21 de mayo de 2008

PARIDAS FUTBOLERAS AL HILO DE LA ACTUALIDAD

Por fin ha finalizado la Liga y por fin llega la Eurocopa. El caso es que el personal no tenga ni un minuto de descanso en el consumo futbolero. No vaya a ser que en ese breve periodo encuentre una manera más inteligente y barata de pasárselo bien y decida no volver.



Les presento aquí un testimonio de un periodista. Debería ser de obligada lectura en los colegios e institutos. Más que nada, para prevenir futuros excesos. Al fin y al cabo, a los centros educativos se les están endilgando todos los problemas sociales habidos y por haber para que vayan solucionándolos de manera preventiva, así que porqué no hacer lo mismo con el fanatismo futbolero. Cuando escribo ésto todavía no han jugado la final de la Champion los alegres hinchas del Chelsea y del Manchester allá en Moscú. Espero que las autoridades rusas no permitan que por la Plaza Roja arrastren su beodo cuerpo los hijitos bestias de la Gran Bretaña.



Pero no sólo el fútbol tiene su versión negra, como la vida misma. Su estructura responde perfectamente a los engranajes de las sociedades capitalistas modernas. El aliciente competitivo consiste (y en ello se embauca a millones de personas) en conseguir que se sientan partícipes de las penas y glorias de un equipo local formado por gentes de fuera. Incluso la mayoría de los seguidores también son de otros villorrios e incluso países. Tanto es así que los triunfos y fracasos del equipo se viven como si fuesen triunfos y fracasos personales. Al final sólo varios clubes –los que disponen de las mayores fortunas- son los que se juegan el bacalao, pero eso parece no importar a la gran mayoría. Los peces gordos se comen a los chicos y eso no sólo es aplaudido a rabiar si no que se considera normal y deseable. Así que no es de extrañar que tanto Laudrup como Marcelino (entrenadores actuales de las exitosas campañas del Getafe y del Santander), aún teniendo contratos en vigor, se larguen de sus clubes hacia otros de más renta per cápita. Los clubes pequeños no tienen salida: podrá venderse que durante una o dos temporadas la flauta les sonó por casualidad, pero poco después acabarán hundiéndose sin remedio en la más absoluta de las miserias de la parte baja de la tabla de clasificación. Y de la economía… (Que se lo pregunten al Levante).


No sólo te quitan los entrenadores de éxito si no –por supuesto- los jugadores que empiezan a despuntar. Esta movida (que se hace, encima, con nocturnidad y alevosía, sin finalización de contratos ni gaitas) se ve con simpatía por todo el mundo, incluidos los que teóricamente lo sufren, que así consiguen unos eurillos más para poder seguir tirando del carrete hasta que finalmente se rompa. (Ya ha empezado la compra de promesas y promesillas y eso que todavía el carbón está echando humo). Eso sí, con dinerín público en muchos casos, porque nuestros políticos y legisladores saben ser muy agradecidos.


¿Qué tendrá el puñetero espectáculo del fútbol que hasta un tipo tan rarito como Maradona, acaba oscureciendo a las estrellas del celuloide en el Festival de Cine de Cannes? El cineasta que le ha dirigido el documental lo ha tildado de “Dios”. Si la peliculilla propagandística es tan original como las palabras del director, verla en la hora de la siesta será una bendición.


Y si los cineastas pierden el culo por los peloteros famosos, qué no harán los periodistas que viven de la pelota y otros cuentos. Algunos van de historiadores y literatos por la vida, escribiendo sin rubor que “el madridismo es una religión nacional y el antimadridismo también”. A este paso algunos ateos y agnósticos del futboleo acabaremos siendo arrojados a las tinieblas, si es que ya no estamos en ellas. Claro que siempre nos salvarán los intelectuales de izquierdas que, no sé porqué extrañas razones, siempre han visto con muy buenos ojos el fenómeno social del fútbolín. Será, digo yo, por todo lo que hemos enumerado anteriormente… Y será por ello que las teleles más progresistas han hecho de éste el modus vivendi del negociejo. ¡Espíritu crítico, solidaridad y a vivir del grito pelado! Ya sólo falta que un día de éstos algún listo (tipo Iñigo) nos salga con que Franco compró las cinco Copas de Europa del Real Madrid para que nos corramos de gusto y de placer.



El deporte, dicen, es cultura. Me niego rotundamente a calificar el obsceno espectáculo del fútbol profesional como un elemento integrante de ella. Todito me lo puedo pasar por el Arco del Triunfo menos semejante sandez.

