19 de noviembre de 2009

MIEDO A LA LIBERTAD


El otro día el Parlamento vasco aprobó una resolución en la que invitaba a la RFEF a que cuente con el País Vasco en sus próximas citas de la selección española de fútbol. También hacía referencia a la organización de una etapa de la Vuelta Ciclista a España. Esta no pasa por el País Vasco desde la edición de 1978 y la “Roja” (vaya nombrecito cursi) no pone sus pies en aquel terruño desde 1967.

¿Qué es lo que ha pasado en todos estos años para que una tierra tan amante del ciclismo y el fútbol no albergue citas importantes del deporte? Que sepamos, no es sólo el fútbol y la Vuelta. Hay otros muchos acontecimientos deportivos de primera línea que tampoco han sido solicitados para su presentación o representación en Bilbao, San Sebastián o Vitoria. La explicación parece evidente.

El Partido Nacionalista Vasco y sus amistades peligrosas llevaban gobernando Euskadi desde el inicio de la transición y a esta gente no les saques del levantamiento de piedras y la cesta punta. Bromas aparte, es evidente que en todo este tiempo los camaradas han huido (y huyen) de todo lo que huela a “español” –menos la pasta, claro- como si se tratase de la peste porcina o la gripe A. El problema tiene narices porque en ningún lugar consta que ellos sean los propietarios del solar vasco y que allí se tiene que hacer siempre lo que ellos digan. Si al PNV le revienta “la Roja” no tiene porqué prohibir o poner peros a que juegue alguna vez un partidillo en el País Vasco: hay gente “pa tó”. Que a uno no le guste una cosa no significa que no pueda gustar a otros,  por lo que impedirlo a las bravas –por ordeno, mando y el te vas a enterar- dice muy poco del amor por la libertad ajena. La propia, ya se sabe, ni tocarla porque es sagrada.

La plataforma que defiende la oficialidad de las selecciones vascas, bajo el nombre de Euskal Herria, ESAIT, ha puesto el gritazo en el cielo con la resolución del nuevo Parlamento, ocupado  en esta legislatura por los enemigos del pueblo vasco: “Pretenden impulsar la conciencia española entre la ciudadanía vasca”. ¿Conciencia española? ¿Y eso qué coño es? ¿Desde cuándo un vulgarote juego como el fútbol lleva implícita la conciencia nacional de quienes lo practican? ¿No saben estos mastuerzos que los jugadores, los españoles y los vascos, sólo se representan a sí mismos, a sus clubes y quizás a su Federación privada, cuando saltan al campote y empiezan a darle patadas a la dichosa pelotita? Si todos sus argumentos en otros ámbitos de las ideas tienen la misma racionalidad que en éste, mejor que se dediquen a la cría del champiñón en un caserío perdido o se enrolen hacia el Índico en busca de atún para el marmitako. 

Lo que no es de recibo para esa ciudadanía vasca es que una parte de ella –sea pequeña o grande- no pueda presenciar ciertos acontecimientos deportivos simplemente porque uno de los contendientes es vestido en Galerías Spain, como si Euskadi fuese un territorio de otro planeta. Nadie va a acudir obligado  a presenciar el espectáculo. ¿A qué ha venido entonces tantos años de sequía y de muro deportivo?  Pues simplemente a que esta gente tan cerrilmente patriotera, palurda y catetona ha impuesto su parecer al resto del paisanaje en vez de permitir que éste hiciese libremente de su capa un sayo. “El acuerdo del Parlamento Vasco, va en contra del sentir mayoritario de los ciudadanos de Euskal Herria”. Pero, mastuercillos míos…, ¿no dicen las reglas de juego aquí y en Groenlandia que un Parlamento democrático representa la soberanía popular? Ah, que eso sólo ocurre cuando el Parlamento está en vuestras manos... ¡Pues empezad por ahí, machotes…!

Cierto es que hay por en medio una banda de bandidos que pudiera aprovecharse de la situación para organizar sus típicas fiestas y divertimentos de celebrarse “allí” (en su “casa”, entienden los muy suyos)  cualquiera de esos grandes acontecimientos deportivos con selecciones “españolas” o deportistas  hispanos  de alto nivel. Nos lo ha recordado ese hombre de medio pelo que responde al nombre de Anasagasti (toda una vida dedicada a mamar de la política) al poner a la banda como hipócrita justificación: mientras exista ETA mejor dejarse de tanta selección y tanta Vuelta. Lo que ha querido decir, en román paladino, o se ha expresado muy mal, es  que por las tierras vascas quienes mandan son los bandidos de la banda esa y que mejor no cabrearles. Hagamos como con los piratas somalíes: impuesto revolucionario y salir pitando con el rabo entre las piernas. Más o menos lo que ha hecho el PNV y sus amistades peligrosas en una treintena de años hasta que hace poco fue desocupado democráticamente del poder tras las últimas elecciones autonómicas, lo cual provocó una llantina de tal calibre a los peneuvistas de pesebre que el nivel del Cantábrico subió varios centímetros. Si todos los países siguiesen semejante razonamiento, incluida España, jamás organizarían Olimpiadas ni Campeonatos Mundiales ni nada de nada pues siempre hay una ETA, un Al Qaeda, un IRA o unos descerebrados dispuestos a aguar la fiesta con sangre y fuego. Rindámonos pues, en plan peneuvista, y que manden los pistoleros.  

