Yo es que alucino, vecino. Ya saben mis lectores ocasionales que el ciclismo me la repampinfla. No por el dopaje, que parece que sea el único deporte en que lo hay, si no porque sus principales actores –los ciclistas- vienen año tras año mostrando una docilidad, una falta de dignidad y una cobardía ante el asunto, que hace que sus hazañas y su espectáculo deportivo me parezca secundario frente a lo primero. Pero como toda situación calamitosa es digna aún de empeorarse, el desmadre que se está viviendo con los campeonatos del mundo de ciclismo que estos días se celebran en Sturttgat (Alemania) hace que hasta santos varones como el Puñetas (que pasan del ciclismo hasta en su versión más inocentona, como es la bicicleta estática) tengan que empuñar daga, faca, lanza y hasta metralleta para hacer un articulillo en defensa de unos corredores incapaces de defenderse ellos mismos, salvo excepciones.
A galeras enviaba el Puñetas a esos cagamandurrias de políticos y periodistas alemanes que han abierto una caza de brujas contra los ciclistas, considerándolos delincuentes, sin presunciones de inocencia ni gaitas. “Este, que venga a correr, que será bien recibido. A este otro, si viene, le haremos un registro policial como si fuese un capo de la mafia. Aquel otro, que no venga, que lo metemos en la cárcel”. Algunos de estos sacamantecas (para que veamos que hasta en la fría y ordenada Alemania hay impresentables como en la France o Spain) se han retrotraido a los tiempos nazis, faltándoles sólo la noche de los cuchillos largos en algún hotel repleto de ciclistas. Mientras que a un delincuente, violador o asesino, sólo se le condena cuando hay juicio, pruebas y sentencia en firme, cualquier mindundi o robaperas, a poco que sea concejalucho o ministrillo o periodisto, se siente con el derecho de condenar, vetar y perseguir a un ciclista al que presuntamente se le ha detectado una sustancia dopante. Ya sabemos que hasta un vulgar jarabe para la tos es considerado dopaje, así que no veas la altura intelectual y médica de estos gurripatos acusicas.
A trabajos forzados, sin derecho a café, copa y puro, enviaba el Puñetas a los organizadores del Mundial y a la UCI, que siguiendo los pasos de sus cafres politiqueros y periodísticos, han abierto una caza de brujas, sin mirarse en el espejo. ¡Hasta han querido vetar al abuelo Eddy Merckx para que no acudiese al Mundial, simplemente a mirarlo como espectador privilegiado! ¿También lo acusan de doparse con la pastilla diaria de la tensión arterial? La caza de ciclistas, por lo civil o lo criminal, ha hecho que algunos no acudieran al Mundial, asqueados por el espectacular recibimiento que se les preparaba, aunque varios de ellos –como el español Valverde o el italiano Bettini- se han hecho fuertes y le han echado bemoles al asunto. Valverde ha recibido finalmente el visto bueno del Tribunal de Arbitraje Deportivo, con el cabreo consiguiente de los organizadores. Lo de Bettini ha sido más fuerte y merece un punto y aparte.
Los organizadores del Mundial han desafiado abiertamente a la UCI al presentar ante la justicia ordinaria un recurso de amparo para impedir que tanto él, vigente defensor del título, como Danilo di Luca, el ganador del Giro de Italia, intervengan en el campeonato. Querían vetarles a toda costa como supuestos violadores de unos principios éticos que ni la UCI ni los organizadores se aplican a sí mismos. Y aunque Di Luca ha dicho que no irá (parece ser que está siendo investigado en su país), Bettini se ha presentado en Sttuugart para disputar la prueba del domingo. Como era de esperar fue recibido como si fuera Jack el Destripador: un agente de la policía criminal le recibió nada mas aterrizar. Y todo por una denuncia de dopaje divulgada por los medios locales (caso Sinkewitz, un corredor alemán suspendido por positivo y que acusa al italiano de suministrarle sustancias dopantes).
En fin, yo es que estoy pensando que la próxima vez, en vez de ir al médico voy a acudir a la consulta de cualquier ciclista profesional, dado que -según algunos- saben más de medicinas que los mismísimos galenos. Los cuales, por cierto, siempre salen indemnes de todos estos presuntos casos. ¿Trabajarán gratis para los equipos? En el capítulo estrictamente deportivo la cosa del Mundial está resultando un desastre y el menda, encantado. Por supuesto, no pienso ver ni medio segundo del desolador espectáculo salvo que me entere que algunos ciclistas –heridos en su amor propio- piensan llevarse por delante con sus bicicletas a dos jueces, siete periodistas, treinta organizadores y doscientos tíos de la UCI. Ya que te tratan de criminal, que sea de verdad y con todas las consecuencias.
2 comentarios:
Me rebosa la indiferencia que siento por el ciclismo, el cual, como entidad, ha perdido hace tiempo la presunción de inocencia, que ahora se le exige demostrar.
La ha perdido por la avaricia de los organizadores. La ha perdido por la connivencia de los federativos. La ha perdido por la aquiescencia de sus practicantes. La ha perdido por los intereses de periodistas que se hacen llamar especializados.
Encontrar una oveja blanca entre tantas negras ha dejado de interesarme.
Culpar a otros deportes es lo más fácil. Hasta los periodistas especializados lo han hecho. Seguro que existen dopaje en todas las modalidades (ahora ya sabemos que hasta en el golf). Lo que tal vez ocurrió fue que las cosas en el ciclismo alcanzaron tal dimensión que era preciso cortar por lo sano.
Sí, pero ¿por dónde?
Es normal que los organizadores y dirigentes federativos quieran ahora recuperar el tiempo perdido a marchas forzadas. Pero lo están haciendo tan torpemente van en detrimento de su propio deporte.
La intromisión del COI y su fial la AMA ha traído de la mano el intervención de los Estados. (¿Por qué le consienten al COI, una organización privada, el derecho a sentarse a la mesa con los Estados en régimen de igualdad?).
Entonces, con la intervención de los Estados, llegaron las leyes "civiles" a la organización privada del deporte. Pero dejar en manos de leguleyos y mediastintas la sagrada toga de juez ha traído como consecuencia el atropello de los derechos de las personas.
Están queriendo enmendar en tres años los errores cometidos durante treinta.
¿La presunción de inocencia del individuo? Sí, desde luego. Pero es que quien está juzgando (desde dentro del entorno del ciclismo) ya tiene claro que el ciclismo como entidad, hace tiempo que ha perdido la presunción de inocencia. Y ahora exige a los individuos que la demuestren.
(No sé si me he sabido explicar)
Te has explicado perfectamente. Pero independientemente de que haya tramposos por doquier, en nombre de ello no se pueden violar los principios más básicos -si es que hablamos de países democráticos- respecto a la presunción de inocencia, la aportación de pruebas y acusaciones de acuerdo a los métodos autorizados por las leyes y a respetar la dignidad y el honor de las personas. De eso va precisamente mi siguiente articulillo. Y en el siguiente, con la que ha caído en estos últimos días, veremos que los tramposos y descerebrados no están sólo en el ciclismo. (No hablo aquí de dopaje si no de cosas tan elementales como el respeto a los árbitros, a las reglas de juego, al público y al más elemental sentido común: el próximo viernes 5, en sus pantallas).
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