19 de junio de 2007

JODIDAS CELEBRACIONES FURBOLERAS


Por fin se acabó la Liga española del futbolín, una de las más largas del planeta. A falta de estética, finiquitó con una épica casi desacostumbrada por estos lares. Se ha demostrado una vez más que en el tema de la pelotita, lo que manda son las pelotas de los jugadores. O las ponen sobre el césped o las guardan para los saraos nocturnos, públicos o privados. Ha sido el hecho diferencial entre el Real Madrid y el resto de los equipos, especialmente el Barcelona. Y es que el fútbol es básicamente patadas, fuerza, guerra, ir como un burro hacia la portería rival, no parar de correr hasta que finalice el partido, tratar de tú a tú a la suerte, ponerse una flor en el culo cada domingo y jugar siempre sobre el filo de la navaja, aún con el riesgo evidente de pegarse un hostiazo. Eso de la técnica y el buen juego queda ya sólo para los sibaritas y los que añoramos el fútbol de antaño. La gente quiere emociones fuertes con victorias in extremis. Hay que soltar adrenalina, que la vida está muy “achuchá y estresá”. Capello siempre lo ha tenido claro y por eso gana donde otros señoritos hacen agua y pipí. Pelear y sufrir. Dejarse la piel en el campo y creer en la resurrección de los muertos. No hay más. Eso es fútbol y lo demás, milongas. Lo sabe Etoo y lo ha olvidado Ronaldinho. Por eso se les ha venido quedando cara de tontos en los últimos domingos. Acaba de decirlo crudamente Arrigo Sacchi: “En la mediocridad siempre gana Capello”. Lo que no dice el muy envidioso es que el fútbol actual es soberanamente mediocre. Por eso, el que pone las pelotas sobre el césped y tiene la suerte de que no se las rompan ni los rivales ni el fatal destino, al final acaba llevándose la Liga a la cama. Aunque luego, al día siguiente, te echen del burdel por falta de juego erótico.


Lo peor, sin embargo, no son las tropecientas jornadas de Liga, el bombardeo mediático por tierra, mar y aire y el hartazgo de tantas declaraciones de encefalograma plano. Lo peor es cuando todo acaba y empiezan las celebraciones. Horror. Se acaba la épica y retorna la falta de estética, la cutrez y el mal gusto. Tras ver los numeritos que ha montado el Real Madrid con su triunfo de Liga, el Puñetas ha pedido asilo estético en una boutique de lujo. (Cada equipo tiene su aquel, pero en ésto los madridistas baten el record de lo hortera, quizás sólo superados por los sevilllistas). El espectáculo ofrecido al final del partido en el mismísimo Bernabéu fue sencillamente inenarrable… Claro que de la gente del fútbol no se puede esperar otra cosa. Cada cual da lo que tiene y en este deporte planetario no brilla precisamente el buen gusto, la inteligencia y la finura. Ni siquiera en el momento cumbre de las celebraciones o los disgustos. Hay más elegancia en un desfile de orangutanes en la pasarela Gaudí que en una de estas celebraciones multitudinarias. Y, que conste, que al Puñetas le importan tres pepinos estos “eventos”. Cada cual, a lo suyo. Lo que ya le pone las pulsaciones a ochenta (suerte que tiene de ser bradicárdico) es cuando los más tontos del haba –que abundan como moscas- se dedican a ocupar las calles, a coger el coche y atascar la ciudad, a darle al claxon hasta altas horas de la madrugada, a reunirse en ciertos lugares calientes de la ciudad para celebrar así que “su” equipo ha ganado una copichuela o un campeonatoncillo. Lo celebran a lo grande, o sea, dando porculillo al resto del personal, especialmente al que le importa una higa su exultante alegría. O al que al día siguiente, tras un par de horas de duermevela, tiene que abrir de nuevo los ojos y salir a la calle a ganarse el jornal y el televisor de plasma de 42 pulgadas. A veces, mezclando el mal beber con la pésima educación, estos tontícolas acaban la jarana pidiendo a gritos las cachiporras de la policía, para que de un buen golpe se les recoloquen nuevamente sus escasas neuronas. Así sucedió el domingo por la noche en la mismísima Cibeles madrileña.


¿Por qué la gente normal tenemos que aguantar a estos tipos? ¿Por qué las autoridades pasan del tema? Como dice muy acertadamente la bitácora “Lo que hay que oír”: “¿Se imaginan ustedes lo que hubiese ocurrido si el día que nacieron mis hijas me hubiera lanzado yo a la calle con una pancarta inmensa que dijera “Soy papááááááááá ...” y pegando bocinazos como un poseso entre las once de la noche y las tres de la madrugada? ¿Cuánto tiempo hubiera tardado en ser detenido por la policía? ¿Por qué el nacimiento de mi hija no puede celebrarse públicamente en la calle y la victoria de un equipo de fútbol sí? ¿Por qué la ordenanza reguladora del ruido no es aplicable en estas circunstancias? En resumen, ¿por qué en este jodido putiferio los más borregos campan a sus anchas sin que los demás podamos hacer nada (ni siquiera llamar a la policía) para que no atropellen nuestros derechos?”.


Jodidas celebraciones futboleras…

4 comentarios:

Rafael García Librán 20/6/07, 16:45  

Yo pensé en salir a la calle a celebrar el Principe de Asturias de Dylan, por ejemplo.

Es lamentable. Estoy contigo.

¡Saludos, que hacía tiempo que no pasaba por aquí!

Juan Puñetas 21/6/07, 23:13  

Celebro tu visita a esta tu casa, donde ya ves que seguimos sacando punta al lápiz, mientras nos quede alguna neurona viva y un poco de ganas de sacarla a pasear, que no creas que es fácil. Espero que lo del INEF siga viento en popa, a pesar de las diferencias de criterios que mantenéis. Dichosos los que las tienen con sus profesores y las enseñanzas que reciben, porque ellos difícilmente serán domesticados. Te lo dice "paternalmente" uno que también se las tuvo igual de tiesas en sus años mozos que, ay, ya no volverán y -francamente- ni ganas.

Un cordial saludo.

la aguja 23/6/07, 1:40  

Sí, y con cohetes incluídos. ¿Recuerdas?; jajaja.

Vi hace tiempo una intervención en el programa "Nuevos cómicos" de Paramount Comedy a un chaval que lo bordaba con su crítica a estas celebraciones. El monólogo (de veintipico minutos) era la mitad sobre este tema que hoy has traído a colación y la otra mitad sobre los parques de atracciones.

Es una pena que no lo encuentre por esos mundos del youtube de dios.

El cómico decía, entre otras verdades, que había chavales que tenían examen de la Facultad, pero que se iban a la fuente de marras a celebrar el título.

De ahí he cogido yo esa frase de "no saben ni que existes" para referirme a la relación entre el equipo ganador y el tonto del haba que se pone a saltar toda la noche como un poseso.

Como sé que visitas el Bar supongo que te habrá gustado el monólogo de Rubianes.

Y excelente la bitácora que nos presentas. Otro descreído más para el club. Ya tengo su feed en mi lector. Habría que hacer un club de descreídos bitacoriles.

Anónimo 27/6/07, 23:15  

"Ese tonto del haba que se pone a saltar toda la noche como un poseso" es el mismo que dos días después es capaz de presentarse en el entrenamiento para reprochar a los jugadores que son unos vagos y unos gandules. Y es que la tontura del haba no tiene cura, una vez que se uno la coge...(previo pago, que eso si que es hacer el tonto, el panoli, el memo y así hasta mil sinónimos de lo mismo).

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¡Gracias por vuestra plantilla! (El Puñetas, agradecido).