MÉDICOS A SUELDO DEL BALÓN
Mientras al currito de a pie, ese pringao que se gana un sueldecillo de miseria en doce horas de trabajo, lo tiene la Seguridad Insocial media vida con una lesión de rodilla o lumbar porque no hay dinero ni ganas para mandarle una prueba de diagnóstico más fiable que una vulgar radiografía, en el lado de los deportistas de sueldazo y famoseo los médicos no paran de investigar, trabajar y sacarles de apuros. Y es que donde se ponga la labor social de un buen delantero centro que se quite la porca miseria terrenal de cualquier currante de tres al cuarto.
Andan los médicos de la cosa la mar de preocupados porque los futbolistas se rompen con una facilidad pasmosa. La plantilla del Valencia no es una enfermería; es un hospital entero. Los ligamentos cruzados se estropician con una frecuencia tan vulgar que ya hasta los niños de pecho pronuncian antes el vocablo “ligamento” que “mamá”. Los galenos andan investigando y por ahora lo único que tienen claro es que la culpa de tanta lesión no está clara. No hay culpables: ni una deficiente preparación física (por exceso o defecto), ni el calzado (por muy hortera que sea), ni el abuso de partidos, ni la presión excesiva que los entrenadores, presidentes, afición y médicos aplican sobre los jugadores para que se repongan cuanto antes y salgan al campo a comerse la hierba de nuevo. De modo que si la culpa no es de nada ni de nadie, ¿a quién reclamamos?
En vista de que no hay chivo expiatorio, los médicos andan como locos buscando como prevenir las lesiones. La mejor manera sería que los jugadores abandonaran el fútbol por el parchís y a la oca, pero eso no cuela. También que fueran menos burros y en vez de arrearse estopa se cuidaran más de la ética y estética futbolil. Tampoco les vale pues el espectáculo y el negocio se irían al garete. Así que, para prevenir, lo mejor es “aprender a caerse”. ¡Cómo si ya no supieran de sobra cómo hacerlo para que el arbitrucho pite penalti o le saque la tarjeta roja al rival! En serio: muy bien lo de prevenir. Por lo visto, ya están liados estudiando a ver si encuentran algún tipo de protector (una rodillera mágica, por ejemplo) que alivie las lesiones del cruzado u otras roturas. Veremos a ver en qué queda el asunto, aunque al Puñetas más le agradaría que investigasen cómo hacer pruebas médicas baratas para que los curritos de a pie puedan saber en pocos días qué leches les pasa en su modesta rodilla, codo u hombro.
Lo cierto es que los futbolistas están empezando a ser cuidados médicamente como si fuesen seres privilegiados de los que depende el porvenir del mundo. En el Sevilla y algún que otro club de campanillas está dando que hablar la terapia nutricional del doctor Escribano, muy crítico con la alimentación habitual de los jugadores. “Somos lo que comemos” decía el clásico y ahora deberíamos traducir por “come bien, nene, y meterás muchos goles”. El citado doctor tiene patentada una papilla hecha a base de espaguetis, manzana, tomate, frutos secos, fructosa, azúcar moreno y otros mejunjes naturales que, en sus justas y misteriosas proporciones, transforma al futbolero en un correcaminos que es capaz de comerse –si se tercia- a los jugadores rivales. “Le aseguro que lo único que tiene es un montón de alimentos naturales destinados a la reposición de glucógeno” –ha dicho en una entrevista reciente que leí el otro día.
La papilla famosa (el nombre es correcto, pues al fin y al cabo, los futbolistas son como bebés, quiero decir, que tienen más o menos sus mismas luces y neuronas…) se la da a sus huestes en el descanso y otra al final de partido, para que recuperen las fuerzas gastadas. Y así tenemos a los jugadores del Sevilla, como toros, que cualquier día de éstos –por equivocación- los van a lidiar en la Maestranza, je,je…
Bueno, estos chascarrillos inocentes nacen de mi cochina envidia hacia unos jugadores a los que centenares de prestigiosos médicos, fisioterapeutas y magos del deporte dedican todos sus esfuerzos para que cada domingo y algún que otro día entre semana nos hagan disfrutar de lo lindo en los estadios. Y mientras que los tíos de la bata y los del pantalón corto se lo pasan de miedo investigando, curando y jugando, los curritos que los vemos andamos con la cojera a cuestas porque no hay dinero (ni puñeteras ganas) para hacernos un diagnóstico fiable, una papilla revitalizadora o una leve operación de juanete.
