LA JAURÍA

Ya avisaba el Puñetas el pasado día once, minutos después de la derrota del Irreal Madrid con el Real Unión de Irún, la que se nos venía encima a cuenta de la prensa deportivesca más forofa y sandunguera. Lo nuestro no era una profecía si no una demostración científica de cómo funciona el personal de cierta prensa y ciertas telecacas y radios. Tras la derrota en la Liga con el Valladolid (otro que –como el Irún- cometió el crimen de lesa majestad de ganar su partido al club calderoniano, como si su obligación fuese perder siempre ante los “grandes” por seis a cero) los ataques contra el entrenador madridista han arreciado hasta el insulto personal. En este país hay periodistos deportivescos que son más hooligans que los que andan por las gradas dándoles al canuto y a la bebida.

El domingo titulaba el diario catalán Sport: “Schuster, te quedan 2 telediarios”. El martes, con la misma desvergüenza que el día festivo, titulaba a toda página: “Calderón salva a Schuster…¡mejor para el Barça!”. El diario AS sentenciaba el domingo con la falta de pudor ya acostumbrada: “Despido procedente”. El lunes se convertía en clon del juez Garzón: “Schuster, sentenciado”. El martes, con el habitual morro, daba cancha a don Florentín –el antiguo expresidente que salió por piernas, como todos- mientras en un rinconcito de la portada se citaban declaraciones de Mijatovic y Calderón ratificando el crédito al entrenador alemán. Los de las televisiones no son mejores. Venga minutos y minutos respecto al tema (más importante que la crisis económica), sacando siempre el careto de Schuster en plan agrio y contestón. También aquí hay quien se pasa tres pueblos y medio, como la Cuatro, la Sexta o Antena 3. A las radios más afamadas ni las escucho ni las siento. A mis años paso de bocinazos, rebuznos e histeria colectiva.

Periódicamente se repite el espectáculo. Lo vivimos con el anterior entrenador, Capello, quien pese a ganar la Liga fue despedido básicamente porque los periodistos más belicosos así lo querían: no lo tragaban. Con Schuster se repetirá la historia. El alemán no disimula que está hasta las narices de tanto fantoche y tanto tonto con micro. Haría bien el Madrid en prohibir las ruedas de prensa casi diarias de sus entrenadores, pues suelen convertirse –pasada la estúpida novedad de los primeros meses- en auténticas piras funerarias a las que tropecientos tipos intentan –en aras al buen negocio de sus mediáticas empresas- echar toda la leña que pueden. Claro que a veces no sabe uno qué es peor: si abundar en la cacería o abusar de la lisonja. Al Barcelona –por contraposición- ya lo tienen subido a los altares y, según esta jauría de catetos, ganará todo lo que se le ponga por delante. El bueno de Guardiola ha tenido que salir al paso diciendo que ningún equipo del mundo ha ganado nada en el mes de noviembre. Cuando las cañas se vuelvan lanzas, lo van a despellejar vivo y él –con mucho fútbol en sus botas y en su cabeza- lo sabe. ¡Vaya que si lo sabe!