LO DEL MADRID NO ES PA TANTO...

Por fin consiguió la Liga el Real Madrid. Gracias a ello los contribuyentes madrileños se han ahorrado un pastón porque el dispositivo para celebrar el triunfo amenazaba con organizarse cada semana, a la espera de que en una de ellas el conejo saliese por fin de la chistera. La semana anterior, con todo montado, no pudo ser. Esta, tras un milagro en los últimos minutos en el partido contra el Osasuna, por fin los merengues alcanzaron el titulín liguero. Y, claro, tuvieron lugar los festejos previstos de rigor.

-¡Campeones, campeones, oé, oé, oeeeeé!

-Eh, oiga, ¿por qué no se va a cantar en voz en grito a la oreja de su queridísima madre?

-¡Es que hemos ganado, y hemos de celebrarlo!

-¿Puede saberse qué ha ganado usted?

-¡La Liga!

-¿Eso representa más dinero en su cuenta corriente, el premio de un viaje a las islas Galápagos, el coste gratis de una operación de cirugía estética, el regalo de un abono para los partidos del próximo año…? ¿Qué es, exactamente, lo que ha ganado usted, amigo mío, con la victoria del Real Madrid?

-Bueno, es mi equipo y, claro, yo me alegro de sus triunfos, y me lo paso bien, y disfruto dando envidia a los del equipo rival…

-Luego quedamos en que usted no ha ganado nada. Más bien, yo diría que ha perdido… dinero y tiempo. Pero bueno, ahora resulta que lo celebra sobre todo porque así se puede mear en los seguidores del Barcelona, o del Atlético de Madrid… ¿A usted le parece eso un acto de buena educación?

-Oiga, deje de recriminar mi euforia. Además, ¿no ha visto cómo ha sido conseguido el título? Con una victoria épica, en los últimos minutos…

-¡Qué sabrá usted de épica, amigo mío! Épica es la que se gasta un mileurista para llegar a fin de mes. Épica fue la victoria de los aliados en Normandía, acabando con Hitler. Épica…

-No siga, por fa, que veo que usted se lo toma todo por la tremenda…

-¿Yo? ¡Pero si es usted, que celebra una victoria deportiva de manera absolutamente desmesurada, desproporcionada y cantamañanera!

Hace una semanita, poníamos a parir el enfoque casi trágico con que los unos tomaban el muy relativo “fracaso” del Barcelona en esta temporada. Hoy nos vemos obligados a hacer lo mismo pero tomando la victoria liguera del Madrid con la naturalidad más elemental: con tanto dinero como tiene, lo suyo tampoco es de gran mérito. Encima, no se han comido un rosco en la Champion, en la Copa hicieron el ridículo y el fútbol desplegado a lo largo de la temporada ha sido más bien futbolillo. Si la Liga la hubiese ganado el Racing de Santander o el Recreativo de Huelva, los cánticos y loas podrían subir de grado en atención al ridículo presupuesto económico que estos equipos –y otros- manejan en comparación con los clubes grandullones. Pero una victoria liguera del Madrid debería producir a sus seguidores la misma emoción que le dará a un ricachón el ligarse a una gachí que pasa por la calle: pura rutina rutinera.

Nunca se celebró tanto una cosa que tiene escaso mérito. Si quieren emociones fuertes háganse seguidores del Jabalcuerno del Porrosillo, C.F. o vístanse de corto y jueguen un intenso partidillo de cinco minutos con derecho a infarto de miocardio. Sí, ya sé que estamos metidos de coz y hoz en una sociedad donde los papeles se han cambiado (ahora los bufones son los reyes y los reyes hacen de bufones), pero un poquito de conmiseración, porfa, con los que todavía usamos el coco, el corazón y la cartera para algo más que perderlos/perderla por un caprichoso balón. ¿La pasión del Barça y la Coronación del Madrid? No es pa tanto, amigos, no es pa tanto…