13 de mayo de 2010

DEL PUPAS, DE LA CRISIS Y DE OTRAS HIERBAS


-Leyendo el título celebro, señor Puñetas, que  no abuse usted de originalidad  y que haga lo que todo el mundo: hablar del memorable triunfo del Atlético de Madrid en la Europa League. Si hasta muchos medios le han dado más cobertura que a la otra gran noticia del día, los recortes del señorito Zapatero (antes Manoslargas y ahora Manostijeras) contra la crisis...

No, ñores y ñoras. No cometeré semejante osadía porque uno no es de piedra, tiene su corazoncito y sabe guardar las debidas formas. Ganar una copichuela europea después de llevar 48 años sin rascar bola fuera de España, merece cuando menos un irónico titular: “¡ALELUYA, YA ERA HORA!” Claro que si el club colchonero no le ganaba al Fulham, equipo al que muchos analfabetos situábamos en Groenlandia, ya no sé a quién hubiera sido capaz de ganarle.

Como era previsible la hazaña rojiblanca ha hecho saltar la euforia de medio país (el otro medio la soporta estoicamente) y en unas cuantas horas el Puñetas ha descubierto en su entorno cercano y lejano más seguidores atléticos que piedras hay en el camino. ¡Cuántos amigachos tiene el éxito y cuántos enemigos el fracaso! Bien por el Atlético, quien por mucho que se empeñen algunos que ahora levitan en el frenesí, siempre será el querido Pupas. Cuarenta y ocho años sin comerse una rosca europea y catorce sin merendarse  el buñuelo de un título liguero no invitan a pensar que, de la noche a la mañana, su historia se dé la vuelta como si fuera un calcetín.  Que el tercer club español con más títulos de Liga sólo tenga en su palmarés nueve  (cuando le adornan 103 años de existencia) es un dato que debería bajar los humos a cualquier palmero de última generación. 

Sabemos que los momentos de mayor gloria y despiporre son propicios a la amnesia y al propósito de enmienda, pero la natural alegría no puede oscurecer tanto la inteligencia, siempre tan artificial. Precisamente por su carácter “pupero” es por lo que el Atlético goza de más simpatías de las que objetivamente le corresponderían en el mercado del futbolín.  Tan es así que sólo hace unos meses (septiembre de 2009) en el Vicente Calderón se ponía a caldo de cocido a los mandatarios del equipo. Tras la llegada del actual entrenador (Quique, en octubre) hubo facas y dagas revoloteando por doquier hasta hace cuatro días.  Más dejemos de hurgar en la pupa colchonera pues han llegado días de fiesta a la casa del pobre y no es cosa de que algunos seamos tomados, con razón, como unos aguafiestas del divino tesoro.

-No esconda el conejo en la chistera. ¡Mira que acordarse de los truenos y relámpagos cuando ahora todo son besos y arrumacos..!

Una cosa es la buena educación, oiga, y otra perder la chaveta y el sentido crítico. (Y entro ahora en la segunda cuestión de este articulillo del copón hermoso). Todavía recuerdo las colas kilométricas que hubo entre los seguidores atléticos con objeto de sacar una entrada para la final de Hamburgo. Eso ocurría en un país donde hay cinco millones de parados y la gran mayoría estamos con el agua al cuello. Lo cual parece demostrar, contra la lógica y la razón, que uno de los pocos sectores económicos  a los que todavía no ha llegado la crisis económica… es el fútbol. Sabemos que se precia de ser el opio del pueblo pero de opio no se vive cuando la cartera anda rácana o vacía. Parece que algo no cuadra en las cuentas (como se indica en el presente enlace): “En el primer trimestre de 2010 la presencia de aficionados en los estadios de Primera división ha crecido alrededor del 15 %, en comparación con el mismo periodo del 2009. Y esto llega en un año en el que la oferta futbolística televisiva es insuperable y en el que los partidos se reparten de lunes a domingo”. ¿Qué pasa aquí? ¿Preferimos ver en directo a nuestro equipo del alma y almeja, cueste lo que cueste, antes que gastarnos la poca pasta que tenemos en un buen bocata de jamón? ¿De qué capítulos presupuestarios se priva el personal forofil antes que del gasto dedicado a don Balón? ¿Cuánto habrá costado la broma dineraria a cada aficionado atlético de los 12.000 previstos que iban a ir a Hamburgo, cuando en casita podían ver el mismo partido, pasando menos frío, ahorrando un buen perraje  y, encima, rodeados de cervezas y güisquis para acompañar el éxito del club de sus amores? Que para muchos el drama fuese quedarse en Madrid ante la eventualidad del  cierre del tráfico aéreo a consecuencia de la nube volcánica esa (“lo único que podemos hacer por los aficionados es rezar” –dixit  el consejero delegado, un tal Gil), demuestra al Puñetas que lo que está en verdadera crisis es la inteligencia y el sentido común. 

Para acabar con Manostijeras, tan ciego que sólo ayer miércoles cayó en la cuenta de que llevamos dos años de crisis galopante (quizás porque él, desde que es Presi del Gobierno, está en la gloria), va a ser cosa de promover  a don Florentín y Laporta al frente de un urgente gobierno de coalición, a ver si nos sacan del atolladero y hacen que nuestras cuentas como país sean tan boyantes como las de sus respectivos clubes. 

Claro que quizás no haga falta tan revolucionaria medida. En junio/julio es el Mundial y si la selección española (otro Pupas) logra la copichuela en disputa, lo mismo la crisis se acaba de un plumazo. Por de pronto, con el cuento chino del Mundial, los comercios y empresas se van a poner las botas vendiendo teleles de plasma, camisetas y zarandajas varias.  La marea "Roja" amenaza con enrojarnos y sonrojarnos a algunos más de lo debido. Todo sea porque el opio del pueblo alivia los dolores de la crisis, del paro, de los recortes zapaterinos y de lo que el viento se llevó. Al menos eso dicen los entendidos…

-Vale, ya nos ha dado usted el coñazo con el Pupas, la crisis y la no crisis. ¿Y las “otras hierbas” de que hablaba en el titulín de este artículo tan abyecto?

Los hierbajos son los que pululan por toda la red y medios de comunicación en relación al posible despido de un conocido periodista de la Cadena Ser. A Paco González no solemos escucharlo en “Carrusel Deportivo” porque tenemos la sana costumbre de pasar olímpicamente de la Cadena Ser, de la Cadena No Ser y de la información deportiva de las radios. (Nosotros sólo escuchamos Radio Macuto). Eso sí, nos llama la atención (o sea, que no nos llama) que todo este pifostio se monte por un periodista dedicado al puro y duro entretenimiento opiáceo. Seguro que si lo suyo fuese algo mucho más serio y vital para el gentío, ni la señora de la limpieza habría izado la escoba para defender su causa. 

-Es usted tan maligno que ni siquiera le van a aceptar en el infierno…

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¡Gracias por vuestra plantilla! (El Puñetas, agradecido).