19 de octubre de 2007

¿POR QUÉ LA MAYORÍA DE LOS PROGRAMAS DEPORTIVOS DE LA RADIO SON A PARTIR DE LAS DOCE DE LA NOCHE, EIN?


Esta semana estoy preguntón. Si en el post anterior me planteaba el gran dilema universal de si los banquillos de los entrenadores son sillas eléctricas, hoy toca hacerse una pregunta todavía más trascendental: porqué a partir de las doce de la noche las principales cadenas de radio de este país llamado Spain se dedican al rollo deportivo durante una o dos horas.



El Puñetas, que no se chupa el dedo ni el calcetín, anda bastante mosca con el tema. Y no logra encontrarle respuesta satisfactoria. ¿Por qué a partir de la hora de las brujas, esos pedazos locutores deportivos que tenemos salen a las ondas herzianas a contar las destrezas y destrozos de la vida deportiva (en realidad, casi el único deporte del que hablan es el fútbol…) y no lo hacen a horas más tempraneras? Hoy he decidido poner al coco en el programa de centrifugado y me han salido unas cuantas razones, a cual más peregrina:



1ª) Nuestras estrellas de la cosa radiodeportiva adoran al amigo Drácula, tanto en el fondo como en la forma. (Recurran a su cultura general, por fa, recordando el modus vivendi del famoso vampiro de Transilvania).


2ª) A esas altas horas de la noche los oyentes, cansados de la dura jornada diaria, se creen todo lo que les echan, siempre que sea banal, insulso y entretenido. Y les ayuda a dormir, claro.



3ª) En España al personal le encanta fornicar escuchando a De la Morena y Cía. El hecho de que ya seamos el país de la UE con más tasa de divorcios significa que De la Morena y Cía tienen la culpa. Lo cual que deberían solicitar derechos de autor.



4ª) También se admite la inversa. Es decir, que darle marcha sexuá al cuerpo cuando el pariente o la parienta está que se sorbe los mocos escuchando a sus periodistos deportivescos preferidos, no incita demasiado al meneo y a la revolcadura. ¿Será por eso que también Spain es el país de toda la UE y casi del mundo donde menos hijos fabrican los españolitos en edad de merecer? (Dejemos a un lado a los inmigrantes, a los que De la Morena y Cía les importan tres pepinos y dos tomates, y por eso son los únicos que contribuyen a aumentar la tasa de natalidad de esta cada vez más avejentada tierra).



5ª) Los españolitos suelen dormir en el trabajo o en la siesta, así que cuando llegan las doce campanadas están más frescos que una lechuga. Eso explicaría también que en Spain la mayoría se acuesta cuando en la admirada UE todo el mundo se levanta. Las discotecas cierran a las ocho de la mañana, los botellones públicos finalizan a las seis de la madrugada, las telecacas publicitan los programas más interesantes (incluido el cine de la época dorada) a partir de las dos de la mañana, y así sucesivamente.



El mismo Puñetas, sin ir más lejos, suele acostarse a la hora en que empieza a ladrar el gallo y a cantar el perro, con los ojos ya legañosos. Así que si un ser tan formal y corrientucho como el muá luce estos adornos horarios tan a destiempo, ¿no será normal que Ronaldinho ande en plan discotequero hasta las tres de la madrugá, o que Diarra escuche Radio Mali hasta que sale el sol? ¿Por qué echamos en cara a nuestros gladiadores lo que la plebe hacemos todas las noches, a pesar de no tener ni el aguante ni la resistencia física de aquellos?


Que conste que todo este desbarajuste lo empezó aquel innovador e irrepetible periodista llamado Jose María García. Desde entonces todos lo han continuado en la creencia de que así se le parecen un poquito en el éxito. ¡Ni por esas! El menda lerenda que escribe hoy esto con tanto desparpajo, piensa que hay que desterrar estas malas costumbres. Lo que corresponde a esas altas horas de la noche, tanto en radios como en televisiones, es repetir hasta la saciedad los discursos de nuestros políticos más adyectos (o sea, casi todos). Sólo así conseguiríamos que el personal regrese al salutífero fornicio, a dormir como unos benditos y a estar al día siguiente con fuerzas y ganas para enfrentarse al duro papelón que les ha tocado vivir en un país llamado Spain donde, a estas alturas del siglo XXI, nadie sabe la hora que es.

2 comentarios:

la aguja 24/10/07, 23:52  

A mí me parece que José María García sentó precedente también en el asunto de las franjas horarias radiofónicas.

Cogió una franja horaria poco atractiva y aumentó las audiencias.

El truco puede estar en que los contenidos más interesantes del programa se despachan en la primera media hora, quedando el resto de relleno. Ahora bien, la calidad de ese relleno es la que consigue que unos programas tengan más popularidad que otros.

A las doce y media, todos fritos; salvo los vagos (que no tenemos nada mejor que hacer), los maleantes (que esperan a una hora más tardía —o tempranera, según se mire— para cometer sus fechorías) y la policía (que tiene que vigilar a unos y otros).

En realidad yo me aficioné a la radio deportiva nocturna escuchando a José María García en un trabajo nocturno que estuve desempeñando durante unos años. Y me aficioné porque ya lo oían los compis, todos mayores que yo (es decir, más sesudos).

Y le perdí el gusto cuando lo dejó García, porque lo que me quedó para escuchar me decepcionaba.

Cuentos malos, bromas tontas y chistes de dudoso gusto salpicaban las tertulias a cual más soporífera.

Pero creo que si ahora preguntas a alguno de los periolistos que berrean por los micrófonos de medianoche el porqué de su jornada nocturna ninguno sabría darte un motivo adecuado salvo el de que “siempre se hizo así”.

¿Te recuerda algo este estado de las cosas?

Anónimo 28/10/07, 23:16  

¡Cuántas noches me quedaba en mis años mozos hasta que el Josemari dejaba de darle a la sin lengua! En la primera etapa (la de la Ser, especialmente). Luego uno empezó a cambiar de temas y audiencias, pero de aquellos polvos vienen estos lodos...

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¡Gracias por vuestra plantilla! (El Puñetas, agradecido).