24 de junio de 2005

EL FUTBOLISTA INVISIBLE

El otro día leía en un diario deportivo una noticia que, como soy en el fondo un sentimental, me llegó a un rinconcito del alma. La cosa estaba explicada muy malamente, pero no se puede pedir peras al olmo. “El fichaje fantasma se machaca bajo el calor madrileño con la ilusión de hacer la pretemporada. WOODGATE más solo que la una”.

Sé que los chicos (y la chica buenorra) del AS ese día no tenían noticia alguna de Robinho –al que un día, sí y el otro también- le colocan en portada: “Ya viene Robinho”. “Por el camino viene”. “Ya está aquí”. “Oh, no, el Santos se pone duro”. “Cago en la leche, la cosa se fastidia”. “Robinho, ya”. “Queríamos decir ayer que ya debería estar fichado”. “Se ve que lo de Robinho va para largo”…. De modo que ese día los lectores del AS (no yo, que le echo sólo una ojeada digital, pues no quiero hacer más rico a Polanco de lo que ya lo es), tuvieron la sorpresa de que el periódico polanquil les hablase un poco sobre el futbolista invisible y dejase aparcado en la linotipia (o como ahora se llame) al pesado del Robinho.

Pero volvamos de nuevo a Woody, que con estos calores atorrantes el cerebro se va de la ceca a la meca en cuanto me descuido y así no hay forma de hacer un comentario coherente. Decía, pues, que en la portada “asiana” se hablaba del machaqueo solitario de Woodgate, ese chico inglés fichado por el Madrid de don Florentín en el verano pasado y cuyas palabras aún me martillean en los oídos, cuando lo trajo a los madriles: “Con Woody y Samuel tendremos la defensa más impenetrable del mundo”. Como siempre, no dio ni una. Encima se le olvidó referirse al portero Casillas, que ese se basta y sobra él solito para hacer de portero, defensa lateral derecho, lateral izquierdo, defensa central y hasta de vez en cuando reparte juego. Pero regresemos nuevamente al chico inglés, que si no, no acabaré nunca.

La mala suerte de este chaval y, sobre todo, su ilusión y su trabajo en el anonimato me han hecho tilín emocional. Lleva ya más de 420 días lesionado, pese a lo cual el Madrid lo fichó procedente del Newcastle, cuyo presidente presumió de haber vendido una chatarra. Ha recaído unas cuantas veces y si de esta no sale, mucho me temo que el fútbol habrá acabado para el muchacho. Y no se lo merece. Tengo para mí que si logra recuperarse, se partirá el pecho por un equipo que le está ayudando en lo humano y en lo deportivo como quizás no lo haría ningún otro. Aquí sí que el Madrid y su Florentín se están portando como el mejor equipo y presi del mundo.

“Está loco de contento. Le da igual las vacaciones o trabajar seís días a la semana, mañana y tarde. Lo ha pasado tan mal, a veces tan deprimido, que ahora le hace una ilusión tremenda verse evolucionar” –ha comentado una persona de confianza del jugador. Los mejores doctores mundiales lo han visto y están colaborando en su rehabilitación física. El Madrid intenta esconderlo del gran público y mantiene en secreto los informes médicos antes y después de su fichaje. Evidentemente casi nadie se acuerda de él, pero presiento que su esfuerzo y coraje personal no va a caer en saco roto y que pronto veremos a este mocetón defender la camisola del Madrid. Quizás entonces tampoco demuestre nada del otro jueves, a semejanza de su compañero Samuel, pero para mí –ya he dicho que soy un sentimental- el sólo hecho de jugar unos cuantos partidos sin molestias físicas y con un rendimiento normal en el Bernabéu o cualquier otro campo del diablo, ya será una muestra suficiente de que el bueno de Woody habrá triunfado.

Ya ve, ocasional lector, qué poquitas cosas pido a veces a este disparatado mundo del deporte.

1 comentarios:

la aguja 25/6/05, 1:56  

Si he de ser sincero, yo me enteré el otro día en Bar Deportes de la existencia de este muchacho. Ahora tú me amplías datos. Si es que no me entero de una.

Pero me parece muy bien todo esto que dices. Me recuerda una microserie que daban en la tele (creo que aún la dan en la teledigital de tu amigo Polanco), o más bien debería decir una serie de microespacios de menos de cinco minutos, sobre proezas olímpicas.

Esta serie me llegaba también al alma. Reflejaban el lado humano de los deportistas olímpicos. Esos ídolos de mármol que también lloran de pena, de rabia o de alegría.

No me queda más remedio de darle un aplauso (uno sólo, que ese se lo cree y se emociona) al Floren.

Pero me da que no es oro todo lo que reluce. Seguro que vende una exclusiva sobre la recuperación milagrosa, labrada a base de tesón y constancia, del muchacho. Y cuando tenga el culebrón montado seguro que le cuela al muchachote (lesionado y todo) a un equipo de segunda fila (el 95% de los equipos son de segunda fila si se comparan con el Real Madrid).

Lo que quiero decir es que me temo que el SuperPresi se esté rumiando su error intentando no perder toda la inversión y utilice al muchacho. Recuerdo un culebrón similar a este que pretendo ilustrar con un tal Yekini que fue a parar al Sporting de Gijón hace cosa de 10 años o más.

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