EL VATICANO CLUB DE FÚTBOL
Por el Estado del Vaticano andan preocupados desde hace tiempo porque el mensaje de la casa no llega a la parroquia con la debida resonancia. Ello se traduce en pérdida de influencia y en escasez de personal de repuesto para proseguir la obra que se inició hace ya la tira de años por un tal San Pedro. No extraña por ello (y también porque los gobernantes vaticanos son cien mil millones de veces más listos e inteligentes que los del resto de los mortales países), que vengan dándole al coco con implantarse en el mundo del fútbol, ese nuevo Rey Midas que todo lo que toca no será oro, pero sí publicidad, espectáculo y charlatanería. Y al final de todo, poder y comedura de coco.
Según cuentan las crónicas, la idea de crear un equipo de fútbol vaticanil ronda por la Basílica de San Pedro desde hace años. Pero no un equipo lúdico y tal como el que ahora mismo hay, formado por los guardias suizos, que entretienen el aburrimiento disparando a gol en los ratos libres. Ahora la idea del cardenal Bertone (el nuevo Secretario de Estado) es montar un equipo futbolero pero de altísima calidad que sea capaz de jugar la Liga italiana “a la altura de la Roma, el Inter, el Génova o el Sampdoria”. Y según siguen contando las crónicas, ya desde los tiempos de Juan Pablo II, el Vaticano baraja esta posibilidad, acrecentada con Benedicto XVI, gran aficionado al fútbol, y especialmente, de su selección alemana.
Y digo yo: ¡pues no es mala idea! En estos grises tiempos en que es elegido mejor futbolista del mundo un defensa central llamado Cannavaro, algo tan opuesto al arte y la creatividad, no es mala cosa que los curas se tiren al campo de juego para demostrarnos que no sólo tienen buena labia sino mejor olfato de gol. En estos violentos tiempos en que los jugadores se atizan los unos a los otros con un frenesí digno de un loco de atar, no vendría mal un equipazo de clérigos y aspirantes que fuesen capaces de ganar un partido sin dar más hachazos a las piernas, pechos y rostros rivales que los estrictamente necesarios. (Eso sí, tras el partido sería obligatoria la confesión y el cumplimiento de una penitencia ajustada a la ley divina, antes de volver a poner de nuevo el cronómetro a cero, claro).
El Puñetas, que anda siempre con la mente calenturienta y más ahora que se acercan las vacaciones, es que ya se imagina las escenas. Un equipo vestido de negro riguroso, rezando un padrenuestro antes de cada partido, bendiciendo a los jugadores rivales al gritito de “amaos los unos a los otros”. Once paisanos procedentes de todas las partes del mundo (“sólo con los estudiantes brasileños de nuestras universidades pontificias –afirma optimista el tal Bertone- pondríamos en marcha un magnífico equipo") confabulados bajo el paraguas del Altísimo para ganar a esos niñatos del Juventus o el Milan. Y si la cosa se pone fea, siempre podrán recurrir a algún exorcismo oculto, o recabar la ayuda plenipotenciaria de todos los santos. Y lo bonito que quedaría, oyes, al final de partido, que pasaran el cepillo entre los rivales para recaudar unos euros destinados a los negritos o las misiones.
De verdad que estoy deseando que las buenas intenciones del Vaticano se plasmen en una pronta realidad y que en unos añitos podamos disfrutar viendo, por ejemplo, un Real Madrid-Vaticano en la Champion Li. Supongo que el camino estará lleno de dificultades, pero les animo a superarlas. A los ateos quizás les haga gracia el asuntejo y lo mismo salen del armario (hay millones escondidos por ahí) y deciden también forman una Iglesia de los sin-dios con su correspondiente equipo futbolero. Es posible que, al calor del rebaño, otras religiones imiten el numerito y en un futuro tengamos derbys emocionantísimos entre el Vaticano y la Meca o entre los Ortodoxos y los Budistas. ¡Coñe, hacen falta equipos nuevos que alegren un poco el viejo cotarro futbolero en donde siempre ganan los mismos: que si el Bayer, el Chelsea, el Manchester, el Madrid, el Barcelona…!