En fin, que mientras los que se creen dueños del cortijo han puesto el grito en el cielo (Nafarroa Bai: "Expresión de nacionalismo español rancio"; EA: “Pedir la Vuelta y que España juegue en Euskadi es una frivolidad que raya en la irresponsabilidad”), algunos dirigentes del deporte español –como don Lizzaqué- han tenido un orgasmo múltiple pensando que porque vayan Del Bosque y sus muchachos a Bilbao o aledaños se va a producir el evento más histórico de toda la historia vasca. Ni la burrez de los unos ni la ingenuidad y subidón de algunos otros. Simplemente de lo que se trata es de que en el País Vasco –como en cualquier otro lugar del mundo- puedan ver a los deportistas de élite de toda Spain y del extranjero más desarrollado disputando partidos, corriendo carreras, dando raquetazos o nadando en la Ría. Y nada más. Ni rollos patateros de representatividad inexistente (ni política ni territorial) ni poner una pica en Flandes. Aunque los del Parlamento vasco también han errado en algo sus intenciones –es la RFEF y sus clubes quienes tienen potestad para organizar los partidos- de lo que se trata, queridos mamoncillos, es simple y llanamente de fútbol, ciclismo o lo que caiga. Dejad la conciencia nacional de los unos y otros para cuando estéis hartos de vino, que es cuando las grandes ideas dan bastante risa. Se trata -simplemente- de que haya libertad para que puedan organizarse los eventos deportivos que se crean convenientes (siempre habrá gente interesada en acudir a ellos) y no de impedir en nombre de vuestra santa libertad la libertad de los demás. Esa que tanto miedo da... 

5 comentarios:

la aguja 28/11/09, 15:39  

Me da que este artículo le ha salido de las tripas y no de la cabeza. De haberlo hecho de otra manera, habría comenzado diseccionando por lo que ha dejado para el final.

Aquí tenemos un claro ejemplo de oportunismo político, porque ocurre que no es a estos mandamases a quienes corresponde pedir esto.

Es como si pidieran más convenciones de odontólogos en el País Vasco. Habrá una iniciativa privada (en el caso del deporte son los clubes y las asociaciones que reúnen a los clubes, las federaciones) interesada en convocar un evento deportivo o una convención.

Lo contrario es mezclar churras con merinas, y ya sabemos que a río revuelto ganancia de políticos.

¿Que hay gentes a las que les gustaría ver un partido de la selección de la federación española de tal deporte? Pues que lo soliciten donde tienen que solicitarlo, en tiempo y forma.

Permitir en nombre de una mal entendida sacrosanta libertad la injerencia de la clase política en un movimiento de índole privada es tanto como decirles a estos oligarcas que todo el monte es orégano para ellos.

El aficionado del País Vasco podría dar la espalda a esos eventos deportivos que ahora, por intereses políticos y económicos de los sacacuartos de siempre (las empresas que organizan esos eventos, las televisiones, los periódicos...), acabarán yendo allí a calzador.

Lo mejor del caso, señor Puñetas, es que esos eventos se pagarán con dinero público. ¿Se imagina un estadio medio vacío? Bueno, al fin y a la postre estaremos pagando con dinero público la ostentación de la libertad que se invoca en la última frase de su artículo.

Dinero público que no se habrá perdido, me dirán ustedes, quienes defienden la postura adoptada por el nuevo gobierno vasco. Pero ese dinero público habrá servido para engordar el aura de los políticos, que es de lo que viven.

Para alcanzar ciertas metas sociales, señores, hay que esperar que las cosas estén en sazón. Y ese tiempo no ha llegado por mucho que quiera españolear el nuevo lehendakari. No lleva más que unos meses en la lehendakaritza. No ha habido tiempo para cambios sociales, y forzarlos desde arriba no va a ayudar.

