15 de diciembre de 2010

EL ARDILLA, EN EL BERNABÉU


Ya sus decía losotros días er Puñetas la faena que nos hisieron los descontrolados controlaores aéreos esos, allá por el aeropuerto de Barajas, en er puente de primeros de diciembre. Ar finá nos quedamo a dos velas y desidimos, mu cabreaos, quedarnos en Madrid mientras echábamo reclamasione por tós laos aunque nos tememos queno servirá paná porque el auténtico estao dalarma está en que a los consumidore nos dan pordelante y pordetrá, con alevosía (¡toma palabro!), nosturnidá y vaselina.

Aquel sábado sabadete jugaba er Valensia en el Bernabeu de don Floren y el menda, quenunca había estao en ese campete tan salao, quiso acudí ar evento. Así que desde bien temprano busqué una entrada y ar finá de la tarde conseguí una. Sí, el Ardilla estaría en el palo del gallinero del Bernabeu, donde se ve a los jugaores como si fueran muñecos de furbolín, pero sepa dió cuando se estire el Puñetas otra vé y me invite a algún viaje sullo. El tío no quiso acompañarme pué prefirió estar tó el día con cosas curturales: er Prado, un museo onde no ay más que cuadros antiguos y er Reina Sofía, onde no hay má que cuadros modernos. ¡Menúo cuadro y perspektiva tenía yo si le acompañava! Portán, me largué por mi lao a po la entrada y el partío y aluego ya nos veriamos a la salía.

Iva yo tó lleno demosión, bajando por la Castellana desde Cuzco, por la asera de la derecha, cuando empecé a notá el caló de la gente cuando ya estaba cerca. Y eso quela noche era fría de cojone. Cuando estaba enfrente der estadio, crusé la Castellana y por poco me pilla un par de coches porque hay muchos carriles que crusá y er semáforo sólo dura quince o veinte segundos. Y aluego disen quelos peatones tenemos la curpa de muschos accidentes. Si duraran má los semáforos… Sano y salvo por los pelos llegué a la asera del estadio y por poco mestropicio al tropesá con un montón de cables cabía desparramaos por el suelo y sin avisá. Coño, eran los tíos de Mediapro, losque retransmiten los partíos de liga, questaban ayí con tós sus camiones y cables. De una arqueta no señalisá salían, en plan chapuza, tós los cables con los que tropesé por ir mirando parriba, pal estadio. Meno má que no pasó ná porque mira que si parto alguno o lo estropicio y el partío no se hubiera podío vé por mi curpa…

Er ambiente estaba un poco jodío. Poco ruido y pocas nueces. Y es que er lune anterior er Madrí había resibío sinco hermosos goles, sinco, de la acreditada ganadería de Pep Guardiola. También, digo muá, sería por la cosa der frío, que má que frío era escalofrío. Allí había puestecicos vendiendo bufandas, cacahuetes, agua y esas cosas, pero el personá que acudía al estadio yo creo que ya se las traía puestas, mayormente en una bolsa de plástico donde yo veía y olía argunos bocadillos pa comérselos en el descanso.

Me di una vuerta alrededó de los cuatro laos del campo. Oiga, ¡las calles de todos los laos estaban cortadas! Me llamó esto mucho la atensión. ¿Y paga el Real Madrid por esa incomodidá palos vecinos? ¿O el Ayuntamiento hase ese favó por amor al arte? Había muscha policía, unos paseando, otros montaos a caballo, que tampoco sé quien pagaría. Y eso sí, muscha gente comiendo y bebiendo en los bares y chiringuitos dalrededor. En argún momento pensé que muchos estaban hasiendo botellón. En er lao del palco dautoridades, pasaron varios coches desos grandotes, con los cristales tintaos pa no ver a las sabandijas que van dentro. ¡Pa ellos sí estaba abierta la calle, no te joe…! Y vi ar Lisaveski ese caminando y rodeao de gente, lo que por lo menos dice mucho de su modestia, por lo meno aquel día pué el tío, siendo quien é, podía haber acudío hasta en helicóptero. Por allí cerca había cuatro mataos tocando el tambor y un cámara de telecaca tomándoles el careto. La gente pasava dellos pero seguro que aluego, en la tele, la cosa parecería que tenía emosión y gancho. La teletonta, ya se sabe, que miente mucho…

Por fin entré ar campo, to iluminao (me quedé medio siego al prinsipio pué yo no había visto nunca tanta luz, ni cuando una vé estuve en Paris, la siudad que disen de la lú) y lleno de gente. Me fui pal palo der gallinero y dende allí estuve to el partío pasando má frío que si hubiera estao en Alaska. Ensima el partío fue aburrío, pero aburrío aburrío… Lo demá ya se supone y se sabe, asín que cortaré aquí el royo porque no quiero tené agujetas mañana, que me toca ir al inem a por lo del paro. Lo quimporta é que me lo pasé bien y que ningún coche matropelló porque, a la salía, tuve de nuevo que atravesá el Paseo de la Casteyana y el semáforo no duraba ni veinte segundos. La madre que parió a quien tiene tan poco apresio por la vida de los peatone. Sí, lo digo a quien corresponda der ayuntamiento de los madriles pero esa é otra historia…

2 comentarios:

Casto el castor 11/1/11, 19:44  

Ardilla, te podías aver tirao al prao para hacer striking que se desía enantes. A hora no sé como se dise... creo que te yamarían esibisionista, y te meterían un clavel pol tol culo, pero aluego havrías salío pol la tele.

Juan Puñetas 17/1/11, 0:25  

Con el frío casía en el campo, y sobre tó en el palo del gallinero, quita tú, mubiera quedao má congelao que una merlusa de pescanova. Además, entre bajá al prao y quitarme toa la ropa quellevaba ensima, se me ubieran pasao las ganas. ¡Otra vé será, pero en verano!

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¡Gracias por vuestra plantilla! (El Puñetas, agradecido).