17 de febrero de 2008

CUANDO LA MEDICINA ES CIEGA


Vivimos cada vez más en un mundo lleno de paradojas. La benéfica soja, plantada en la selva brasileña, la desertiza. La medicina es capaz de operarte de medio cuerpo en unas horas, pero incapaz de sanar una vulgar gripe en un par de días. Llegas antes a cualquier capital europea, vía aérea, que al pueblo que dista 200 kilómetros de tortuosa y descacharrante carretera. Los chavales saben manejar como rosquillas las teclas del ordenador o el móvil, pero los dedos se les hacen huéspedes cuando se trata de empuñar un simple lápiz o bolígrafo. Somos una perpetua y casi cruel paradoja.

Demos hoy un buen repaso a la medicina más tonta y ciega del momento. Esa que te pide que no te automediques pero que te receta lo primero que le viene a la memoria o al bolsillo, sin saber si la droga es incompatible con alguna peculiaridad de tu cuerpo serrano. La misma que, cuando llegas a urgencias con un esguince de tobillo leve o moderado, te venda media pierna, salvo los dedos del pie, te manda un anti-inflamatorio que te hará polvo el estómago y te condena a estar quince días con una garrota o unas muletas, sin poder apoyar el pie ni hacer vida normal.



-Pero, oiga, que yo he visto a Raúl hacerse un esguince más fuerte en un partido contra el Zaragoza y tres días más tarde el tío corría como un gamo en otro partido. ¿Por qué no me aplica, doctor, la misma medicina que a mi jugador preferido?



Ya señalaba en otro artículo del Arco que, como en tantas otras cosas, los curritos y la morrallita, señor, vamos por un lado y por el otro la gente que tiene pasta y gasta celebridad. En efecto, a Raúl o al marqués de Carabás, le arreglan el esguince tobillero en un periquete –sigamos con el ejemplo que he vivido hace unos días en primera persona-, mientras que a ti, pobre desgraciado, te mandan para casa y para el sofá, con el único aliciente de que así podrás tener la baja laboral durante quince días (aunque a más de uno la cosa le ha costado el despido, por meter la pata donde no le llaman, dejando desamparada a mamá empresa).


-Mí no comprender, señor paciente. Así se curan todos los esguinces de tobillo desde que el mundo es mundo y dios creó la medicina moderna. Mucha venda, mucho reposo y tararí que te vi. Y si luego no queda bien la pata, usted sabrá qué demonios ha hecho con ella durante el periodo de reposo...



En estas que el paciente traga, porque es un ignorante o se le convence fácilmente, pero horas más tarde se informa debidamente, acude al doctor apropiado –sí, ese que trabaja con deportistas y que, por tanto, sabe de qué pie cojea cada uno-, y previo pago de al menos 50 eurillos consigue que en un par de segundos el astrágalo del pie retorne a su sitio –porque muchos esguinces provocan un desplazamiento de tan famoso huesecillo-, logrando salir de la consulta en unos minutos sin muletas y con saltos de alegría dignos de un pertiguista. ¡Milagro, milagro! –gritan los que esperan ser recibidos a continuación por ese médico que sólo ha practicado una sencilla manipulación, al alcance de cualquier matasanos, si le diera la gana de aprender. De modo que lo que iba para quince días de paro forzoso y otros quince de ejercitamiento físico en plan “mírame y no me toques”, gracias a las hábiles manos de un doctor que sabe del tema, puedes a los diez minutos estar bailando un tango y en una semana dando patadas a una pelota. Y si quieres seguir gastándote productivamente el dinero y aligerar la recuperación, te vas a un buen fisioterapeuta y con sus masajes y toqueteos, lo mismo en tres días andas y trotas como antes del infausto esguince. Igualito que el Raúl de marras…



Y digo yo, que ya que no saben o no quieren en las urgencias o en consulta de traumatología sanarte adecuadamente, al menos podrían decirte que te vayas a ver un buen profesional que entienda de estas cosas, que haberlos, los hay y más de lo que creemos. Pues no, ellos siguen a lo suyo, ciegos, haciéndotelas pasar canutas cuando en muchas ocasiones el remedio es rápido y sencillo. Paradojas del invento, los que tendrían que sanarte en plan bueno, bonito y barato, te dejan hecho unos zorros y si te he visto no me acuerdo, o vuelva usted mañana que le aplicaremos otro vendaje más resultón. No hay peor ciego que el que no quiere ver.

