18 de marzo de 2005

SE RETIRA EL REY



El ajedrez se hace republicano: su rey abandona.

Garri Kasparov (en Linares tenía que ser) ha anunciado que se larga, que deja el ajedrez competitivo, que está harto de pelearse más en los despachos que en los tableros.

Veinte añitos lleva el amigo liderando el ajedrez mundial. Una fuerte personalidad, una formación enciclopédica (este tío sabe de todo), una renovación en las formas y el fondo del ajedrez profesional. A mí siempre me ha caído bien, a pesar de su prepotencia y mala uva en ocasiones. Más que nada porque trajo al deporte del ajedrez un aire renovado y una popularidad que nunca había tenido antes, salvando la época ya añeja de Bobby Fischer (otro que tal baila, pero en loco), quien se pudre en una celda de Japón a la espera de que los mandarines de EEUU manden la Octava División de Paracaidistas para llevárselo a una celda local a que cumpla castigo por una niñería ya periclitada y obsoleta.

De talante rebelde y contestatario, Kasparov se enfrentó al eterno presidente de la Federación Internacional de Ajedrez, el filipino Florencio Campomanes, un corrupto de armas tomar. También en su país, la madre Rusia (aunque él tiene ascendencia judía, armenia y de Azerbaiján) fue aplaudido como héroe nacional cuando criticó el anquilosamiento del régimen comunista y apoyó a aquel señor tan simpático llamado Gorbachov, alias el perestroiko. En su delirio consciente llegó a enfrentarse hace unos años a un potente ordenador apodado Deep Blue en una serie de partidas que atrajeron la atención mundial, aunque un año después, en una segunda confrontación, la victoria correspondió a la máquina. Quizás desde entonces el bueno de Garri andaba con el ego un poco mosca y de capa caída.

Sea como fuere, su abandono va a representar para el ajedrez de competición un fuerte palo, pese a que hay jugadores de cierto renombre y fama como el indio Anand o chavalillos genialoides como Karjakin y Carlsen, que a sus 14 años ya le mojan la oreja a más de un gran maestro.

Yo creo que tarde o temprano Garri se liará la manta a la cabeza y se meterá en política, pues su computadora cerebral siempre tiene que estar peleando contra alguien. ¿Y quien mejor como rival que el Putin puteador? En cualquier caso, la popularidad del ajedrez en colegios, internet y casas de masajes está en su más alto nivel. Yo, sin ir más lejos, soy capaz de comerme a las piezas enemigas en un santiamén… siempre que sean de chocolate. A veces juego contra mí mismo pues así tengo la completa seguridad de que seré el vencedor. En otras ocasiones lo hago contra el Fritz del ordenador aunque acabo molido de las palizas que me da. Hubo incluso una época en que (entonces los ordenadores estaban en mantillas) jugaba por correspondencia contra jugadores de todos los rincones de España. A veces tardaba un mes en hacer un movimiento, pero es que ya entonces el servicio de Correos era un desastre y las cartas llegaban cuando llegaban.

Que le vaya bien a don Garri, que nosotros lo veamos y que el ajedrez siga presente en nuestras vidas para pasar el rato dándole al coco, antes de que se nos seque definitivamente. De no usarlo, se entiende.

2 comentarios:

Rulo Minas 24/3/05, 3:03  
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Rulo Minas 24/3/05, 3:04  

Pues me da que en la política no le va a ir tan bien como en el ajedrez. Y por un motivo tan sólo. En política las piezas que se mueven (y que son las que valen) no son las que están en el tablero, delante de ti. En política te cavan la fosa antes de matarte. Después, te caes tú solito en ella. Y con el genio que tiene nuestro admirado campeón (con la mala leche, quiero decir, no con la inteligencia, que también la tiene) no creo que vaya a ir haciendo amigos por ahí precisamente.
Ya lo dice el dicho castellano: "zapatero a tus zapatos" (líbre dios de darle un tinte político actual al dicho éste, ja ja).

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