Quizá es que nos hayamos acostumbrado al vértigo de los cambios tecnológicos... pero los cambios sociales precisan mucho más tiempo. Y hacer que las cosas entren rascando no dice mucho de la inteligencia de los dirigentes políticos. Les ha podido su sed de protagonismo. El deporte es un movimiento privado, y nacionalizarlo, politizarlo o como quiera usted llamarlo, que es lo que se está haciendo de Zapatero y Lissavetzky para abajo es alienar ese movimiento.

Pero en fin, los señores del PP, que son los que en origen han promovido esa resolución del gobierno vasco, saben mucho de imponer sus criterios a la sociedad.

Fíjese usted cómo estará el patio futbolero-político que este año, según las informaciones que me llegan del País Vasco, lo más probable es que no haya partidillo de la selección autonómica. Si ni siquiera hay acuerdo interno para algo que supuestamente debe unir, ¿cree usted que lo habrá en la sociedad para algo que en principio desune aunque sólo sea en sus matices?

Ver veremos como acaba toda esta carnavalada.

Juan Puñetas 3/12/09, 2:28  

Pues me alegro de que esta vez "parezca" que disentimos bastante.

Coincidimos en lo del oportunismo político de la medida: "los del parlamento vasco también han errado en algo en sus intenciones -es la RFEF y sus clubes quienes tienen potestad para organizar los partidos".

Coincidimos en que en estos asuntos siempre es el dinero público el que anda por entre los pucheros y los estadios: "ese dinero público habrá servido para engordar el aura de los políticos, que es de lo que viven".

Pues si coincidimos en ésto ya coincidimos bastante, para lo que se lleva en este país. Pero para que el aburrimiento de la coincidencia no alimente nuestros egos y para que no parezca que somos de otro país bien distinto, busquemos el disenso respecto a que "las cosas estén en sazón". Vamos a ello y a darnos un poco de vidilla en fraternal confrontación.

Por mucho que quiera españolear el nuevo lehendakari, parece que la Aguja opina que no. Yo no me atrevería a decir que sí ni que no porque vivo bien lejos. El Puñetas simplemente hablaba de "miedo a la libertad". Miedo a que la ciudadanía, o los clubes o alguna federación, elija libremente algo que a los alegres chicos del PNV (que ha gobernado el País Vasco en varias décadas) les daba repelús.

(Sigo con otro comentario porque Blogger me pone un límite de 4.096 caracteres. Será agarrao...)

Juan Puñetas 3/12/09, 2:31  

TROZO 2 POR LA GRACIA DE BLOGGER

Con el PNV de los últimos 30 años la realidad es que a nadie se le ha ocurrido piar un poco y jugársela a ver qué tal salía el experimento. No sé si por miedo institucional, por temor a perder subvenciones del poder o porque llevaría al fracaso de público. Lo cierto es que tengo la sospecha -aunque sea a mil kilómetros de distancia- de que nadie lo ha intentado porque quienes mandaban lo tenían bien prohibido. Por lo bajini, claro, que es como se hacen estas cosas. Así que en 30 años no ha habido ningún "emprendedor" ni ningún empresario o grupo capaz de solicitar y organizar una eliminatoria de Copa Davis, un campeonato de Europa de baloncesto, un partido entre la Roja y alguna Verde o Azul o una etapa de la vuelta ciclista.

No sé porqué acontecimientos deportivos de primer nivel que organizan sin ningún tiquismiquis bastantes ciudades españolas no pueden disfrutarlos también -como espectáculo, que es lo único que debería y debe ser el deporte profesional- los residentes vascos interesados, sean de la ideología que sean.

No estoy seguro de que pensemos lo contrario en este asunto: o las uvas no estaban ni están maduras para estos menesteres (parece que esa es su postura) o lo que ha ocurrido es que las uvas se las comían todas unos señoritos muy atildados que ocupaban la lehendakaritza, según ellos, por derecho divino. Yo estoy por esta última interpretación. La llegada de otros tipos menos apegados al terruño parece -con todo el oportunismo que se quiera- que pretenden romper esa inercia. Y si ahora la sociedad, o los clubes o las federaciones o nadie quiere organizar algo o nada, pues aquí paz y después gloria. Pero yo entiendo el mensaje, o eso quiero entender: señores, se acabó la veda de uvas. El que quiera que coma y el que no, que siga pegado a la boina, como hasta ahora, que tampoco se va a acabar el mundo.

Libertad. Sí, me parece que esa es la palabreja que resume lo dicho: no vamos a defender a estas alturas a don Lizzaqué, al buenorro de ZP o a los siempre malvados peperos que, no se sabe cómo se las apañan (yo creo que es que son muy torpes) siempre se llevan todos los palos, estén comiéndose las mieles del poder o recogiendo las migajas como ocurre en el actual Parlamento (que no Gobierno Vasco).

