21 de febrero de 2006

MARÍA JOSÉ RIENDA: EXTRANJERA EN SU PAÍS

El viernes día 24, a las 9,30 de la mañana, es la fecha clave. Ese día, en los “Juegos Olímpicos de Invierno” que se celebran en Turín, tendrá lugar la prueba reina de la competición de esquí: el eslalon gigante. En ella participará, más sola que Mindolo y que Robinson Crusoe, una españolita llamada María José Rienda y conocida en su país sólo a la hora de comer… en su casa. Aquí, en las Españas del fútbolín –como en Italia, donde los Juegos de la nieve están teniendo escasa participación de público- cualquier indocumentado sabe de nuestros héroes futboleros todo lo que hay que saber: desde el número de empastes que cobijan en la boquita a la talla de sus calzoncillos pasando por el número de pelos que tienen debajo del sobaco izquierdo. Fuera del fútbol, el desierto. El deporte-rey no tiene culpa de ello. En un país en que no hay cultura deportiva porque su práctica es ínfima comparada con la que ofrecen los países de nuestro entorno, no debe extrañar que la gran mayoría tienda hacia el deporte más simplón y emotivo. De vez en cuando aparece algún milagro individual en forma de deportista estratosférico (Santana, Ballesteros, Angel Nieto, Miguel Indurain, Carlos Sáinz, ahora Fernando Alonso) y perdemos el culo por salir en los papeles. Dos días antes de que alcance la gloria con la conquista de un gran torneo no lo conocía ni dios. Dos días después de su gran victoria empiezan las tareas de demolición del mito, cosa que en los casos citados y algunos más que me dejo en el tintero no suele ocurrir porque estamos hablando de fenómenos casi sobrenaturales. Si nos vamos a deportes más minoritarios, la cosa se complica. Se da el caso de que cuando el milagro se produce, la gente dice “¿Pero de dónde demonios ha salido este tío/tía tan bueno/a?” y luego –tras unos días de ponernos las medallas correspondientes del “ya te lo decía yo”, “si estaba cantao…”- la cosa vuelve a la normalidad, o sea, al más completo anonimato popular. En el mundo del esquí la historia nos la sabemos muy bien. Sólo los hermanos Fernández Ochoa lograron salir del ostracismo con sus medallas olímpicas. De improviso. Sin que nadie supiese a qué se dedicaban y si lo suyo fue una casualidad o si eran de lo mejorcito del mundo. Mira que es raro que en un país con multitud de estaciones de nieve sólo hayamos tenido en toda nuestra historia a dos hermanos en los primeros puestos. Ya digo: falta de cultura y práctica deportiva en serio pues a la nieve se va a ponerse uno moreno, fardar con las gafitas ante los amigos o a presumir de haber estado bien cerca de la clase dirigente de este país, a la que no se sabe porqué oscura razón siempre le ha dao por hacerse unas afotos en Baqueira. Ahora parece que el milagro empieza a verse venir. En algo vamos adelantando: Hay una chica granaína que baja como una bala… Una tal María José que lleva 5 oros en el Campeonato del mundo de eslalon gigante… Hasta alguna revista le ha hecho una entrevista y todo… Por ésto sabemos que Rienda ha sido (y va a seguir siendo como no logre la medalla de oro el día 24) una desconocida en su propio país. A los 9 añitos empezó a entrenarse y ahora tiene 31. Medio año en los glaciares de Europa y otro medio en los de Sudamérica. Total, 220 días fuera de España cada temporada. Su jornada comienza a las 6 de la mañana: entrena durante 4 horas en las pistas, descansa dos, y después, comienza la ruta vespertina de hora y media en el gimnasio, fisioterapeuta, supervisión del material y repaso del vídeo para mejorar la técnica. Más o menos lo que hace Ronaldo… en un año. Y sin pedir tanto cariño ni tanta gaita a la afición. Dedica el doble de tiempo a prepararse que sus competidoras directas. Y sólo se queja un poquito: -Es algo injusto que los atletas que practicamos deportes individuales seamos poco conocidos. Si no eres la número uno, ni se te menciona. Llevo entrando 30 ó 40 veces entre las 10 primeras del mundo y apenas se ha mencionado. Yo me decía: “hay que ver, nadie comenta nada, como si no existiera”. (…) Falta cultura alpina y, en general, tradición en el deporte, porque no puede ser que alguien te llame por un sexto puesto y te dé el pésame. Le voy a poner una vela a San Cucufato para que María José reciba su merecido el próximo día 24: una medalla de oro. Más que nada por ella misma (por su tesón y sacrificio de tantos años) y porque así lo mismo dentro de otros 30 años sale otra gran deportista del esquí, siguiendo su estela. Y es que si no logras la medalla de oro no serás rey o reina de nada. El próximo viernes, si lo consigue, lo mismo hay suerte y abre todos los telediarios con su triunfo. Si la suerte le es esquiva, me temo que seguirá siendo una extranjera en su país. Aunque sea de Granada y en Sierra Nevada la conozcan más que a la Alhambra. San Cucufato, no falles al Puñetas, que te corto los cataplines y te mando a hacer las ídem…

