18 de noviembre de 2010

PUTEANDO, QUE ES GERUNDIO

Uno de los objetivos intrínsecos al ejercicio del poder es el de putear a los subordinados. Los gobiernos están para putear a los ciudadanos y ay de aquellos que, sin mamar de sus ubres, creen que están siendo tratados magnánimamente por sus dirigentes. ¡Qué ingenuos! Los jefes de recursos humanos disfrutan como enanos teniendo cogidos por el cogote a quienes controlan vía reglamento o simple mirada. En el mundo deportivesco los reyezuelos de cualquier federación o club pierden el culo por tener bajo sus botines a lo más granado de los currantes de a pie, que no son otros que los deportistas. Incluso aunque éstos sea de elite.

Hace poco pusimos a parir a la UCI –cambien las siglas por otras similares, que da igual- acerca del soberano marcaje que hace de los ciclistas a cuenta del control del dopaje. Dicen que son tropecientos mil los productos incluidos en la lista de prohibidos, unos por razones directas y otros indirectas al estimarse que pueden actuar de agentes enmascarantes. Un día de éstos pondrán en la lista de sustancias dopantes los cereales, las bananas y los macarrones. Cualquier pretexto será válido.

—Pero, ¿cómo se le ocurre a usted, un tío sensato, señor Puñetas, escribir estas cosas? —me dirá un lector serio y formal—. ¿No estará ya chocheando a su avanzada edad?

Pues nanay del peluquín, amiguitos y amiguitas.  Sigan leyendo. En la edición escrita del diario EL MUNDO del pasado 10 de noviembre leía con los ojos llenos de asombro: “Si Contador es castigado con dos años, la UCI podría multarle con el 70 % de su sueldo, cifra que supera los tres millones de euros. Así lo marca una norma que fue recurrida por Vinokourov”. Los ojuelos se me salían de las órbitas (casi tengo que agacharme a recogerlos) cuando en el interior de la noticia se escribía lo siguiente:

“La UCI obligó en 2009 a firmar a los corredores unas normas de comportamiento que establecen que los condenados por dos años por dopaje deberán abonar el 70 % del sueldo bruto anual. (…) Las cantidades recaudadas a los ciclistas dopados van destinadas a una Fundación Antidopaje. Estas sanciones económicas han indignado a los corredores, que se sienten maltratados por un organismo que en lugar de representarles y ayudarles se dedica a “extorsionarles”. Así lo entienden en la Asociación de Ciclistas Españoles”.

Es genial, ñoras y ñores. ¡A más positivos más engordan las arcas de la UCI! O sea, en roman paladino, que a la UCI le interesa que haya muchos ciclistas dopados. Así de claro y que no me vengan con cuentos, como nos viene la DGT cuando pone multas gordísimas a los conductores por sobrepasar la velocidad permitida en sólo un par de kilómetros. ¿Medidas de seguridad y protección al sufrido automovilista? ¡Y un rábano! ¿Preocupación por la salud de los ciclistas? ¡Y dos rábanos! Pasta, mucha pasta es lo que hay en juego. 

Como era previsible algunos ciclistas ya han pagado la extorsión. Otros, como Vinokourov, recurrió al TAS (un tribunal pastelero y poco edificante, a mi entender, puesto ahí para que las tropelías ocurridas en el mundejo deportivesco no trasciendan a la esfera de los tribunales ordinales), el cual le ha dado la razón –mira tú por dónde- al sostener que no hay base jurídica para imponer la sanción económica. Una sanción de 1,2 milloncejos de euros, que no es moco de pavo. La UCI debe estar que trina.

No vamos a alabar aquí a los deportistas tramposos pero tampoco a poner a caer de un burro a quienes padecen la rigurosidad y el puteo de unas normas que se pasan tres pueblos y que, encima, facilitan el enriquecimiento ajeno. Ya bastante parné obtienen estos sacamantecas del poder ciclista gracias al esfuerzo de los sufridores de la ruta (en condiciones normales) como para que también pretendan lucrarse en las excepcionales. Sí, ya sé que hay gentes muy sensatas en el ejercicio del poder, aunque se les nota poquísimo, pero -hablando de la UCI- yo sigo su ejemplo: es sospechosa hasta que no demuestre lo contrario. Eso mismo hace con los ciclistas y mira qué bien le luce el bolsillo. Pues eso… ¡tres rábanos!

1 comentarios:

la aguja 23/11/10, 1:34  

La semana pasada me decía mi representante sindical (uno de los que se curran de verdad la defensa de los intereses de los trabajadores) que últimamente parecía que los políticos disfrutan eliminando aquello que han sabido que te puede hacer feliz y doblando aquello que saben que te disgusta. Como que gozan de una satisfacción interna y personal.

Y tu artículo me ha recordado estas palabras (que abundaban en ejemplos locales que no deben ser expuestos aquí en público).

Los gerifaltes disfrutan puteando al personal de a pie. Es un hecho. Reciben así la confirmación de su poder. Lo que ocurre es que reciben también el feedback de la protesta, y luego se manifiestan en Sevilla 50.000 funcionarios.

Y claro, para cuando se dan cuenta de que han metido la pata ya es tarde y la escasa categoría que tienen sólo les alcanza para huir hacia delante llevándose vallas, sembrados y alambres de espino.

Yo por estos ciclistas como que no movería un dedo. Merecen mi apoyo y mis simpatías los que se sublevan, los que simplemente protestan, los que se revuelven en contra de los opresores. ¡Ole los güitos del Cantona!

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¡Gracias por vuestra plantilla! (El Puñetas, agradecido).