Quiero pensar que los árbitros disfrutarían pitorreando a un equipo vaticanero, con la seguridad que de él no saldría ningún piscinazo tramposo en el área en busca de penalti ni nadie osaría mentarles cariñosamente a sus queridas madres. Todo muy deportivo, educado y tal, como corresponde a gente de sotana y sacristía. Aunque cabe también que los pupilos del Papa fuesen incapaces de sustraerse a la idiosincracia del futbolín, un deporte cuya práctica suele ser bastante tosca, burril y maleducada. En cuyo caso quedaría demostrado que no hace falta que venga el Anticristo porque ya lo tenemos aquí y le vemos el careto todos los domingos y días de entre semana en los mejores estadios del mundo. Bueno, esto último me ha salido un poco exagerao, pero ya avisaba que hoy tenía el día calenturiento…
CODA: Hoy iba a hablarles de Del Nido, ese presidente malayo del Sevilla, al que le das dos euros y se cree que son mil pesetas, pero se ha cruzado el Vaticano y, claro, no hay color… Según el camarada, Rijkaard no valdría ni para entrenar al Sevilla B y su Sevilliya C.F. del alma, es el club más grande que han visto los tiempos. Si bebiera menos jerez y más cerveza sin alcohol, no diría estas tonterías. Aunque todo puede ser que sea una genial broma, sabiendo que en cuestión de fútbol el personal se cree todas las bobadas que le echan. Si es así me quito el sombrero y hasta el cráneo ante su ingenio. Pero si lo ha dicho en serio (que tampoco sería raro), espero que alguien lo ponga cara a la pared, con los brazos en cruz y dos kilos de libros en cada mano. ¡ Por burro! “Puede decir lo que quiera, me da lo mismo”, ha contestado el buenazo de Rijkaard a la pedrada Nidesca. ¡Ostras, acabo de encontrar al entrenador ideal del futuro Vaticano C.F.!
4 comentarios:
Acabo de entrar y no me lo puedo creer.
Por increible que pueda parecer, me has pisado el artículo de este próximo viernes. He estado gran parte de la tarde de hoy recopilando información, e incluso le he mandado al amigo del Bar Deportes un enlace que puede serle útil y al que he llegado en el curso de esa mini-investigación.
Bueno, como ni somos el Marca y el As, supongo que me permitirás seguir adelante con el proyecto sin denunciarme por plagio más adelante.
Déjame que te anticipe que yerras en el color del equipo, que viste de blanco y un cremita un tanto sospechoso. Y ya han jugado dos partidos internacionales.
En fin, cosas veredes, amigo Juan. ¿Habrá sido el mismo rayo divino que nos ha dado hoy a los dos en el coco con esto de las vísperas de la Navidad? Sólo de pensarlo yo ya estoy acongojonado… (fíjate que hasta he puesto Navidad con mayúscula).
Bueno, esto del deporte es tan repetitivo que cuando salta una cosa novedosa o a la que sacarle punta, andamos al acecho como buitres. Pero ya sabes que lo mío tiende más a la sátira, la imaginación, lo calenturiento... Sólo aprovecho una noticia pequeña en un periódico y todo lo demás me lo invento o saco las conclusiones puñeteras pertinentes. Así que pensé que los chicos del Vaticano tirarían por lo negro en la vestimenta, siguiendo la tradición, pero veo que tú (que investigas y escribes con más rigor y seriedad que el muá) ya has averiguado que nati de plasti, que la cosa negruzca vende poco y sienta fatal en las pantallas de las telecacas. Y es que mi relación con la curia y sus primos se remonta a los años infantiles, y ahí se quedó, congelada en el tiempo, así que imagino que sus usos y costumbres han cambiado mucho, pero yo sigo anclado en los tópicos, ya ves: el padre nuestro, las ave marías, el perdón de los pecados, la penitencia y hasta el cepillo tras la faena de rigor. En fin, que espero al viernes para ver tu sensato punto de vista respecto al tema. Aunque como ya te voy conociendo, cuidadito con lo que escribes que la Santa Madre Iglesia todavía tiene los brazos muy largos...
Juan, amigo, pues es que tenía pensado utilizar en el artículo algún tipo de chanza o chirigota, pero he de rendirme ante el maestro, por lo que me centraré como me pides más en los temas serios…
Pero es que esto es un cachondeo de padre y muy señor mío, así que no sé si me podré aguantar, jaja. ¿Te imaginas que si en vez de pantalón llevaran sotana sería imposible hacerles un caño? ¿O que ante una falta alevosa pusieran la otra pierna?
¿Te imaginas al Papa saltando en la tribuna como saltaba el octogenario Sandro Pertini en el mundial de España, y chillando "joder, joder, joder, volveremos a meter"?
A ver si se anima la gente que te lee y deja cada uno aquí un chascarrillo sobre el tema.
Sería digno de ver a los del Vaticano C.F. repartiendo hostias en el campo y no precisamente consagradas...
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