7 comentarios:

la aguja 23/2/06, 14:29  

No sé si habrás reparado que desde el mes de enero 2006 he puesto en mi bitácora un ranking de los tres mejores y de lo peor del mes. Ya que hablas de María José Rienda te adelanto que con o sin medalla o con o sin diploma olímpico, haga lo que haga en Turín, María José Rienda es mi número 1 para el mes de febrero 2006. Es más, lleva 15 días en el borrador del cuadro de febrero y no la pienso apear de ahí; pase lo que pase.

Viva María José, vivan las chicas deportistas y viva Granada. Con dos roncones, que dicen los gaiteros de Asturias.

la aguja 23/2/06, 14:37  

Sólo te ha faltado añadir en tu artículo que si gana en Turín (para los chicos de la prensa deportiva nacional una plata será un fracaso) toooooodo el mundo en España sabrá de esquí y de técnicas alpinas; y habrá compañeros de trabajo que sin venir a cuento nos brinden un curso acelerado y en seco de descenso sobre esquíes.

Si gana, ese fin de semana habrá un lleno pletórico en las estaciones de esquí de España y Andorra. Y al domingo siguiente, que si la falta fue fuera del área o que si se dejó caer en el punto de penalti.

Será predicar y dar voces en el desierto, pero yo me sigo negando a que me hagan tragar sin mi consentimiento pseudo-información del futbolín del colorín.

Anónimo 23/2/06, 20:05  

El esquí es un deporte demasiado caro como para que llegue a todo los aficionados. Si no tienes la suerte de vivir cerca de una estación de esquí sólo puedes aspirar a ver la nieve por televisión y así es casi imposible que podamos llegar a tener una cultura en deportes de invierno como la tienen otros paises que tienen la nieve todo el año en la puerta de su casa.

Anónimo 24/2/06, 13:26  

Hola.
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Anónimo 24/2/06, 14:57  

Que grande es Rienda, en cuanto tiene algo de presión se viene abajo.

Anónimo 24/2/06, 21:55  

Por eso las carreras del campeonato del mundo se las regalaron en la tienda de los veinte duros...
Ahora, además de desconocida, será puteada por los listos de siempre.

la aguja 25/2/06, 0:53  

Al listo que habla de Rienda y de la presión:
chaval, me gustaría verte a ti jugando en el polideportivo del barrio y con el bocata de nocilla esperando en la bolsa; esta debe ser tu idea de alto rendimiento.
Por tu comentario se ve claramente que no sabes de lo que hablas. Pero siempre habrá gente como tú, que nunca ha destacado en nada en su triste vida, y que ve en los pequeños fracasos de los demás el consuelo y alivio de sus males.

Al anónimo que apunta el precio del esquí como el motivo de la falta de cultura en deportes de invierno:
entiendo que esa puede ser una razón válida. Pero estoy convencido de que hay algunas más. Nunca una sola causa es el motivo de nada. Generalmente se dan una serie de circunstancias que interrelacionan en mayor o menor medida, y hay que actuar sobre todas en diferentes grados para conseguir el efecto deseado. Eso sí, hay que desear que se operen cambios.

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