13 de diciembre de 2009

MEAR FUERA DE TIESTO

Que  el golfista Tiger Wood se haya acostado con el ciento y la madre de mujeres, o que haya engañado a su santa esposa, es un asunto que al común de los mortales nos debería importar un pimiento. Y a la prensa, otro. El norteamericano es conocido porque mete la pelotita mejor que nadie en los agujeros de los campos de golf. Que meta otras cosas en otro tipo de agujeros es asunto privadísimo del cuate por lo que el follón que se ha montado en torno a él es indecente, absurdo e inmoral. Si se hubiese tratado de un político, todavía. Como la mayoría de los electores yanquis, soy de la opinión que si el gobernante es capaz de engañar a su cónyuge, en vez de irle con la verdad por delante, qué trolas y embustes no será capaz de usar ante desconocidos. Ante los ciudadanos que le votan, por ejemplo. Don Tiger es famosuelo en el mundo del espectáculo por sus buenas artes en un campo de golf, así que todo lo que se aleje de ese tinglado, es pura y simple vida privada del negrito guaperas. Lo lamentable es que se monte el circo que se ha montado por sus líos de faldas y que al final el propio deporte se quede huérfano de su concurso por culpa del show que la prensa basura ha fabricado en torno a sus devaneos amorosos. O no tan devaneos, porque ahora salen hasta de debajo de las piedras amantes y  fulanas que –al olor del dólar fácil- quieren hacerse famosas contando asuntos de su propia vida privada y de la del golfista. Gente sin escrúpulos que no sabe guardar un secreto nacido –se supone- en la intimidad más íntima. O a lo peor, es que el Puñetas es un antiguo y eso de la intimidad es cosa de otros tiempos. Que todo puede ser…



2 comentarios:

la aguja 15/1/10, 23:32  

A mí también me trae sin cuidado lo que haga o deje de hacer el negrito. Pero no pude abstraerme del diferente trato que dispensaron en primera instancia los patrocinadores a este tipo de la jet set en comparación con el que trato que prodigaron a Phelps a cuenta del porrete que se fumó, que es otra cosa que debía haber quedado en su bagaje íntimo (porque, recordemos, la marihuana no mejora el rendimiento del nadador... es eso que llaman drogas sociales). Pero al final los patrocinadores, que aguantaron el tirón de la mala imagen, no les ha quedado más remedio que irle dejando solo, aunque sólo fuera por el qué dirán...

Pero ya dije en una ocasión que al deportista se le exige ser un modelo 24/7 (veinticuatro horas al día, siete días a la semana).

(Seguro que alguno se escandaliza porque haya usado la expresión "el negrito". La utilizo con el mismo racismo que si hubiera dicho "el rubito", caso de que lo fuera. Lo digo para esa patulea de escandalizables anti-racistas militantes, cuya exacerbada actitud más parece esconder un complejo que tratar de resolver un problema social).

Juan Puñetas 19/1/10, 0:20  

Sí, los deportistas son los nuevos santos, héroes y poetas de hogaño ya que del antaño ni dios sabe qué pasó. Quizás, a cambio de tant exigencia, se les paga demasiado. Váyase lo uno por lo otro. Cosa que, por cierto, no podrían decir los antiguos santos, héroes y poetas, que se movían entre la miseria y la zarrapastra.

Y el que se escandalice, que se explique: ¿cómo llamar a alguien por el color de su piel? A ver, que se explique si es capaz...

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¡Gracias por vuestra plantilla! (El Puñetas, agradecido).