-¡Mira que es usted demagogo, señor Puñetas!
-Eso es que usted me mira con muy buenos ojos, señor doctor…
5 comentarios:
La Fundación Deportiva Municipal de Málaga dispone en el Palacio de Deportes “Jose María Martín Carpena” de un servicio médico deportivo. La tarifa de precios que tengo no especifica la periodicidad de los pagos. Si esos precios son por sesión me parece un atraco.
Por ejemplo, el asesoramiento nutricional veo que son 30'00 € si eres abonado y 35'00 € si no estás abonado. Si a cada consulta te clavan las seis mil pesetillas me parece carísimo.
La recuperación de lesiones y el tratamiento de dolencias son cuarenta euros para abonados y cincuenta para los no abonados.
Por donde yo vivo son veinte euros si no eres de la localidad e incluye una segunda consulta.
Si el director-gerente del Palacio de Deportes de Málaga, José Miguel Silva, tiene un contrato como el que defiendes en los comentarios al artículo “Designación a dedo” en la Aguja, no lo vas a poder cambiar con tu voto. Ni le vas a poder convencer para que baje esos precios. Supongo que José Ramón Fernández, director de la Fundación Deportiva Municipal de Málaga esté contratado de igual forma.
Para un ayuntamiento de la capacidad del de Málaga quizá sí sea positivo que este último cargo goce de estabilidad. Pero permítime que lo dude para el gerente de la instalación.
Veo también que para abonarse a las actividades propuestas por el Palacio de Deportes de Málaga hay que pagar una matrícula anual de cincuenta euros.
Eso es un ROBO. La matrícula siempre se ha pagado una vez en el momento de la inscripción. Y además, si lo cobran como tasa (intentaré averiguarlo) le dices de mi parte al concejal delegado, Elías Bendodo, que mediante tasa sólo se puede cobrar como mucho el coste real del servicio que te dé una Administración.
Y la matrícula no supone ningún servicio al administrado.
Pues parece que los precios del Palacio de los Deportes no son los mismos que los de la Fundación Deportiva Municipal.
Ésta cobra precios públicos. Es decir, lo mínimo que te puede cobrar un precio público es el coste real del servicio, en contraposición al máximo que se puede cobrar mediante tasa.
Veo que la FDM de Málaga tienen unos servicios de medicina deportiva más arregladitos. Para los usuarios de la FDM (cuatro euros con cincuenta céntimos por temporada) la consulta médica es de cinco euros, y para otros deportistas es de diez euros.
Los reconocimientos médicos se estructuran en tres niveles que van desde los quince euros hasta los veintiocho con cincuenta. Y se decrementan para las familias numerosas.
Mírate esa rodilla por diez euros (por nueve con cincuenta si pagas la tarjeta de inscripción y la consulta). Siempre pondrá más interés un becario de medicina deportiva que el médico de cabecera. Y estará más sensibilizado hacia tu problema. Y quizá no se trate de un becario…
Perdón. Se me olvidaba decirte que debes dirigirte al Polideportivo de la Trinidad, en la calle Malasaña. Pero quizá sea mejor concertar la cita por teléfono: 952.39.08.30 ó 952.39.53.27. Ya me contarás…
Al maestro de la Aguja le agradezco cantidubi su información. Esta mañana, a las 13,37 horas, el Puñetas logró la proeza para su jefe, de conseguirla una resonancia magnética por la vía de la inseguridad sosiá. Lo mismo tiene escondida en ella un pepito grillo... No obstante, indagaré lo que cuentas (joé, parece que seas tú el que vive en Málaga...) para tenerlo en la recámara pues los años no perdonan. Cincuenta tacos no invitan al optimismo a un pesimista redomado...
Al alumno Raúl (dada su juventud supongo que estudiará en algún kiosko educativo) le digo que me he pasado por su bitácora y aunque lleva poco tiempo, apunta buenas maneras. Échale unas gotas de de humor, una pizca de crítica como en el post titulado "fútbol" y toda la ilusión de tus años mozos. Y sobre todo, disfruta con lo que haces. ¡Bienvenido al mundo de los masocas gratuitos! Cuando modifique las columnas del Arco a primeros de diciembre, te añadiré a los enlaces favoritos. Un cordial saludo.
Lo de tener escondido un Pepito Grillo me refería, claro, en la rodilla pocha. Aclaro...
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