómo empezó esto. Y no por ello quitarte la razón. Piterman se ha pasado. Esto está claro. Pero es un problema de una empresa privada y no un problema de Estado, que es lo que algunos están deseando presentar.
Parece ser que todo empezó cuando Piterman se enfrentó a cierto sector de la prensa vitoriana. El resto de colegas cerraron filas en torno a sus amigos. Y el tonto del haba de Piterman se enfrentó entonces a TODA LA PRENSA vitoriana.
Y ahora los chicos de la prensa se ocupan de avivar los rencores y de azuzar a los cafres que hay en todas las ciudades. Y la cosa está tomando visos de desmandarse.
Culpables: TODOS. Piterman por no bajarse de la burra (parece ser que ya se ha enfrentado a todo Vitoria, pero me dicen que allí hay quien se lo está pasando bomba), los chicos de la prensa por plantear su guerra particular y por alentar desintencionadamente ciertos desórdenes, y los políticos por entrarles al juego.
Los empresarios están en medio de este cruce de botellazos. Pero defendiendo su dinero tendrán que invertir en patrocinios en otro lado.
Piterman, Gil, Lopera… Seguro que puedes ampliar la lista. ¿Tendrán algo en común el fenómeno de estos presidentes con el fenómeno de los dictadores que acceden al poder vía electoral, como aquel Fuyimori del Perú?
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