16 de octubre de 2007

¿BANQUILLO O SILLA ELÉCTRICA?


La princesa está triste. ¿Qué tendrá la princesa?


Perdón, quise escribir: Schuster, Sánchez Flores, Aragonés, Rijkaard, Aguirre, Ramos… están tristes. ¿Qué tendrán los principitos?



Pues, habitualmente, suelen tener un cabreo de mil pares de narices. Mitad porque sus subordinados (los jugadores) ganan habitualmente más que ellos y mitad porque la prensa suele traerles por la calle de la amargura. Lo primero entra en el sueldo, pero lo segundo es un plus que algunos tragan por contrato más que por devoción. “¿Qué coño puedo decirles a estos tíos casi todos los días? ¿Es que no tienen otras noticias más importantes que cubrir que venir a darme por saco en unas ruedas de prensa que me la sudan por innecesarias, inútiles y absurdas?” –suelen preguntarse los entrenadores de los clubes más importantes del firmamento liguero.



Al final no les queda más remedio que tragar y aguantar a esos pelmazos de la prensa deportivesca (habitualmente los más tontos de la redacción) que se dedican a incordiar y a preguntar tontadas en unos interrogatorios infames que para lo único que sirven es para desprestigiarles (ni un presidente del gobierno, ni una calentorra actriz aguantarían prestigio y fama saliendo casi todos los días por las telemierdas), para ponerles en unos aprietos absurdos, para echarles la gente encima y, lo que aún es peor, para hacer negocio y caja ajena a cuenta de uno mismo.



Pero así está montado el sarao y ellos, los Bernardo, Quique, Luis, Frank, Javier, Juande… tienen que tragar y achantar porque lo mismos impresentables que les aupan y dan carrete y publicidad para que les fichen, son los que pasados unos meses empiezan a roer el pedestal para tirarlos abajo. A más entrenadores, unos en la cuerda floja y otros aspirantes a sucederles, más ventas de periódicos, más anunciantes en los programas deportivos de la radio y de las teleles. ¡Oye, y da igual que vayas el primero en la clasificación!


-Es que si el equipo juega muy mal, no vendemos periódicos, oiga, que al personal le gusta que se canten las gestas y las florituras… Si todo es muy soso, la gente se aburre en los partidos, aunque se ganen, y luego no le apetece leerse nuestras gloriosas crónicas…



Así que los deportivescos de la poca pluma y el mucho sable andan siempre sacándole los higadillos a los entrenadores, que notan cómo en vez de en un banquillo se sientan en una silla eléctrica. Decía que si ganas siempre, pero jugando mal, te ponen a parir. (“Para esto no te ficharon, Bernardito” –dicen algunos). Más si juegas como dios pero pierdes dos partidos seguidos, entonces también lo estás haciendo fatal. (“Si no hay resultados positivos, no sirve de nada hacerlo bonito” –suele decir algún indocumentado con micrófono). Si no convocas a Raúl, porque te cae gordo o sencillamente no te da la gana (que para eso eres el seleccionador), se acuerdan de tu madre y hasta algún tonto del haba te llama “despojo”. Y si hubieras convocado a Raulito y se pierde el encuentro, entonces otro destripamicrófonos te echaría en cara que porqué lo seleccionaste si el hombre ya está acabao. Y si Ronaldinho la caga durante varios partidos porque el tipo es humano y de tanto reírse también se cansa, entonces le buscan una noche de parranda y te echan a ti en cara que no controlas el vestuario ni las noches de tus estrellitas. Pero si el brasileño comienza a funcionar dos días seguidos, entonces todo son flores para el genio y lo tuyo, querido Frank, no tiene mérito alguno. “Con jugadorazos como ese es muy fácil ser entrenador” –insinúa un listo que no sabe nada. (Por ejemplo, es lo que decían de Vicente del Bosque cuando ganaba Ligas y Copas de Europa con sus galácticos).



En fin, que no se puede tener todo en la vida: ser joven, tener éxito, dinero, fama y prestigo, que es lo que les suele suceder a los entrenadores de los clubes de postín. Siempre tiene que haber álgunos pájaros que amarguen la fiesta y ese papel saben representarlo a las mil maravillas esos juntaletras y juntapalabras, de escasa inteligencia pero de abundante mala leche, con los que interesa llevarse bien pues en caso contrario te echarán enfrente a la jauría habitual de los domingos. Por esta y otras razones, andan estos tipos tan tristes, aunque la diosa fortuna les sonría. ¡No se puede tener todo en la vida, queridos Schuster, Quique, Luis, Rijkaard, Aguirre, Juande…!

4 comentarios:

Dakini 18/10/07, 21:34  

Saludos desde México....me ha encantado el blog...

la aguja 22/10/07, 20:15  

Un revuelto de egos es lo que hay por esos vestuarios de primera y segunda división. Complicado lidiar con semejante panda de catetos millonarios. Ni cultura ni educación abundan por esos lugares.

Así las cosas, la prensa viene a ponerles la guinda, como bien relatas.

Y yo pienso…

¿No se les llena la boca a todos ellos con la frase de que son trabajadores de la SAD —exquisitamente pagados, eso sí—?

¿No tenemos el famoso y manido decreto 1.006 que regula la relación laboral de los deportistas profesionales entre los que se encuentran los entrenadores?

¿No tienen como base legal normativa, lo que reconoce el R.D. 1006/1985 El no menos célebre Estatuto de los Trabajadores?

¿Dónde están los sindicatos mayoritarios, pues?

¿Por qué no se ha creado un sindicato sectorial? (La AFE no me vale como sindicato).

Porque todo esto que relatas está al borde, si no dentro, del acoso laboral…

Juan Puñetas 22/10/07, 23:10  

Pues me alegro mucho que te haya gustado. Dado que el Puñetas es un ser finito, e incluso infinitesimal, no conocía ninguno de los blogs en que colaboras en la interné infinita. A mí el que más me ha gustado es el de la femme que hace sport, así que próximamente la pondré en mis favoritos del Arco y en mis visitas rutinarias a los sitios que me resultan gratificantes. Un cordial saludo.

Juan Puñetas 22/10/07, 23:20  

Tú ya sabes, querida Aguja, que el personal -para que paste bien el rebaño y dé posteriormente sus buenos dividendos en el matadero- necesita ciertos pim,pam, pum que le tenga entretenido. ¡Disparad al pianista! -gritaba aquel, cuando en realidad lo que fallaba era la música que el pobre hombre simplemente reproducía mecánicamente.

Así que, como últimamente los payasos de los bofetadas -ya sabes, los árbitros- están siendo menos graciosos y el personal ya se aburre con su cantinela, están empezando a tomar el relevo los entrenadores de postín. Y como son uno de los sectores profesionales más pastueños y cebollones que ha parido madre (junto, quizás, a los ciclistas), pues así andan, que ya ni los triunfos les valen para seguir en el tajo. Y, como si trabajaran en un circo, casi cada año -si es que logran acabarlo- cogen la maletita y se van a otra plaza a torear. Cierto que con mucha tela en el bolsillo, pero a veces hay que mirar no solamente al bolsillo...(Como digo siempre: siempre a unos presuntos millonarios los tratan a patadas, hay que tener poca imaginación para pensar cómo trataran a los mindundis, a los don nadies y a los desgraciaos).

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¡Gracias por vuestra plantilla! (El Puñetas, agradecido).