13 de febrero de 2011

LA QUE SE AVECINA


Lo que está sucediendo en Túnez, Egipto, Argelia y otros lugares de por ahí se va a quedar pequeño comparado con el follón y el “cacao maravillao” que se va a montar por las Españas, esta vez sin distinción de cortijos autonómicos, a causa del paro patronal que se avecina para los días 2 y 3 de abril en el mundejo del fútbol profesional. Ahí es nada dejar a los españolitos dos días sin poder ver trotar por el campo a los Messi, Ronaldo y la compaña. Todas las protestas sociales que no se han producido con cinco millones de parados, con la corrupción que nos rodea en todos los frentes, las congelaciones y bajadas de salarios, la subida de los productos básicos, el aumento de la edad de jubilación y la disminución económica de las pensiones, se van a juntar en una tormenta perfecta a poco que se haga realidad el preaviso de los alegres chicos de la Liga de Fútbol Profesional. Será el llorar y crujir de dientes.

El problemón del copón que tienen los chicos de la LFP es que hay una ley que proclama que dentro de los acontecimientos de interés general que han de emitirse en abierto por las telecacas también deben contemplarse los partidos de fútbol, uno al menos cada semana además de las semifinales y finales de la Copa del Rey y los partidos de la selección española de la cosa. Esto de dar gratis un acontecimiento al populacho, han dicho entre sollozos los “elefeperos”, es una injusticia y se va a acabar

El argumento esgrimido por la LFP es que esto no pasa en Europa, donde todo tiene un precio y a ti te encontré en la calle. ¿Y qué? Chicos, Europa no puede servir como argumento para lo que me interesa, y para lo que no me interesa el viejo continente ni existe ni se le espera. Por ejemplo para evitar el trato fiscal claramente favorable a los clubes españoles en relación al que tienen los ingleses, alemanes, franceses, etc. También podrían homologarse a Europa la LFP y sus clubes separando cuanto antes su negociete privado con la admisión de subvenciones y tratos de favor públicos, tanto municipales como autonómicos, así como no permitir privilegios tales como que el Estado (Seguridad Social y Hacienda) te vaya posponiendo la deuda que tienes con el país mientras que cualquier otra empresa (y no digamos un particular) ya habría sido embargada y cerrada a cal y canto. Ya se sabe, siempre ha habido clases y gente más lista que otra. La de la LFP, por ejemplo.

La gestión de la mayoría de los clubes es un desastre, gastan más que ingresan, el campeonato siempre lo encabezan los mismos y el resto de los equipos están de comparsas, pero de esas minucias la LFP pasa cantidubi. Ellos quieren que todo el mundo desfile por taquilla porque el fútbol profesional es un espectáculo guay, exclusivo, único. Por eso también quieren quitar los resúmenes de los partidos, reduciéndolos a 90 segundos de telediario, poner un canon a las radios por retransmitir los encuentros, aumentar el porcentaje de los beneficios de las quinielas y otras iniciativas más encaminadas siempre a lo mismo: aincrementar todo lo posible los ingresos. Los gastos, ni tocarlos.  No es de extrañar que siempre estemos huyendo hacia adelante y así nos vaya: endeudados hasta la médula.

Aquí, tan cultos e ilustrados como siempre, no solemos movilizamos por las cosas verdaderamente importantes. A pesar de los grandes problemones que llevamos arrastrando como país en los últimos años, la mayor movida y protesta que el personal ha realizado ha sido por no poder fumar en los locales públicos, así que cabe prever hechos auténticamente revolucionarios tras las geniales ideas crematísticas que la LFP pretende implantar. Seguramente, para evitar esos males mayores, don Zapatero y sus cuates ya estén moviendo frenéticamente el culo para salvarnos del cataclismo que se avecina (y, de paso, salvarse ellos). Así que me temo lo peor: condonación de deudas, aumento de las desgravaciones fiscales, más subvenciones a fondo perdido… El fútbol es un fenómeno de cohesión social la mar de efectivo y un perfecto invento de atontamiento general (al menos por ahora). Todos los esfuerzos que se hagan para que se mantenga el status quo tendrán su recompensa…

Celebro que los listorros de la LFP quieran cobrar todo lo cobrable sobre su futbolín adormecedor. Supongo que estarán muy seguros de que el personal pagano se lo va a tomar con mucha filosofía, justa resignación y holgada billetera. Una vez inoculada en la gran mayoría social la necesidad perentoria de fútbol un día sí y otro también, seguramente piensan que ya se ha convertido en un bien de primerísima necesidad. Lo que no sé es cómo resolverán la gratuita propaganda que les hacen a todas horas la prensa, radios, telecacas… y con la cual estos medios se ganan la vida. Lo mismo les da también por exprimir la naranja y pretenden cobrar a cualquier rompelotas que quiera salir en ellos. Puestos a mirar la pela hasta sus máximas consecuencias, no estaría mal que algunos le aplicasen a la LFP su propia medicina: ¿qué tal unas cuantas semanas silenciando clamorosamente todo lo que tenga que ver con la banal banalidad del futboleo liguero hasta que aquella se plantee pagar también por la información y propaganda que le hacen gratis los demás?

Probablemente todo siga como está. O quizás los políticos de turno tiren de chequera –pagamos todos- y ¡¡que viva el fútbol profesional!! El Puñetas nunca se ha gastado un penique en ver fútbol y ya está muy mayor para hacerlo de ahora en adelante. ¿Saben la cantidad de cosas que pueden hacerse y comprarse con lo que un aficionado medio se gasta en un año con el fútbol como pretexto? Hagan la cuenta y se sorprenderán. Más cosas que con lo del fumar…


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