10 de junio de 2010

COMIENZA LA COMEDURA DE COCO MUNDIAL

-¡Socorro, que me ahogo!

Este es un grito desesperado lanzado por alguien (aclaro que no es el Puñetas) de mi entorno más cercano.

-No puedo, Juanito. Es superior a mis fuerzas. A todas horas, en las televisiones, en las radios, en los periódicos, en las conversaciones, hasta en la calle, todo el mundo habla y no para del Mundial ese… ¿Qué podemos hacer los que no amamos el fútbol? ¿Debajo de qué piedra nos metemos para no oír hablar de Casillas, Xavi y la madre que los parió? Sí, ya sé que ellos no tienen culpa alguna, pero si no fuesen tan buenos, quizás a estas horas –como en años y décadas atrás- su cita mundialista sería citada en la prensa deportiva durante una semana, echarían sus partidos, la cagarían a las primeras de cambio, se vendrían para casita y no veas el desahogo que a los no futboleros nos entraría. ¡Qué paz! Pero dicen todos los que hablan del asunto, y cuando digo todos es que son todos menos el gato, que los tíos de la Roja son muy buenos, que pueden ganar el Mundial ese y que es una oportunidad histórica que nadie se debe perder. Así que no veas la tortura y los rollos macabeos que estamos tragando sin querer los que pasamos del fútbol. ¡Queremos una solución higiénica y saludable para nosotros! Si es que hasta en la calle… Las farolas, los anuncios de las aceras, las banderas españolas en los balcones… Entras a cualquier centro comercial y te empapelan si te descuidas con el logotipo de la selección española, si compras algo te puede salir gratis si ganamos el Mundial, te dicen para que te dejes allí la paga, y ves que los escaparates están inundados de jugadores, de pelotas, de sorteos… ¡Mundial, por todas partes el puto Mundial!

-Refrena tu ira, cuñao. Parece mentira que no sepas que somos un país de gente excesiva que no piensa jamás en los demás nada más que para sablearlos.

-Pues yo reclamo que no me coman el coco de esta manera. Reclamo que haya unos horarios en los medios de comunicación donde sepa que no me van a hablar –a traición - del puñetero mundial, rincones en los comercios donde mis retinas no sean taladradas por imágenes futboleras sudafricanas, vacaciones forzosas si es preciso para los que nos negamos a empacharnos de las majaderías futbolísticas que dicen en la oficina, el taller, el bar o en cualquier parte. Lo malo es que, pensándolo bien, a dónde voy a ir si esta histeria es colectiva, multicultural y multinacional, si están igual de fanatidiotizados en Camerún que en Honduras, en Inglaterra que en Portugal. ¡A Marte tendrían que enviarnos a algunos por una temporada para evitar que nos volvamos locos de remate tras soportar hora a hora, minuto a minuto el goteo de noticias, chascarrillos, tonterías, goles, partidos y todo lo que se les ocurra contar a los futbolófilos, que son la inmensa mayoría!

-Pues eso no es lo peor, cuñao. Estamos en la bancarrota pero nuestros jugadorcitos van a cobrar 600.000 euros por barba si ganan la copichuela esa del Mundial, que pasará a ser el mayor hito histórico de este país. ¡Hasta The New York Times se ha dado cuenta que aquí el fútbol sigue siendo un circo que los políticos usan para tapar y cubrir otros problemas!

-Esa es otra, Juanillo, esa es otra. Pero, en fin, como mi lamento no va a tener cura, ¿qué te parece si aprovecho que tú despotricas del fútbol casi tanto como yo para venirme a tu casa a vivir mientras dure el mundial ese? Me temo que sólo en tu pisillo podré encontrar la paz y armonía que he perdido desde que comenzó el mes de junio…

-Pues lo siento mucho, cuñao, pero ya tengo lleno el chiringuito. Lo he alquilado a varios conocidos que están como tú y con el dinero me voy a ir a ver el Mundial en directo…


(Me desperté sudando a chorros. Aquel sueño había acabado por convertirse en una horrorosa pesadilla. Entonces miré al fondo de la habitación y vi a Jacinto RX, mi extraterrestre favorito, echándome una sonrisa).

-Perdona, macho. He venido a despedirme. Mis jefes han cancelado mi misión en la Tierra. Dicen que los terrícolas sois una raza primitiva, con escasa sesera y nulas perspectivas de futuro. Al principio se rieron mucho con vuestras excentricidades y estupideces, de las que yo les informaba puntualmente, pero ya ni eso les hace gracia. Me han prohibido llevarme a nadie así que lo siento mucho, Puñetas, tendrás que seguir viviendo en este mal llamado planeta azul, aguantando mecha hasta que la palmes de aburrimiento o de desesperación, je, je. Me han dado un mes de vacaciones para que me divierta un poco a vuestra costa, antes de regresar. ¿Deseas algo en especial, como agradecimiento a tu hospitalidad?

-Pues, hombre, yo… no sé, ya que no puedes cambiar al presidente Zapatero por alguien que entienda de economía, ni puedes convertir estas monedas de euro en billetes de quinientos, ni puedes cambiarme el cerebro por otro mucho más evolucionado, yo… no sé, estoy pensando si me harías el favor de irte conmigo a Sudáfrica a ver el Mundial. Así me acompañas, me cuentas más cosas de tu pueblo RX16 y de paso hacemos unas croniquillas de esas que pongan la piel de gallina y el grito en el cielo al respetable. Ya sabes que me encanta provocar…

-Pues vale, chiquillo. ¿Nos vamos ya?

(No me digan cómo pero en un santiamén me puso guapo –me convirtió en un negrito zumbón capaz de impresionar hasta a Angelina Jolie- y me llevó con él a Johannesburgo. Oigan, y sin tener que hacer esperas en el aeropuerto ni volar ni pasar aduanas que valgan. Estos extraterrestres es que son la leche… No veas lo que se ahorran en transporte y en impuestos… Ah, y para las cosas interesantes que pasen por acá les dejo en la compañía ágrafa del bueno de El Ardilla. ¡Con las ganas que él tenía de hacer lo que le diera la gana en el Arco! Que dios, alá o San Cucufato nos pille confesados…).

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¡Gracias por vuestra plantilla! (El Puñetas, agradecido).