SADE, ENTRE EL CICLISMO Y LA GIMNASIA
AHORA SE DAN CUENTA LOS MUY HIPÓCRITAS. Leo en el papel del periódico que envuelve mi bocadillo de media mañana (el Puñetas es un tipo moderno que no olvida las viejas tradiciones de antaño, es decir, sus ancestrales señas de identidad identitaria y cortijera) que la Federación Internacional de Gimnasia se “está planteando el prohibir la presencia de atletas menores de 16 años en las competiciones internacionales posteriores a los juegos olímpicos de Pekín 2008”. El ataque de cordura no se sabe si le durará mucho. Todo dependerá de si las cuentas cuadran y los beneficios se mantienen. ¡Faltaría plus! En vez de ser cuestionados como tratantes de niñas, a estos tipos se les viene permitiendo que menores de edad vivan en un acuartelamiento cuasi militar, con estrictos y leoninos horarios. No hablemos de la severidad de los entrenamientos, ya de sobra conocidos. Sí, ya sabemos que otros deportes están siguiendo la pésima senda de la gimnasia, pero ya es hora que empiece a mostrarse un social rechazo hacia tanto papaíto ansioso de dinero a costa de la salud física y mental de su retoño o retoña. Porque para una mocita que llega a la cúspide del éxito, miles de muñecas rotas han quedado en el camino. No hablemos si encima el país del “infanticidio” se pasa por el forro los derechos humanos y democráticos. Por ejemplo, la Chin-Chin-China. “Primero la gimnasia, después la vida” –titula un reportaje de EL MUNDO sobre el tema. Ahora, algunos hipócritas parece que empiezan a caerse del guindo: antes de que los abatan a gorrazos, claro.
2 comentarios:
En el mundo del ciclismo la hipocresía raya en la paranoia. Los propietarios de las carreras (otro circo más) se han propuesto acabar con el ciclismo o con los ciclistas. De momento ya han puesto en fuga a muchos patrocinadores y a numerosos aficionados.
Que sigan haciendo etapas para el “homo plus” de Frederik Pohl.
El problema de la gimnasia, que se está trasladando a otros deportes, es que se buscan los campeones antes de que la persona madure. Y claro, se meten en la edad (protegida) de la infancia, y encima nos dicen aquello de que “es que el niño (o la niña) quiere ser campeón; eso es lo que le gusta y yo sólo le facilito su carrera (deportiva)”.
Porque hasta eso, llaman carrera deportiva, como si se tratara de una licenciatura o una diplomatura. ¡Su carrera!
Esto daría para un extenso comentario pero haré sólo un apunte. NO creo que sea necesario llegar a los límites casi de supermanes que se exijen hoy a los deportistas de élite para que el deporte como espectáculo tenga que triunfar y posea espectadores. Y si así fuese, lo mejor sería darle el cerrojazo y se acabó. Me parece sencillamente inhumano lo que se hace con los ciclistas en una carrera de tres semanas, al igual que esos futbolistas de élite -imitando a Willy Fogg- tengan que estar dando la vuelta al mundo en 7 días o lo que se hace con esas pobres niñas gimnastas, por mucho que ellas mismas y sus adorables familias den el "sí, boana".
Tampoco me vale que los tipos ganen un pastón porque entonces todo lo justifiríamos con el maldito dinero. Nunca se podrá impedir que un echao palante se tire desde lo alto de la Torre Eiffel para convertirse en tomate triturado varios cientos de metros más abajo, pero facilitarlo, aplaudirlo y hasta sacar bajo palio al héroe me parece una necedad. Hay deportes y prácticas deportivas que están rozando lo bárbaro, así que tampoco extrañe que el personal se dope para superarlas, dado que a su vez se mueven ingentes cantidades de money en tales menesteres.
En fin, San Cucufato no me ha llamado (y me temo que a ti tampoco) para ser ovejita mansurrona del redil, política y deportivamente correcta. ¡Qué le vamos a hacer!
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