16 de octubre de 2008

SILBIDOS, NO, GRACIAS.

No sabemos si la ministra francesa de Sanidad, Juventud y Deporte tiene mucha idea de Sanidad y Juventud. De deporte parece que poca. Se le ha ocurrido a la buena señora prohibir que en un campo de fútbol franchute se silbe al himno francés, aunque quienes lo hagan sean los hinchas rivales. Si eso ocurre “los miembros del Gobierno abandonarán el estadio” (¡qué drama, dios mío!) y “se anularán todos los encuentros amistosos contra el país rival durante un periodo de tiempo por determinar”. Dada la tropa habitual que pulula por los estadios (una minoría,  pero muy escandalosa) aventuramos que en un par de años la selección francesa no va a tener selecciones contra las que jugar, salvo consigo misma. Una solución al problema de las pitadas y los rebuznos sería dejar la Marsellesa en casa pues no pinta nada en un campo deportivo, donde sobran los himnos nacionales. (El invento de que los deportistas representan a los países tiene más trola que el de la Santísima Trinidad). Sin embargo, la doña –como buena política- pretende fabricar un mundo a su imagen y semejanza: todo el personal firme y tieso escuchando la música celestial patrioteril. Claro que lo mismo lo hace –¡si es que somos muy mal pensados!- porque no le gusta el fútbol y así tendrá un pretexto perfecto para largarse a casa desde el inicio del partido. ¡Que te hemos calao, Roselyne…!

2 comentarios:

Anónimo 21/10/08, 23:16  

¿Pero cómo que no se puede silbar la marsellesa? ¡¡No es posible que lo hayan prohibido!! Pero si es una cancioncilla de lo más silbable.

Igual que el chunda-chunda, que también es silbable (por narices, pues no tiene letra).

Qué cosas, balón mío, qué cosas nos traen los tiempos.

Oye, Puñetas, ¿y si se silba fuera del campo? Por ejemplo, yendo al trabajo. ¿Te mandan un día para casa por silbar?

Juan Puñetas 24/10/08, 0:13  

Malos tiempos para la lírica... y el silbido. ¿Y no sería mejor hacerle la prueba del alcohol a cada hincha que aspira a entrar en el campo, para así evitar posteriores problemas de orden público y de silbidos? Sí, habría que abrir los campos un día antes pero no creo que eso fuese considerado negativo por los celebrantes. ¡Incluso se ahorrarían los gastos de hotel!

Malos tiempos para la lírica. Si empiezan prohibiendo los silbidos al himno, luego le seguirá la la prohibición de los gritos racistas, luego los insultos al árbitro y a los jugadores rivales, y al final acabarán con el fútbol. Malos tiempos...

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¡Gracias por vuestra plantilla! (El Puñetas, agradecido).