EL FURBO COMO CIENCIA
El Puñetas iba a escribir esta semanita sobre la entrada del fútbol como elemento de estudio en nuestras universidades (donde ya se estudia cualquier cosa) y su consideración en sesudos estudios económicos y hasta filosóficos, cuando me encuentro en el diario El Mundo un artículo de mi admirado Jose Antonio Gómez Marín que trata sobre el particular mucho mejor que lo pudiera hacer yo. Aquí va el mencionado artículo, sin desperdicio alguno, completado con la viñeta de rigor, en la que derramamos toda nuestra más mala baba criticona y satírica, como es habitual por estos pagos.
LA CIENCIA REDONDA
"La experiencia vivida en torno al Mundial de Fútbol no deja dudas sobre la relevancia de ese deporte en la vida social. Pocas veces hemos vivido una sublimación colectiva tan próxima a la histeria y en pocas hemos visto derivar el sentimiento nacionalista por derroteros semejantes. El fútbol es un deporte/negocio de primer orden, no hay duda, aunque no sé yo si ello justifica la atención académica que se le viene prestando en los últimos tiempos, en especial desde que esas universidades han incorporado su estudio poco menos que convirtiendo la materia en una inconcebible disciplina tan definitivamente lejana ya del trivium y el cuadrivium como de nuestros planes de estudio convencionales. Un estudio reciente presentado en la universidad de Castilla-La Mancha se enfrasca en una reflexión comparativa entre los modelos que encarnan entrenadores como Mouriño y Guardiola, cuyos liderazgos son cuidadosamente valorados en él y propuestos como ejemplo a la generalidad de los mortales afectados por la necesidad de liderazgo. Ya ven. Por su parte, en la Universidad de Valencia se ha convocado un Máster de Fútbol de cuyo programa entresaco epígrafes intelectualmente tan sugestivos como el que versa sobre “Tácticas, estrategias y sistemas de juego” o “Elementos tácticos individuales y colectivos del portero de fútbol”, interesantes materias aunque no más que la del arbitraje femenino de los partidos, que ha sido premiada no hace tanto en la Universidad de Cantabria. La broma de que el fútbol es una ciencia exacta puede que acabe tomando cuerpo en este contexto cultural tan preocupado por incorporar materias extravagantes como resignado a vivir en la lamentable mediocridad que tanto en sus aulas como en sus campus detectan los observadores internacionales y, por supuesto, los propios. Como ven hay innumerables maneras de dinamitar la cultura sin salir de la universidad.
No somos pocos los que pensamos que la regeneración de nuestra enseñanza superior deberá pasar por el abandono de estas fantasías programáticas que han convertido nuestra clásica oferta cultural y nuestro repertorio de saberes genuinos en la huerta sin vallar a la que acabo de asomar al lector, una vez superada esta etapa infantiloide de las enseñanzas inventadas o de aventuras tan audaces como la que supone meter el fútbol de hoz y coz en unas aulas de las que, sin prisa ni pausa, se viene procurando alejar hace años la historia o las lenguas clásicas. Mientras nuestras universidades se entretengan, como ahora, estudiando el márketing deportivo o los problemas del césped en las canchas no parece verosímil, en todo caso, el sueño de esa recuperación".
Publicado en el diario El Mundo el 1/2/2011
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