3 comentarios:

la aguja 29/5/08, 13:28  

Somos europeos, y aún nos queda mucho por aprender de ingleses, escoceses y alemanes en el arte de emborrarcharse. Ya no digamos de rusos perestroikos y de ucranianos mafiosos.

El Jerez, el Rioja y otros zumos son más propios de altas mesas que de estaciones de ferrocarriles.

Eso sí, mezclados convenientemente con las más proletarias bebidas de cola, se degradan hasta los límites del forofismo futbolero más desenfrenado. Quizá, pues, sea el kalimotxo (en tiempos llamado un rioja-libre, en oposición al cuba-libre) lo que podamos exportar a Europa.

Sobre que el deporte es cultura, corramos un tupido velo. Lo que sí es cultura es el juego (yo lo tengo muy muy claro).

Lo mismo un juego de cartas (tute, mus, magic —jeje—, o el mismo bridge, cuya federación mundial está reconocida por el COI), que un wargame (de los de tablero y retícula exagonal, de los clásicos de toda la vida, vamos), que la oca, el Monopoly, el Scrabble, o el Risk.

Por supuesto que ajedrez, damas (en todas sus variantes, incluyendo las polacas, por supuesto), go, othello o reversi, shogi (ajedrez japonés) o el xian-qi (ajedrez chino), pueden ser los máximos exponentes de esto que digo.

Pero estos últimos han dado ya un paso que se me antoja irreversible, que es su transformación en deporte.

Y es que el deporte es una evolución del juego. Se juega a la pelota, se juega al fútbol, o se juega al balonmano. Y una evolución del deporte es el profesionalismo. Llegados a este punto, tal vez podamos conceder que el profesionalismo más que una evolución sea una perversión.

Entonces, quien alegremente dice que el deporte es cultura, se está saltando varios pueblos por los que nunca ha pasado.

Dejémoslo en que una parte del deporte es cultura, otra parte del deporte podría ser cultura, y una tercera parte es industria.

Mientras los poderes públicos sigan considerando en todos los órdenes al deporte como algo cultural que hay que fomentar, estaremos asistiendo a condonaciones de deudas a la Seguridad Social, a la Hacienda pública, a los ayuntamientos que ponen dinero a fondo perdido, di que para que se represente a la ciudad…

En fin, que me extiendo demasiado y voy a acabar haciendo un artículo en lo que no era más que un comentario.

Juan Puñetas 29/5/08, 21:46  

El profesionalismo, más que evolución del juego, es una perversión. ¡Bingo, Aguja!

Buen debate lo de que el deporte es cultura o sólo una parte, o sólo el juego antes de ser pervertido como deporte de títulos exitosos y de fracasos. El cacao mental que tenemos el personal sobre el particular es monumental y el cacao lingüístico también. Es un tema para el que sería necesario que hubiera prestigiosos teóricos (tipo Jose María Cagigal q.e.p.d.) que debatiesen y se peleasen entre ellos para llegar a ciertas conclusiones.

El problema, sin embargo, quizás no sea sólo de la cosa deportiva si no de lo que es o no cultura. Porque ya sabes que la palabreja se adjudica a casi todo. Ejemplillo al canto: parece una sandez que exista un ministerio del deporte y que éste se englobe junto con la educación, la cultura y hasta la ciencia. Ya mismo algún listezas se inventará una Universidad del Deporte, de donde saldrán catedráticos en tenis, baloncesto y otros bellos juegos pervertidos.

Si el deporte es cultura, ¿los caballos que corren los hipódromos son gente culta? ¿También lo es el tipo con dos tornillos menos que va a morirse a 7000 metros de altura sobre el nivel del mar? Si el deporte es cultura, sus practicantes y sacerdotes serán gente culta, ¿no? Bueno, cada vez que me sale una pregunta del caletre se me suben las calores y esto empieza a ponerse feo. Mejor lo dejo aquí y quizá lo retome en algún articulillo puñetero un siglo de éstos.

la aguja 29/5/08, 23:22  

Ya existe: http://www.universidaddeldeporte.com/

Expenden unos titulitos. A mí me los ofreció por teléfono una empresa catalana que se llama Kernaba: http://www.kernaba.es/

Quiero decir, que me ofrecieron un curso cuyo certificado final lo homologaba una cierta Universidad del Deporte. No sé si sería la misma del primer enlace.

  © Blogger template 'Greenery' by Ourblogtemplates.com 2008

¡Gracias por vuestra plantilla! (El Puñetas, agradecido).