15 de abril de 2009

DEPORTE DE NIÑOS

Con una cerveza entre las manos, le preguntaba ayer a mi vecino, un maestro de escuela a punto de jubilarse, qué tal los niños de ahora. Don Pedro –que si así se llama el hombre, si ustedes no mandan lo contrario- tiene tantas horas de vuelo a sus espaldas que en diez minutos sabe cómo es un chavea, su padre, su madre y hasta su abuelo. Así que tenía ganas de preguntarle a qué demonios juegan los niños de hoy cuando salen al recreo.

-Recuerdo que en mi niñez lo que más nos gustaba era jugar al fútbol –le argumentaba este Puñetas de mis entretelas-. También jugábamos a otras cosas, pero en plan deportivo sólo lo hacíamos con una pelota y unas cuentas piedras para señalizar las porterías. Más de uno acabó descalabrado…

-Mira, Puñetas. La Tierra dará muchas vueltas pero siempre está en la misma órbita y sitio. Aquí pasa lo mismo. En el cole de hoy día los niños, cuando les dejas libertad de movimiento como ocurre en los recreos, siguen jugando mayoritariamente al fútbol. Ahora ya no hacen falta piedras porque raro es el Centro donde no hay un par de pequeñas porterías de fútbol. Ningún otro deporte le hace competencia excepto –quizás- el baloncesto, aunque suele ser minoría el grupo de zagales que se dedican a mirar para arriba y tirar a canasta. Lo que más me llama la atención es que los críos actúan imitando a sus ídolos adultos y así podemos observar dos mundos y deportes bien distintos. Los que juegan al fútbol (a veces se juntan veinte o treinta, con lo que aquello es un guirigay) suelen tomarse el juego muy a pecho. Raro es el día que no hay su pequeño lío, ya sabes, accidentados, peleas, insultos… Los chicos se meten tan en el papel de los jugadores que ven por las televisiones que les imitan casi en todos sus gestos: gritan, critican a sus compañeros cuando fallan, si meten un gol salen todos corriendo para formar una montonera, algunos se tiran al suelo –de hormigón- como si aquello fuese el césped del Bernabéu y más de una vez acaban varios ante el Director porque se liaron a mamporros por un balón que había entrado o no, por una patada “a cosa hecha” o “sin querer”… No dudo que haya colegios en que la cosa sea más civilizada, pero en la mayoría de las escuelas públicas y populosas, créeme que parezca que estamos ante un partido de elevado riesgo y alta competición. En cambio, los que juegan al baloncesto suelen hacerlo de manera más modosita. Son los menos y eso ayuda, pero dado que las reglas del juego son más numerosas y complicadas, lo normal sería que se armase una tangana detrás de otra por unas “dobles” o unos “pasos” pero normalmente los chaveas se dedican sólo a jugar y a intentar meter una canasta de vez en cuando, si pueden. Resumiendo: los alumnos que practican estos dos deportes han interiorizado los modos y maneras en que suelen practicarlos los adultos y los profesionales, de manera que nos cuesta dios y ayuda hacerles entender -sobre todo a los que juegan al fútbol- que hay que jugar tomándose la cosa como una simple manera de pasar el rato.

Me decía don Pedro que, cuando se organizan competiciones o liguillas de fútbol en el colegio, los riesgos aumentan por lo que un profesor o un niño de los mayores suele actuar de árbitro, aunque ello no impide que los jugadores se tomen aquello tan en serio que a menudo saltan chispas y chispazos, incluso hasta al propio árbitro. En cambio la liga de baloncesto suele ir como una seda. Coincidimos en que harían bien los jugadores profesionales y las clases dirigentes futboleras en tomarse en serio la influencia que tienen sobre las criaturillas, más bien des-educativa. Por no hablar de esa caja de resonancia de los excesos y las barbaridades en que se han convertido los medios de comunicación.

-Lo último, de unos años hacia acá, es que algunos chicos vienen a clase vestidos como si fueran un as del balón, desde las zapatillas a la camiseta. Francamente, me parece de un mal gusto atroz y más de uno hemos sugerido su prohibición en el colegio aunque adivina tú cómo sentará a esos padres que tan ufanos los envían así de disfrazados. Mi impresión es que a los enanos se les está comiendo el coco demasiado con este asunto cuando, a estas edades,  el deporte (incluido el fútbol, por supuesto) debe ser formativo en todas sus manifestaciones. Desgraciadamente no es así. A cómo se viven los partidillos de fútbol de los recreos me remito. La esperanza viene con la práctica del baloncesto, mucho más sosegada, pero todavía no deja de ser una cosa minoritaria.

Quedó don Pedro en invitarme un día a presenciar in situ y en directo uno de esos  recreos. Sí así sucede, aquí lo contaremos.    

2 comentarios:

Dompepito 27/4/09, 23:39  

¡Caramba, Puñetas!, y yo que pensaba que los niños de hoy en día iban al cole con la plei para jugar en el recreo... Veo que no estoy al día.
Sobre niños que jueguen a baloncesto... bueno, no sé dónde pasan los partidos de NBA, pero creo que es en el Canal Pus. A lo mejor lo que pasa es que quienes ven baloncesto tienen unos pudientes mejores que los que ven la morralla que dan por las sextas, quintas, cuartas y etcéteras en abierto.

Juan Puñetas 28/4/09, 0:48  

Yo sólo sé lo que me dijo Don Pedro. Que los que hacen algo de deporte, juegan al fútbol en su mayoría, seguido del baloncesto. Luego hay otro grupo de chavales que -me decía- juegan a correr, a perseguirse los unos y los otros (suelen ser los más pequeñajos) y luego están los que sólo se dedican a hablar o estar sentaditos o pasear (mayoritariamente chicas, más cuanto más grandes son). Luego están los que ni una cosa ni otra: los que juegan a cosas tradicionales porque a veces hay colegios que fomentan los juegos populares o de toda la vida, con señalizaciones en el suelo o aparatejos como cuerdas, diabolos, raquetas de plástico y así. Finalmente, don Pedro me decía que hay otro grupo que se dedica a ir a la biblioteca a leer, jugar al ajedrez o estar con el ordenador. De todas formas me aclaraba que en cada cole las cosas pueden cambiar dependiendo del tipo de alumnado, su procedencia social, la implicación del profesorado y si el colegio es rural o no.

El baloncesto también lo echan en abierto (no la NBA pero sí la Liga y las copichuelas europeas) mas el personal chico no se engancha mucho. Y es que bombardeo del fútbol (aparte del incuestionable gancho propio que tiene) es feroz.

Lo de la plai es cosa de los profes que suelen prohibirla, pero con el tiempo y una caña acabará imponiéndose. Claro que hablamos de críos de primaria a los que los papaitos (que son los primeros en jugar) no les debe hacer ninguna gracia dejar que se lleven ese trasto al cole para que se les caiga, se lo quiten o adivina tú qué...

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¡Gracias por vuestra plantilla! (El Puñetas, agradecido).