Juan Puñetas 3/12/09, 2:31  

Y TROZO 3.

La virulenta respuesta de los guardianes de las esencias vascas (cada pueblo tiene su cruz) da que pensar que con el PNV estaban muy de acuerdo, o sea, que el señor López y cía, además de irresponsable y frívolo, es un elemento muy peligroso, capaz de romper la unidad patria por el simple hecho de propugnar que la "Roja" o que Contador paseen su palmito por aquellas benditas tierras.

La carnavalada, que en eso y como en casi todo, también estamos de acuerdo (aunque no lo parezca, je, je) acabará como acaban todas estas cosas: riéndose mucho el personal, otros poniéndose muy nerviosos hasta que ven que no pasa nada, otros soltando espumarajos por la boca hasta quedarse la mar de relajaditos hasta otra nueva ocasión y una gran mayoría dándose cuenta de que ellos no son tan diferentes a como se ven ellos y los ven los demás. Pero de eso cada uno tiene que ocuparse como buenamente pueda, si es que le apetece romper caminos trillados y enfrentarse a lo que los dioses le venden día y noche.

Simplemente valoro que llegue alguien que abra un poco la ventana aunque luego también acabe cerrándola. De verdad que siempre preferiré un cambio de aires para que se ventilen las habitaciones y el personal de dentro y de afuera a que ad eternum estén chupando y mamando del aura los mismos tipos y tipas.

Y nada, que no sé si con lo escrito aquí he dado pie a diverger más o... menos. Como somos libres para lo uno y lo otro (no dependemos de la subvención de nadie con poltrona y vara de mando) ya me contarás...

Desde luego coincidimos mucho más que esos que son incapaces de ponerse de acuerdo para celebrar un vulgar y anodino partidillo navideño en el que felicitarse las pascuas.

Lo que me maravilla es cómo hay países con doscientos millones de habitantes en que no montan estos cacaos maravillaos por cualquier pajilla o grano, mientras que en ciertos lugares con sólo varios millones de bípedos siempre andan a la gresca por cualquier minucia, gobiernen quienes gobiernen y pase lo que pase. Llámese esos lugares País Vasco, Andalucía, Cataluña, Galicia o Asturias. De verdad que somos lo que no hay... y así nos luce el pelo. (Menos al bueno de Anasagasti que el tío lleva chupando de la vida politiquera toda su vida -y lo que te rondaré morena- y todavía anda por ahí dando lecciones...).

la aguja 7/12/09, 22:29  

Humm... Me da que usted, en este asunto, está confundiendo libertad y derecho... Y no son lo mismo, no señor...

Los políticos no tienen derecho a pedir lo que han pedido, sin embargo sí han tenido libertad para hacerlo.

La gente de la calle quizá tenga derecho a pedirlo, pero quizá no tengan la misma libertad que el político sobre todo si sale en la foto y le reconocen en su barrio...

Usted puede tener derecho a poner la música relativamente alta a partir de las 9 de la mañana en su casa, pero si sabe que su vecino trabaja toda la noche y se acuesta a las 07:30, ¿qué haría con su libertad para hacerlo?

Quizá las federaciones vascas tengan el derecho a solicitar a su correspondiente federación nacional la realización de un evento de esta clase. Incluso puede ser que hayan tenido libertad para hacerlo... Y que simplemente no les haya apetecido... Porque en el País Vasco sí se han celebrado otros campeonatos de España en modalidades menos representativas (hablamos de fútbol, ciclismo y baloncesto).

Si estoy en lo cierto, que las federaciones han hecho uso de su libertad para no ejercer su derecho... ¿a qué viene ahora la estrafalaria salida de los políticos? ¿Han preguntado a las correspondientes federaciones los motivos por los que no han hecho gala de su libertad y de su derecho? ¿O simplemente han interpretado lo que les ha venido en gana y les convenía?

¿No están forzando así un sistema social en el que hasta el momento no había problemas? ¿Es para esto, para revolver mierda, que han llegado algunos políticos? ¡Ah, claro!, son políticos, no diplomáticos.

Les importa un bledo lo que piensen los demás y otro bledo si los problemas tienen soluciones a largo plazo. Su tiempo se acaba en cuatro años y no pueden esperar so pena de quedar al margen...

Una lástima este sistema que padecemos... Demasiada preponderancia se les ha dado en la Transición a los políticos y a fe que no están dando soluciones sino creando problemas allí donde no los había.

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¡Gracias por vuestra plantilla! (El Puñetas, agradecido).