4 comentarios:

la aguja 23/2/08, 1:48  

Siempre he dicho que el mejor médico es el que te acierta.

El otro día decían por la radio que algunos médicos se están movilizando para pedir que se cree la especialidad de urgencias, que llegan a esos servicios recién salidos de la Facultad y que sólo tienen conocimientos teóricos de rehanimación, y de atención a accidentados, y de psicología médica, etc.

Pues creo que la especialidad de medicina deportiva no existe, y si existe, no debe ser muy solicitada.

Ahora bien, exista o la creen dentro de poco, me temo que entonces cualquier contusionado laboral o doméstico acabaría yendo a un médico deportivo para que le atendieran en condiciones y con garantías.

Ahora pregunto: ¿no es eso la especialidad que ahora conocemos de Traumatología? Lo que no se puede hacer es acabar la carrera de Medicina, obtener un puesto de trabajo en la SS, y no volver a abrir un libro de Medicina en los siguientes 40 años (hasta que te llega la jubilación). ¿Dónde queda aquel principio de la formación continua?

Juan Puñetas 28/2/08, 0:47  

En efecto, el mejor médico es el que te acierta. Lo de urgencias sería urgente remitirlo al juzgado de urgencias. Todo, sin embargo, está controlado. Si logras salir vivo de allí (y que te entiendan) ya será una victoria. Lo peor es que salgas peor que entraste, y en cuestiones de esguinces como el que relato, así es. Te vendan el tobillo con un kilo de algodón, aprisionando un hueso dislocado hasta que acaban dislocándolo del todo. No te extrañe que haya más gente de la normal que crea estar curada y recaiga a la menor oportunidad.

Anónimo 6/3/08, 0:26  

Rosa Díez: medicina natural

LO QUE NOS UNE

SOMOS TU PARTIDO POLÍTICO
PARA LAS PRÓXIMAS ELECCIONES

Porque, igual que tú, queremos:

1. Que todos los españoles tengan iguales derechos y obligaciones, sea cual sea la región donde vivan o residan circunstancialmente.

2. Recuperar para el Estado las competencias de educación y fiscalidad, para asegurar los mismos derechos, incluidos los lingüísticos para todos los ciudadanos.

3. Que los partidos nacionalistas dejen de condicionar y coartar el presente y el futuro del conjunto de nuestro país.

4. Reforzar la separación de poderes, de modo que jueces y fiscales no actúen como delegados de los partidos políticos.

5. Conseguir un sistema electoral más representativo, unas instituciones más transparentes y unos partidos más respetuosos con la democracia.

6. No tener que elegir entre una derecha y una izquierda sectarias y antiguas, incapaces de entenderse para defender los intereses comunes de los ciudadanos.

Rosa al Parlamento

UPyD

Juan Puñetas 26/3/08, 20:16  

Acabo de ver este comentario el día 26 de marzo, así que borrarlo o no borrarlo ya no tiene ninguna importancia. Desentona en una bitácora deportiva, aunque de vez en cuando aquí demos también leña al mono (a los políticos, quiero decir). ¿Qué hubiera hecho el Puñetas de ver el comentario ese mismo día en que fue enviado por UPyD? Aprovecho para hacer algo nada habitual. En vez de futurología, pasadología.

En primer lugar, tras la sorpresa, hubiera decidido borrarlo inmediatamente. ¿Costaba mucho trabajo pedir permiso con un mensaje previo? Luego, probablemente, me habrían venido a la mente las quejas de doña Rosa, don Fernando y otros conspicuos miembros de este nuevo partido político lamentándose del boicot y ninguneo a que eran sometidos en la campaña electoral, no sólo por parte de los bancos y la gran mayoría de los medios de comunicación. Me consta que los partidos mayoritarios han tenido a UPyD en su punto de mira porque temían que les restasen votos (como al final así fue, gracias a lo cual doña Rosa Díez estará en el Parlamento). Así que me imagino que al nuevo partido no le quedó más margen de maniobra que el uso intensivo y frenético de la interné. De modo que -seguramente- este comentario no habría sido borrado por considerarlo casi como una obligación moral por mi parte de dar un modestísimo cobijo a esta formación. Esperemos que UPyD cumpla con las espectativas previstas y si es capaz de poner en práctica la mayor parte de los seis puntos de su mensaje, el Puñetas se quitará el sombrero que no usa y hasta es posible que le vote en las próximas elecciones. Hay cuatro largos y crudos años por delante para no defraudar.

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¡Gracias por vuestra plantilla! (El Puñetas, agradecido).