EL IRREAL MADRID, ¿CAMINO DE LA CATALEPSIA? - NADAR SIN GUARDAR LA ROPA
NADAR SIN GUARDAR LA ROPA. En Australia una avispada modista se ha inventado el burkini, un traje de baño con más ropa que un pijama, destinado a las mujeres musulmanas que desean bañarse en público sin provocar la lascivia de los machos y hembras circundantes y, de paso, sin dar celos a sus varones, familia y clérigos de cabecera. El invento es bien caro pero merece la pena. Las dos primeras que lo han utilizado (en la liberal Holanda) han conseguido pasar completamente inadvertidas. Hasta Marte han llegado los ecos de la noticia y las fotografías, pese a lo cual nadie sabe si las susodichas son guapas o feas, jóvenes o maduritas, trabajadoras o empresarias. Como es natural al Puñetas le importa una higa como vaya vestido el personal en una piscina o en la playa, siempre que lo haga con modales correctos y vaya limpio de pies a cabeza, que para quitarse la pátina ya se han inventado las bañeras y las duchas. Sin embargo, no ve uno muy práctico semejante trajecito a la hora de hacerse unos largos en una piscina: el nadador que va detrás podría quedarse atrapado entre tanta ropa y la situación trocaría en inquietante. Hace años, en un pueblo de Italia, la comunidad musulmana más mojigata, pretendió que se hiciera una piscina sólo para que sus mujeres pudieran bañarse lejos de los ojos de los machos del pueblo. Aquello fracasó, pero parece que lo del burkini va a tener más éxito. Hasta es posible que otras mujeres (especialmente las feministas más radicales) vean interesante la nueva moda. Lo que parecen desconocer sus promulgadores y quienes se la ponen es que a los machos venidos a menos nos excitan más las mujeres vestidas, máxime si están rodeadas de otras con las carnes al viento. Somos tan depravados que avistamos el mayor placer en lo insinuado, lo imaginado, lo prohibido. De esto no se han enterado modistillas, clérigos y beatas, a lo que se ve. Otra cosa es que bañarse en una piscina con las desnudeces sólo en los pies, las manos y media cara nos retrotraiga a los tiempos de María Castaña en esta Europa tan desvencijada y artrítica, pero bien venidos sean si como ha dicho el director del Centro Holandés para el Desarrollo Multicultural, un tal Sadik Harchaoui, "el uso del burkini contribuye a la participación e integración" de las mujeres musulmanas. La pregunta puñetera es ¿qué entenderá éste tío por integración? Por mí, oiga, como si se quieren integrar nadando en pelota picada…
2 comentarios:
Siempre he pensado que el entranador de un equipo profesional no tendría que dirigir un calentamiento ni una sesión de estiramientos, ni el trabajo del gimnasio.
A esos tíos (a los jugadores) se les paga tanta pasta que deberían tener su entrenador personal cada uno (me suena que de esto ya he escrito en alguna ocasión en mi bitácora...).
Lógicamente las instalaciones de la SAD estarían a su disposición. Que hay entrenamiento a las 11:00 h., pues a las 09:00 h. ya tendrían que estar todos por allí, trotando con su PT (personal trainer, que somos muy anglófobos, digoooo, anglófonos) para ir preparando sus series y tal y tal que decía aquel.
Si yo fuera entrenador de uno de estos equipos, sólo iría al campo para dirigir las sesiones tácticas. Ni las técnicas, ¡oye!, que es de esperar que un tipo de estos me llegue al equipo sabiendo bajar y controlar un balón que viene a la altura de la rodilla.
Y al tipo que no me rinda o/y no me dé unos parámetros físicos mínimos (peso, carrera de 60 metros, resistencia aeróbica...) —teniendo en cuenta factores como la edad, lesiones, etc.—, pues le retengo parte de la nómina, por golfo. Y después, que salgan de noche todo lo que quieran, que es su vida. Pero me dan el callo, vaya que si me lo dan, o me dan la pasta (no se la daría yo, que no es lo mismo a todos los efectos).
Sobre el burkini, pues que tampoco me desmayo, porque no hace tanto había en los JJ.OO. (creo recordar, que esa neurona últimamente se me ha quedado intermitente) un tipo vestido con un traje que llamaban de piel de tiburón. Por lo visto estaba diseñado para ofrecer menos resitencia al agua. Y también tenía choto (capucha) y llegaba hasta las muñecas y los tobillos. No sé en qué quedaron esos avances tecnológicos, pero los de la FINA no son tan retrógrados como los de la International Boarding aquella, que se niega por sistema a actualizar el reglamento del fútbol di que moderno.
La verdad es que yo estoy con la imagen clásica del entrenador que todo lo supervisa (incluido el trabajo físico de su preparador especializado). Lo que ya no veo tan claro es lo que parece que pasa en el Madrid, que cada uno va por su lado. Quizás los tiempos de la especialización exclusiva han llegado también al fútbolín. En cuyo caso lo que no entiendo es como se pagan esas millonadas a unos entrenadores que ahora sólo se dedican a la parte estratégica del asunto. Doctores tendrá la madre iglesia para que la cosa así sea, amén.
Lo del burkini, no me digas que no es gracioso. Al final, por unas cosas religiosas u otras más o menos técnicas, acabarán convenciéndonos de que lo mejor es bañarse vestido. Al menos, en mi caso, no lo lograrán.
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